NEPTUNO - SOL



Cuando Neptuno está en aspecto con el Sol en la carta natal, la necesidad de expresarse del nativo y su nostalgia de la falta de forma previa al nacimiento se ven obligadas a dialogar. El tema de la conversación, ya sea consciente o inconsciente, es el propósito de la propia vida. El Sol y Neptuno no están cómodos juntos, y generalmente es necesario llegar como mínimo al primer retorno de Saturno para que el nativo empiece a ver un poco claro cómo vivir con esta inquietante combinación. Como el Sol simboliza los valores y objetivos que se desarrollan plenamente hacia la mitad de la vida y forman los cimientos de la sensación del nativo de tener un destino personal, la persona con el Sol y Neptuno en aspecto debe incluir el mundo neptuniano en el camino que ha elegido seguir en la vida. De otra manera, es probable que un descontento, una desilusión y una apatía recalcitrantes le vayan socavando todo lo que intente hacer.
        Un aspecto Sol-Neptuno puede significar no sólo el músico, el actor, el compositor, el dramaturgo, el poeta, el novelista, el pintor, el cineasta, el fotógrafo, el astrólogo o el científico experimental que confía en la inspiración, sino también el investigador empírico o el terapeuta, consejero o maestro que trabaja con los productos de la imaginación para curar por medio de ellos. Neptuno también puede sentirse en su casa alimentando o redimiendo un ambiente con resonancias del Edén. La empatía neptuniana con el sufrimiento y la nostalgia del ser humano da un carácter universal a los empeños creativos de la persona con un aspecto Sol-Neptuno, que es alguien capaz de comunicarse en una lengua que todo el mundo entiende. Estas formas de expresión son solares a la vez que oceánicas; aunque sean fluidas, tienen cuerpo; necesitan un esfuerzo consciente, dedicación, elección individual, contacto e imágenes sensuales, y una sutil interrelación con el resto de la vida. Neptuno vuelve poroso al Sol, es decir, al yo, y lo abre a las aguas del mundo invisible. Pero lo invisible no es sólo la luz trascendente, sino también la oscuridad primordial. Si intentamos amparar al pez chico y prescindir del grande, la oscuridad puede infiltrarse por otros canales: el alcohol, la drogadicción, los trastornos alimentarios compulsivos, las dificultades sexuales o las enfermedades mentales o físicas que incapacitan y desintegran. O bien puede ser que la experimentemos mediante la proyección, y por alguna jugarreta de humor negro del destino nos encontraremos, en nuestra pareja o en un hijo, con la encarnación de todos los elementos neptunianos más turbios, que son los que, dentro de nosotros mismos, repudiamos más enérgicamente.
        La persona con un aspecto Sol-Neptuno anhela ser "sacada" de sí misma mediante un acto de voluntaria sumisión a algo mayor o superior. El Sol es el regente natural de la casa cinco, y esta casa no sólo tiene que ver con el esfuerzo creativo, sino también con el amor. Tanto en el acto de amar como en el de expresarnos creativamente, debemos abrirnos de verdad si queremos ofrecer un reflejo auténtico de lo más intimo de nosotros mismos. En ninguno de estos dos ámbitos se puede fingir y esperar luego tener la experiencia de la sensación de autenticidad personal del Sol. Pero abrirse no es lo mismo que "renunciar al yo", sino ser uno mismo del modo más sincero, sin defensa ni disfraces. Esos sueños tan comunes en que estamos desnudos en medio de una multitud, en un lugar publico, representan la dolorosa experiencia de ver expuesto nuestro verdadero yo, la pérdida de una máscara o un papel social aceptable. Esta necesidad solar de expresar un yo que es único y especial, incluso exponiéndose a la soledad o a la desaprobación del colectivo, necesita del contrapeso del anhelo de disolución de Neptuno. Si el Sol se ve anegado, entonces la individualidad sólo puede darse a conocer por canales ocultos: síntomas que justifican la demanda inconsciente del nativo de que se le haga caso, o bien una pauta de relación en la que se es más especial cuanto más se sufre, y la persona se convierte en una víctima de su pareja, un hijo, el padre o la madre o un amigo "egoísta" y dominante. Si se suprime a Neptuno, pueden aparecer síntomas que reflejan el desvalimiento y la dependencia del nativo, o bien éste puede sentirse reiteradamente atraído por personas que son, a su vez, víctimas desvalidas. Y es probable que experimente un anhelo intolerable de algo desconocido e invisible, un anhelo de disolución que sólo puede verse satisfecho mediante lo que los antiguos textos de astrología llaman "la propia perdición".
        Los contactos Sol-Neptuno, como todos los aspectos solares, describen cómo ve uno a su padre. El nativo puede haber tenido la vivencia de un padre que "desaparecía", que estaba emocional o físicamente ausente o débil y enfermo. Es frecuente que haya una profunda idealización inconsciente del padre, que a su vez puede haber sido neptuniano, y cuya carta natal quizá revele contactos Sol-Neptuno o Luna-Neptuno, un Neptuno angular o una acentuación de Piscis. Es probable que la imaginación creativa y la receptividad psíquica hayan sido fuertes en la naturaleza del padre, y tal vez, por el lado de los varones, desde varias generaciones atrás; pero, con frecuencia, tales atributos han quedado sin cultivar, o están encubiertos por preocupaciones más materialistas. Quizá parezca que el padre desperdició su vida, que sus potenciales creativos se disiparon en el alcohol, las mujeres, la depresión, la enfermedad o repetidos fracasos financieros. En algún nivel, el padre, inaccesible pero fascinante, dañado pero ofreciendo la promesa del éxtasis y la fusión, amado por sus hijos aunque fuera un fracaso como padre, puede parecer una figura cristica: un redentor necesitado que lo rediman, oculto detrás de una mujer más prosaica o alejado de por ella. El padre neptuniano es un espíritu que no se ha encarnado en la vida, y su hijo ha de hallar su propio modelo para vivir con confianza en sí mismo. No es sorprendente que a tantas personas con contactos Sol-Neptuno les lleve mucho tiempo conseguirlo.
        Es frecuente que haya considerables potenciales creativos heredados del padre. Muchas personas con aspectos Sol-Neptuno sus padres tenían talento para actuar, interpretar o componer musica1 escribir o pintar, aunque con frecuencia no podían sacarle rendimiento en la vida exterior, o renunciaban a él, o no llegaban a expresarlo una vez embarcados en el matrimonio y la paternidad. Es probable que el nativo con algún contacto Sol-Neptuno tenga que pagar por el hecho de haber tenido un padre soñador con un sentimiento de impotencia que lo devoraba por dentro. Tarde o temprano, tendrá que cultivar su confianza en sí mismo "a partir de cero", porque su padre no pudo ofrecerle un buen modelo. Todos estamos en desventaja por algo que alguien no hizo, porque nuestros padres son personas y no arquetipos. Un contacto Sol-Neptuno no indica un padre mejor ni peor que cualquier otro aspecto. El horóscopo tampoco ofrece ningún comentario objetivo sobre si el padre y la madre de una persona son afectuosos o no, buenos o malos, conscientes o inconscientes Los indicadores parentales en una carta natal señalan una pauta arquetípica experimentada primero por el padre o la madre. Sol-Neptuno representa la pauta de la víctima redentora, el artista y el visionario. El padre que desaparece se convierte en el dios que desaparece y cuyo abrazo buscamos más allá de la vida. Para una mujer con un aspecto Sol-Neptuno, la idealización del padre puede significar que, cuando se enamore en la edad adulta, será de alguien que, en un nivel u otro, no puede tener. O quizá rechace todas las relaciones con los hombres, porque inconscientemente siente que ninguno se puede comparar con el padre divino a quien, en el nivel consciente, es probable que haya despreciado. Los hombres con contactos Sol-Neptuno suelen transferir estos sentimientos a mujeres que, al personificar la fuente divina, los eluden o los devoran; o bien los transfieren a otros hombres, en quienes buscan inconscientemente al amado padre espiritual que desapareció hace mucho tiempo. Los aspectos Sol-Neptuno indican un enorme potencial imaginativo y creativo, pero para llegar a expresarlo uno debe construir un sólido recipiente, capaz de contener el vino sagrado.




NEPTUNO - LUNA



Los contactos Luna-Neptuno en el horóscopo natal indican a menudo empatía, bondad, delicadeza de sentimientos y una facultad imaginativa sumamente desarrollada. Igualmente, tales contactos tienen la reputación de indicar desdicha, particularmente en lo que se refiere a enfermedades físicas y dificultades de relación. Encontrar un equilibrio operativo entre las necesidades individuales de la Luna y los anhelos universales de Neptuno nos exige que nos aseguremos de que el deseo de fusión con otras personas no impida la expresión de nuestros propios sentimientos, deseos y necesidades corporales; pero igualmente debemos asegurarnos de que la dependencia de la seguridad material y emocional no suprima el anhelo de ir más allá de la esfera de la vida familiar "normal", tanto en el ámbito emocional como en el imaginativo. A un equilibrio así sólo se puede llegar si uno está dispuesto a prescindir del encanto del autosacrificio y es capaz de aprender a poner limites a una propensión inherente a la manipulación emocional y el martirio.
        El "descontento divino" de Neptuno llevará el centro de atención de la Luna inherentemente puesto en la familia o el clan, más allá de las fronteras de nuestra esfera vital inmediata. La combinación Luna-Neptuno puede así indicar una profunda compasión por los necesitados y por quienes tienen miedo, un sentimiento tan común en los seres humanos, y particularmente por quienes se sienten solos. La persona con un aspecto Luna-Neptuno no entiende la necesidad de los demás de un amor incondicional, y ella misma necesita que le den ese amor, y puede que se sienta profundamente vinculada no sólo con algunos pocos amigos y miembros de la familia, sino con el mundo que sufre en su totalidad. Pero si no se tienen en cuenta sus propias necesidades emocionales, el nativo puede convertirse en el resentido servidor de las exigencias de los demás, un ser eternamente hambriento que, sin embargo, sigue ofreciéndose como alimento a cada boca ávida que aparece en su camino. Con un contacto Luna-Neptuno, puede suceder que la necesidad del nativo de que lo necesiten domine toda su vida. Hay veces en que la avidez ilimitada de este aspecto no llega a ser reconocida por la personalidad consciente, en particular si la carta muestra una actitud más autosuficiente por medio de una acentuación del aire y la tierra, o un Saturno o un Urano dominante. Entonces el nativo quizá tenga la vivencia de su aspecto Luna-Neptuno a través de una pareja o un hijo necesitado, exigente o enfermo, o bien en el nivel profesional, por mediación de aquellos a quienes intenta ayudar o sanar. Un contacto Luna-Neptuno también puede expresarse de un modo inconsciente por intermedio del cuerpo físico, que se convierte en la voz del bebé que no puede expresarse ni comunicar de otra manera su hambre y su vulnerabilidad.
        Los aspectos Luna-Neptuno describen experiencias del pasado que pueden convertirse en expectativas para el futuro. La persona con algún contacto Luna-Neptuno puede haber sido el hijo "favorito", el que tenía un vinculo especial y misterioso con la madre, y dar por supuesto, en la vida adulta, que los seres amados le han de proporcionar una atención emocional absoluta y constante. El hecho de ser el hijo favorito suele conllevar que se tenga que pagar un alto precio. Con frecuencia, los preferidos son los niños en quienes el padre o la madre, en vez de percibir su verdadera identidad, sólo ven una oportunidad de volver a vivir su propia vida incumplida. Se trata sin duda alguna de una fusión, pero a un coste elevado para el niño, porque lo más probable es que cuando llegue a la edad adulta compruebe que se siente solo e irreal sin el constante esfuerzo emocional que antes recibía. La tendencia al sacrificio de los aspectos Luna-Neptuno es a veces un intento de recuperar ese primer estado de fusión. En sus expresiones más difíciles, estos contactos pueden estar vinculados con adicciones al alcohol y otras drogas y también con trastornos alimentarios, lo cual no es sorprendente si entendemos La avidez por estas sustancias o por la comida como el anhelo de una fuente materna de amor incondicional. Los elementos compulsivos de la avidez característica de los aspectos Luna-Neptuno sugieren que en vez de tener la experiencia de una madre sólida y estable, el nativo ha tenido en cambio la vivencia de un éxtasis en el cual cada uno nutría al otro, y su madre se ha mostrado como una figura arquetípica de un tremendo poder emocional. Un contacto Luna-Neptuno puede indicar una madre que ha sufrido mucho, con frecuencia a manos de un mal marido. Hay veces en que el sufrimiento se vincula con problemas no personales como la guerra o la pobreza, o bien la madre estuvo enferma física o psíquicamente cuando el niño era pequeño.
        Esta combinación de ser devorado y al mismo tiempo "desinteresadamente" amado puede generar un profundo sentimiento de culpabilidad, que para la persona con un contacto Luna-Neptuno es uno de los principales tormentos de su mundo interior. Ese sentimiento, experimentado por el nativo una vez adulto, puede verse movilizado por cualquier acto "egoísta" que implique ponerse primero a sí mismo y no a la madre o a algún sustituto de ella. Un aspecto Luna-Neptuno no indica una "mala madre". Por lo común, lo peor que se puede decir de ella es que probablemente sea, desde el punto de vista psicológico, una niña, y tengan la edad que tengan, desde un par de semanas a ochenta años, los niños tienden a ponerse muy difíciles cuando no sienten satisfechas sus necesidades. Tampoco podemos dar a nuestros hijos lo que nosotros mismos no tenemos, y si en la edad adulta seguimos todavía en busca del Paraíso, lo más probable es que intentemos encontrarlo por mediación de nuestros hijos. Pero para el niño con un contacto Luna-Neptuno, que es sumamente sensible a cualquier cambio emocional en los demás, la desdicha de la madre puede asumir proporciones míticas, y uno se siente impulsado a mitigar su sufrimiento. En la edad adulta, el principal tormento para un nativo con uno de estos contactos suele ser un vago pero constante sentimiento de culpabilidad, que surge como resultado de cualquier expresión de independencia emocional. Con frecuencia, por debajo de la idealización de la madre, se oculta una profunda cólera, porque la persona con un aspecto Luna-Neptuno se siente como si nadie la tuviera en cuenta ni la cuidara, y además, profundamente manipulada. Es muy importante que aprenda a decir que no, porque esto implica moderar el exagerado sentimentalismo que a menudo acompaña a cualquier experiencia del amor. Y es necesario que este nativo aprenda primero a ser la Luna y a reconocer el valor fundamental del propio bienestar físico y emocional, antes de echarse a la espalda la responsabilidad de satisfacer las necesidades de los demás.
        Además de empatía y sensibilidad, los nativos con estos contactos pueden mostrar una sensualidad sumamente refinada y un intenso aprecio de las texturas, los olores, los sabores, los colores, los sonidos y el movimiento, que pueden expresarse creativamente de diversas formas si el resto de la carta es favorable para ello. Tan sensible es el cuerpo cuando se tiene un contacto Luna-Neptuno, que puede haber una propensión a todo tipo de alergias, especialmente a las relacionadas con la comida. El mundo exterior al Jardín del Paraíso quizá resulte demasiado áspero y agresivo, y el cuerpo expresa el disgusto de los sentimientos. Las adicciones y las alergias son dos dimensiones del mismo dilema neptuniano. Si el nativo con un contacto Luna-Neptuno puede tomar una actitud interior lo bastante maternal como para contrarrestar la extrema vulnerabilidad que siente al verse enfrentado con la dureza del mundo, es probable que logre que las reacciones alérgicas desaparezcan al menos en parte, pero este tipo de sensibilidad se mantendrá siempre. El refinamiento de los aspectos Luna-Neptuno también puede conferir un gran encanto, tacto y amabilidad, expresados tanto en la vida social como en la ayuda a los demás o la enseñanza.
        En la historia personal de quien tiene un aspecto Luna-Neptuno quizás haya habido un exceso de madre y una falta de cuidados maternales. Sin embargo, tras esta ambigua situación personal se esconde el problema mayor del ser humano de un aislamiento intrínseco, y la dependencia absoluta que puede existir entre los miembros de una familia, heridos por la vida y temerosos de que los abandonen, que buscan el Edén los unos en los otros. Luna-Neptuno, más que ningún otro aspecto planetario, comprende profundamente la tragedia de la soledad humana.




NEPTUNO-MERCURIO



Entre sus rasgos positivos incluye una gran imaginación y una captación de correlaciones sutiles; entre sus atributos negativos enumera un discernimiento defectuoso, percepciones confusas y la tendencia a decir mentiras. Mercurio, el dios de los ladrones y los mentirosos, valiéndose del poder emocional de Neptuno y de su talento para la fantasía, puede entretejer fascinantes ficciones, y estos contactos pueden indicar tanto a un buen narrador como a un gran embustero. Para la persona con un contacto Mercurio-Neptuno, la verdad puede ser fluida y flexible, y los frutos de la imaginación tan reales como los hechos literales.
        Mercurio como psicopompos, guía de las almas, extrae de las aguas neptunianas el poder del encantamiento y el ritual, y una misteriosa comprensión intuitiva de los ámbitos ocultos del alma humana. Para quienes tienen contactos Mercurio-Neptuno, el mundo interior es tan real como el mundo de los objetos, o más; los símbolos y las imágenes son más sustanciales que la sustancia material, desprovista de color y de emoción. Los pensamientos y sentimientos inexpresados de los demás son más tangibles que la ropa que llevan o el color de su pelo. Los dones de los aspectos Mercurio-Neptuno son innumerables, y se los nota mucho más cuando el nativo intenta expresar el reino fluido de Neptuno con un lenguaje que puedan comprender quienes se encuentran rodeados de tierra por todas partes y no tienen acceso a las aguas del mar primordial. El lenguaje no siempre está hecho de palabras; puede constar de imágenes o música. Pero lo mejor de los contactos Mercurio-Neptuno es su capacidad de construir puentes entre el Edén y el mundo exterior, para llevar de uno a otro lado mensajes que hacen mella en el corazón y la mente de los demás, estableciendo comunicación con un ámbito incomunicable. El problema reside en la posibilidad de que el nativo no siempre sea capaz de distinguir un mundo del otro. Al igual que un traductor bilingüe que no puede recordar en qué lengua ha dicho algo, la persona con un aspecto Mercurio-Neptuno puede empezar a reemplazar, en vez de enriquecerla, la experiencia externa con los frutos de su imaginación, y lo que es peor aun, llegar a creerse sus mentiras, confundiendo hasta tal punto el mundo exterior y el interior que su modo de ver a la gente y los acontecimientos quede irremediablemente deformado por sus propios anhelos de redención. Como Mercurio-Neptuno necesita tener como mediador un fuerte yo, es probable que, si la estructura de la personalidad es frágil, se adentre demasiado en el mundo de la fantasía como si fuera real, y vea la realidad como la representación de sus propias fantasías personales. Por esta razón, los aspectos Mercurio-Neptuno se asocian no sólo con el hecho de decir mentiras de un modo deliberado sino también con delirios graves.
        Los aspectos de Mercurio con otros planetas pueden sugerir no sólo que somos capaces de tender puentes entre diferentes mundos, sino también dónde somos incapaces de contactar con otro mundo exterior que no sea este en el que estamos prisioneros. Los contactos Mercurio-Neptuno pueden proporcionarnos un canal entre el reino de la imaginación y el intelecto, y entre nosotros como individuos y la fuente oceánica. Igualmente, pueden indicar puentes rotos y líneas telefónicas cortadas, allí donde el nativo se encuentra encerrado a cal y canto en el Jardín del paraíso, sin ver nada fuera de sus paredes, como no sea la amenaza de la extinción.
        Si Mercurio se ve inundado por Neptuno, nuestro trato con los demás puede resultar profundamente distorsionado por los frutos de nuestra imaginación. Cualquier cosa se justifica hasta las formas más flagrantes de engaño, para preservar nuestro mundo de fantasía de la intrusión de pensamientos, sentimientos y deseos ajenos. Entonces recordamos cosas de un modo raro, conversaciones que nunca tuvieron lugar  palabras que jamás fueron pronunciadas, y atribuimos a los demás motivaciones tan destructivas como las de Tiamat a tan santas como las de Cristo, pero que sólo existen en el ojo del observador. Puede que nada de esto disminuya el poder de un contacto Mercurio-Neptuno para utilizar el mundo arquetípico de un modo creativo. El poeta, el novelista y el músico pueden tener exactamente el mismo talento aunque sean unos tremendos mentirosos. Pero Mercurio también puede empeñarse en sofocar a Neptuno, aterrorizado por el miedo de la irracionalidad o incluso de la locura, y esgrimir las armas del intelecto para combatir esos anhelos y sueños que le parece que socavan tan peligrosamente la "verdad objetiva". En su batalla contra la inundación nep­tuniana, Mercurio quizás intente suprimir toda tendencia a ser imaginativo, lo cual con frecuencia da como resultado un carácter evasivo inconsciente, un desdichado rasgo de quienes manipulan las estadísticas y ocultan información para demostrar una "verdad" científica o política. Esto va acompañado por una tendencia a proyectar a Neptuno en aquellas personas que parecen crédulas e irracionales. Los contactos Mercurio-Neptuno son más creativos cuando el nativo puede reconocer, y lo hace con toda sinceridad, su propia inclinación a mezclar la fantasía y los hechos en una percepción más inclusiva de la realidad.
        La educación presenta una especial serie de retos a las personas con contactos Mercurio-Neptuno. A quienes tienes contactos Mercurio-Neptuno se los acusa de soñar despiertos, de pereza o incluso de "incapacidad para el aprendizaje", porque les parece que las verdades que fluyen por los intersticios que hay entre los hechos son más verdaderas que los hechos mismos. No es frecuente que las instituciones educativas valoren el talento de narrador de Mercurio-Neptuno en la misma medida en que valoran las concienzudas investigaciones de Mercurio-Saturno y las habilidades prácticas de Mercurio-Marte. Como consecuencia, la persona con un aspecto Mercurio-Neptuno puede sentirse muy incapaz intelectualmente, debido en parte al choque entre su propia manera de ver las cosas y el estilo colectivo englobado en el canon cultural. La imitación, que es otro de los talentos de estos nativos, puede ser un don espléndido para el actor, pero a un escolar normal no le proporcionará las notas más altas. Lo más probable es que lo acusen de plagio, una acusación que puede o no ser justificada.
        Para la persona Mercurio-Neptuno, la mediación de la conciencia es decisiva. Puede ser necesario reflexionar un poco sobre las heridas que hayan acompañado a las primeras experiencias educativas. Igualmente, quizás haya profundas heridas derivadas del hecho de que el niño con un contacto Mercurio-Neptuno habla un lenguaje que los padres no quieren o no pueden entender. Es probable que el niño imaginativo que se expresa en un lenguaje simbólico lo castiguen por mentiroso antes de que haya dicho ninguna mentira, o lo acusen de estupidez o de pereza mental porque el lenguaje simbólico es por naturaleza indirecto. El nativo con un contacto Mercurio-Neptuno es un maestro de la indiferencia, la deducción y el doble sentido. Este don puede ser expresado de manera desenfadada por un niño que, sin proponérselo, se escabulle por debajo de las barreras defensivas del padre o de la madre, provocando así una cólera injustificada y un castigo inmerecido. En última instancia, quien tiene un contacto Mercurio-Neptuno necesita entender tanto la naturaleza de los talentos que posee como la de los lastres que acarrea. La claridad, la disciplina mental y la buena disposición hacia la comunicación no serán eficaces a menos que se exprese en un lenguaje que los demás puedan entender, y esta es una de las lecciones más importantes que necesita aprender la persona con un contacto Mercurio-Neptuno. Es necesario rendir homenaje tanto a las verdades terrenas y conceptuales como a las verdades oceánicas y cósmicas neptunianas. La persona con un aspecto Mercurio-Neptuno tiene capacidad para reconocer muchas facetas de la verdad, pero depende de su conciencia que las distinga de tal manera que pueda expresarlas en el lugar apropiado.

  




        Uno de los rasgos más ambiguos de los aspectos Mercurio-Neptuno es el encanto de la intriga. Existen muchas personas con contactos Mercurio-Neptuno, al igual que a otras con un Neptuno fuertemente aspectado en la casa Tres, para quienes el éxito en el engaño es más bien una fascinación personal que una defensa necesaria. Si se da una suficiente inseguridad, indicada por otros factores de la carta, y contando con el rico fondo de imaginación e inventiva que representan los contactos entre Mercurio y Neptuno, puede que la persona disfrute complicando las cosas y haciendo que los demás parezcan tontos sin otro motivo que demostrar su propia superioridad en el terreno de la astucia y la destreza.
   Cuando nos encontramos con esta clase de propensión, debemos considerar forzosamente el fenómeno psicológico de la compensación, que suele acompañar a profundos sentimientos de confusión y de inferioridad intelectual. Pero en este encanto hay otra dimensión. Se trata de la inclinación a crear elaboradas redes de conexiones e interconexiones cósmicas que ofrecen a la persona el sentimiento de estar en contacto con "realidades superiores" y de las que se excluye a la gente menos evolucionada. La posesión de secretos espirituales está vinculada con el encanto de la sabiduría, un problema particular de quienes están interesados en temas esotéricos. No es únicamente una característica de los aspectos Mercurio-Neptuno, sino que también puede estar indicado por contactos Sol-Neptuno (uno no se siente real ni valioso a menos que esté sirviendo como portavoz de lo divino), Marte-Neptuno (el desvalimiento y la impotencia se ven compensados por la posesión de un conocimiento superior) y Júpiter-Neptuno (un sentimiento de absoluta rectitud moral hace innecesario todo autocuestionamiento).

Liz Greene, pág. 317-318
Neptuno



  


NEPTUNO - VENUS



Los contactos Neptuno-Venus se cuentan entre los aspectos más románticos, tanto en el sentido coloquial de la palabra como en el histórico. Dos de las manifestaciones características de los contactos Venus-Neptuno son el "divino descontento" en asuntos de amor y la interferencia en la capacidad para la felicidad personal. Si su amante no es una persona perfecta el nativo se siente traicionado; si el ambiente no es perfecto, se deprime; si la sociedad no es perfecta, se desespera; si su cuerpo no es perfecto, entonces anhela reducirlo, agrandarlo, estirarse la piel o, si todo esto falta, destruirlo, porque no puede soportar nada que no sea la belleza impecable del Edén.
        Venus-Neptuno es un contacto que con frecuencia va asociado con la seducción y el magnetismo sensual, pero es bien probable que la posesión del tipo de carisma que le permite a uno serlo todo para todas las personas no sea un augurio de estabilidad y satisfacción para el futuro. Puede que, inconscientemente, y por mediación de su sexualidad, el nativo se identifique con la víctima redentora, e intente obtener un firme sentimiento de su propio valor ofreciéndose a aquellos a quienes la vida ha lastimado. La compasión e incluso la piedad pueden ser poderosos componentes de lo que el nativo define como amor. La persona con un aspecto Venus-Neptuno también puede sentirse atraída por quienes parece que le ofrezcan la redención; este es el aspecto por excelencia de la persecución de lo inalcanzable. Los ideales en el amor pueden ir unidos al sufrimiento y el sacrificio, y el nativo sólo verá como auténtica una relación que implique dolor y expiación. Venus tiene que ver tanto con la rivalidad como con la armonía, porque no podemos definir nuestro propio valor sin compararnos con otras personas. La propensión venusiana a formar triángulos es tan evidente en la vida como en los mitos de la diosa. Pero la variedad común del triángulo edípico que, si hemos de creer a Freud, es una parte corriente de la experiencia infantil, parece bastante más dramática en las aguas del mundo neptuniano. El padre o la madre que uno busca es la fuente divina, y el pecado edípico no es el mero deseo erótico ilícito, sino el anhelo de alcanzar, mediante la fusión, la omnipotencia de la divinidad. Tal como escribió en una ocasión Plotino: "Lo que nos interesa no es ser impecables, sino ser Dios". La persona con un aspecto Venus-Neptuno no desea una pareja mortal en cuyo espejo pueda ver reflejados sus propios valores; lo que busca es la unión con la deidad. Sólo en ella podrá encontrar la absoluta belleza y la perfección.
        Puesto que la perfección del Edén reluce detrás de las aspiraciones de la persona con un contacto Venus-Neptuno con respecto al amor, la perfección física o la falta de ésta puede llegar a ser uno de los principales temas en la pauta de las relaciones del nativo, que suele tener la experiencia de un desencanto no querido, pero inexorable, tan pronto como descubre que su pareja es físicamente imperfecta. En algunas ocasiones, la desilusión puede seguir a un único encuentro sexual, pero a veces va creciendo con el tiempo, a medida que la pareja va mostrando esas mínimas, pero inconfundibles, señales de envejecimiento que ponen en tela de juicio la inmortalidad del paraíso. La fantasía de una unión sexual perfecta suele estar tan alejada del mecanismo del acto físico que este último puede resultar una profunda decepción, y la desilusión nunca está muy lejos, como tampoco lo están el dolor y la rabia de una pareja que no puede entender por qué la han rechazado por el simple hecho de tener un cuerpo. Una de las dimensiones más difíciles de Venus-Neptuno no es la tendencia al descontento del nativo -ya que a tales estados de melancolía se los puede considerar como parte del tipo de amor que implica sacrificio-, sino al sufrimiento causado a otras personas, que quizá no sepan ver que el problema no reside en sus propios fallos físicos o sexuales. Sin embargo, la perfección que busca el nativo con un contacto Venus-Neptuno se puede vislumbrar en el arte, y es ahí donde estos aspectos expresan uno de sus recursos más importantes. Incluso aunque el nativo no esté dotado de talento musical, generalmente aprecia mucho la música, que hace vibrar su nostalgia de una armonía absoluta y satisface muchos de sus anhelos más insistentes. La poesía, la pintura, la novela y el teatro también pueden evocar el Edén perdido que parece llamarle desde el rostro del ser amado para luego desvanecerse con demasiada rapidez. Un detenido examen de las cartas de artistas famosos revela una abundancia de contactos Venus-Neptuno, aunque no se puede atribuir a esta combinación el impulso hacia el trabajo creativo. Si este impulso no existe, el aspecto Venus-Neptuno puede indicar un esteta y un enamorado del arte, en especial de ese arte romántico que refleja los sueños de redención neptunianos.
        Como Venus está tradicionalmente en exaltación en el signo de Neptuno, mucho se ha escrito sobre la armonía entre los dos planetas y sobre su conexión con el amor universal. La empatía por la humanidad, en particular por las víctimas de la vida, y una sensación de unidad mística con la totalidad de la naturaleza, se expresan con frecuencia, de una manera delicada y sensible, en la interacción de Venus-Neptuno con el mundo. Con igual frecuencia, este contacto indica una tolerancia y una compasión ilimitadas por el objeto de su amor idealizado, en ocasiones hasta el punto de que el nativo está dispuesto a soportar toda clase de heridas y humillaciones. La carencia de un "yo" de Neptuno suaviza la vanidad y el orgullo de Venus, y es probable que el nativo esté sinceramente dispuesto a perdonar y sea muy bondadoso. Pero los aspectos más sombríos del mundo neptuniano nunca están demasiado lejos, y también puede ser que el nativo divida sus afectos entre una Virgen idolatrada y una Tiamat a quien desprecia, o sus equivalentes masculinos. Puede que la persona con un contacto Venus-Neptuno muestre una credulidad y una dureza extremas hacia los que reciben su proyección del monstruo marino primordial, y que al mismo tiempo exprese una extraordinaria compasión y una inagotable generosidad hacia quienes reciben su proyección de la víctima redentora. El amor universal de Venus-Neptuno puede seguir siendo un ideal al cual se aspira. Los hombres pueden proyectar a Neptuno sobre una esposa-madre idealizada que les reclama su devoción y su piedad, pero no su pasión sexual; esta clase de vínculo está cargado de sentimientos de obligación y culpabilidad, con la de la inclinación a buscar la satisfacción venusiana en terrenos más turbios. En ocasiones, la propensión a los triángulos es más prosaica y edípico de lo que la persona con un aspecto Venus-Neptuno, con su inclinación hacia lo poético, está dispuesta a reconocer. Las mujeres pueden proyectar cualquiera de los dos planetas sobre una rival, o sobre otra mujer que represente para ellas un ideal de atractivo sexual o de feminidad espiritual que sienten que les falta. O bien pueden identificarse con este aspecto a expensas de otros factores de la carta, con lo cual se condenan a sí mismas a no ser amadas como mujeres, sino como sirenas o melusinas, y a menos que retengan su magia y su misterio, se verán abandonadas por los amantes con contactos Venus-Neptuno que se encuentran atrapados en la misma telaraña mítica.
        Pese a todos estos peligros, los contactos Venus-Neptuno poseen y pueden crear una magia extraordinaria. Su delicadeza, su poesía y su sensibilidad romántica generan elevadas visiones de amor y armonía que pueden conducir a la creación de obras de una gran belleza. La profunda infelicidad que con tanta frecuencia indican estos aspectos en la vida personal no es, contrariamente a la visión de estos nativos, un karma inevitable, ni la señal de una espiritualidad superior. Lo más frecuente es que no sea más que el producto de un conflicto edípico fuertemente teñido por los sueños míticos de Neptuno, y sólo seguirá siendo psicológicamente inevitable en la medida en que su dinámica continúe siendo inconsciente. Sin embargo, por más penetración psicológica que haya alcanzado la persona con un aspecto Venus-Neptuno, a menudo evitará cualquier intento de introspección referente a la naturaleza de sus pautas de relación, a menos que el dolor llegue a ser muy intenso. Sólo entonces se decidirá a considerar otro punto de vista que no sea el de la tragedia romántica del amor cortés. Y cuando finalmente el nativo se decida a preguntar, es necesario que el astrólogo pueda responder diciendo algo más que: "Es tu karma". Si la persona con un aspecto Venus-Neptuno puede llegar a sentir que vale lo suficiente, como cualquier otro ser humano, y no exige lo imposible a sus seres queridos, puede conformarse con fugaces visiones ocasionales del Edén, sin reclamar que le sean concedidas cada día. Entonces podrá disfrutar plenamente del don de infundir en la vida ordinaria una belleza exquisita y de transformar las relaciones cotidianas entre dos personas en una obra de arte.






NEPTUNO - MARTE



En la bibliografía astrológica se han tratado injustamente los aspectos entre Marte y Neptuno. Los aspectos "difíciles", en particular, se han asociado con los abusos sexuales y la magia negra. En ocasiones se describe también la dimensión creativa de los contactos Marte-Neptuno, pero limitándose generalmente al actor o al músico, y con frecuencia se los ve como aspectos peligrosos, de los que hay que defenderse o que hay que "trascender". No cabe duda de que los contactos Marte-Neptuno pueden manifestarse de maneras pero lo mismo puede suceder con cualquier aspecto de Neptuno o para el caso, con cualquier aspecto planetario. Hay que mirar por debajo de las pautas de comportamiento de los contactos Marte-Neptuno para captar el significado esencial, para entender por qué aparecen regularmente en las cartas de personas que tienen graves problemas con la bebida o con las drogas, así como en las de otras con incapacidades físicas graves de tipo neptuniano.
        Debido al anhelo de fusión neptuniano, el nativo con un contacto Marte-Neptuno evita de un modo innato expresar claramente su voluntad. El Edén es un mundo sin Marte, porque la cólera y la unidad se excluyen mutuamente en el Paraíso, ningún animal se come a otro. Tampoco la iniciativa individual, que es una extensión natural del deseo, es bien recibida en el Jardín del Edén, donde se la interpreta como desobediencia. La fusión rompe, se comete el pecado original y el resultado inexorable de la transgresión es la expulsión del Paraíso. Los deseos edípicos son pecado en el Edén, no porque reclamen la unión erótica, sino porque ni la madre ni el padre ven la competencia con buenos ojos. De ahí que la persona con un aspecto Marte-Neptuno intente satisfacer sus deseos al mismo tiempo que se asegura  que nadie se ofenda. La sensibilidad neptuniana a los sentimientos del colectivo transforma a Marte, que en vez del feroz guerrero de la Ilíada de Homero aparece como un mago sutil, que comprende el poder de la partipation mystique y el enorme atractivo de la palabra "nosotros". La persona con un contacto Marte-Neptuno tiene la capacidad de introducirse en los sueños y los anhelos de los demás, expresando su "quiero" con tal delicadeza que parece como si todo el mundo lo quisiera. Eso puede ser un gran don, expresado de la forma más típica en territorios neptunianos: las artes y la terapia. También puede representar una gran ventaja para el líder político o militar. En todos estos casos, es necesario poseer la capacidad de invocar la participation mystique El actor debe estar sintonizado con el público; el terapeuta o el consejero tiene que llegar a una comprensiva identificación con el cliente y ser capaz, de un modo sutil y no agresivo, de hacer que exprese sus sentimientos e intuiciones. El líder político o militar debe infundir ánimo a sus seguidores, ya que si no, la imposición de disciplina sólo provocará rebelión. El nativo con un aspecto Marte-Neptuno es un seductor; pero es que hay ocasiones en que, como colectivo, necesitamos que nos seduzcan. Este anhelo subyace en la esencia de la adoración religiosa y en la catarsis provocada por la interpretación musical o teatral. Es un sentimiento de aspiración compartida, sin la cual nos quedamos abandonados en la tierra baldía, solos y sin esperanza. En el mundo de Marte-Neptuno, el éxtasis tiene un objetivo.
        El problema reside en la integridad de ese objetivo y en la forma en que se lo persigue. Los deseos marcianos, inherentemente egocéntricos, cuando se diluyen en las aguas neptunianas deben incluir a otras personas para que las necesidades individuales puedan quedar satisfechas. Así el deseo queda limpio de pecado, porque aparentemente pretende la salvación de todos. El heroico martirio tiene múltiples rostros, algunos estrechamente relacionados con el terrorismo y el genocidio, y algunos muy nobles. Si otros aspectos de la carta natal indican profundos sentimientos de inferioridad e incapacidad -representados generalmente por un Saturno o un Quirón problemáticos-, entonces puede ser la parte infantil del nativo la que saque partido de la magia de un aspecto Marte-Neptuno, que se convierte para él simultáneamente en una forma de evitar el rechazo y en un medio de adquirir poder, sin hacerse cargo de la responsabilidad ni de las consecuencias. En ese caso, la agresividad puede estar enmascarada por una aparente docilidad, y la furia que acecha por debajo de la superficie quizá sea el factor principal oculto tras la adicción al alcohol y las drogas, que refleja no sólo cólera y un afán de vengarse de la vida, sino también el deseo de escapar de ésta. Cuando el nativo no puede encontrar un medio claro (político, militar, científico, artístico...) de expresar el heroísmo romántico de un contacto Marte-Neptuno, puede que lo busque en aguas sombrías. Una persona con un aspecto Marte-Neptuno también puede elegir el papel de antihéroe, que destruye a otros y se autodestruye antes que soportar la monotonía de una vida decente pero desprovista de encanto.
        Para estos nativos, no es nada fácil dirigir hacia fuera la agresividad y el deseo, debido a que esto les produce un gran miedo a la separación, hasta tal punto que puede parecerles que es mejor no desear, lisa y llanamente. La falta de interés sexual, sumada a una apatía general, acompañan muy a menudo al alcoholismo y la drogadicción. El deseo de morir es obvio, como lo es también un poco de masoquismo; pero si uno quiere simplemente abandonar el escenario, existen medios menos dolorosos y más rápidos. Los aspectos Marte-Neptuno se vinculan también con el masoquismo sexual, al igual que su contrario, el deseo de infligir dolor. Esta confusa mezcla de deseos contradictorios, sentimiento de culpabilidad, anhelo de fusión, rabia e impotencia refleja una fuerte pero retorcida identificación con la imagen heroica de la víctima redentora, y no surge de ninguna "maldad" intrínseca en los aspectos Marte-Neptuno, sino de una personalidad demasiado infantil para enfrentarse con el reto de expresar el mito de una manera creativa y que enriquezca la vida. La impotencia puede producir crueldad, como sabe cualquier violador. Lo mismo se podría decir de la "magia negra" de los contactos Marte-Neptuno. Es difícil definir esta expresión de manera sensata, sin embargo, siempre habrá personas felices de sacar partido de la vulnerabilidad de la masa neptuniana para conseguir el poder que desean; la mayor parte de los políticos incurren un poco en ello, de una manera u otra. Los eslóganes políticos son una forma de encantamiento, y los símbolos políticos una especie de amuleto. Y se puede observar la magia negra en cualquiera que, debido a sus propias heridas e inseguridades, manipulen el inconsciente de otra persona para conseguir la omnipotencia primaria que Neptuno secretamente desea. Que la persona con un aspecto Marte-Neptuno emplee magia negra o magia blanca depende de su conciencia y de su integridad personal.
        También la idealización del sexo puede ser una preocupación de las personas con un aspecto Marte-Neptuno. A veces, estos contactos, combinados con aspectos difíciles de Saturno o Quirón con Marte, Venus o la Luna, indican al Don Juan, del sexo que sea, en perpetua búsqueda de conquistas sexuales para afirmar su "divinidad". Más frecuente es que indiquen la fantasía constante de tales conquistas, que puede generar un sentimiento de descontento y frustración en las relaciones personales. Si los miedos e inseguridades son los suficientemente grandes, el nativo puede sentir que hay una brecha tan ancha entre la fantasía y la realidad que la satisfacción sexual en el nivel terrenal pierda todo su atractivo. Los aspectos Marte-Neptuno pueden indicar el celibato de la monja o del monje, debido no solamente a una vocación espiritual, sino también a que la unión con Dios es preferible a la unión con carne mortal imperfecta. De la misma manera, el nativo con un contacto Marte-Neptuno, a causa de su extrema sensibilidad a las corrientes psíquicas más profundas, puede ser un amante exquisitamente sensual y sensible, capaz de evocar los deleites del Edén; el placer sexual, en lugar de provocar la expulsión del Jardín del Paraíso, se convierte en el principal medio de regresar a él. Cuando la persona con un aspecto Marte-Neptuno va por mal camino, puede ser terrible. Sin embargo, sin su magia blanca, tendríamos un mundo muy empobrecido, porque no habría artistas que nos proporcionaran un éxtasis dionisíaco, ni tampoco líderes, maestros, científicos o sanadores que nos ayudaran a concretar nuestros sueños colectivos.

  



NEPTUNO - JUPITER



Los corregentes de Piscis comparten el gusto por lo ilimitado. Cuando Júpiter y Neptuno están en aspecto, el anhelo de extender más allá de los confines materiales y mortales puede asumir muchas formas; pero es, sobre todo, la señal del soñador y el visionario, del que tiene tanto una sincera comprensión de la unidad de la vida como una ingenuidad temeraria con respecto a los límites de ésta. Ni siquiera las dimensiones más turbias de los aspectos Júpiter-Neptuno conllevan mezquindad ni malevolencia. Pero es probable que reflejen un autoengrandecimiento psíquico inconsciente de vastas proporciones, y que el nativo esté tan identificado con un sentimiento de misión divina que haga caso omiso de las fronteras ordinarias, tanto de las propias como de las ajenas. Las personas con una aspecto Júpiter-Neptuno pertenecen a la brillante e inocente progenie de los dioses: nunca desean mal a nadie, pero con demasiada frecuencia esperan demasiado de la vida.
        Una persona con un aspecto Júpiter-Neptuno puede excederse en la visión del mundo, con sus elementos luminosos y oscuros. Júpiter inflama los anhelos neptunianos, y Neptuno eleva la mirada de Júpiter por encima de la Lotería Nacional, hasta el reino celestial. Cuando la intuición de un cosmos benévolo se une al anhelo de fusión con la fuente de la vida, es probable que se vea con desdén la difícilmente ganada sabiduría saturnina. La generosidad es auténtica e ilimitada, pero el optimismo también. Una deidad oceánica, fuente de un amor incondicional, manda sobre las criaturas, grandes y pequeñas, y el mensaje que constantemente se nos transmite por medio de cada misteriosa sincronicidad de los acontecimientos es que las puertas del Edén están siempre abiertas para los que se mantienen desapegados de las cosas de este mundo. Esta actitud, paradójicamente, puede ir acompañada de ambición y unos fuertes impulsos materiales. Pero cuando así sucede, es probable que los logros y el dinero signifiquen muy poco; lo que importa es la prueba de que uno es alguien especial que disfruta de una suerte cuya realidad se demuestra cada vez que tiene éxito en algo.
        En materia religiosa, el dios de la persona con un aspecto Júpiter-Neptuno es una deidad que combina la compasión y el amor de Cristo con la alegría y la abundancia de Papá Noel. Júpiter-Neptuno es una combinación profundamente mística, aunque pueda funcionar muy bien en la carta de un agnóstico o un ateo, que de un modo inconsciente transfiere su misticismo a una especie de magia en el mundo de la forma.
        El poder de la visualización y del pensamiento positivo es un importante elemento de la visión del mundo y los talentos de la persona con un aspecto Júpiter-Neptuno. Al ser instintivamente consciente de la capacidad de la imaginación para influir en la vida en múltiples niveles, es probable que este nativo practique una forma suave de magia, en la cual la imagen y el símbolo atraen sobre si la sustancia de la vida material, y rehacen la vida en función de los sueños del nativo. Las personas con contactos Júpiter-Neptuno a menudo son profundamente sensibles a lo simbólico, e incluso muy conscientes de esas extrañas yuxtaposiciones de acontecimientos que los cínicos llaman coincidencias, pero que estos nativos Júpiter-Neptuno saben que son una señal de la intención divina. En el nivel creativo, estos aspectos pueden aportar sus dotes imaginativas mediante muchos recursos artísticos diferentes. La magia de los contactos Júpiter-Neptuno a veces enfurece a quienes están hechos de un material más terrestre, porque con frecuencia funciona. Júpiter conoce el secreto de cómo el propio optimismo y la propia generosidad pueden impulsar a los demás a responder del mismo modo, y Neptuno conoce el secreto de hasta qué punto la "realidad" es fluida y maleable. Pero la imagen también puede fallar si choca con la realidad de otras personas que tal vez se nieguen obstinadamente a dejarse engatusar. Asimismo, las visualizaciones de Júpiter-Neptuno suelen estrellarse contra esas saturninas leyes fundamentales de la vida que ningún poder individual del pensamiento positivo puede cambiar. Por detrás de la fe infantil jupiteriana en la generosidad de Dios, puede estar al acecho el ilimitado autoengrandecimiento del narcisismo primario de Neptuno, capaz de caminar sobre las aguas y de vencer a la misma muerte.
        La profunda melancolía de Neptuno se vuelve menos opresiva mediante su contacto con Júpiter. Uno puede reírse incluso en los peores momentos. El anhelo de disolución no sólo es una nostalgia de la inconsciencia previa al nacimiento, sino también una búsqueda de la dicha eterna. Júpiter puede sacar a la superficie lo mejor de Neptuno, y es capaz de equilibrar la tristeza endémica neptuniana con su creencia en que se puede disfrutar de las bendiciones del cosmos incluso mientras se soporta la encarnación. Los aspectos Júpiter-Neptuno son místicos pero no masoquistas, y no tienden a ir en busca del dolor como medio de redención. Sin embargo, los excesos emocionales del histérico tienen mucho que ver con estos contactos, que pueden ser intensamente dionisiacos en su fascinación por el abandono de uno mismo y la teatralidad. El amor por la riqueza y el ritual puede llegar a expresarse en una profunda apreciación de los colores, sonidos, perfumes, texturas y sabores, estímulos en los que el nativo puede perderse totalmente. Es fácil comprender por qué estos aspectos, si hay una estructura del yo sólida, son de un valor enorme para cualquiera que trabaje en el campo de las artes.
        A un contacto Júpiter-Neptuno, como a todos los demás aspectos, hay que interpretarlo en el contexto de la carta en su totalidad, y en relación con los demás planetas con que está ligado. Puede aportar al nativo la universalidad de su visión y su ilimitado anhelo de amor, creatividad, logros materiales, trabajo humanitario o afanes espirituales. De la misma manera, es probable que conlleve también,  una notable capacidad para engañarse a uno mismo y la tendencia al autoengrandecimiento, generando así pérdidas y decepciones muy dolorosas, además de actos trágicos de autodestrucción. Como es habitual con cualquier aspecto de Neptuno, todo depende de la capacidad del nativo para construir un arca y echarla a navegar.




  
NEPTUNO - SATURNO



En el emparejamiento de Saturno y Neptuno reside uno de los conflictos más fundamentales de la vida. La forma y la falta de forma chocan, para encarnar una visión o para negarse a nacer psicológicamente. La persona con un contacto Saturno-Neptuno también puede identificarse profundamente con ideales políticos de tipo utópico. Por su propia naturaleza, los partidos políticos son un reflejo de la combinación Saturno-Neptuno, en la medida en que buscan convertir su visión social en una forma concreta. Lo mismo es válido a un nivel individual; uno puede sentirse eternamente tironeado por el conflicto entre las limitaciones mortales y el carácter ilimitado de la visión neptuniana de la redención del sufrimiento. Todo aquello que toca Saturno se ve arrastrado hacia abajo, al mundo de la forma; todo aquello que toca Neptuno se ve arrastrado a la disolución en las aguas prenatales. Los aspectos Saturno-Neptuno indican una ambivalencia que dura toda la vida, y en ocasiones puede impulsar al nativo a realizar esfuerzos por escapar, sean estos obvios o encubiertos, y otras veces exige que la imaginación se exprese en estructuras duraderas y significativas. Los aspectos "difíciles" (incluyendo la conjunción) indican a menudo una tendencia a asumir el papel de víctima. Sin embargo, es probable que esta combinación de planetas no exija sufrimiento ni renuncia, aunque a veces la autoinmolación puede ser la única manera de enfrentarse a un conflicto que evoca un crónico y profundo sentimiento de haber pecado.
        Tendemos a tener la experiencia de Saturno primero a través de la proyección, hasta que llegamos a reconocer dónde tomamos una actitud defensiva y actuamos contra el desvalimiento, que es en buena parte una vivencia neptuniana. También tendemos a proyectar a Neptuno, hasta que estamos dispuestos a dejar ver nuestro niño interior. Las tácticas escapistas de Neptuno se dirigen sobre todo contra nuestra condición de seres separados, que es en buena parte una experiencia saturnina. Cuanto más fuerte es nuestro yo, más aterrador nos parece Neptuno; cuanto más nos aferramos a las aguas uterinas, más aterrador nos parece Saturno.
        Muchas personas que tienen a estos planetas en aspectos fuertes proyectan uno de ellos y se identifican con el otro, a veces durante toda la vida, a menos que la infelicidad personal las lleve a cuestionarse a sí mismas. Neptuno se identifica con el hecho de ser afectuoso, abierto y compasivo con los demás. Estar en situación de necesidad no es algo que vea como humillante, sino como señal de un alma buena y empática. Saturno se identifica con la autosuficiencia, con un comportamiento aceptable para el colectivo y con el control de las emociones y los estados de ánimo caóticos. No ve las fronteras como algo defensivo o frío, sino como algo necesario para tener una actitud honorable y responsable hacia la vida. Por supuesto, ambos puntos de vista son correctos, aunque al nativo puede costarle mucho darse cuenta de ello.
        La persona con un contacto Saturno-Neptuno suele tener firmes opiniones políticas, ya sean de izquierda o de derecha, y tiende a ver al enemigo en términos globales. La ley, el orden y el mantenimiento de los valores tradicionales son cosas que hay que alcanzar a cualquier precio, y a quienes viven al margen de la sociedad (generalmente los jóvenes o los miembros de minorías radicales) se los ve como subversivos, haraganes, drogadictos e irresponsable, y se considera preciso imponerles una dura disciplina. O bien la igualdad es algo que hay que alcanzar a cualquier precio, y a quienes desean estabilidad y quieren conservar aquello por lo que han trabajado (generalmente personas de clase media y alta o los miembros de una mayoría radical) se los ve como codiciosos, egoístas, inhumanos y merecedores de que se los destruya o, como mínimo, de que se redistribuyan obligatoriamente sus propiedades, energías y tiempo. Es obvio que semejante polarización puede generar un odio muy profundo. La tragedia está en que la polarización existe primero dentro del nativo, que entonces procede a suscitarla en el mundo exterior. Saturno desprecia las garras de Neptuno, y el lloriqueo con que proclama: "Es que no puedo evitarlo; la culpa es de los demás". Neptuno rehuye el gélido control de Saturno, y el desdén  burlón con que éste le insiste en que deje de lloriquear y se espabile. La combinación Saturno-Neptuno puede hablar con cualquiera de las dos voces. Incluso dentro del campo astrológico y del psicológico, es fácil ver a los planetas alineados en formación de combate, esgrimiendo complejas justificaciones filosóficas para lo que es esencialmente una lucha personal. Para que esta combinación realice su enorme potencial de llevar a la práctica visiones y sueños, es preciso que el nativo empiece por descubrir que ambas voces hablan desde su propio interior.


  


   Cuando Neptuno y Saturno se encuentran en aspecto, se enzarzan en una lucha profunda, aunque a menudo inconsciente. En ocasiones, esto genera en el nativo grandes dotes creativas y una capacidad notable para concretar sus visiones. Pero lo más frecuente es que el resultado sea que los principios fundamentales representados por uno u otro de los planetas se vean forzadamente enterrados y terminen por ser proyectados hacia fuera. Saturno se encuentra entonces prisionero de su propio miedo, condenado eternamente a patrullar las murallas, desperdiciando sus dotes en una búsqueda estéril de las fuerzas subversivas que jamás podrá terminar de echar a patadas. Y Neptuno se convierte en el prisionero de su propia pasividad, condenado eternamente a representar el papel de la víctima perseguida, desperdiciando sus dotes en una niebla de autocompasión y vagos sueños apocalípticos. Los contactos Saturno-Neptuno siempre requieren un perseguidor y una víctima.


Liz Greene, Págs. 346-347
Neptuno






        Los aspectos Saturno-Neptuno con frecuencia van asociados con la depresión, con sentimientos de miedo y prohibición, y con fobias y adicciones de una u otra clase. Es el rostro oscuro de estos aspectos. En muchos casos, el nativo se identifica con los valores saturninos, tiene la vivencia del mundo neptuniano como una amenaza tremenda y levanta barreras defensivas contra ella. Pero entonces es probable que proyecte hacia fuera lo que teme interiormente, produciéndose la característica angustia sin punto de referencia definido y la sensación de estar socavado  por fuerzas invisibles (los comunistas, los "viajeros" de la Nueva Era, las enfermedades contagiosas) que con tanta frecuencia acompañan a esta combinación de planetas en la carta natal. Ciertas enfermedades físicas y psicosomáticas también están vinculadas con esta combinación, en particular aquellas que se prolongan, que son difíciles de diagnosticar y que hacen que la persona se sienta desvalida, que es la forma que tiene el cuerpo de expresar un conflicto que el nativo siente como insoluble o que es inconsciente. También Saturno puede convertirse en el enemigo proyectado, si la persona se identifica con el mundo neptuniano.
   Esto, por lo que se refiere al lado sombrío. Algunos elementos de miedo y depresión pueden estar presentes también con los aspectos benignos, incluso aunque el nativo haya encontrado maneras productivas de elaborar los inevitables conflictos arquetípicos entre las necesidades de Saturno (de estructura, estabilidad, permanencia, arraigo en la forma y autosuficiencia) y las de Neptuno (de éxtasis, fusión, disolución, redención y retorno a la fuente). Pero por excelentes razones, a los contactos Saturno-Neptuno se los conoce también como "aspectos del artista", porque los mundos de la forma física y la imaginación sin fronteras, que parecen excluirse mutuamente, se encuentran, aunque sea de forma imperfecta, en la creación artística. Esta es la única esfera del esfuerzo humano en donde la fantasía y la realidad pueden dialogar sin que ninguna de ellas ampute elementos vitales de la otra. La combinación Saturno-Neptuno también puede tender hacia la política o hacia el lado más místico de las profesiones de ayuda a los demás, dando por resultado un equilibrio operativo. Pero el dominio de lo político está demasiado invadido por la envidia, la Codicia y la frustración como para que pueda dar cabida al Paraíso perdido de Neptuno, y el mundo de la sanación espiritual está demasiado lleno de dolor físico, enfermedad y muerte. Es probable que en estas esferas, Neptuno tenga que sufrir en exceso, y que esto lo arrastre a una amarga desilusión. En el campo del arte, ha de ser tolerante con la imperfección, pero no tiene que renunciar a la eternidad.
   ¿Esto significa que todas las personas con un contacto Saturno-Neptuno deben ser artistas? Es obvio que no. Hay quienes, simplemente, no poseen talento artístico, y también hay gente que se siente atraída con más fuerza por otras actividades no menos importantes. Sin embargo, las personas con algún aspecto Saturno-Neptuno, tarde o temprano, necesitarán adaptarse a la separación que hay entre el mundo de la visión y el de la forma, porque ninguno de los dos las abandonará. Y de hecho, también hay otros vehículos artísticos de los que convencionalmente se considera como tales. Para trabajar de forma constructiva con los aspectos Saturno-Neptuno, necesitaremos hacer una nueva tipo de esfuerzo que nos exija la misma dedicación, habilidad e imaginación que la música y la pintura, la poesía y el teatro, entonces si: toda persona Con un contacto Saturno-Neptuno necesita, en algún ámbito de la vida, ser un artista.


Liz Greene, pág. 368-369-370
Neptuno


  




NEPTUNO - QUIRON



Cuando Quirón está en aspecto con Neptuno, el anhelo de redención adquiere una nueva y apasionada urgencia, y el resultado puede ser una continua y desesperada búsqueda de algo que nos sirva de escapatoria, ya que no de sanación. O bien podemos adoptar una resignación de mártir que va destruyendo toda nuestra fe en la vida. Los contactos Quirón-Neptuno pueden llevarnos a una amargura y una desesperación extremas. Menos comúnmente pueden conferir un coraje y una aceptación del dolor que trascienden tanto la razón como la fe, y que sin embargo, tienen un poder curativo extraordinario para todos aquellos que están en presencia del nativo.
        La naturaleza del dolor de Quirón es problemática para muchas personas que trabajan en los campos de la curación y el asesoramiento psicológico, porque parece como si el reconocimiento de que no se puede cambiar algo constituyera una admisión de derrota. En la comunidad esotérica, eso provoca cólera, porque pone en tela de juicio las fantasías neptunianas de la salvación final y de la transformación mágica del sufrimiento. A este respecto, Quirón es tan enemigo de Neptuno como Saturno. Tiene en común con Saturno su exigencia de que se ha de aceptar la vida tal como es, en lugar de desear que sea de otro modo. A veces Quirón expresa su desafío mediante la disminución o la herida física. Aunque se puede trabajar, tanto en un nivel fisiológico como psicológico, con muy diversas enfermedades, hay estados físicos que ningún esfuerzo es capaz de alterar. Puede que sean congénitos, o que se deban a lesiones que no son “culpa" de nadie. Forman parte de la dimensión trágica de la existencia humana, y los retos que plantean, tanto a quien sufre la enfermedad como a quienes lo rodean, son enormes. Es probable que Neptuno reaccione con una violenta intensidad a tan inmerecido sufrimiento humano. La identificación con el pecador arquetípico puede generar un corrosivo sentimiento de "maldad" y culpabilidad. La identificación con la fuente divina puede generar la fantasía de haber sido "elegido". La identificación con la víctima arquetípica puede generar una abrumadora autocompasión, unida a una convicción, profundamente arraigada, de que otras personas deberían pagar por el sufrimiento de uno; o lo que es más común, una búsqueda frenética de un método que le permita a uno forzar hasta abrirlas, las puertas del Edén y tener acceso a la milagrosa curación de todos los sufrimientos. La medida en que Dios está dispuesto a intervenir sigue siendo, para las personas con contactos Quirón-Neptuno, un debate abierto.
        Al principio, el sanador herido, personificado por Quirón, puede parecer idéntico a la víctima redentora divina. Pero el papel que desempeña Quirón en el mito es el de un maestro, no el de un Mesías. Quirón, a pesar de su forma fantástica, es simplemente demasiado humano para ser reconocido como redentor. El nativo que se identifica con la combinación Quirón-Neptuno puede de hecho convertirse en un sanador, pero si Neptuno socava el realismo de Quirón, la compasión y el deseo auténtico de sanar y educar puede quedar contaminados por el autoengrandecimiento sin límites del bebé omnipotente. A uno lo han elegido; su condición de herido es algo "predestinado" y es la señal del favor divino uno es capaz de realizar cualquier cosa. Si los esfuerzos del nativo fracasan, puede caer en el terrible pozo de la rabia y la desesperación más negras. La dimensión más sombría de los aspectos Quirón-Neptuno reside en su predilección por el veneno emocional que, debido a la globalidad de su cólera, puede generar fantasías apocalípticas. Los demás también deben sufrir. En el mito, al centauro lo hieren en la cadera o en el muslo, es decir, en la mitad animal, no en la divina. Es probable que la sensación de Quirón de estar herido se relacione con la imperfección corporal o la fealdad. Neptuno, inherentemente opuesto a todo lo corporal, quizá responda con un abrumador sentimiento de pecado y una compulsión a trascender lo que es mortal e imperfecto. Con frecuencia, la experiencia quironiana de estar aislado del grupo se vincula con cuestiones de discriminación social o racial, o bien con la difícil situación de ser hijo o nieto de inmigrantes. Estos son problemas universales, y son básicamente imposibles de resolver en otro nivel que no sea el de la conciencia del colectivo, es decir, se trata de un proceso que con toda probabilidad, si es que llega a tener lugar, requerirá un tiempo muy largo. La vivencia de exclusión, si no conduce al exclusivismo, puede ser un poderoso generador de compasión, así como un trampolín para el tipo de autosuficiencia interior que le falta a Neptuno. Respecto de esto, los aspectos Quirón-Neptuno pueden ser muy capaces de reforzar la personalidad, aunque el nativo quizá necesite tener muchas experiencias extremas antes de hacer las paces con la naturaleza humana y con el mundo.
        El mundo de Quirón -la inocencia irrevocablemente perdida, el hecho de ser diferente y estar herido, la soledad- nos exige que ampliemos nuestra percepción de la realidad, y que tomemos la distancia suficiente para ver nuestra condición de víctimas dentro de una perspectiva más amplia. Neptuno aporta a estas experiencias humanas fundamentales un cansancio de la vida y un anhelo de redención del sufrimiento terreno, y evocando fantásticos sueños de salvación y venganza, es capaz de arrasar con los laboriosos esfuerzos quironianos por encontrar un sentido en el sufrimiento. A su vez, puede también verse abrumado por la cólera defensiva de Quirón, hasta el punto de que el nativo no se compadezca de nadie más que de sí mismo. Sin embargo, si es capaz de mantenerse en el justo medio entre estos dos planetas, ambos tan profundamente conectados con el misterio del sufrimiento humano, entonces Quirón puede ofrecer a Neptuno el realismo y la tolerancia de la vida que éste tanto necesita. Neptuno, a su vez, es capaz de brindar a Quirón la visión de un universo bondadoso que dé significado y dignidad a la infelicidad personal, aunque no pueda aliviarla. La combinación Quirón-Neptuno proporciona comprensión intuitiva y otros dones al nativo que desee afrontar el problema del sufrimiento interesándose por las dificultades ajenas, ya se trate de dedicarse activamente a una profesión de ayuda a los demás, o de realizar una obra creativa que exprese no sólo la desesperación de la humanidad, sino también su sueño del anhelado retorno.



Quirón en aspecto con Neptuno o en Piscis dibuja la herida como herida emocional: pérdida de confianza en los demás, que tiene como resultado un fuerte sentimiento de soledad, desorientación, desilusión emocional y falta de confianza en el propio colectivo. Es un dolor que ha dado profundidad a tu sentimiento de unidad con otras personas y puede generar poderosos sentimientos de compasión que a veces pueden ser depresivos.

Liz Greene

El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 326







NEPTUNO - URANO



 

El ciclo de Neptuno y Urano dura aproximadamente 172 años, de conjunción a conjunción. Si consideramos una determinada conjunción como el comienzo de un ciclo mayor, la totalidad del ciclo vuelve a empezar, dentro de los seis grados de orbe del punto de partida, cada 21 conjunciones o 3.600 años. En el siglo XX se ha producido una conjunción en Capricornio entre Urano y Neptuno. Se inició al final de 1987, llegó a la exactitud en febrero de 1993 y seguirá dentro de orbe, con ambos planetas a punto de entrar en Acuario, hasta el comienzo de 1999. La conjunción anterior de Urano y Neptuno llegó a la exactitud en 1821. Los precedentes tuvieron lugar en 1650 y 1478-1479. Como sucede con todos los tránsitos, los grandes movimientos colectivos que esta importante combinación simboliza no aparecen de repente cuando el aspecto es exacto. Son de gestación larga, anunciada generalmente por presagios significativos, de la misma manera en que, en la vida de una persona, los sueños y las coincidencias significativas pueden anunciar, a veces con años de anticipación, una importante crisis vital que culmina al mismo tiempo que el tránsito. Como la combinación Urano-Neptuno es una imagen de un largo ciclo histórico, cualquier aspecto importante entre ambos planetas se hará eco de los temas históricos indicados por aspectos anteriores, se edificará sobre ellos, los desafiará y al mismo tiempo los encarnará. Un contacto Urano-Neptuno representa una relación periódica entre el ingenio, la inventiva y el deseo de progreso del espíritu humano, y el anhelo no menos humano, de abandonar el sufrimiento de la vida para hallar, una vez trascendida ésta, la redención. Por naturaleza, los aspectos Urano-Neptuno son utópicos, aunque el tipo de utopía concebida pueda variar según cuál de los dos planetas domine.
         En un nivel colectivo, todos estos grupos están llamados a enfrentarse con un conflicto innato entre el poder del intelecto humano para transformar la realidad y el anhelo del corazón humano de encontrar una realidad totalmente diferente. En la medida en que estos aspectos estén vinculados con los planetas interiores en la carta natal especialmente con el Sol, la Luna y, quizás el más importante, Saturno, el nativo expresará este conflicto arquetípico en su vida personal. Por eso, es probable que las cuestiones indicadas por los planetas interiores lleguen a asumir una intensidad y una importancia impresionantes, algo que puede resultar difícil de entender para las personas en cuya carta no hay aspectos co