Kristina Lugn

Cuando los trenes habían pasado

Al clarear el día cuando los aptos para el trabajo se apresuran, suelo pararme junto a la entrada principal de La Compañía Nórdica.
Me quedo simplemente ahí.
Y espero.
Mientras parezca una vaca chiflada nadie se enojará conmigo, pienso.
A los aptos para el trabajo por lo general les gustan los animales manejables que han aprendido a no gruñir o echarse encima o gemir o lamentarse en las animadas calles y plazas.
Buldogs condescendientes y ovejas profesionalmente inseminadas, por ejemplo.
Tales criaturas dan una atmósfera especial a la imagen de la ciudad que hace que los aptos para el trabajo se detengan y disfruten un momento antes de seguir ajetreándose.
Yo adoro toda esa maldita gente que está de paso a algún lugar.
Los adoro, maldita sea.
Precisamente porque van hacia algún lugar.
Y mucho he visto cuán hermosos son.
Y justo por eso es tan importante que me controle. Y que sólo espere.
Y muja sólo un poco.
Totalmente quieta en mí.
Mientras espero que empiece en serio la gran soledad.

Kristina Lugn




En efecto hay fenómenos que ni son
comercialmente aprovechables
ni interesantes desde otros puntos de vista.
En efecto hay problemas que ni
pueden culpar a otros ni crear expectativas
de su atención.
En efecto existe un duelo
tan vivido
que se vuelve repulsivo.

Kristina Lugn




¿Es un músico
quien escala por la montaña?
O ¿cambiamos de estación?
¿Es un cambio de paradigma?

El viejo ladrón de miel
sonríe en la ventana del bajo mundo.
Dejan entrar el cielo
por los mares se aleja.

Levanto mi edad contra la pared.
me convierto en una advertencia
del futuro de los muertos.
¡Ay! anhelo el florecer.

Kristina Lugn




Está tronando...

Está tronando.
La música dispara contra mi corazón.
El amor es una herida de bala
en mi personalidad.
Veo que el director ha aterrizado.
Un coro de hombres marcha
debajo de mi vestido de verano.
En la mecedora, capas negras de agua.
Mis padres salen al jardín.
No los reconozco.
Es una foto.

Gunhild Bricken Kristina Lugn




Este pájaro
se ha vuelto casi tragicómico
mal dirigido.
Y no sé en casa de quién
le voy a dar refugio.
No sé dónde iré
cuando no me atreva a dar un paso más
en mi propia compañía.
 
Más, pienso a veces
que cuando uno está triste
ayuda mucho si alguien que uno ama
nos hace dormir como desde abajo
hasta calentarse y humedecerse despacio despacio
y uno recibe un nombre
que obliga a las sombras a abrir
sus puertas susurrantes.

Kristina Lugn




La humanidad vive a solo un
tiro emocional
del abismo.
Todos nosotros vivimos a solo un
salto de pensamiento
de la Osa mayor.
Ahora me encuentro
sólo a tiro de un beso
de la agencia funeraria.
En mi compañía tengo
un niño que grita
desde todos los rincones de la tierra.

 Kristina Lugn




La masa muscular se contrae
al envejecer.
El valor se hunde.
La capacidad de soportar
está en su cima.

Kristina Lugn





La pena tiene un nenúfar en su lago.
Allí voy a pedir permiso de residencia
voy a encontrar mi mirada
en el paisaje protegido
entre mi pérdida
y yo.

Y luego van a quitarme las armas
y van a anudar mis manos
y a cerrar mis ojos
y a abrir la jaula
y dejarán mi pájaro volar
en la realidad.

 Kristina Lugn



La soledad
no se asemeja a una tranquila noche hogareña
en el corsé color crepúsculo con un rollito de canela en el regazo
en absoluto se asemeja a una litera y su animado viaje
por los tristísimos paisajes terrestres de casitas perrunas
jamás se parecería a una princesa muerta
en una cuna reluciente de lágrimas
que nadie se atreve a secar.
 
No hay ningún
chartreuse verde
ningún vibrador de batería
en la carcomida escuelita de la soledad
pero hay hachas y cuerdas y cascadas
un gastado cable de electricidad, estiletes
que amistosamente y de repente sobresalen
de bananos ofrecidos
 
Hay espías
y vergas parecen tener
hay mostradores de ensaladas en cada buen supermercado
donde suelo estar al atardecer totalmente pacífica
masticando algo que no existe
y no soy más digna de lástima
que los demás cerdos degollados

Kristina Lugn




Me encontré viajeros
en estrechas cavidades
debajo del corazón
en túneles nunca mapeados he visto
ir a mis amigos
uno a uno
en gran tormento.
Ninguno de ellos fue indultado.

Tuvimos todos miedo hasta el final.

Kristina Lugn




Me quedé cuando los trenes habían pasado
y seguí viviendo con nuevos vecinos,
extraños, de espantoso gusto musical.
Pedí perdón sin arrepentirme.
Y desprecié mi hermano.
Miré a los ojos al verdugo
y me reconocí en su desesperación.
Toleré a los que no me toleraron
y eso me hizo malvado.
Y no logré salvar mi niña
cuando la casa se derrumbó sobre su hogar.

Kristina Lugn




Pese a todo no quise morir
Pese a todo sólo quise ser una bibliotecaria
que en verdad ama a sus clientes
sí, quise ser solamente un adorno para cada uno
que declama poesía en su soledad
y bebe infusión de fresas salvajes
en el sótano
y en el balcón de sacudir alfombras
 
Quería saber manejar aguja e hilo
cuchillo y tenedor, hoja de afeitar y clavos
un taladro querría tener o una cortadora de yerba
algún sedativo y algún estimulante
no querría tener ningún cerco de púas
alrededor de los cochinos bártulos de mi dormitorio
cuando el pájaro de nadie
silba para nadie
en los techos de las casas
y en las corrientes de agua
 
Quisiera ser entonces una funcionaria social
que entiende de verdad a sus clientes
¡Ay! entonces quisiera ser una enfermera
que conoce bien su oficio
una mueca de talento quisiera tener
y una posición de cuerpo digna de confianza
un secador eléctrico
un sostén elástico quisiera tener
y un par de ligas blancas
 
Después de todo no quise morir
preferí ser un deleite para cada quien
que hace aplicaciones textiles en su tiempo libre
y bebe infusión de diente de león
a la hora del lobo
cuando la mamá de nadie
silba para nadie
bajo la estrella más peligrosa
entre los ruinosos rascacielos
solo eso

Kristina Lugn



Quiero que vengas ahora!
Quiero que vengas ahora mismo!
Traete la calculadora.
Y el piano de cola Steinway.
Coge tiritas aspirinas colonia y compresas
una botella de agua mineral una botella de ginebra una botella de
whisky y
un vaso para el cepillo de dientes
una botella de Ajax una caja grande de somníferos una planta y
una pizza
y un pulmón artificial.
Quiero que vengas ahora mismo!
Tú, sí, quiero que vengas ahora mismo!
Y que me tomes por asalto.
Apagarás la lámpara del techo.
Y encenderás los candelabros.
Desconectarás el teléfono.
E inflarás los colchones de goma.
Secarás mis lágrimas y me harás comprender las cosas.
Cuando se ponga en sol tras la Ópera.
Y sea hora de irse a casa.
Entonces vendrás junto a mí.
Con tu corazón.
Y tu escopeta.
Para que nunca más vuelva a perder la cabeza.
En un cuarto de estar decorado con gusto.
Para que nunca más vuelva a estar en el alféizar de la ventana.
Con el aire un poco ido.
Y una rosa silvestre en la mano.
Para que nunca más vuelva a arrastrarme por los vagones del metro.
Con una canción calamitosa.
En mis labios agrietados.
Tienes que venir ahora, tienes que venir ahora mismo!
Simplemente porque si no yo no puedo resistir.
Simplemente porque me ahoga este maldito anhelo.
Simplemente porque soy una mujer completamente normal.
Del todo sana y un poco regordeta.
Bastante hacendosa amiga de ayudar y nerviosa.
Buena y dulce y muy miedosa.
Con interés por todo y una latente veta literaria.

Kristina Lugn




Soy un inquilino
sin propia entrada a las tinieblas.
Soy una historia
sin sujeto.
Sobrevivo
sin subtítulos.
Nadie busca mi nombre
y deja un marcador
en su página favorita.
Soy un estuche.

Kristina Lugn




Una ventana panorámica

Te será dada una
ventana panorámica
en manutención infantil.
El cielo estrellado será
la pared empapelada de tu sala
y Mozart escribirá la música.
 
Te será dada una casa
que te ame.
Te será dado un sentido
para el humor.
Y de Strindberg
sus obras recopiladas.
 
Y todos mis nietos.
Mi regalo para ti
es que hables muchos
idiomas y soportes todo
tipo de clima.
Tendrás buen
contacto con el suelo y
una buena altura del techo
con estuco.
Obtendrás una vida en que
se te perdona todo.
 
Claro de pensamiento serás.
Y fuerte en sentimiento.
Podrás divertirte.
Todo esto está contemplado en
el seguro de hogar.
Podrás vivir en paz.
 
Mi pensión alimenticia
para ti es que nunca
jamás dejes 
de esperar.
Tendrás un corazón valiente.
Y un intelecto audaz.
 
Y buena valoración.
 
En quien confíes
jamás soltará tu mano.
Mi regalo de navidad para ti
es que si caes
los seres humanos
se alegren al ayudarte
a levantarte.
 
Una sonrisa amistosa
atravesará
todo tu viaje.
Conseguiré un boleto gratis
enviado desde
mi soledad.
No esperes
heredar absolutamente
nada de mí.
Puedes quedarte con
todo el dinero.

Kristina Lugn



Vivíamos en la parte más alta de la casa
para poder tener la correcta altura de caída.
Todos los que saltaron murieron.
Todos los que saltaron se suicidaron.

Le digo a mi hija:
Sé combativa y tranquila
Domínate.
Lee siempre el libro completo.
Sigue la idea hasta un punto sin regreso.
El retroceso
lo matará.
No obedezcas nunca a tu madre.

 Kristina Lugn





Voy a permitirme unas reales vacaciones
después de la lucha mortal
voy a quedarme en casa
recargando las baterías
voy a leer los libros que no he alcanzado a leer
trataré sólo los seres más allegados
dormiré mucho por las mañanas, voy a soñar
y a estar hermosa.

Como cuando un anhelo regresa
de su largo exilio
como cuando un niño
confía en su madre
como cuando un desplazado
de repente ha regresado al hogar
— en ese sentimiento quiero descansar
después de la fase de expulsión.

Kristina Lugn





Yo en realidad no quería morir
en realidad solo quería ser una bibliotecaria
verdaderamente amante de sus clientes
si, yo quería ser una perla para todo el mundo
una perla que recita poesía en soledad
y toma té de frambuesa
en los sótanos
y en los balcones donde se sacuden las alfombras

Yo quería saber manejar aguja e hilo
tenedor y cuchillo, hoja de afeitar y clavo
también quería tener un taladro y un cortacésped
algo calmante y algo estimulante
yo no quería tener una alambrada de púas
en torno a mis obscenos bártulos de alcoba
cuando el pájaro de nadie
silbaba para nadie
en los tejados
y en los arroyos

Entonces yo quería ser una secretaria de asuntos sociales
que verdaderamente comprende a sus clientes
oh entonces quería ser una enfermera
que verdaderamente sabe bien su oficio
una mímica inteligente quería tener también
y un porte inspirador de confianza
un secador eléctrico quería yo tener
un sostén elástico
y un par de ligas blancas

Yo en realidad no quería morir
preferiría con mucho ser un gozo para todo el mundo
un gozo que hace aplicaciones de tela en su tiempo libre
y toma licor de diente de león
una hora antes del amanecer
cuando la madre de nadie
silba para nadie
bajo la estrella más peligrosa
entre los rascacielos ruinosos
sola

Kristina Lugn












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