“El proceso de crecimiento nos conduce a tomar mas conciencia de
nosotros mismos y asumir cada vez más nuestra propia responsabilidad.”
Daniel J.
Levinson
“Quienes rondan la cuarentena difieren notablemente
en su predisposición a reconocer y asumir su propia destructividad. Hay quienes
ni siquiera reconocen que pueden haber dañado a alguien y que rechazan,
incluso, haberlo deseado alguna vez; otros, por el contrario, se sienten tan
culpables que son incapaces de considerar el problema de una manera desapasionada
y distante; otros, en cambio, son relativamente conscientes de la ambivalencia
de sus sentimientos y reconocen, por tanto, que pueden sentir amor y odio, al
mismo tiempo, por la misma persona. En cualquiera de los casos, sin embargo, el
proceso de crecimiento nos conduce a tomar más conciencia de nosotros mismos y
asumir cada vez más nuestra propia responsabilidad.
Durante la crisis de la mediana
edad aun el más maduro y comprensivo de los hombres tiene mucho que aprender
sobre el papel que desempeña la destructividad en sí mismo y en la sociedad.
Entonces deberá asumir toda la rabia acumulada contra los demás y contra sí
mismo que porta consigo desde la infancia y profundizar en el odio que ha ido
acumulando a lo largo de toda su vida, reconocer que esos impulsos destructivos
internos coexisten con los impulsos creativos que le sirven para afirmar la
vida y descubrir nuevas formas de integrar ambas dimensiones de la existencia.
Pero este aprendizaje no es algo
consciente o intelectual que pueda lograrse mediante la simple lectura de unos
cuantos libros, la asistencia a unos pocos cursillos o la psicoterapia, aunque
todos estos factores, no obstante, son de inestimable ayuda a largo plazo en el
proceso de desarrollo. El principal aprendizaje debe tener lugar en las
entrañas de nuestra propia vida atravesando períodos de sufrimiento, confusión,
rabia contra los demás y contra nosotros mismos y nostalgia por las
oportunidades desaprovechadas y los aspectos perdidos de nuestro Yo.
Una de las posibles consecuencias
de afrontar esta polaridad consiste en el "sentimiento trágico de la
vida" que resulta de la comprensión de que los grandes fracasos y
adversidades no nos vienen impuestos desde el exterior sino que suelen ser una
consecuencia fatal de nuestros propios errores.”
Daniel J. Levinson
pág. 373-374 Tomado del Libro "Encuentro con la sombra" de C.
Zweig y J. Abrams, Ed. Kairós