Es él quien puede deber su vínculo al mundo de las imágenes y las
apariencias, estar ligado a ellas de forma sensual, voluptuosa, pecaminosa, y
aún así ser a la vez consciente de que pertenece al mundo de la idea y el
espíritu, lo mismo que el mago que convierte la apariencia en transparente para
que la idea y el espíritu sean visibles a través de ella.
Thomas
Mann