A Dafne ya los brazos le crecían

A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que al oro oscurecían.

De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
el árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!

Garcilaso de la Vega



"Así paso la vida, acrecentando
               materia de dolor a mis sentidos."

Garcilaso de la Vega


“Basta saber que aquesta tan sencilla y tan pura amistad quiso mi hado en diferente especie convertilla, en un amor tan fuerte y tan sobrado, y en un desasosiego no creíble, tal que no me conozco de trocado.” 

Garcilaso de la Vega



Como la tierna madre, que el doliente
hijo le está con lágrimas pidiendo
alguna cosa, de la cual comiendo
sabe que ha de doblarse el mal que siente,

y aquel piadoso amor no le consiente
que considere el daño que haciendo
lo que le pide hace, va corriendo,
aplaca el llanto y dobla el accidente,

así a mi enfermo y loco pensamiento
que en su daño os me pide, yo querría
quitalle este mortal mantenimiento.

Mas pídemelo y llora cada día
tanto, que cuanto quiere le consiento,
olvidando su suerte y aun la mía.

Garcilaso de la Vega



“Contigo, mano a mano busquemos otros prados y otros ríos, otros valles floridos y sombríos, donde descanse, y siempre pueda verte ante los ojos míos, sin miedo y sobresalto de perderte.” 

Garcilaso de la Vega



“Culpa debe ser quereros, según lo que en mí hacéis, más allá lo pagaréis do no sabrán conoceros, por mal que me conocéis.” 

Garcilaso de la Vega



“El corazón dispone a la alegría que vecina tenía, y reserena su rostro, y enajena de sus ojos muerte, daños, enojos, sangre y guerra.” 

Garcilaso de la Vega



“El sol tiende los rayos de su lumbre por montes y por valles, despertando las aves y animales y la gente: cuál por el aire claro va volando, cuál por el verde valle o alta cumbre paciendo va segura y libremente.” 

Garcilaso de la Vega




“Ella en mi corazón metió la mano,
y de allí me llevó mi dulce prenda:
que aquel era su nido y su morada.” 

Garcilaso de la Vega



“En tanto que de rosa y de azucena
Se muestra la color en vuestro gesto
Y que vuestro mirar ardiente, honesto,
Con clara luz la tempestad serena.” 

Garcilaso de la Vega



Escrito está en mi alma

Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis; yo lo leo
tan solo que aun de voz me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto,
que aunque no cabe en mí cuando en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.

Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.

Garcilaso de la Vega



“Estoy muriendo, y aun la vida temo; témola con razón, pues tú me dejas; que no hay, sin ti, el vivir para que sea.” 

Garcilaso de la Vega



“Más a las veces son mejor oídos el puro ingenio y lengua casi muda, testigos limpios de ánimo inocente, que la curiosidad del elocuente.” 

Garcilaso de la Vega



“No me podrán quitar el dolorido sentir, si ya primero no me quitan el sentido.” 

Garcilaso de la Vega



"No pierda más quien ha tanto perdido, 
 bástate, amor, lo que ha por mí pasado."

Garcilaso de la Vega



“¡Oh bienaventurado, que sin ira, sin odio, en paz estás, sin amor ciego, con quien acá se muere y se suspira, y en eterna holganza y en sosiego vives y vivirás cuanto encendiere las almas del divino amor el fuego!” 

Garcilaso de la Vega




“Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.” 

Garcilaso de la Vega


"… solo, desamparado,
ciego, sin lumbre, en cárcel tenebrosa."

Garcilaso de la Vega



Soneto 1

Cuando me paro a contemplar mi 'stado
y a ver los pasos por do m'ha n traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
mas cuando del camino 'stó olvidado,
a tanto mal no sé por do he venido;
sé que me acabo, y más he y o sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.
Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme
si quisiere, y aún sabrá querello;
que pues mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacello?

Garcilaso de la Vega




Soneto XIV

Como la tierna madre, que el doliente
hijo le está con lágrimas pidiendo
alguna cosa, de la cual comiendo
sabe que ha de doblarse el mal que siente,

y aquel piadoso amor no le consiente
que considere el daño que haciendo
lo que le pide hace, va corriendo,
aplaca el llanto y dobla el accidente,

así a mi enfermo y loco pensamiento
que en su daño os me pide, yo querría
quitalle este mortal mantenimiento.

Mas pídemelo y llora cada día
tanto, que cuanto quiere le consiento,
olvidando su suerte y aun la mía.

Garcilaso de la Vega



Soneto XXV


¡Oh hado ejecutivo en mis dolores,
cómo sentí tus leyes rigurosas!
Cortaste el árbol con manos dañosas,
y esparciste por tierra fruta y flores.

En poco espacio yacen los amores,
y toda la esperanza de mis cosas
tornados en cenizas desdeñosas,
y sordas a mis quejas y clamores.

Las lágrimas que en esta sepultura
se vierten hoy en día y se vertieron,
recibe, aunque sin fruto allá te sean,

hasta que aquella eterna noche oscura
me cierre aquestos ojos que te vieron,
dejándome con otros que te vean.

Garcilaso de la Vega



“Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma mismo os quiero.” 

Garcilaso de la Vega