“Como todos ustedes saben, no hay ningún escritor que escriba todo lo
que piensa, es muy difícil trasladar el pensamiento a la escritura, creo que
nadie lo hace, nadie lo ha hecho, sino que, simplemente, hay muchísimas cosas
que al ser desarrolladas se pierden.”
Juan Rulfo
“Concretando: se trabaja con imaginación, intuición y una verdad
aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere
dar a conocer.”
Juan Rulfo
“Conforme se publica un cuento o un libro, ese libro está muerto; el
autor no vuelve a pensar en él. Antes, en cambio, si no está completamente
terminado, aquello le da vueltas en la cabeza constantemente: el tema sigue
rondando hasta que uno se da cuenta, por experiencia propia, de que no está
concluido, de que algo se ha quedado dentro; entonces hay que volver a iniciar
la historia, hay que ver dónde está la falla, hay que ver cuál es el personaje
que no se movió por sí mismo.”
Juan Rulfo
"De verdad, cuídate mucho, come y duerme bien y sueña con los angelitos y no en esta cosa maligna que soy yo. Pero no me olvides."
Juan Rulfo
"De los cerros altos del sur, el de Luvina es el más alto y el más pedregoso. Está plagado de esa piedra gris con la que hacen la cal, pero en Luvina no hacen cal con ella ni le sacan ningún provecho. Allí la llaman piedra cruda, y la loma que sube hacia Luvina la nombran Cuesta de la Piedra Cruda. El aire y el sol se han encargado de desmenuzarla, de modo de que la tierra de por allí es blanca y brillante como si estuviera rociada siempre por el rocío del amanecer; aunque esto es un puro decir, porque en Luvina los días son tan fríos como las noches y el rocío se cuaja en el cielo antes que llegue a caer sobre la tierra.
Y la tierra es empinada. Se desgaja por todos lados en barrancas hondas, de un fondo que se pierde tan lejano. Dicen los de Luvina que de aquellas barrancas suben los sueños; pero yo lo único que vi subir fue el viento, en tremolina, como si allá abajo lo hubieran encañonado en tubos de carrizo. Un viento que no deja crecer ni a las dulcamaras: esas plantitas tristes que apenas si pueden vivir un poco untadas en la tierra, agarradas con todas sus manos al despeñadero de los montes. Sólo a veces, allí donde hay un poco de sombra, escondido entre las piedras, florece el chicalote con sus amapolas blancas. Pero el chicalote pronto se marchita. Entonces uno lo oye rasguñando el aire con sus ramas espinosas, haciendo un ruido como el de un cuchillo sobre una piedra de afilar."
Juan Rulfo
Luvina
"De verdad, cuídate mucho, come y duerme bien y sueña con los angelitos y no en esta cosa maligna que soy yo. Pero no me olvides."
Juan Rulfo
“Desgraciadamente yo no tuve quien me contara cuentos; en nuestro pueblo
la gente es cerrada, sí, completamente, uno es un extranjero ahí.”
Juan Rulfo
"Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros. Uno ha creído a veces, en medio de este camino sin orillas, que nada habría después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta llanura rajada de grietas y de arroyos secos. Pero si, hay algo. Hay un pueblo. Se oye que ladran los perros y se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza. Pero el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo acerca. Hemos venido caminando desde el amanecer. Ahorita son algo así como las cuatro de la tarde. Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde está colgado el sol y dice: —Son como las cuatro de la tarde. Ese alguien es Melitón. Junto con él, vamos Faustino, Esteban y yo. Somos cuatro. Yo los cuento: dos adelante, otros dos atrás. Miro más atrás y no veo a nadie. Entonces me digo: "Somos cuatro." Hace rato, como a eso de las once, éramos veintitantos; pero puñito a puñito se han ido desperdigando hasta quedar nada más este nudo que somos nosotros."
Juan Rulfo
Nos han dado la tierra
“El tiempo es más pesado que la más pesada carga que puede soportar el
hombre.”
Juan Rulfo
“Estas pláticas que yo tengo con mi conciencia son a veces muy largas,
duran días enteros; por eso no resulta que me ponga a contártelas en esta pobre
carta. De verdad, cuídate mucho, come y duerme bien y sueña con los angelitos y
no en esta cosa maligna que soy yo. Pero no me olvides.”
Juan Rulfo
Hacía tantos años que no alzaba la cara,
que me olvidé de mirar el cielo.
Juan Rulfo
“La gente se muere dondequiera. Los problemas humanos son iguales en
todas partes.”
Juan Rulfo
“¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido.”
Juan Rulfo
“La imaginación es infinita, no tiene límites, y hay que romper donde
se cierra el círculo; hay una puerta, puede haber una puerta de escape, y por
esa puerta hay que desembocar, hay que irse.”
Juan Rulfo
“La novela, dicen, es un género que abarca todo, es un saco donde cabe
todo, caben cuentos, teatro o acción, ensayos filosóficos o no filosóficos, una
serie de temas con los cuales se va a llenar aquel saco; en cambio, en el
cuento tiene uno que reducirse, sintetizarse y, en unas cuantas palabras, decir
o contar una historia que otros cuentan en doscientas páginas.”
Juan Rulfo
"La vida no es otra cosa sino un estudio del bien o mal
morir."
Juan Rulfo
Juan Rulfo
Pedro Páramo
“Mi madre se llamaba María Vizcaíno y estaba llena de bondad, tanta,
que su corazón no resistió aquella carga y reventó. No, no es fácil querer
mucho, Juan.”
Juan Rulfo
“Los problemas sociales se pueden plantear de una manera artística. Es
difícil evadir de una obra el problema social, porque surgen estados
conflictivos, que obligan al escritor a desarrollarlo.”
Juan Rulfo
"Me haré a la idea de que te soñé -dijo-. Porque la verdad es que te conozco de vista desde hace mucho tiempo, pero me gustas más cuando te sueño. Entonces hago de ti lo que quiero. No como ahora que, como tú ves, no hemos podido hacer nada."
Juan Rulfo
"Nada puede durar tanto, no existe ningún recuerdo por intenso que sea que no se apague."
Pedro Páramo
"No, nunca creí que el amor que te fuera a tener me atormentara tanto. Ahora me conformo con tus cartas, con esos pedacitos de tu pensamiento, y beso tu nombre y las palabras allí escritas con tus manos tan dulcemente queridas."
Juan Rulfo
"No tenía ganas de nada, sólo de vivir."
Juan Rulfo
"Perdóname si he exigido mucho de ti, quizá demasiado, que haya querido que tu corazón palpitara fuera de tiempo, como yo hago con el mío; pero yo soy un desequilibrado de amor y tú no, ahora lo sé y sé también que por eso me gustas así, porque eres como la brisa suave de una noche tranquila."
Juan Rulfo
"Pero si sé que a veces, cuando me examino el alma, la siento un poco quebrada."
Juan Rulfo
"-¿Qué es? -Me
dijo.
-¿Qué es qué? -Le
pregunté.
-Eso, el ruido ese.
-Es el
silencio."
Juan Rulfo
"Se me perdían los ojos mirándote. Los rayos de la luna filtrándose sobre tu cara. No me cansaba de ver esa aparición que eras tú."
Juan Rulfo
“Se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando
esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer.
Creo que eso es, en principio, la base de todo cuento, de toda historia que se
quiere contar.”
Juan Rulfo
“Tengo la boca llena de ti, de tu boca. Tus labios apretados, duros
como si mordieran oprimidos mis labios...”
Juan Rulfo
"Todo el tiempo que vivimos
hacia el mar caminamos;
rodeando si velamos;
y atajando si dormidos."
Juan Rulfo
“Todo escritor que crea es un mentiroso; la literatura es mentira,
pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es,
pues, uno de los principios fundamentales de la creación.”
Juan Rulfo
"Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. No dejes de ir a visitarlo -me recomendó-. Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte. Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo después que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.
(...)
Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre; de su nostalgia, entre retazos de suspiros. Siempre vivió ella suspirando por Comala, por el retorno; pero jamás volvió. Traigo los ojos con que ella miró estas cosas.
(...)
Me enterraron en tu misma sepultura y cupe muy bien en el hueco de tus brazos. Aquí en este rincón donde me tienes ahora. Sólo se me ocurre que debería ser yo la que te tuviera abrazado a ti. ¿Oyes?. Allá afuera está lloviendo.
(...)
Tengo la boca llena de ti, de tu boca. Tus labios apretados, duros como si mordieran oprimidos mis labios... Trago saliva espumosa; mastico terrones plagados de gusanos que se me anudan en la garganta y raspan la pared del paladar... Mi boca se hunde, retorciéndose en muecas, perforada por los dientes que la taladran y devoran. La nariz se reblandece. La gelatina de los ojos se derrite. Los cabellos arden en una sola llamarada."
Juan Rulfo
Pedro Páramo
"Y beso pedacito a pedazo cada parte de tu cara y nunca acabo de quererte."
Juan Rulfo
Cartas a Clara
“Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre; de su
nostalgia, entre retazos de suspiros. Siempre vivió ella suspirando por Comala,
por el retorno; pero jamás volvió. Traigo los ojos con que ella miró estas
cosas.”
Juan Rulfo
“Yo lloro, sabes, lloro a veces por tu amor. Y beso pedacito a pedazo
cada parte de tu cara y nunca acabo de quererte.”
Juan Rulfo
“Yo vivo muy encerrado, siempre muy encerrado. Voy de aquí a mi oficina y párale de contar. Yo me la vivo angustiado. Yo soy un hombre muy solo, solo entre los demás.”
Juan Rulfo