“Cuando una persona piensa: “Soy demasiado bueno o demasiado amable
contigo; me he entregado demasiado a ti”, esta persona se olvida de que la
amabilidad, la bondad y la entrega son más extensas que el horizonte. Nadie
puede ser demasiado bueno, nadie puede ser demasiado amable, y nadie puede
entregarse demasiado. Cuando surge una discusión entre amigos, y uno de ellos
dice: “He hecho mucho por ti, he sufrido mucho por ti, he pasado muchas
molestias por tu culpa, he tenido muchas dificultades en mi vida por tu causa”,
entonces está hablando con el lenguaje de los negocios. Se necesita llevar un
diario con lo que se da en forma de amor, de amabilidad, bondad y sacrificio.
Un verdadero amigo hace todos los sacrificios que puede, y jamás piensa en
ello; ni siquiera permite que su mete los tenga en consideración... Si una
persona ha aprendido la forma de la amistad, no necesita aprender nada más; lo
sabe todo. Ha aprendido la religión más elevada, puesto que es de esta forma
como uno va hacia Dios.”
“El único principio que debemos recordar en el camino de la simpatía
es el de que todos debemos hacer lo mejor posible en relación con el placer de
aquellos a quienes amamos y de quienes están con nosotros. Pero no debemos
esperar lo mismo de ellos. Pues debemos darnos cuenta de que el mundo es como
es, y no lo podemos cambiar; sólo podemos cambiarnos a nosotros mismos. El que
quiere que los demás hagan lo que él desea se hallará siempre en conflicto...
Deberá recordar que tener lástima de sí mismo es la peor forma de pobreza. La
persona que toma la vida de este modo, que considera que su pobre yo está sendo
olvidado, despreciado o maltratado por todo el mundo, por los planetas e
incluso por Dios, para esta persona no existe la esperanza, es un exiliado del
jardín del Edén. Pero el que dice: “Yo sé cómo es la naturaleza humana, no
puedo esperar nada mejor; lo único que tengo que hacer es recibir y apreciar
cualquier pequeño bien que se desprenda de esa naturaleza, y estar agradecido
por ello, y tratar de dar lo mejor que pueda a los demás”, posee la única
actitud que lo capacitará para desarrollar su naturaleza simpática... La
recompensa de la vida es la vida misma.”
Hazrat
Inayat Khan
Hazrat Inayat Khan
Tomada del libro La ciencia y las prácticas espirituales de Rupert Sheldrake, página 168
“Los maestros son quienes se han superado a sí mismos, y la maestría
consiste en el dominio de la mente. Cuando la mente se convierta en tu fiel
servidor, el mundo entero estará a tu servicio.”
Hazrat
Inayat Khan
"Mi corazón se ha roto y se ha vuelto a unir una y otra vez.
Mi corazón ha sido quebrado y volvió a ser entero.
Mi corazón ha sido herido y sanado una y otra vez.
Un millar de muertes mi corazón ha muerto, y gracias al amor, vive todavía."
Hazrat Inayat Khan
“Te busqué, pero no pude
encontrarte;
Te llamé en alta voz, de pie
sobre el minarete;
a la salida y la puesta del
sol,
hice sonar la campana del
templo (...)
Te busqué sobre la Tierra; Te
busqué en los Cielos,
mi Bienamado, pero finalmente
Te he encontrado
oculta como una perla en la
concha de mi corazón.”
Hazrat Inayat Khan
Gayan, Vadan, Nirtan