“Aceptar un regalo con donaire y de buen grado, aunque no tengamos otro con qué corresponder, es corresponder.”

Leigh Hunt



Abou Ben Adhem
(fragmento)

Abou Ben Adhem (grande puede ser su prole)
se despertó una noche de un profundo y pacífico sueño,
contemplando cómo refulgía la luna en su habitación,
adornándola, y como un floreciente lirio,
un alado ángel escribía en un áureo cuaderno:

Impelido por la excedente paz,
inquirió osadamente a la celeste presencia.
¿Qué escribes? El ser alado alzó levemente su faz,
y con esbozo de dulce acuerdo en su mirada,
respondió: Los nombres de aquéllos que aman al Señor.

¿Es el mío uno de ellos? preguntó Abou.
No, terció el ángel. Abou habló con voz queda
pero llena de energía: Te ruego que escribas mi nombre
como uno que ama a sus semejantes.

Así lo consignó el ángel y se difuminó. A la noche siguiente
hizo de nuevo acto de presencia en medio de una gran
iridiscencia y le mostró los nombres de aquéllos que habían
sido bendecidos por el amor de Dios y he aquí
que el nombre de Ben Adhem figuraba en primer lugar. 

James Henry Leigh Hunt



Para John Keats

Es bueno que me creas de verdad uno de esos
Cuyo sentido discierne la hermosura de las cosas;
Porque seguramente como siento el pájaro que canta
Detrás de las hojas, o el amanecer mientras crece,
O la abeja rica que se regocija mientras anda,
O el alegre resultado de los manantiales emergentes,
O sobre mi cabeza el deslizamiento de las alas de una paloma,
O césped, o árboles, o, en medio de todo, reposo.
Y seguramente como siento las cosas aún más hermosas,
La mirada humana y la forma armoniosa
Conteniendo mujer, y la sonrisa enferma,
Y un corazón como el de Charles, sabio y cálido,
Tan seguro como todo esto, veo, incluso ahora,
Young Keats, un laurel en flor en tu frente.

James Henry Leigh Hunt



Un pensamiento del Nilo

Fluye a través del antiguo Egipto silencioso y sus arenas,
Como un pensamiento poderoso y grave enhebrando un sueño,
Y los tiempos y las cosas, como en esa visión, parecen
Manteniendo sus posiciones eternas,
Cuevas, pilares, pirámides, las bandas de pastores
Que vagaba por el mundo joven, la gloria extrema
De alta Sesostris, y ese rayo del sur,
La reina risueña que atrapó las grandes manos del mundo. 

Luego viene un silencio más poderoso, severo y fuerte,
Como de un mundo que quedó vacío de su multitud,
Y el vacío nos pesa; y luego nos despertamos,
Y escucha la fructífera corriente fluyendo
Twixt aldeas, y piensa cómo tomaremos
Nuestro propio viaje tranquilo por el bien humano.

James Henry Leigh Hunt