“Afrontar la vida con la ayuda de la moral que se nos transmite es como situarse sobre una cuerda oscilante colocada sobre un abismo (...) sin otra ayuda que un consejo: ¡mantente muy erguido!”

Robert von Musil


“Ahora no sé nada de enigmas. Las cosas suceden; he aquí la suprema sabiduría.”

Robert Musil


“Anhelaba sentir por fin algo concreto en su interior; necesidades definidas que establecieran una clara distinción entre el bien y el mal, entre lo útil y lo inútil; anhelaba una capacidad de elección aun cuando pudiera equivocarse; es decir, prefería en cualquier caso equivocarse a ir por el mundo sólo con la sensibilidad a flor de piel.”

Robert Musil


“Como alma noble, no conocía la ley de la causa, según la cual el hombre se conduce en la vida privada de distinto modo que en su vida profesional. No sabía que los políticos, después de haberse llamado mutuamente en la sala de juntas canallas e impostores, se reúnen amigablemente a desayunar en el bar.”

Robert Musil


“Cuando uno ama, todo es amor, aunque vaya unido al dolor y al aborrecimiento.”

Robert Musil



"Desde que estoy aquí vivo en un sueño del orden. Nadie crítica mi conducta desmedida. Al contrario, entre los presidiarios soy una persona encantadora, mi inteligencia es extraordinaria. Soy una autoridad literaria, escribo las cartas de los vigilantes. Todo el mundo me admira. Yo, que en el mundo de los justos era un mediocre, en el de los injustos soy un verdadero genio moral, un intelectual de altos vuelos. No hago nada por dinero, sino por alabanza y autoadmiración. Trabajo otra vez como sastre. Ah, la vida espléndida del trabajo, mi alma es una aguja finísima, vuela horas enteras, entra y sale por semanas, zumba como una abeja diligente. Y en mi cabeza hay tan poco como adentro de una tumba, y las abejas zumban."

Robert Musil
El sastre



“Dos mil hombres condenaron a muerte a vuestro amigo Moosbrugger porque ellos no lo van a ejecutar con sus propias manos.”

Robert Musil




“El egoísmo es la propiedad más segura de la vida humana. Gracias a él han conseguido el político, el soldado y el rey ordenar tu mundo con astucia y coacción. Ésa es la melodía de la humanidad; Tú y yo tenemos que reconocerlo. Desterrar la coacción supondría debilitar el orden.”

Robert Musil


"En aquellas salas había sosiego; si se ponía a mirar desde el sitio que ocupase el campo abierto a través de los arcos sombríos y profundos, aquello le parecía estar lejos, difuminado, velado como con una grisácea luz nevosa. Y luego, las personas aparecían singularmente corpóreas, impetuosas y pesando sobre siluetas bien marcadas. Habló con ellos sólo sobre las cosas más impersonales y no oyó a su vez más que otras del mismo género, pero, a veces, hasta eso era casi como una entrega de sí misma. Y quedaba maravillada, pues estos seres no le gustaban, en ninguno de ellos notó siquiera un detalle que la atrajera, propiamente, todos y cada uno de ellos la repelían por las cualidades de su nivel de vida inferior; y, con todo, sentía en ellos al hombre, el otro sexo, con una claridad que le parecía no haber vivido antes nunca o, por lo menos, olvidada hacía ya mucho tiempo. Se dio cuenta de que era la impresión de su rostro, sublimada en la penumbra, aquello tan pesadamente ordinario y, sin embargo, tan incomprensiblemente elevado por su fealdad, lo que flotaba incierto en torno a aquellos seres, como barrunto de gigantescos y groseros animales cavernícolas. Y, poco a poco, empezó a echar de ver, también aquí, aquella vieja sensación de desamparo que ella sentía una y otra vez desde que estaba sola, y comenzó a perseguirla en cada detalle una singular impresión de sumisión, en pequeños giros de la conversación, en la atención con que tenía que oírlos, incluso en el simple hecho de estar sentada allí y hablar."

Robert Musil
Uniones
  

“En el campo -seguía pensando-, los dioses se acercan a los hombres, uno es algo y vive su vida; no obstante, en la ciudad, donde tienen lugar miles de acontecimientos más, nadie es ya capaz de relacionarse con ellos: así comienza la célebre abstracción de la vida.”

Robert Musil
  

"La “compañera” -junto a otras muchas ideas más que dudosas sobre la vida, la socialdemocracia creó esa palabra y ese concepto durante el período en que detentó el poder. –Compañera al margen de cualquier sacramento o coacción estatal. Simplemente, la dignidad de la vida humana. – La común aceptación de penas y alegrías a lo largo de muchos años no tiene nada que ver con la pasión, pero se acerca más a la constitución. –Estar decididos a soportar la vida juntos. Con todo lo que ello comporta de inmensa ambigüedad y de falta de confianza. –Desde la infancia estamos destinados a una unión de esa clase. Deseamos tener una compañera aun antes de que nuestra sexualidad esté suficientemente desarrollada y en condiciones de ser utilizada. Es posible que tales personas estén destinadas una a otra. –La sexualidad es una de esas fuerzas naturales a la que ambos, juntos, se ven expuestos. –No es que la despierten en el otro, sino que la reciben del otro. –Es positivo que su encuentro se produzca cuando ambos son aún vírgenes. –Transforman la perfidia en confianza. –Ninguno de los dos le arrebata al otro ni un solo fragmento del mundo. Ese acuerdo implica que uno de los dos admire al otro en la medida en que lo necesita. O, si no lo hace (belleza, lírica), se requiere que el otro lo comprenda. O que ambos sientan una admiración común (no una admiración recíproca) por el hecho de estar juntos."

Robert Musil
Diarios



"La moral de nuestro tiempo, por mucho que se hable, es la moral de la producción. Cinco quiebras más o menos fraudulentas no importan, cuando a la quinta sigue una época de abundancia y prodigalidad. El éxito puede hacer que todo se olvide."

Robert Musil



“La realidad es la que despierta las posibilidades; nada sería tan absurdo como negarlo. No obstante, en el total o en el promedio permanecerán siempre las mismas posibilidades y se repetirán hasta que venga uno al que las cosas reales no le interesen más que las imaginarias. Éste es el que da a las nuevas posibilidades su sentido y su fin y el que las inspira.”

Robert Musil


“Lo que ocurre realmente es trivial al lado de lo que pudiera ocurrir.”

Robert Musil


“Mi andadura: la de un hombre que no está de acuerdo consigo mismo.”

Robert Musil



"Muchas personas se ven atraídas por los destinos célebres en sus vacaciones. Toman cerveza en el jardín de sus hoteles, y si por casualidad conocen personas agradables, ya están esperando recordarlas. El último día de sus vacaciones van a la librería más cercana, compran postales de paisajes y luego le compran más al mozo del hotel. Estas postales son prácticamente idénticas en todo el mundo. Los árboles y céspedes son de un verde venenoso, los cielos azules como un pavo real, los acantilados grises y rojos. Las casas parecen apoyadas apaciblemente, como si de un momento al otro fueran a desprenderse de la superficie; y el color es tan intenso que atraviesa el papel. Si el mundo realmente luciera así, en verdad no habría nada mejor que hacer que pegarle una estampilla y echarlo por el buzón más cercano. En estas postales de paisajes las personas escriben: «Este lugar es indescriptiblemente bello», o «la estamos pasando de maravillas», o «qué pena que no están aquí para ver toda esta belleza». En ocasiones también escriben: «No tienen idea lo bello que es este lugar», o «¡qué bien la estamos pasando!».
¡No hay que malinterpretar a estas personas! Es cierto que están muy felices de estar de vacaciones viendo tantas cosas bellas que otros no pueden ver; pero en verdad los entristece y avergüenza tener que ver efectivamente estas cosas. Si una torre es más alta que otras torres, un precipicio más profundo que el común de los precipicios, o una pintura reconocida especialmente grande o pequeña, está bien, pues la diferencia puede ser verificada y puede conversarse acerca de ello. Es por este motivo que buscan un afamado palacio que sea especialmente amplio o especialmente antiguo, y entre los paisajes, prefieren los silvestres. Si tan sólo se les pudiera mentir con los horarios de los trenes, los precios de los hoteles, los uniformes (¡pero justamente nunca se los podría engañar con eso!), y llevarlos sin que se den cuenta a un acantilado en Saxon, sin duda se los convencería de sentir una auténtica emoción cervina. Si, por el contrario, algo no es alto, profundo, grande, pequeño o de colores estridentes; en pocas palabras, si algo no es un fenómeno digno del que hablar, sino simplemente bello, se quedan mudos, como si hubieran dado un gran bocado que no sube ni baja, demasiado blando como para asfixiar y lo suficientemente consistente como para dejar pasar una palabra. Entonces emergen los ¡ohs! y ¡ahs!, dolorosas sílabas de sofocamiento. No llegan a empujar el bocado con los dedos, y todavía no encuentran mejor forma de extraer las palabras necesarias. No está bien burlarse de esto. Tales exclamaciones expresan un sentimiento de opresión muy doloroso.
Los críticos de arte experimentados, naturalmente, tienen sus propias técnicas sobre las que se pueda decir algo, pero eso sería ir demasiado lejos. Y además, aun el común de los hombres incorruptos, a pesar de los desagradables efectos del sofocamiento, sienten una genuina satisfacción al enfrentarse cara a cara con algo que, según los expertos, es hermoso. Esta satisfacción posee sus propios y curiosos matices. Posee, por ejemplo, un poco de ese mismo orgullo que sientes cuando puedes decir que pasaste por el banco a la misma hora en que el famoso ladrón de bancos X escapó. Otros simplemente se ven cautivados por poner un pie en la ciudad en la que Goethe pasó ocho días, o de conocer a la prima política de la señora que nadó por primera vez en el canal inglés. Hay incluso personas que encuentran fantástico simplemente vivir en ese mismo momento histórico. El asunto siempre pareciera girar en torno al haber estado allí; aunque en general requiere ciertos elementos de complicación, que tenga un aire de exclusividad. Pues aunque las personas mientan fingiendo estar absolutamente concentradas en sus ocupaciones, sienten una especie de infantil deleite por el supuesto prestigio que otorgan esas experiencias personales."

Robert Musil
Atrapamoscas



"Ninguna frontera tienta más al contrabando que la de la edad."

Robert Musil



"No es que el genio se adelante un siglo a su tiempo, es la humanidad la que se halla cien años detrás de él."

Robert Musil


“Nos lanzamos de rodillas en el subsuelo del tiempo y creemos pertenecer al presente.”

Robert Musil



“No me interesa la explicación real de los acontecimientos reales. Tengo una pésima memoria. Por lo demás, los hechos son siempre intercambiables. Me interesa el momento imaginativo, quiero decir: lo fantasmal de los acontecimientos.”

Robert Musil


“Ninguna frontera tiene más al contrabando que la de la edad.”

Robert Musil


"Para que resalten los contornos del concepto de estupidez es necesario sobre todo no quedarse sólo en la concepción de que la estupidez es preferentemente una falta de inteligencia; ya hemos indicado que la opinión más general parece ser la de la incapacidad en las actividades más diversas, de la insuficiencia física e intelectual en general. Un ejemplo significativo de ello lo tenemos en nuestros dialectos locales, la definición de la sordera, es decir, de un defecto físico, con la palabra derisch o terisch, que probablemente significa torisch, y que se acerca, por tanto, a la estupidez. Y, como en este caso, la acusación de estupidez se usa popularmente también en otros casos. Cuando un deportista cae en el momento decisivo o comete un error, dice: «¡Estaba como atontado!» o bien: «¡No sé bien dónde tenía la cabeza!», aunque la participación de la cabeza en la natación o en el boxeo se pueda siempre considerar como más bien vaga. También entre los muchachos
y los deportistas, uno que se comportase neciamente se vería tachado de estúpido, aunque fuese un Hölderlin. Además, existen situaciones de negocios en que quien no sea astuto y sin escrúpulos pasa por ser estúpido. En conjunto, esas son estupideces ligadas a sabidurías más antiguas que la que se alaba oficialmente; y, si no estoy mal informado, en la era germánica antigua, no sólo las concepciones morales, sino también las nociones de lo competente, experto y sabio, es decir, las nociones intelectuales, se referían a la guerra y a la lucha. Así pues, a toda sabiduría le corresponde su estupidez, e incluso la psicología animal ha descubierto en sus pruebas de inteligencia que a todo «tipo de prestación» se podía atribuir un «tipo de estupidez».
Por eso, si quisiésemos encontrar un significado de la inteligencia, lo más extenso posible, resultaría de estas comparaciones poco más o menos el de habilidad y capacidad, y todo lo que es incapaz se podría llamar estúpido; y así es en realidad cuando una habilidad perteneciente a una estupidez no recibe al pie de la letra el nombre de inteligencia. Que la habilidad ocupa el primer lugar y satisface en un momento determinado el concepto de inteligencia y de estupidez es algo que depende de la forma de vida. En épocas de seguridad individual serán la justicia, la violencia, la agudeza de los sentidos y la agilidad física las que caractericen el concepto de inteligencia, mientras que en épocas de una mentalidad de vida más espiritual –con las reservas necesarias, se podría incluso decir: burguesas–, se sustituyen por el trabajo intelectual. Más exactamente, debería ser el trabajo intelectual más elevado, pero en el desarrollo de las cosas ha resultado la preponderancia de la prestación racional, que se ve escrita en el rostro vacío, bajo la dura frente de una activa humanidad; y así ha resultado que hoy día la inteligencia y la estupidez se refieren sólo, como si no pudiese ser de ninguna otra forma, al raciocinio y a los diferentes grados de su habilidad, aunque ello sea más o menos unilateral.
La concepción general de incapacidad unida desde el principio a la palabra «estúpido» –ya sea en el sentido de incapaz frente a cualquier cosa o bien en el de una cualquiera incapacidad específica– tiene además una consecuencia importante: los términos «estúpido» y «estupidez», en cuanto significan incapacidad genérica, pueden sustituir, a veces, cualquier palabra que indique una incapacidad específica. Este es uno de los motivos por los que la acusación recíproca de estupidez está hoy tan difundida. (En otro contexto, ésa es también la razón por la que el concepto es tan difícil de delimitar, como mostraban nuestros ejemplos). Basta leer las anotaciones que aparecen al margen de novelas de cierta pretensión que han permanecido durante mucho tiempo casi en el anonimato de las librerías circulantes: en este caso, en el que el lector está solo con el poeta, su juicio se expresa con frecuencia en la palabra «¡Estúpido!», y en sus equivalentes, como «¡Imbécil!» «¡Absurdo!» «¡Estupidez inexpresable!» y otras semejantes. Así también ésas son las primeras palabras de indignación, cuando el hombre se enfrenta en masa con el artista, así en las exposiciones artísticas o en las representaciones teatrales, y se escandaliza."

Robert Musil
Sobre la estupidez



“Porque sólo los locos, los desequilibrados y los maniáticos pueden resistir largo tiempo al fuego del entusiasmo; el hombre sano debe contentarse con declarar que, sin una chispa de este misterioso fuego, la vida no vale la pena vivirse.”

Robert Musil



“Porque un objeto desentrañado pierde de golpe su volumen y se reduce a un concepto.”

Robert Musil



“Pretendía, al parecer, que su delito fuera considerado como crimen político, y a veces daba la impresión de no luchar para sí, sino para la organización jurídica. La táctica que el juez oponía era la de costumbre: ver en todas las acciones del asesino esfuerzos torpes y astutos para eximirse de responsabilidad.”

Robert Musil



“Quizá esto no aparezca tan claro al escribir, pues entonces siempre se alcanza algún resultado debido al talento y a la práctica, lo cual deja muy atrás su procedencia; pero en la lectura se revela inequívoco. Hoy día casi nadie lee; todos se sirven del escritor únicamente para descargar en él, de un modo perverso, los propios excedentes bajo forma de aceptación o repudio.”

Robert Musil


  

“Se había acostumbrado a depositar esperanzas en descubrimientos misteriosos y extraordinarios, y por eso se había metido por los callejones estrechos y retorcidos de la sensualidad. No por una perversión, sino movido por una situación espiritual todavía desprovista de meta.”

Robert Musil


"Si ejecución de sueños ancestrales es poder volar con los pájaros y navegar con los peces, penetrar como la broca en los cuerpos de montañas gigantes, enviar mensajes a velocidades divinas, divisar lo invisible y percibir lo remoto, oir hablar a los muertos, anegarse en salutíferos sueños milagrosos, ver con ojos vivos el aspecto que tendremos veinte años después de muertos, descubrir en noches resplandecientes mil cosas de encima y de abajo de este mundo que antes nadie conocía; si luz, calor, fuerza, placer, comodidad son los sueños primordiales del hombre, en tal caso las investigaciones actuales no solamente son ciencia, sino también una magia, un rito de poderosísima fuerza sentimental e intelectual que induce a Dios a doblar el uno sobre el otro los pliegues de su manto, una religión cuya dogmática está regida y basada en la dura y valiente lógica de la matemática, aguda y desbocada como la hoja de un cuchillo."

Robert Musil
El hombre sin atributos


"Todavía es mucho lo que se desconoce de este fenómeno capaz de transportar a un hombre y una mujer, de ordinario "civilizados", a un estado que en otras circunstancias asociaríamos únicamente con un lunático espumajeante."

Robert Musil


  
"Todo lo que se piensa, es afecto o aversión."

Robert Musil



 “Un elevado conocimiento está sólo a medias en el círculo luminoso del intelecto; la otra mitad tiene sus raíces en el oscuro suelo de lo más recóndito; de suerte que un gran conocimiento es ante todo un estado de ánimo y sólo en su punta más exterior está el pensamiento, como una flor.”

Robert Musil



“Un hombre que quiere la verdad se hace científico; un hombre que quiere dar libre juego a su subjetividad se hace, posiblemente, escritor; pero, ¿Qué debe hacer un hombre que quiera algo de intermedio entre los dos?”

Robert Musil


“Un político, que extermina hombres para ascender, es considerado, según su éxito, como un facineroso o como un héroe.”

Robert Musil


“Usted quiere que yo posea cualidades que no puedo tener, y hacer cosas que me son imposibles de alcanzar.”

Robert Musil


"Y cuando en ciertas ocasiones veía con cuánta seriedad los dos amigos tomaban estas cosas, sentía que algo fallaba en su propio entendimiento. Se habría burlado alegremente de ellos; pero tenía miedo de que detrás de los fantásticos manejos de los amigos pudiera esconderse algo más verdadero de lo que él era capaz de ver. En cierto modo, se sentía desgarrado entre dos mundos: uno burgués, sólido, en el que todo estaba regulado y se desarrollaba razonablemente, como era el mundo de su hogar; y otro mundo fantástico, lleno de aventuras, tinieblas, misterio, sangre e impensadas sorpresas. Uno parecía excluir al otro. La sonrisa gustosa que habría mantenido gustoso entre los labios y un estremecimiento que le corría por las espaldas se entrecruzaban. Vislumbraba ciertas cosas...
Anhelaba sentir por fin algo concreto en su interior; necesidades definidas que establecieran una clara distinción entre el bien y el mal, entre lo útil y lo inútil; anhelaba una capacidad de elección aun cuando pudiera equivocarse; es decir, prefería en cualquier caso equivocarse a ir por el mundo sólo con la sensibilidad a flor de piel.
Cuando entró en la pieza, tornó a asaltarlo ese desacuerdo interior, como ocurría siempre en aquel lugar.
Reiting se había puesto a contar su historia.
Basini, que le debía dinero, había postergado una y otra vez el momento de devolvérselo, empeñando siempre su palabra de honor."

Robert Musil
Las tribulaciones del estudiante Törless