"¡Apartaos, pues, de las ficciones y las obras de la razón
discursiva, ya sean a favor o en contra del cristianismo! No son más que el
espíritu caprichoso de la mente, ignorante de Dios e insensible a su propia
naturaleza y condición... Y es que ni Dios, ni el cielo, ni el infierno, ni el
demonio, ni la carne, puede seros de otra forma conocido en vosotros ni a
través de vosotros, salvo en su propia existencia y en las manifestaciones que
en vosotros tenga. Toda pretensión de conocimiento de cualesquiera de estas
cosas, más allá de esa sensibilidad de su nacimiento dentro de vosotros, que es
evidente por sí sola, o sin ella, sólo es conocimiento como el que tiene el
ciego de la luz que jamás ha entrado en él."
William
Law
"Aspirar a la devoción sin gran humildad y renunciación de todos
los humores mundanos es pretender lo imposible. El que quisiere ser devoto debe
primero ser humilde, tener pleno sentimiento de sus propias miserias y faltas y
de la vanidad del mundo, y entonces su alma estará llena del anhelo de Dios. Un
hombre orgulloso o vano, o lleno de pensamientos mundanos, podrá usar un libro
de oraciones; pero no podrá ser devoto, porque la devoción es la aplicación de
un corazón humilde a Dios como su única felicidad."
William
Law
"Aunque Dios esté presente en todas partes, sólo está presente en ti, en lo más profundo de tu alma. El sentimiento natural no puede poseer a Dios o unirte a Él; mejor dicho, tu facultad íntima de entendimiento, tu voluntad y tu memoria sólo pueden aproximarse a Dios, pero no pueden ser el lugar de su morada dentro de ti. No obstante, en la profundidad de tu alma existe una raíz desde donde parten todas esas facultades, como los radios parten del eje o las ramas del tronco del árbol. Esta profundidad se llama centro o fondo del alma. Esta profundidad es la unidad, la eternidad -casi iba a decir el infinito- de tu alma; ya que es tan infinita que sólo la infinidad de Dios puede satisfacerla o tranquilizarla."
"Aunque Dios esté presente en todas partes, sólo está presente en ti, en lo más profundo de tu alma. El sentimiento natural no puede poseer a Dios o unirte a Él; mejor dicho, tu facultad íntima de entendimiento, tu voluntad y tu memoria sólo pueden aproximarse a Dios, pero no pueden ser el lugar de su morada dentro de ti. No obstante, en la profundidad de tu alma existe una raíz desde donde parten todas esas facultades, como los radios parten del eje o las ramas del tronco del árbol. Esta profundidad se llama centro o fondo del alma. Esta profundidad es la unidad, la eternidad -casi iba a decir el infinito- de tu alma; ya que es tan infinita que sólo la infinidad de Dios puede satisfacerla o tranquilizarla."
William Law
"El amor es infalible; no tiene errores,
pues todos los errores son faltas de amor."
William
Law
"Encontrar o conocer a Dios en la realidad por cualquier tipo de
prueba externa, o por cualquier cosa que no sea Dios mismo, hecho manifiesto y
evidente en ti mismo, es algo que nunca será tu suerte, ni aquí ni en el más
allá, pues ni Dios, ni el cielo, ni el infierno, ni el demonio, ni la carne,
pueden ser de otro modo cognoscibles en ti o por ti, si no es por su propia
existencia y por su manifestación en ti. Y todo el conocimiento fingido de
estas cosas, más allá de esta sensibilidad evidente por sí misma del nacimiento
de estas cosas en ti, y sin ella, es sólo conocimiento de todas ellas
equivalente al conocimiento que tiene un ciego de la luz que jamás ha entrado en
él."
William
Law
"¡Fuera, pues, las ficciones y trabajos de
la razón discursiva, sea a favor o en contra del cristianismo: Son sólo el
caprichoso espíritu de la mente, cuando desconoce a Dios y es insensible a su
propia naturaleza y condición. La muerte y la vida son las únicas cosas en
cuestión: la vida es Dios viviente y operante en el alma; la muerte es el alma
viviente y operante según el sentido y la razón de la carne bestial. Así esta
Vida como esta muerte crecen de por sí, surgen de su propia simiente en
nosotros, no según la atareada razón dice y ordena, sino según el corazón se
vuelve a la una o a la otra."
William
Law
"Hallar o conocer a Dios en la realidad por
pruebas externas, o cualquier cosa salvo Dios mismo, manifestado y evidente en
ti, no te ocurrirá nunca aquí ni más allá. Porque ni Dios ni el Cielo, ni el
infierno, ni el demonio, ni la carne pueden ser de otro modo cognoscibles en ti
o por ti sino por su propia existencia o manifestación en ti. Y todo pretendido
conocimiento de alguna de estas cosas, más allá de esta evidente sensibilidad
de su nacimiento en ti, o sin ella, es sólo un conocimiento de ellas tal como
el ciego lo tiene de la luz que nunca penetró en él."
William
Law
"¡Hombre, considérate a ti mismo! Hete ahí en la
ansiosa, perpetua lucha del bien y del mal; toda la naturaleza está trabajando
constantemente para producir la gran redención; toda la creación sufre y se
agita en dolores de parto para libertarse de la vanidad del tiempo; y ¿estarás
tú dormido? Todo lo que oyes o ves no te dice nada, no te muestra nada sino lo
que la eterna luz o la eterna tiniebla ha producido; pues, como el día y la
noche se reparten la totalidad de nuestro tiempo, así el cielo y el infierno se
reparten nuestros pensamientos, palabras y actos. Muévete como quieras, haz o
propónte lo que quieras, debes ser agente del uno o del otro. No puedes
permanecer quieto, porque vives en el perpetuo obrar de la naturaleza temporal
y eterna; si no actúas con el bien, el mal que hay en la naturaleza te arrastra
consigo. Tienes la altura y la profundidad de la eternidad en ti y, por tanto,
cualquier cosa que hagas, sea en el gabinete, el campo, la tienda o la iglesia,
estás sembrando lo que crece y debe cosecharse en la eternidad."
William Law
"Jacob Böhme nació en el año 1575 en una villa cerca de Gorlitz; y murió en Silesia en 1624. Tenía pocos estudios y, a una edad temprana, fue aprendiz de zapatero. Más tarde se convirtió en un zapatero oficial, se casó y tuvo cuatro hijos. Un día, mientras atendía la tienda de zapatos de su instructor, entró un extranjero misterioso; el cual, mientras parecía poseer muy poco de los bienes de este mundo, aparentaba ser más sabio y noble en logros espirituales. El extranjero pidió el precio de un par de zapatos; pero el joven Böhme no se atrevió estipular una cifra por miedo a decepcionar a su instructor. El extranjero insistió y Böhme finalmente puso un valor que él pensó era todo lo que su instructor posiblemente esperaría obtener por los zapatos. El extranjero inmediatamente los compró y se fue. A una corta distancia, en la calle, el misterioso extranjero se detuvo y grito en voz alta: «Jacob, Jacob, ven». Con asombro y temor, Böhme salió corriendo de la casa. El extranjero fijó su mirada sobre el joven; eran unos ojos grandes que brillaban y parecían llenarse de una luz divina. Tomó de la mano derecha al niño y le dijo lo siguiente: «Jacob, eres pequeño, pero te engrandecerás, y te convertirás en otro Hombre, tal como uno con el cual el Mundo se maravillara. Por lo tanto, se piadoso, témele a Dios, y respeta Su Palabra. Lee las Santas Escrituras diligentemente; dentro de ellas encontrarás Consuelo e Instrucción. Enfrentarás mucha miseria y Pobreza, y sufrirás Persecución, pero sé valiente y persevera, ya que Dios te ama, y hay gracia para ti». Profundamente impresionado por la predicción, Böhme fue muy intenso en su búsqueda de la verdad. Finalmente, sus obras fueron recompensadas. Permaneció durante siete días en una condición misteriosa durante la cual los misterios del mundo invisible le fueron revelados. Se ha dicho de Jacob Böhme que reveló los secretos más profundos de la alquimia a toda la humanidad. Murió rodeado de su familia; y sus últimas palabras fueron: «Ahora me voy desde aquí al Paraíso»."
William Law
Tomada del libro Las enseñanzas secretas de todos los tiempos de Manly Palmer Hall, página 813
"La vida espiritual no es más que la operación del espíritu de
Dios dentro de nosotros, y por tanto nuestro propio silencio ha de ser una gran
parte de nuestra preparación para ella, y el mucho hablar o nuestro deleitarnos
en él será a menudo un pequeño estorbo para el bien que sólo podemos tener
oyendo lo que el espíritu y voz de Dios habla dentro de nosotros... La retórica
y lindo hablar sobre las cosas del espíritu es charla más vana que sobre otras
cosas; y aquel que piense prosperar en la verdadera bondad oyendo o diciendo
palabras llameantes o asombrosas expresiones, como se suele hacer ahora en el
mundo, puede obtener mucha habladuría, más tendrá poca conversación en el
cielo."
William
Law
"La voluntad es lo que
tiene todo el poder; hace el cielo y hace el infierno; pues no hay infierno
sino donde la voluntad de la criatura se aparta de Dios, ni hay cielo sino
donde la voluntad de la criatura obra con Dios."
William Law
William Law
"¿Qué necesidad hay de tantas noticias de fuera, cuando todo lo
que atañe a la vida o a la muerte ocurre y opera dentro de nosotros?"
William
Law
“Toda la actividad del hombre en las obras de la negación
del yo no tiene nada de bueno en sí misma, sino tan sólo en cuanto abre una vía
de penetración para que el Bien y único, la Luz de Dios, actúe sobre nosotros.”
William
Law