“(...) Creía haber visto una vez un elfo en los bosques y todavía esperaba que algún día vería más. De todas las leyendas que había oído en sus primeros años, algunos fragmentos de cuentos y relatos recordados a medias que contaban los hobbits sobre los Elfos siempre lo habían impresionado profundamente.”

John Ronald Reuel Tolkien



“Creo que lo que llaman cuentos de hadas es una de las formas más grandes que ha dado la literatura, asociada erróneamente con la niñez.”

John Ronald Reuel Tolkien



"Cuando los Hijos despierten, el pensamiento de Yavanna despertará también, y convocará espíritus venidos de lejos, e irán entre los kelvar y las olvar, y algunos se albergarán en ellos, y serán tenidos en reverencia, y su justa cólera será temida. Pur un tiempo: mientras los Primeros Nacidos tengan dominio y los Segundos sean jóvenes. Pero ¿no recuerdas, Kementári, que tu canto no siempre estuvo sólo? ¿No se encontraron tu pensamiento y el mío y remontamos vuelo juntos como los grandes pájaros que se elevan sobre las nubes? Eso también advendrá por la obra de la atenta mirada de Ilúvatar, y antes que los Hijos despierten, aparecerán las Águilas de los Señores del Occidente, con alas parecidas al viento."

J. R. R. Tolkien
El Silmarillion



"De cualquier modo era demasiado complicado bajar todos otra vez. Les llevó mucho más tiempo de lo que esperaban trepar por la larga, larga colina. Y les llevó más todavía descender por el lado opuesto, pues tenían que frenar, o el coche habría atropellado a los ponies y al asno. Ya estaba muy avanzada la hora del té cuando llegaron a la taberna de la Encrucijada. Entonces Gordi insistió en hacer un alto. Tomaron un té abundantísimo, especialmente Gordi. No tenían dinero, de modo que el tabernero sumó una cuenta enorme para el señor Bliss: los Dorkins dijeron que él era quien daba la fiesta. He hecho un dibujo de la fiesta en el prado de la taberna junto al camino. El coche también está aquí (y los ponies y el asno), pero me cansé de dibujar.
Cuando por fin Gordi terminó de comer, volvieron a acomodarse y partieron. Hay un largo camino desde la Encrucijada hasta el Bosque de los Tres Osos. Muy pronto empezó a ponerse el sol. Llegaba la oscuridad y salía la luna cuando arribaron a los lindes del Bosque. Aun la señora Knight empezaba a preguntarse si valdría la pena molestarse tanto por unos plátanos, cuando vio cuánta oscuridad azul podría haber en el bosque.
[...]
Entraron en el bosque, y arrastraron el coche fuera del camino. Luego ataron a los ponies y al asno y se pusieron en marcha. Los perros iban delante, olfateando osos, y Albert Dorkins los retenía; pero el señor Bliss era el que marchaba más atrás, y probablemente nunca se hubiera sumado a la partida si no odiara quedarse solo. De cualquier modo la señora Knight miraba continuamente atrás para ver si él los seguía. El bosque se hacía más y más oscuro. Todo lo que podían ver era la forma borrosa de un sendero, el sendero que trazaban los osos en sus idas y venidas. Luego el sendero se hizo más ancho y se convirtió en camino. De modo que marcharon en silencio y muy lentamente. El señor Bliss se sentó y pensó que esperaría a que los demás regresasen. Esto es todo lo que podía ver. No le gustaba nada.
[...]
Los perros doblaron por la esquina. De pronto lanzaron los más espantosos aullidos, y retrocedieron dando saltos con la cola entre las piernas y los pelos de punta. El señor Bliss no esperó a ver lo que habían visto, y escapó tras ellos, tan de prisa como se lo permitían las largas piernas. Cada vez que chocaba contra un árbol se asustaba más, y cada vez que tropezaba y se iba de narices al suelo, se levantaba y corría todavía más rápido sin mirar atrás. Se olvidó del automóvil, de las coles, de los Dorkins y de todo, y corrió la noche entera hasta que se hizo de día. Pero entretanto quizá os gustaría ver lo que vieron los perros… y los Dorkins y la señora Knight y el señor Day. No se volvieron para escapar hasta que fue demasiado tarde. Ahora ¿os sorprende que todos se echaran a tierra y escondieran la cara…, hasta Albert?¿Cómo lo consiguieron los osos? Sólo ellos conocen el secreto. Supongo que se habrán pintado con algo que brilla en la oscuridad, y que sabían que la gente iría a buscarlos. Supongo que no bien oyeron a los perros que olfateaban fuera de la casa (que podéis ver), salieron de golpe. Pero no creo que esperasen asustar tanto a todos. La gente creyó que eran trasgos, o fantasmas, o diablos, o las tres cosas juntas."

J. R. R. Tolkien
El señor Bliss



“Donde no falta voluntad siempre hay un camino.”

J. R. R. Tolkien



“El amanecer es siempre una esperanza para el hombre.”

John Ronald Reuel Tolkien


"El Enano no está solo (... ). Morirías antes de que alcanzaras a golpear."



John Ronald Reuel Tolkien



“El escenario de mi cuento es esta tierra, en la que actualmente vivimos. Pero el período histórico es imaginario.”

John Ronald Reuel Tolkien



“El país de las hadas contiene muchas cosas, aparte de los elfos y los trafos, y aparte de los enanos, las brujas, los trolls, los gigantes o los dragones: contienen los mares, el sol, la luna, el cielo y la tierra y todas las cosas que en ella se encuentran: árboles y pájaros, agua y piedra, vino y pan, y nosotros mismos, hombres mortales.”

John Ronald Reuel Tolkien



“El que rompe algo para saber lo que es ha perdido el camino de la sabiduría.”

John Ronald Reuel Tolkien



“El trabajo que nunca se empieza es el que tarda más en finalizarse.”

John Ronald Reuel Tolkien



"El valor se encuentra en lugares inesperados."


John Ronald Reuel Tolkien




"El visitante que escapó por el techo, lo pensará dos veces antes de volver a entrar por la puerta."



John Ronald Reuel Tolkien



“En la duda, un hombre de bien ha de confiar en su propio juicio.”

John Ronald Reuel Tolkien



"En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero sucio, húmedo, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en qué sentarse o qué comer: era un agujero hobbit, y eso significa comodidad. Tenía una puerta redonda, perfecta como un ojo de buey pintado de verde, con una manilla de bronce dorada y brillante, justo en el medio. La puerta se abría a un vestíbulo cilíndrico, como un túnel: un túnel muy cómodo, sin humos, con paredes revestidas de maderas y suelos enlosados y alfombrados, provistos de sillas barnizadas y montones y montones de perchas para sombreros y abrigos; el hobbit era aficionado a las visitas. El túnel se extendía serpenteando, y penetraba bastante, pero no directamente, en la ladera de la Colina, y muchas puertecitas redondas se abrían en él, primero en un lado y luego al otro. Nada de subir escaleras para el hobbit: dormitorios, cuartos de baño, bodegas, despensas (muchas), armarios (habitaciones enteras dedicadas a ropa), cocinas, comedores se encontraban en la misma planta, y en el mismo pasillo. Las mejores habitaciones estaban todas a la izquierda de la puerta principal, pues eran las únicas que tenían ventanas, ventanas redondas, profundamente excavadas, que miraban al jardín y los prados de más allá, camino del río."

J. R. R. Tolkien
El Hobbit




"Guerra ha de haber mientras tengamos que defendernos de la maldad de un poder destructor que nos devoraría a todos; pero yo no amo la espada porque tiene filo, ni la flecha porque vuela, ni al guerrero porque ha ganado la gloria. Sólo amo lo que ellos defienden: la ciudad de los Hombres de Númenor; y quisiera que otros la amasen por sus recuerdos, por su antigüedad, por su belleza y por la sabiduría que hoy posee."

John Ronald Reuel Tolkien


"Había una vez un pobre hombre llamado Niggle, que tenía que hacer un viaje. Él no quería; en realidad todo aquel asunto le resultaba enojoso, pero no estaba en su mano evitarlo. Sabía que en cualquier momento tendría que ponerse en camino, y sin embargo no apresuraba los preparativos.
Niggle era pintor. No muy famoso, en parte porque tenía muchas otras cosas que atender, la mayoría de las cuáles se le antojaban un engorro; pero cuando no podía evitarlas(lo que en su opinión ocurría con excesiva frecuencia)ponían en ellas todo su empeño. Las leyes del país eran bastante estrictas. Y existían además otros obstáculos.Algunas veces se sentía un tanto perezoso y no hacía nada. Por otro lado, era en cierta forma un buenazo. Ya conocen esa clase de bondad. Con más frecuencia lo hacía sentirse incómodo que obligado a realizar algo. E incluso cuando pasaba a la acción, ello no era óbice para que gruñese, perdiera la paciencia y maldijese, la mayor parte de las veces por lo bajo."

J. R. R. Tolkien
Hoja de Niggle



"Incluso la persona más pequeña puede cambiar el curso del futuro."

J. R. R. Tolkien
El señor de los anillos


"La luna se hizo más grande y más brillante, y abajo el mundo se hizo más oscuro y más distante. Luego, en un abrir y cerrar de ojos desapareció el mundo, y Rover pudo ver las estrellas que brillaban en la oscuridad de debajo. Más allá divisó el rocío blanco de la luz de la luna, donde las cascadas se precipitaban sobre el borde del mundo y caían directamente en el espacio. Esto le hizo sentir un vértigo insoportable, y se acurrucó entre las plumas de Mew y cerró los ojos durante mucho, mucho tiempo.
Cuando volvió a abrirlos, la luna estaba debajo de ellos; un mundo nuevo, blanco, que brillaba como la nieve, con amplios espacios abiertos de color verde y azul pálido, donde las altas y picudas montañas proyectaban sus largas sombras hasta muy lejos, sobre el suelo.
En lo alto de una de las montañas más altas, tan alta que pareció que iban a chocar contra ella cuando Mew descendió velozmente, Rover alcanzó a ver una torre blanca. Era blanca con líneas rosadas y verde claro, brillando como si estuviera construída con millones de conchas marinas todavía cubiertas de espuma y resplandecientes; y se alzaba en el borde de un precipicio blanco, blanco como un acantilado de creta, pero a la luz de la luna brillaba con más intensidad que una distante lámina de cristal en una noche sin nubes."

J. R. R. Tolkien
Roverandom



"La mayor aventura es la que nos espera. Hoy y mañana aún no se han dicho. Las posibilidades, los cambios son todos vuestros por hacer. El molde de su vida en sus manos esta para romper."


John Ronald Reuel Tolkien
El Hobbit 



Las aventuras de Tom Bombadil

Tom Bomdadil el viejo era un alegre tipo;
chaqueta azul brillante, zapatos amarillos,
de verde cinturón, las calzas de buen cuero,
y una pluma de cisne sujeta en el sombrero.
Vivía en La Colina, por allí el Tornasauce,
de su fuente yerbosa se escurría hacía el valle.

El viejo Tom cruzaba los prados en verano
haciendo a las abejas cosquillas con la mano
recogiendo ranúnculos, corriendo tras las sombras,
sentado en la ribera durante horas y horas.

En el agua su barba se había sumergido:
Baya de Oro, la hija de la Mujer del Río,
tiró de sus cabellos y allá que fue, arrastrado,
a hundirse entre burbujas, nenúfares abajo.

John Ronald Reuel Tolkien




"Llega el goteo de un Oriente vago y desconocido, claro está (incluso queda reflejado en las queridas cubiertas rosas de los libros mencionados), pero esa influencia extranjera, si es que llega a notarse, se hace más patente en las formas literarias finales que en las historias originales. Entonces, quizá, descubrimos el Kalevala o (en traducción aproximada, que resulta mucho más fácil de pronunciar) la «Tierra de Héroes»; y de repente entramos en un mundo nuevo, y podemos gozar de una fresca y maravillosa exaltación. Nos sentimos como Colón en un nuevo continente o Thorfinn en Vinlandia la buena. Nada más desembarcar en esta nueva tierra podemos, si queremos, comenzar inmediatamente a compararla con la tierra de la que venimos. Montañas, ríos, hierbas, etcétera, serán rasgos que ambas tendrán en común. Algunas plantas y animales podrán resultar familiares, sobre todo la feroz y salvaje raza humana; pero lo que nos puede perturbar, o encantar, será, con bastante probabilidad, el sentido a menudo indefinible de frescura y rareza. Los árboles se agruparán de manera diferente en el horizonte, los pájaros emitirán una melodía desconocida, los nativos usarán una jerga salvaje y, al principio, incomprensible. Sin embargo, en el peor de los casos, espero que después de eso, el paisaje y sus formas nos resulten ya más familiares y podamos comunicarnos con los nativos, y nos resulte bastante divertido convivir con esa extraña gente y esos nuevos dioses por un tiempo, con esa raza de héroes sinceros y escandalosos y de amantes tristes, nada sentimentales, y al final puede que tengamos el deseo de quedarnos por una temporada o incluso de no volver nunca a casa.
Así me sentí al leer el Kalevala por primera vez, es decir, la primera vez que crucé el abismo que separa a los hablantes europeos de lenguas indoeuropeas de este reino, más pequeño, de quienes mantienen, en extraños rincones, su adherencia a las lenguas y los recuerdos olvidados de los tiempos antiguos. La novedad me perturbó y formó nudos incómodos debido a la torpeza de una traducción que para nada había superado las particulares dificultades del original; me irritaba, pero a la vez me atraía. Y cuanto más lo leía, más cómodo me sentía y más lo disfrutaba. En vez de poner todo mi esfuerzo, tal como correspondía, en los exámenes de Oxford (Honour Moderations) realicé un feroz ataque a la fortaleza de la lengua original y al principio fui repelido, y con muchas bajas. Pero resulta hasta fácil ver la razón por la que las traducciones no son buenas: estamos ante una lengua separada del inglés por un abismo de método y expresión bastante insondable.
Sin embargo, hay un tercer caso que no he tenido en cuenta: podemos sentir aversión y nada más, y querer embarcarnos en la siguiente nave para volver a nuestro país de origen. En este caso, antes de partir, que debería ser pronto, pienso que es justo señalar que si tenemos la sensación de que los héroes del Kalevala se comportan con una singular falta de dignidad convencional y con una propensión a verter lágrimas y asestar golpes bajos, no son más indignos ni provocan más aversión que un amante medieval que cae abatido por la crueldad de su dama porque ella no tiene compasión de él y lo condena a derretirse hasta morir, y que se sorprende ante la novedosa idea de su amable consejero, quien le señala que la pobre dama todavía no ha sido informada, de ningún modo, de sus sentimientos. Los amantes del Kalevala son directos y se llevan unas buenas reprimendas. No hay ningún Troilo tímido necesitado de un Pándaro para cortejar por él; aquí son las suegras las que negocian con gusto entre bambalinas y ofrecen consejos cínicos a sus hijas con el fin de despejar cualquier ilusión, por grande que sea."

J. R. R. Tolkien
La historia de Kullervo




“Los cánones de la narrativa en cualquier medio no son completamente diferentes y el fracaso de las películas flojas recae a menudo en la exageración y en la intrusión de injustificadas materias poco conectadas con el corazón del asunto original.” 

John Ronald Reuel Tolkien



“Los traicioneros son siempre desconfiados.”

John Ronald Reuel Tolkien



"Me han dicho que puedo hablar en taquigrafía y luego difuminar la misma."


John Ronald Reuel Tolkien





"Me gusta escribir versos aliterados, a pesar de que, exceptuados los fragmentos contenidos en El Señor de los Anillos, apenas si he publicado algo más que La llegada al hogar de Beorhtnoth."


John Ronald Reuel Tolkien




“Me he dado cuenta que a menudo, los corazones de los hombres no son tan malos como sus actos, y casi nunca como la maldad de sus palabras.”

John Ronald Reuel Tolkien



“¡Mira! ¡Fuego, fuego rojo! ¿Hay dragones en esta región? ¡Mira, allí hay otro!”

John Ronald Reuel Tolkien




"No conozco a la mitad de ustedes, ni la mitad de lo que querría, y lo que querría es menos de la mitad de lo que la mitad de ustedes merece."

John Ronald Reuel Tolkien



“No debe prometer andar en la oscuridad quien no ha visto el anochecer.” 

John Ronald Reuel Tolkien


"No desprecies las tradiciones que nos llegan de antaño; ocurre a menudo que las viejas guardan en la memoria cosas que los sabios de otro tiempo necesitan saber."

John Ronald Reuel Tolkien



“No es bueno hablar de ciertas cosas cuando las sombras reinan en el mundo.”

John Ronald Reuel Tolkien



"No es la fuerza del cuerpo lo que cuenta, sino la fuerza del espíritu."

J. R. R. Tolkien
Tomada del libro La Tercera Guerra Mundial ya está aquí de Cristina Martín Jiménez, página 150



"No es tarea nuestra controlar todas las mareas del mundo, sino hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudar a los años en que nos toca vivir, arrancando el mal en los campos que conocemos, para que los que vengan después encuentren la tierra limpia para arar. No podemos determinar que tengan buen o mal tiempo."


John Ronald Reuel Tolkien
El retorno del rey



“No existen simbolismos ni alegorías en mi historia. Eso de cinco magos = cinco sentidos está totalmente ajeno a mi manera de pensar.”

John Ronald Reuel Tolkien



"No hace falta que salga un dragón vivo de tus cálculos, si vives cerca de él."



John Ronald Reuel Tolkien




“No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”

John Ronald Reuel Tolkien



"No sé la mitad de la mitad de lo que soy; y soy menos de la mitad de la mitad de lo que te mereces."


John Ronald Reuel Tolkien




"No te metas en los asuntos de los magos, para ellos es sutil y rápido enfadarse."


John Ronald Reuel Tolkien






“No todo lo que es oro reluce, ni toda la gente errante anda perdida. Lo viejo, si vigoroso, no se marchita; a las raíces profundas no les llega el rocío."”

John Ronald Reuel Tolkien



"No todos los que deambulan están perdidos."


John Ronald Reuel Tolkien

El Hobbit 


"No vayas a los elfos a pedir consejo, porque ellos tanto dicen que sí como no."


John Ronald Reuel Tolkien




"Oí un montón de cosas incomprensibles sobre un enemigo, anillos, el señor Bilbo, señor, dragones, una montaña de fuego y... Elfos, señor."


John Ronald Reuel Tolkien


"Ojalá la vida no fuera tan corta, pensó. Saber idiomas requieren tiempo, así como hacer todas las cosas que uno quiere saber."

John Ronald Reuel Tolkien




“Poca gente es capaz de prever hacia donde les lleva el camino hasta que llegan a su fin.”

John Ronald Reuel Tolkien



"Que las estrellas brillen para ti hasta el final del camino."



John Ronald Reuel Tolkien



“Quien no es capaz de desprenderse de un tesoro en un momento de necesidad es como un esclavo encadenado.”

John Ronald Reuel Tolkien



"Salido de la duda, libre de las tinieblas, cantando al Sol galopó hacia el amanecer, desnudando la espada. Encendió una nueva esperanza, y murió esperanzado; fue más allá de la muerte, el miedo y el destino; dejó atrás la ruina, y la vida, y entró en la larga gloria.
(...)
No es oro todo lo que reluce, ni toda la gente errante anda perdida; a las raíces profundas no llega la escarcha; el viejo vigoroso no se marchita. De las cenizas subirá un fuego, y una luz asomará en las sombras; el descoronado será de nuevo rey, forjarán otra vez la espada rota.
(...)
Galopaba con un furor demente, como si la fervorosa sangre guerrera de sus antepasadosle corriera por las venas con un fuego nuevo; y transportado por Crinblanca parecía un dios de la antigüedad, el propio Orome el Grande, se hubiera dicho, en la batalla de Valar, cuando el mundo era joven. El escudo de oro resplandecía y centelleaba como una imagen del sol,y la hierba reverdecía alrededor de las patas del caballo. Pues llegaba la mañana, la mañana y un viento del mar; y ya se disipaban las tinieblas; y los hombres de Mordor gemían, y conocían el pánico, y huían y morían, y los cascos de la ira pasaban sobre ellos. Y de pronto los ejércitos de Rohan rompieron a cantar, y cantaban mientras mataban, pues el júbilo de la batalla estaba en todos ellos, y los sonidos de ese canto que era hermoso y terrible llegaron aun a la ciudad."

J. R. R. Tolkien
El señor de los anillos




"Si más de nosotros valorásemos la comida y la alegría y el canto más que el oro atesorado, este sería un mundo mejor."


John Ronald Reuel Tolkien




“Si no crees en dios, la cuestión ¿cuál es el propósito de la vida? Resulta incontestable. ¿A qué dirección mandarás la pregunta?”

John Ronald Reuel Tolkien



“(...) Si otro tomaba la palabra, parecía, por contraste, torpe y grosero; y si contradecía a la voz, los corazones de los que caían bajo el hechizo se encendían de cólera.”

John Ronald Reuel Tolkien



“Si usted quiere saber de verdad en qué se basa la Tierra Media, le diré que en mi asombro y deleite ante la tierra tal como es, particularmente, la tierra natural.”

John Ronald Reuel Tolkien



"Sin embargo, a la vuelta de la esquina se puede esperar un nuevo camino o una puerta secreta."


John Ronald Reuel Tolkien



"Solo puedes llegar a la mañana a través de las sombras."

John Ronald Reuel Tolkien



"Sólo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado."

John Ronald Reuel Tolkien


“Tarde o temprano el crimen siempre sale a la luz.”

John Ronald Reuel Tolkien



"Todavía se conservaba la costumbre de servir cola de dragón al rey en el banquete de Navidad, y cada año se elegía un caballero para que se encargara de la caza. Debía salir el día de San Nicolás y regresar con la cola de dragón antes de la víspera de la celebración. Pero hacía ya muchos años que el cocinero real venía preparando un platillo exquisito: una imitación de cola de dragón, hecha de hojaldre y pasta de almendras, con escamas bien simuladas de azúcar glaseada. El caballero elegido la presentaba luego en el salón del banquete, en Nochebuena, mientras tocaban los violines y sonaban las trompetas. La cola se servía como postre el día de Navidad, y todo el mundo comentaba (para complacer al cocinero) que sabía mucho mejor que la auténtica."

J. R. R. Tolkien
Egidio, el granjero de Ham



"Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo. Siete para los Señores Enanos en palacios de piedra. Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir. Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras. Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras."

J. R. R. Tolkien
El Señor de los Anillos



"Un hombres sin fe es el que dice adiós cuando se oscurece la carretera."


John Ronald Reuel Tolkien




"Una caja sin bisagras, llaves, o tapa, aún puede esconder un tesoro de oro dentro de ella."


John Ronald Reuel Tolkien




“Verdaderamente intento leer muchos libros, especialmente de ciencia ficción o fantasía. Pero casi nunca encuentro un libro moderno que me llame la atención.”


John Ronald Reuel Tolkien



“Yo había pensado preguntarte si tú sabías la verdad. Y si un Elfo de los Bosques no lo sabe, ¿Qué podrá responder un hombre?”

John Ronald Reuel Tolkien