Calendario
Para nuestros pasos había un pasado; está muerto
Desde hace cientos de años.
Los años han borrado su recuerdo
Y lo han colocado entre los muertos.
Durante mucho tiempo hemos buscado
Sus astros desaparecidos,
Hemos recurrido al imposible
Para devolverle la vida.
Hemos intentado, traspasando los siglos,
Hacerle volver a sus comienzos,
Esperando recobrar nuestros sentimientos,
Y hemos regresado con las manos vacías.
Hemos atravesado las tinieblas,
Franqueado lo impasible, inmóvil,
Excavando los huesos amontonados,
Y no hemos encontrado lo extraviado.
Hemos visto, allí, frentes
Que no veían porque estaban ciegas,
Ojos ensimismados en la vida
Silenciosa, porque estaban mudos.
Hemos visto restos de corazones
Embalsamados con el recuerdo.
En vano habían intentado encontrar
El sentido... eran restos.
Hemos visto labios vacíos
Que no emitían quejas ni sentían hambre
Y manos marchitas, plegadas,
Cuya desgracia no provocaba lágrimas.
Nos preguntamos por nuestro pasado
Y tropezamos con un ataúd.
Allí, sobre la tumba, yacía el tiempo descolorido.
Regresamos al calendario:
¿Se puede engañar a los días?
Y oímos gritar a los restos
Tras el sarcasmo de las cifras.
Vimos el mañana esperado
Arrastrando su mitad paralizada,
Arrastrando su mitad despreciada,
Su mitad congelada, inerte.
Allí, un libro se cerraba
Y finalizaba el antiguo canto.
Mañana, la vida germinará
Sobre las heridas del doloroso tiempo.
La voz del ayer se perderá
En el torbellino profundo del tiempo
Y sentiremos en nuestras copas
La palpitación del sueño que se despierta.
“Compréndeme si la
noche se comprende, comprende mis sentimientos. Y tócame, tócame si las
estrellas pueden ser tocadas.”
Nazik Al Malaika
“Déjame con mi enigma
sin buscar mis profundidades, conténtate en comprender mis sentimientos con los
secretos.”
Nazik Al Malaika
“El tiempo se pregunta
quién soy yo. Como él, una orgullosa que devora las eras, y las dota de vida
nuevamente.”
Nazik Al Malaika
“En tu rostro miro
pero sin verlo, en mi alma busco algo que me lo recuerde.”
Nazik Al Malaika
“He escondido mi
esencia en el silencio.”
Nazik Al Malaika
“La vida sigue creando
en mi rostro una cruel máscara desbordando agua sorda y helada, y su veneno
esconde alguna grandeza.”
Nazik Al Malaika
Lavar la deshonra
¡Mamá! Un estertor, lágrimas, negrura.
La sangre fluye, el cuerpo apuñalado tiembla,
El pelo ondulado se ensucia de barro.
¡Mamá! Sólo se oye al verdugo.
Mañana vendrá la aurora,
Las rosas se despertarán
A la llamada de los veinte años
Y la esperanza fascinada.
Las flores de los prados responden:
Se ha marchado... a lavar la deshonra.
El brutal verdugo regresa y dice a la gente:
¿La deshonra? –limpia su puñal-
Hemos despedazado la deshonra.
De nuevo somos virtuosos, de buena fama, dignos.
¡Tabernero! ¿Dónde están el vino y los vasos?
Llama a esa indolente belleza de aliento perfumado
Por cuyos ojos daría Corán y destino.
Llena tu vaso, carnicero,
La muerte ha lavado la deshonra.
Al alba, las chicas preguntarán por ella:
¿Dónde está? La bestia responderá:
la hemos matado. Llevaba en la frente
el estigma de la deshonra
y lo hemos lavado.
Los vecinos contarán su funesta historia
Y hasta las palmeras la difundirán por el barrio,
Y las puertas de madera, que no la olvidarán.
Las piedras susurrarán:
"Lavar la deshonra"
"Lavar la deshonra"
Vecinas del barrio, chicas del pueblo,
Amasaremos el pan con nuestras lágrimas,
Nos cortaremos las trenzas,
Nos decoloraremos las manos
Para que sus ropas permanezcan blancas y puras.
No sonreiremos ni nos alegraremos ni nos giraremos
Porque el puñal, en la mano de nuestro padre
O de nuestro hermano, nos vigila
Y mañana, ¿quién sabe en qué desierto
Nos enterrará para lavar la deshonra?
Nazik Al Malaika
“Me hundiría hasta el
fondo de mi sangre. Para llevar la carga con los hombres y levantar la Vida
nuevamente.”
Nazik Al Malaika
“Mi cuerpo es agua y
barro del Iraq.”
Nazik Al Malaika
Nocturno
La noche se desliza por las estepas,
Las manos de las nubes pasan por el horizonte
Y las tinieblas duermen,
En impresionante calma,
Bajo las alas del silencio.
Sólo se oye el zureo de las palomas,
El murmullo gimiente de los arroyos
Y un ruido de pasos en la oscuridad
Que caminan suavemente.
Me siento, entregándome a la calma de la noche,
Contemplo el color de las tristes tinieblas,
Lanzo mis cantos al espacio
Y lloro por todos los corazones ingenuos.
Oigo los susurros de las palomas,
La lluvia que cae en la noche,
Los gemidos de una tórtola en la oscuridad
Que canta a lo lejos en las ramas
Y la queja lejana de un molino
Que gime en la noche y llora de fatiga.
Sus gritos atraviesan mis oídos
Y va a morir detrás de las colinas.
Escucho... sólo se oyen las plantas.
Miro... sólo se ve oscuridad.
Nubes, silencio y una noche triste.
¿Cómo no sentirme afligida?
La vida para mí es como esta noche:
Tinieblas, melancolía, desesperanza,
Mientras los demás sueñan con claridad
En una profunda e impresionante noche.
Llanto continuo de la naturaleza,
Silencio de las tinieblas, gemido de los vientos,
Suspiros de la brisa vespertina,
Lágrimas del rocío en los ojos de la mañana.
Veo en las riberas de la desgracia
A la multitud de afligidos,
El cortejo de los hambrientos
Ahuyentados por los aullidos del destino,
Sin poder pronunciar palabras de despedida.
Escucho: sólo los sollozos
Mandan su eco a mis oídos
Por detrás de las fortalezas y sobre las praderas.
Entonces, ¿quién puede cantar conmigo?
En el futuro portaré mi lira,
Lloraré la desgracia del universo
Y declamaré mi compasión por su infortunio
A los oídos del cruel tiempo.
“Nos preguntamos por
nuestro pasado y tropezamos con un ataúd.”
Nazik Al Malaika
“Quisiera en ti nadar,
perseguir la luna y oír a los guijarros resonar en tu fondo como miles de
pájaros resonando en los árboles.”
Nazik Al Malaika
“Soy como la noche:
callada, profunda, horizonte. Soy como las estrellas: incertidumbre, lejanía,
destello.”
Nazik Al Malaika
“Si muero, patria mía,
mi deseo más grande es ser tan sólo una de tus tristes tumbas. Y si vivo, lo
que ansío tan sólo de esa vida es tener una choza en tus campos.”
Nazik Al Malaika
“Yo niego los
conceptos que no manan de la fuente del corazón.”
Nazik Al Malaika
“Yo quisiera correr
entre las sombras, y llevando en las manos apretadas el deseo de un año en cada
dedo. Cual si llevara ofrendas, de flores y de espigas, hasta ti.”
Nazik Al Malaika