"Cuando el arquero dispara gratuitamente tiene
con él toda su habilidad. Cuando dispara esperando ganar una medalla de bronce,
ya está algo nervioso. Cuando dispara para ganar una medalla de oro, se vuelve
loco pensando en el premio y pierde la mitad de su habilidad, pues ya no ve un
blanco sino dos. Su habilidad no ha cambiado, pero el premio le divide, pues el
deseo de ganar le quita la alegría y el disfrute de disparar. El deseo del
triunfo y el afán por conseguir el premio se han convertido en enemigos que le
privan de la visión, la armonía y el goce.”
Texto de la sabiduría oriental