"Debemos combinar la práctica de la meditación
con el intento de permanecer más vigilantes y serenos en la vida diaria. Así
aprendemos a vivir, enfermar y morir, y seremos
nosotros más allá."
Ramiro
A. Calle
Enseñanzas
para una mujer serena
"El yoga es equilibrio y el equilibrio es orden, precisión y bienestar. ¿Quién otros que los necios no anhelan equilibrio, que es salud y alegría?"
Ramiro Calle
"La ciudad más santa de la India: Benarés. La ciudad más peregrinada de la India: Benarés. La ciudad en la que la mayoría de los hindúes anhelan ser cremados: Benarés. Es por excelencia la ciudad de Shiva, de los tres mil templos y santuarios, que reúne por igual a santos y pícaros, los sadhus auténticos y los falsos que se ponen de hachís hasta las cejas, genuinos hombres de Dios y todo tipo de charlatanes, embaucadores y vendedores de lo Oculto. Espiritualidad auténtica y refinada, religión mecanizada y degradada y no poca superstición se entrelazan en Kashi, la ciudad de la luz. Benarés es muy antigua, ya peregrinada por devotos chinos desde hace milenios. La ciudad de los ritos, las ofrendas, los cánticos sagrados, las incineraciones que no cesan. Y el río Ganges, lamiendo con sus aguas los decadentes edificios de templos y mansiones de la abigarrada ciudad; el río más penetrado por cuerpos humanos del mundo, más ansiado, que recibe las cenizas de millones de personas y los cuerpos de niños y hombres santos. Buenas librerías en Benarés, enormidad de ciclorikhaws, bullicio ensordecedor, olor a fritangas y sándalo, vendedores de semillas sagradas y limpiadores de oídos, sacamuelas y masajistas callejeros, el siempre audible Om Namah Shivaia, las mujeres recatadas y sus susurrantes plegarias, los transportadores de cadáveres de aquí para allá, los sadhus pintarrajeados, los dignos renunciantes con sus prendas anaranjadas, los decidores de cuentos o los encantadores de serpientes, legión de mendigos, comerciantes ávidos entre los ávidos, niños de cráneo pelado tras haber recibido la iniciación a su casta. El gran espectáculo del mundo se ofrece en la milenaria y variopinta Benarés, caleidoscopio que fascina y aturde, implacable escenario de vida y de muerte. Mezcla de religiosidad y mercadería. Y por casi todas partes el lingam, el falo de Shiva, el gran miembro viril cósmico, clavado sobre la vulva de la diosa, ungido de aceites y mantequilla, ofrendado con hermosas y olorosas flores. Al indio le gusta tanto o más adorar aún que ver la televisión, que no es poco. Benarés es el gran laberinto que oculta su centro. Su centro es el ángulo de conexión con el Divino. Algunos lo buscan, otros hacen que lo buscan y otros van a lo suyo: poder sobrevivir día a día. Pocas ciudades hay tan insolentemente llamativas y que originen tantos sentimientos ambivalentes a cada momento. Aquí Shiva no deja de moverse en una frenética danza cósmica que nos ofrece todos los rostros imaginables e inimaginables. Benarés es Benarés. Nadie es capaz de describirla en toda su grandeza y toda su miseria. Lo intentó Blasco Ibáñez, lo intentó Mark Twain y Pierre Loti, lo he intentado osadamente yo, pero Benarés escapa a toda descripción."
Ramiro Calle
Tomada del libro Territorios talismán de Jesús Callejo, página 131
“No tomes la soga por una serpiente ni la serpiente por una soga.”
Ramiro
A. Calle
"Se trataba de un joven erudito arrogante y engreído. Para cruzar un caudaloso río de una a otra orilla, tomó una barca. Silente y sumiso, el barquero comenzó a remar con diligencia. De repente, una bandada de aves surcó el cielo y el joven preguntó al barquero:
— Buen hombre ¿has estudiado la vida de las aves?
— No, señor —repuso el barquero.
—Entonces, amigo, has perdido la cuarta parte de tu vida.
Pasados unos minutos, la barca se deslizó junto a unas exóticas plantas que flotaban en las aguas del río. El joven preguntó al barquero:
— Dime, barquero, ¿has estudiado botánica?
— No, señor —repuso el barquero.
—Pues debo decirte que has perdido la mitad de tu vida —comentó el petulante joven.
El barquero seguía remando pacientemente. El sol del mediodía se reflejaba luminosamente sobre las aguas del río. Entonces, el joven preguntó:
—Sin duda, barquero, llevas muchos años deslizándote por las aguas. ¿Sabes, por cierto, algo de la naturaleza del agua?
—No señor, nada sé al respecto. No sé nada de esta agua ni de otras.
—¡Oh, amigo! —exclamó el joven. De verdad que has perdido las tres cuartas partes de tu vida.
Súbitamente, la barca comenzó a hacer agua. No había forma de achicar tanta agua y la barca comenzó a hundirse. El barquero preguntó entonces al joven:
—Señor ¿sabe nadar?
—No —repuso el joven.
—Pues me temo, señor, que has perdido toda tu vida."
Ramiro Calle
101 cuentos clásicos de la India, Rosario, Biblioteca Nueva Era, 1999
"Se trataba de un joven erudito arrogante y engreído. Para cruzar un caudaloso río de una a otra orilla, tomó una barca. Silente y sumiso, el barquero comenzó a remar con diligencia. De repente, una bandada de aves surcó el cielo y el joven preguntó al barquero:
— Buen hombre ¿has estudiado la vida de las aves?
— No, señor —repuso el barquero.
—Entonces, amigo, has perdido la cuarta parte de tu vida.
Pasados unos minutos, la barca se deslizó junto a unas exóticas plantas que flotaban en las aguas del río. El joven preguntó al barquero:
— Dime, barquero, ¿has estudiado botánica?
— No, señor —repuso el barquero.
—Pues debo decirte que has perdido la mitad de tu vida —comentó el petulante joven.
El barquero seguía remando pacientemente. El sol del mediodía se reflejaba luminosamente sobre las aguas del río. Entonces, el joven preguntó:
—Sin duda, barquero, llevas muchos años deslizándote por las aguas. ¿Sabes, por cierto, algo de la naturaleza del agua?
—No señor, nada sé al respecto. No sé nada de esta agua ni de otras.
—¡Oh, amigo! —exclamó el joven. De verdad que has perdido las tres cuartas partes de tu vida.
Súbitamente, la barca comenzó a hacer agua. No había forma de achicar tanta agua y la barca comenzó a hundirse. El barquero preguntó entonces al joven:
—Señor ¿sabe nadar?
—No —repuso el joven.
—Pues me temo, señor, que has perdido toda tu vida."
Ramiro Calle
101 cuentos clásicos de la India, Rosario, Biblioteca Nueva Era, 1999
"Si el Yoga sólo sirviera para entrenar el cuerpo, para eso tendríamos la gimnasia olímpica, que es más efectiva. El yoga es básicamente ética."
Ramiro Calle
"Urge cambiar la mente. Todo está dicho, pero nada está hecho. De una mente ofuscada, egocéntrica, que alimenta insanas tendencias de avidez y odio, ¿qué puede surgir? Todo se genera en la mente y la mente es la causa de la libertad o la esclavitud, la compasión o la crueldad, la malevolencia o la benevolencia. Por eso desde muy antaño las psicologías de Oriente han apuntado a la mente para trabajar sobre ella, transformarla, sanearla y generar tendencias cooperantes, superando las destructivas. Para cambiar la mente, se han concebido y ensayado numerosas técnicas transformativas, tales como la meditación."
Ramiro Calle
Tomada del libro Las piedras de los dioses de Miguel Labrador, página 229