“El hombre también está en la escuela: la escuela de experiencia. Y debe volver a ella muchas veces antes de que pueda esperar el dominar todo el conocimiento del mundo de los sentidos. No existe una vida terrestre sola, por rica que haya sido en experiencias, que pueda suministrar todo ese conocimiento, y por eso la Naturaleza decreta que el hombre debe volver a la Tierra, después de intervalos de reposo, para proseguir su trabajo donde lo dejó, de igual manera que un niño sigue su estudio en la escuela cada día, después del intervalo de una noche de sueño. No es argumento contra esta teoría el decir que el hombre no recuerda sus vidas anteriores. No recordamos los ejercicios y trabajos que hicimos al aprender a escribir y, sin embargo, poseemos el arte de escribir, que prueba que lo hemos aprendido. Todas las facultades que poseemos demuestran que las hemos adquirido alguna vez y en alguna parte (…)
Y, además, si no hubiera vuelta a la Tierra, ¿qué utilidad tendría la vida? ¿Por qué luchar por nada? ¿Por qué una vida de felicidad en un cielo eterno debería ser la recompensa de una buena vida? ¿Qué beneficio podría producir una buena vida en un ciclo donde todo el mundo es ya feliz? Seguramente en un lugar donde todo el mundo es feliz y está contento no hay necesidad alguna de simpatía, de sacrificios ni de buenos consejos. Nadie los precisaría; pero en la Tierra hay muchos que los necesitan y esas cualidades humanitarias y altruistas son de la mayor utilidad para la humanidad que lucha. Por lo tanto, la Gran Ley que trabaja para el bien, hace que el hombre vuelva al mundo para beneficio de sí mismo y de los demás, son sus tesoros adquiridos, en vez de permitir que se estropeasen o desperdiciasen en el cielo, donde nadie los necesita.”
Max Heindel
Y, además, si no hubiera vuelta a la Tierra, ¿qué utilidad tendría la vida? ¿Por qué luchar por nada? ¿Por qué una vida de felicidad en un cielo eterno debería ser la recompensa de una buena vida? ¿Qué beneficio podría producir una buena vida en un ciclo donde todo el mundo es ya feliz? Seguramente en un lugar donde todo el mundo es feliz y está contento no hay necesidad alguna de simpatía, de sacrificios ni de buenos consejos. Nadie los precisaría; pero en la Tierra hay muchos que los necesitan y esas cualidades humanitarias y altruistas son de la mayor utilidad para la humanidad que lucha. Por lo tanto, la Gran Ley que trabaja para el bien, hace que el hombre vuelva al mundo para beneficio de sí mismo y de los demás, son sus tesoros adquiridos, en vez de permitir que se estropeasen o desperdiciasen en el cielo, donde nadie los necesita.”
Max Heindel
“El único fracaso verdadero es cesar de luchar.”
Max
Heindel
“Liberar el espíritu de los cuerpos sólidos y devolverlo al Edén de la unidad, devolverlo a la transparencia sin costuras del Espacio.”
Max Heindel
“Lo que no beneficia a todos no beneficia realmente a nadie.”
Max
Heindel
“Mientras seamos capaces de amar solamente a nuestra propia familia o
nación, seremos incapaces de amar a los demás. Estamos limitados por los lazos
de cariño y de la patria. Cuando hayamos roto los lazos de la sangre y nos
hayamos afirmado nosotros mismos y nos bastemos, podremos convertirnos en
servidores desinteresados de la humanidad. Cuando el hombre ha llegado a ese
estado, encuentra que, en vez de perder a su propia familia, ha obtenido todas
las familias del mundo, porque todos serán para él sus hermanos, sus padres,
sus madres, a quienes debe cuidar y ayudar.”
Max
Heindel
"Ninguno es tan perfecto que no necesite mejorarse. Cuanto mejor
es un hombre, menos encuentra faltas a los demás y menos se atreve a arrojar a
nadie la primera piedra. Si señalarnos alguna falta e indicamos el medio de
corregirla, debemos hacerlo sin el menor sentimiento personal. Debemos siempre
buscar lo bueno que está oculto en todo."
Max
Heindel
"Un barco zarpa para el Este y el otro para el
Oeste con el mismísimo viento para los dos. Es la posición de la vela (el
rumbo) y no el viento el que determina el camino que llevan.
Como los vientos del mar son
los caminos del destino. Así navegamos durante toda la vida. Es el obrar del
alma lo que determina la victoria, y no la calma o la tempestad."
Max
Heindel