"En el preciso momento en que eliminaba de su corazón a alguien que había conocido durante muchos años, y en su alma lo etiquetaba como uno de sus “enemigos”, era imposible hablarle de aquella persona. Nadie podía revertir ese proceso, es decir, tratar de convencerlo de que ese individuo no era su enemigo, y cualquier intento por lograr hacerle cambiar de opinión le provocaba un ataque de furia. Tanto Redens como el tío Pavlusha y A.S. Svanizde fueron incapaces de hacer algo al respecto; lo único que consiguieron fue que mi padre les retirara su confianza y se desvinculara de ellos. La última vez que los vio, los despidió como a rivales potenciales, como si se tratara de sus “enemigos”…"
Svetlana Alilúyeva nacida bajo el nombre de Svetlana Iósifovna Stálina y fallecida con el nombre de Lana Peters
Tomada del libro La ponerología política de Andzrej Lobaczewski, página 164
"Hubo un instante —no sé si fue así en realidad o nos lo pareció—, por lo visto ya en el último momento, en que abrió de súbito los ojos y recorrió con la mirada a cuantos nos hallábamos a su lado. Fue aquélla una mirada horrible, una mirada de locura, de cólera tal vez, y de pavor ante la muerte y ante los desconocidos rostros de los médicos que se inclinaban sobre él. Aquella mirada se posó en todos durante una fracción de segundo. Y entonces —aquello fue incomprensible y aterrador, aún sigo sin comprenderlo, mas no puedo olvidarlo—, entonces alzó de pronto la mano izquierda (la que conservaba el movimiento) y pareció como si señalara con ella vagamente hacia arriba o como si nos amenazara a todos. El gesto resultaba incomprensible, pero había en él algo amenazador, y no se sabía a quién ni a qué se refería… Un momento después, el alma, en un último esfuerzo, abandonaba el cuerpo."
Svetlana Alilúyeva
Tomada del libro Las páginas secretas de la historia: Hechos insólitos e inquietantes enigmas de todas las épocas de José María Zavala, página 198
“No creo que haya que
lamentarse sobre el propio destino, pero a veces es muy duro.”
"No hay dos
naciones en el mundo tan parecidas como Estados Unidos y la Unión Soviética."
"Siempre seré una prisionera política del nombre de mi padre."
Svetlana Alilúyeva
“Viví mi vida como pude (…) pero hubo una fatalidad. No puedes lamentarte sobre tu destino, aunque sí lamento que mi madre no se haya casado con un carpintero.”
Svetlana Alilúyeva