“Si la luz se eleva en el cielo del corazón –y en el purísimo hombre
interior alcanza el resplandor del sol o de muchos soles-, entonces su corazón
es únicamente luz, su cuerpo sutil es luz, su atuendo material es luz; su
porte, su visión, su mano, su exterior, su interior, son nada más que luz.”
Najm Razi