"Un hombre perdió un hacha. De inmediato sospechó que el hijo del
vecino se la habla robado. Cuando veía pasar al niño, el niño tenía apariencia
de haber robado un hacha; cuando escuchaba sus palabras, oía a un niño que
había robado un hacha. Todos los actos y modales del niño indicaban que era el
ladrón. Más tarde, mientras cavaba una zanja, el hombre encontró el hacha
perdida. Al día siguiente vio de nuevo al hijo del vecino, pero en sus actos y
modales no había rastros del niño que había robado un hacha. El niño no había
cambiado, sino el hombre. Y el único motivo de este cambio radicaba en su
sospecha."
Cuento
tradicional chino
versión de
Warren Horton Stuart