Al oído
"Si quieres besarme…..besa-yo comparto tus antojos-.
Mas no hagas mi boca presa..
bésame quedo en los ojos.
No me hables de los hechizos
de tus besos en el cuello…
están celosos mis rizos,
acaríciame el cabello.
Para tu mimo oportuno,
si tus ojos son palabras,
me darán, uno por uno,
los pensamientos que labras.
Pon tu mano entre las mías…
temblarán como un canario
y oiremos las sinfonías
de algún amor milenario.
Esta es una noche muerta
bajo la techumbre astral.
Está callada la huerta
como en un sueño letal.
Tiene un matiz de alabastro
y un misterio de pagoda.
¡Mira la luz de aquel astro!
¡la tengo en el alma toda!
Silencio…silencio…¡calla!
Hasta el agua corre apenas,
bajo su verde pantalla
se aquieta casi la arena…
¡Oh! ¡qué perfume tan fino!
¡No beses mis labios rojos!
En la noche de platino
bésame quedo en los ojos…"
Alfonsina Storni
Alma desnuda
Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.
Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.
Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.
Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.
Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.
Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas(*)
con que la primavera nos envuelve.
Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.
Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.
Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.
Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.
Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.
Alfonsina Storni
"Andas por esos mundos como yo; no me digas que no existes, existes, nos hemos de encontrar."
Alfonsina Storni
“Amo los cielos claros, los pastos frescos,
los campos dorados, las delicadas manos,
las frentes amplias, las almas pulcras…”
Alfonsina Storni
"Bebe de las rocas; duerme sobre escarcha; renueva tejidos con salitre y agua; habla con los pájaros y llévate al alba. Y cuando las carnes te sean tornadas, y cuando hayas puesto en ellas el alma que por las alcobas se quedó enredada, entonces, buen hombre, preténdeme blanca, preténdeme nívea, preténdeme casta."
Alfonsina Storni
Carta lírica a otra mujer
Vuestro nombre no sé, ni vuestro rostro
conozco yo, y os imagino blanca,
débil como los brotes iniciales,
pequeña, dulce... Ya ni sé... Divina.
En vuestros ojos, placidez de lago
que se abandona al sol y dulcemente
le absorbe su oro mientras todo calla.
Y vuestras manos, finas, como aqueste
dolor, el mío, que se alarga, se alarga,
y luego se me muere y se concluye,
así como lo veis, en algún verso.
¡Ah!, ¿sois así? Decidme si en la boca
tenéis un rumoroso colmenero,
si las orejas vuestras son a modo
de pétalos de rosas ahuecadas...
Decidme si lloráis, humildemente,
mirando las estrellas tan lejanas,
y si en las manos tibias se os aduermen
palomas blancas y canarios de oro.
Porque todo éso y más vois sois, sin duda,
vos, que tenéis el hombre que adoraba
entre las manos dulces, vos la bella
que habéis matado, sin saberlo acaso,
toda esperanza en mí... Vos su criatura.
Porque él es todo vuestro: Cuerpo y alma
estáis gustando del amor secreto
que guarde silencioso... Dios lo sabe
por qué yo no alcanzo a penetrarlo.
Os lo confieso que una vez estuvo
tan cerca de mi brazo, que al extenderlo
acaso mía aquella dicha vuestra
me fuera ahora... ¡Sí!, acaso mía...
Mas ved, estaba el alma tan gastada
que el brazo mío no alcanzó a extenderse,
¿Comprendéis bien ahora? Ahora, en vuestros brazos
él se adormece y le decís palabras
pequeñas y menudas que semejan
pétalos volanderos y muy blancos.
Acaso un niño rubio vendrá luego
a copiar en los ojos inocentes
los ojos vuestros y los de él unidos
en un espejo azul y cristalino...
¡Oh, ceñidle la frente! ¡Era tan amplia!
¡Arrancaban tan firmes los cabellos
a grandes ondas, que al tenerla cerca
no hiciera yo otra cosa que ceñirla!
Luego, dejad que en vuestras manos vaguen
los labios suyos; él me dijo un día
que nada era tan dulce al alma suya
como besar las femeninas manos....
Y acaso alguna vez, yo, la que anduve
vagando por fuera de la vida
- cómo aquellos filósofos mendigos
que van a las ventanas señoriales
a mirar sin envidia toda fiesta-
me allegué humildemente a vuestro lado
y con palabras quedas, susurrantes,
os pida vuestras manos un momento
para besarlas yo, como él las besa...
Y al descubrirlas lenta, lentamente,
vaya pensando, aquí se aposentaron
¿cuánto tiempo, sus labios, cuánto tiempo
en las divinas manos que son las suyas?
¡Oh, qué amargo deleite, este deleite
de buscar huellas suyas y seguirlas,
sobre las manos vuestras tan sedosas,
tan finas, con sus venas tan azules!
¡Oh, que nada podría, ni ser suya,
ni dominarle el alma, ni tenerlo,
rendido aquí a mis pies, recompensarme
este horrible deleite de hacer mío
un inefable, pasionado rastro.
Y allí en vos misma, sí, pues sóis barrera,
barrera ardiente, viva, que al tocarla
ya me remueve este cansancio amargo,
este silencio de alma en que me escudo
este dolor mortal en que me abismo,
esta inmovilidad del sentimiento
que sólo salta, bruscamente, cuando
nada es posible!
Alfonsina Storni
“… Comprendo que este vino
no es para mí, mas juega y rueda el dado…”
Alfonsina Storni
"¡Cubre de bellas víctimas el suelo!
Más daño al mundo hizo la espada fatua
de algún bárbaro rey y tiene estatua."
Alfonsina Storni
"… Decidme si lloráis, humildemente,
mirando las estrellas tan lejanas…"
Alfonsina Storni
“… Déjame sola; oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases…”
Alfonsina Storni
Dolor
"Quisiera esta tarde divina de octubrepasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar…
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar."
Alfonsina Storni
Frente al mar
"Oh mar, enorme mar, corazón fieroDe ritmo desigual, corazón malo,
Yo soy más blanda que ese pobre palo
Que se pudre en tus ondas prisionero.
Oh mar, dame tu cólera tremenda,
Yo me pasé la vida perdonando,
Porque entendía, mar, yo me fui dando:
“Piedad, piedad para el que más ofenda”.
Vulgaridad, vulgaridad me acosa.
Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.
Hazme tener tu cólera sin nombre:
Ya me fatiga esta misión de rosa.
¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena,
Me falta el aire y donde falta quedo,
Quisiera no entender, pero no puedo:
Es la vulgaridad que me envenena.
Me empobrecí porque entender abruma,
Me empobrecí porque entender sofoca,
¡Bendecida la fuerza de la roca!
Yo tengo el corazón como la espuma.
Mar, yo soñaba ser como tú eres,
Allá en las tardes que la vida mía
Bajo las horas cálidas se abría…
Ah, yo soñaba ser como tú eres.
Mírame aquí, pequeña, miserable,
Todo dolor me vence, todo sueño;
Mar, dame, dame el inefable empeño
De tornarme soberbia, inalcanzable.
Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza,
¡Aire de mar!… ¡Oh tempestad, oh enojo!
Desdichada de mí, soy un abrojo,
Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.
Y el alma mía es como el mar, es eso,
Ah, la ciudad la pudre y equivoca
Pequeña vida que dolor provoca,
¡Que pueda libertarme de su peso!
Vuele mi empeño, mi esperanza vuele…
La vida mía debió ser horrible,
Debió ser una arteria incontenible
Y apenas es cicatriz que siempre duele."
Alfonsina Storni
Irremediablemente
¿Por qué mi mano que acaricia estruja?
¿Por qué estoy ciega cuando puedo ver?
Pregúntale a los astros que se mueven.
Yo no lo sé.
¿Por qué las flores se me vuelven piedras?
¿Por qué en acíbar se me va la miel?
Pregúntale a los vientos que varían.
Yo no lo sé.
¿Por qué la primavera se me hiela?
¿Por qué bebiendo siempre tengo sed?
Pregúntale a las faces de la luna.
Yo no lo sé.
¿Por qué la más humilde, la más buena,
Me hago una copa de ácidas y hiel?
Pregúntales a los días que se nublan.
Yo no lo sé.
¿Por qué no pido ni una gota de agua
Yo que mendiga soy desde el nacer?
Pregúntale a la atmósfera que cambia.
Yo no lo sé.
¿Por qué si el mundo pesa en mis espaldas
Amo ese peso y no andaré sin él?
Pregúntale a Dios, si lo conoces.
Yo no lo sé.
¿Por qué una noche, si lo odiaba, luna,
Bajo tus luces claras lo besé?
Pregúntale a los ojos de aquel hombre.
Yo no lo sé.
Alfonsina Storni
“La sabiduría es, en el hombre, la madre de todas las virtudes; en la mujer, la madre de todas las cursilerías.”
Alfonsina Storni
Languidez
Se me va de los dedos la caricia sin causa.
Se me va de los dedos... En el viento, al rodar
la caricia que vaya sin destino ni objeto,
la caricia perdida, ¿quién la recogerá?
Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...
Si en el viento te llaman esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce respirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.
Si no ves esa mano, ni la boca que besa,
Si es el aire quien teje la ilusión de llamar,
¡Oh! viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida ¿me reconocerás?
Alfonsina Storni
"Mar, yo soñaba ser como tú eres,
Allá en las tardes que la vida mía
Bajo las horas cálidas se abría…
Ah, yo soñaba ser como tú eres..."
Alfonsina Storni
"Mas no maté con armas, le di una muerte peor: ¡Lo besé tan dulcemente que le partí el corazón!"
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
"Oh, silencio, silencio… esta tarde es la tarde
en que la sangre mía ya no corre ni arde.
Oh silencio, silencio que se callan las aves,
se adormecen las flores, se detienen las naves.
Oh silencio, silencio que una estrella ha caído
dulcemente a la tierra, dulcemente y sin ruido.
Oh silencio, silencio que la noche se allega
y en mi lecho se esconde, susurra, gime y ruega.
Oh silencio, silencio… que el silencio me toca
y me apaga los ojos, y me apaga la boca.
Oh silencio, silencio… que la calma destilan
mis manos cuyos dedos lentamente se afilan…"
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
“Pero no me preguntes, no me preguntes nada
de por qué lloré tanto en la noche pasada…”
Alfonsina Storni
“Polvo de oro en tus manos fue mi melancolía
sobre tus manos largas desparramé mi vida…”
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
"¿Qué mundos tengo dentro del alma que hace tiempo vengo pidiendo medios para volar?"
Alfonsina Storni
"Que un no ser, que es un más ser, doblado, prendido estás aquí y estás ausente por praderas de magias y de olvido."
Alfonsina Storni
“…si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.”
Alfonsina Storni
-Adiós, hasta mañana, hasta mañana amado.
Y caerá en mis pupilas una luz bienhechora,
la luz azul-celeste de la última hora.
Una luz tamizada que bajando del cielo
me pondrá en las pupilas la dulzura de un velo.
Una luz tamizada que ha de cubrirme toda
con su velo impalpable como un velo de boda.
Oh, silencio, silencio… esta tarde es la tarde
en que la sangre mía ya no corre ni arde.
Oh, silencio, silencio… en torno de mi cama
tu boca bien amada dulcemente me llama.
Oh silencio, silencio que tus besos sin ecos
se pierden en mi alma temblorosos y secos.
Oh silencio, silencio que la tarde se alarga
y pone sus tristezas en tu lágrima amarga.
Oh silencio, silencio que se callan las aves,
se adormecen las flores, se detienen las naves.
Oh silencio, silencio que una estrella ha caído
dulcemente a la tierra, dulcemente y sin ruido.
Oh silencio, silencio que la noche se allega
y en mi lecho se esconde, susurra, gime y ruega.
Oh silencio, silencio… que el silencio me toca
y me apaga los ojos, y me apaga la boca.
Oh silencio, silencio… que la calma destilan
mis manos cuyos dedos lentamente se afilan…"
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
"Suéñame, que me hace falta."
Alfonsina Storni
“Te quedabas callado en las tardes de oro
cuando un libro en las manos nos ponía tristeza…”
Alfonsina Storni
"Ten paciencia, mujer que eres oscura: algún día, la forma destructora que todo lo devora, borrará mi figura. Se bajará a mis libros, ya amarillos, y alzándola en sus dedos, los carrillos ligeramente inflados, con un modo de gran señor a quien lo aburre todo, de un cansado soplido me aventará al olvido."
Alfonsina Storni
“No tienes tú la culpa si en tus manos mi amor se deshojó como una rosa: Vendrá la primavera y habrá flores… el tronco seco dará nuevas hojas.”
Alfonsina Storni
Un día
"Andas por esos mundos como yo; no me digas
Que no existes, existes, nos hemos de encontrar;
No nos conoceremos, disfrazados y torpes,
Por los anchos caminos echaremos a andar.
No nos conoceremos, distantes uno de otro
Sentirás mis suspiros y te oiré suspirar.
¿Dónde estará la boca, la boca que suspira?
Diremos, el camino volviendo a desandar.
Quizá nos encontremos frente a frente algún día,
Quizá nuestros disfraces nos logremos quitar.
Y ahora me pregunto... Cuando ocurra, si ocurre,
¿Sabré yo de suspiros, sabrás tú suspirar?"
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…"
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
Miedo
Aquí, sobre tu pecho, tengo miedo de todo;
estréchame en tus brazos como una golondrina
y dime la palabra, la palabra divina
que encuentre en mis oídos dulcísimo acomodo.
Háblame de amor, arrúllame, dame el mejor apodo,
besa mis pobres manos, acaricia la fina
mata de mis cabellos, y olvidaré, mezquina,
que soy, ¡oh cielo eterno!, sólo un poco de lodo.
¡Es tan mala la vida! ¡Andan sueltas las fieras!...
Oh, no he tenido nunca las bellas primaveras
que tienen las mujeres cuando todo lo ignoran.
En tus brazos, amado, quiero soñar en ellos,
mientras tus manos blancas suavizan mis cabellos,
mientras mis labios besan, mientras mis ojos lloran.
Alfonsina Storni
"No tienes tú la culpa si en tus manos mi amor se deshojó como una rosa: Vendrá la primavera y habrá flores... el tronco seco dará nuevas hojas."
Alfonsina Storni
"Oh, silencio, silencio… esta tarde es la tarde
en que la sangre mía ya no corre ni arde.
Oh silencio, silencio que se callan las aves,
se adormecen las flores, se detienen las naves.
Oh silencio, silencio que una estrella ha caído
dulcemente a la tierra, dulcemente y sin ruido.
Oh silencio, silencio que la noche se allega
y en mi lecho se esconde, susurra, gime y ruega.
Oh silencio, silencio… que el silencio me toca
y me apaga los ojos, y me apaga la boca.
Oh silencio, silencio… que la calma destilan
mis manos cuyos dedos lentamente se afilan…"
Alfonsina Storni
Pedí a las estrellas lenguaje más claro, palabras más bellas. Las dulces estrellas me dieron tu vida y encontré en tus ojos la verdad pedida."
Alfonsina Storni
“Pero no me preguntes, no me preguntes nada
de por qué lloré tanto en la noche pasada…”
Alfonsina Storni
“Polvo de oro en tus manos fue mi melancolía
sobre tus manos largas desparramé mi vida…”
Alfonsina Storni
"Porque mi alma es toda fantástica, viajera, y la envuelve una nube de locura ligera cuando la luna nueva sube al cielo azulino."
Alfonsina Storni
"¿Qué mundos tengo dentro del alma que hace tiempo vengo pidiendo medios para volar?"
Alfonsina Storni
"Que un no ser, que es un más ser, doblado, prendido estás aquí y estás ausente por praderas de magias y de olvido."
“…si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.”
Alfonsina Storni
Silencio… silencio
"Me besarás los ojos… estarás a mi lado…-Adiós, hasta mañana, hasta mañana amado.
Y caerá en mis pupilas una luz bienhechora,
la luz azul-celeste de la última hora.
Una luz tamizada que bajando del cielo
me pondrá en las pupilas la dulzura de un velo.
Una luz tamizada que ha de cubrirme toda
con su velo impalpable como un velo de boda.
Oh, silencio, silencio… esta tarde es la tarde
en que la sangre mía ya no corre ni arde.
Oh, silencio, silencio… en torno de mi cama
tu boca bien amada dulcemente me llama.
Oh silencio, silencio que tus besos sin ecos
se pierden en mi alma temblorosos y secos.
Oh silencio, silencio que la tarde se alarga
y pone sus tristezas en tu lágrima amarga.
Oh silencio, silencio que se callan las aves,
se adormecen las flores, se detienen las naves.
Oh silencio, silencio que una estrella ha caído
dulcemente a la tierra, dulcemente y sin ruido.
Oh silencio, silencio que la noche se allega
y en mi lecho se esconde, susurra, gime y ruega.
Oh silencio, silencio… que el silencio me toca
y me apaga los ojos, y me apaga la boca.
Oh silencio, silencio… que la calma destilan
mis manos cuyos dedos lentamente se afilan…"
Alfonsina Storni
Soledad
Podría tirar mi corazón
desde aquí, sobre un tejado:
mi corazón rodaría
sin ser visto.
Podría gritar
mi dolor
hasta partir en dos mi cuerpo:
sería disuelto
por las aguas del río.
Podría danzar
sobre la azotea
la danza negra de la muerte:
el viento se llevaría
mi danza.
Podría,
soltando la llama de mi pecho,
echarla a rodar
como los fuegos fatuos:
las lámparas eléctricas
la apagarían...
Alfonsina Storni
"Suéñame, que me hace falta."
Alfonsina Storni
“Te quedabas callado en las tardes de oro
cuando un libro en las manos nos ponía tristeza…”
Alfonsina Storni
"Ten paciencia, mujer que eres oscura: algún día, la forma destructora que todo lo devora, borrará mi figura. Se bajará a mis libros, ya amarillos, y alzándola en sus dedos, los carrillos ligeramente inflados, con un modo de gran señor a quien lo aburre todo, de un cansado soplido me aventará al olvido."
Alfonsina Storni
“No tienes tú la culpa si en tus manos mi amor se deshojó como una rosa: Vendrá la primavera y habrá flores… el tronco seco dará nuevas hojas.”
Un día
"Andas por esos mundos como yo; no me digas
Que no existes, existes, nos hemos de encontrar;
No nos conoceremos, disfrazados y torpes,
Por los anchos caminos echaremos a andar.
No nos conoceremos, distantes uno de otro
Sentirás mis suspiros y te oiré suspirar.
¿Dónde estará la boca, la boca que suspira?
Diremos, el camino volviendo a desandar.
Quizá nos encontremos frente a frente algún día,
Quizá nuestros disfraces nos logremos quitar.
Y ahora me pregunto... Cuando ocurra, si ocurre,
¿Sabré yo de suspiros, sabrás tú suspirar?"
Alfonsina Storni
"Un día, suavemente, con sus corteses modos, hizo el hombre la jaula para encerrarte allí, y ahora te contempla, apoyado de codos, sobre el hierro prudente que lo aparta de ti."
Alfonsina Storni
"Una mano invisible acaricia calladamente la pulpa triste de los mundos rodantes. Alguien, a quien no comprendo, me macera el corazón de dulzura."
Alfonsina Storni
Versos a la memoria
Poblada biblioteca que no ocupas espacio,
Y que a cuestas te lleva un pollino cualquiera,
Tu oro, aun siendo falso, llena la faltriquera
De un pedante y circula como oro del espacio.
De los bienes del seso infatuada tutela:
(Memoria de lo visto, lo leído y gustado
Eres el hilo mismo con que será hilvanado
Lo que el hombre compone, si bien no eres la tela).
En exiguas porciones te mezclas a mi escrito.
(Mi encono, a tu respecto, no es por cierto gratuito,
Que hasta de sus defectos los hombres son celosos):
Te desprecio como a mancebos musculosos
Que celando una fácil, musculosa doncella,
No pudieron logarla para servirse de ella.
Alfonsina Storni
Voy a dormir
"Dientes de flores, cofia de rocío,manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…"
Alfonsina Storni
"¿Y vendrás tú? Se cubren alegras, mis floreros de madreselvas. Anda por los largos canteros la risa azul del no me olvides y se cargan las vides."
Alfonsina Storni