"A mi me parece que lo verdaderamente temible en esta vida no es el pánico en sí mismo -dijo el hombre-. El miedo existe. Eso es indudable. Se nos muestra bajo distintas formas y, a veces, domina nuestras vidas. Pero lo más temible de todo es dar la espalda a ese miedo y cerrar los ojos. Actuando de esta manera acabamos cediéndole a algo lo más valioso que hay en nuestro interior..."

Haruki Murakami
Sauce ciego, mujer dormida



"A mi parecer, ciertos sistemas de pensamiento son tan parciales y tan simples que se vuelven irrebatibles."

Haruki Murakami



"A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir cruzándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta."

Haruki Murakami



"¿Acaso no existe en mi cuerpo una especie de limbo de la memoria donde todos los recuerdos cruciales van acumulándose y convirtiéndose en lodo?"

Haruki Murakami


"Alguien capaz de escribir una novela es alguien capaz de comunicarse con los habitantes de otros planetas."

Haruki Murakami



“Algún día la muerte nos tomará de la mano. Pero hasta el día en que nos atrape nos veremos libres de ella”. Yo pensaba así. Me parecía un razonamiento lógico. La vida está en la orilla; la muerte, en la otra. Nosotros estamos aquí, y no allí.

Haruki Murakami


"Aprendí a no creerme todo lo que la gente dice. Mis únicas pasiones sin reservas han sido los libros y la música. Y, tal vez como lógica consecuencia de todo ello, me fui convirtiendo en una persona solitaria."

Haruki Murakami



"Cerrar los ojos... no va a cambiar nada. Nada va a desaparecer simplemente por no ver lo que está pasando. De hecho, las cosas serán aún peor la próxima vez que los abras. Sólo un cobarde cierra los ojos. Cerrar los ojos y taparse los oídos no va a hacer que el tiempo se detenga."


Haruki Murakami




"Cuando se tiene que esperar, se tiene que esperar."

Haruki Murakami



“Cuando tu trabajo consiste en mentir, lo que debes conocer mejor que nadie es la verdad.”

Haruki Murakami


"Cuando uno se acostumbra a no conseguir nunca lo que desea, ¿sabes que pasa?, que acaba por no saber incluso lo que quiere."

Haruki Murakami



"Cuando ves a alguien que vale, debes pagar sin vacilar y darle una oportunidad."

Haruki Murakami



"Del mismo modo que hay varios tipos de literatura, hay también varios tipos de escritores, cada uno con su propia visión del mundo."

Haruki Murakami



"Detesto a mucha gente y mucha gente me detesta a a mi , pero también hay personas que me gustan, me gustan mucho. y no tiene nada que ver con que me correspondan. Yo vivo así. No quiero ir a ninguna parte. No necesito la inmortalidad."

Haruki Murakami




"El destino es algo que se debe mirar volviendose hacia atras, no algo que deba saberse de antemano."

Haruki Murakami



"El odio es una sombra negra y alargada. En muchos casos, ni siquiera quien lo siente sabe de dónde le viene. Es un arma de doble filo. Al mismo tiempo que herimos al contrincante nos herimos a nosotros mismos. Cuanto mas grave es la herida que le infligimos, mas grave es la nuestra. El odio es muy peligroso. Y, una vez que ha arraigado en nuestro corazón, extirparlo es una tarea titánica."

Haruki Murakami




"El olor de la hierba, el viento gélido, las crestas de las montañas, el ladrido de un perro. Esto es lo primero que recuerdo. Con tanta nitidez que tengo la impresión de que si alargara la mano, podría ubicarlos, uno tras otro, con la punta del dedo. Pero este paisaje está desierto. No hay nadie. No está Naoko."

Haruki Murakami



"El ritmo es lo más importante porque es la magia, lo que invita a la audiencia a bailar y lo que yo quiero son lectores que bailen con mis palabras."

Haruki Murakami



"El viento que sopla por encima del río es tan frío y punzante como una guadaña recién afilada."

Haruki Murakami



"En el mundo hay cosas que es mejor no saber."

Haruki Murakami



"En este mundo, nada hay tan cruel como la desolación de no desear nada."

Haruki Murakami


"En la vida, todo es una metáfora."

Haruki Murakami




"En una caja de galletas hay muchas clases distintas de galletas. Algunas te gustan y otras no. Al principio te comes las que te gustan y al final sólo quedan las que no te gustan. Pues yo cuando lo estoy pasando mal, siempre pienso: Tengo que acabar con esto cuando antes y ya vendrán tiempos mejores. Porque la vida es como una caja de galletas."

Haruki Murakami


"Existen varios motivos por los que dejé de hablar kansai-ben al venir a Tokio. Hasta terminar el instituto siempre había hablado en kansai-ben, jamás había soltado una palabra en japonés tokiota. Pero al cabo de un mes de llegar a la capital me sorprendió darme cuenta de que me manejaba con fluidez y naturalidad en la nueva habla. Quizá se deba a que (sin ser yo consciente) siempre he tenido una personalidad camaleónica. O tal vez a que tengo buen oído para los idiomas. En cualquier caso, la gente de mi entorno no se creía que fuese oriundo de Kansai.
Otro motivo importante por el que dejé de hablar en kansai-ben fue que deseaba renacer bajo la forma de una persona diferente a la que había sido.
Cuando me admitieron en una universidad en Tokio y me subí al tren bala rumbo a la capital, consideré retrospectivamente mis dieciocho años de vida y no dejé de pensar en que realmente me avergonzaba de la mayor parte de las cosas que me habían sucedido. No pretendo exagerar. La verdad es que no eran más que hechos lamentables que prefería no recordar. Cuanto más pensaba en ello, más repulsión sentía hacia lo que yo era. Naturalmente, también guardo recuerdos maravillosos. No quiero decir que no haya vivido experiencias que evoque con orgullo, no. Admito que las he vivido. Pero en términos cuantitativos, las cosas que me abochornan, las que me dan ganas de llevarme las manos a la cabeza son, con diferencia, más numerosas. Si hago memoria, me doy cuenta de que mi manera de vivir y pensar hasta entonces era tan trivial y miserable que ni merece la pena comentarla. La mayor parte de mis vivencias eran trastos inservibles, anodinos y propios de alguien falto de imaginación. Quería juntarlos todos y arrumbarlos en el fondo de un gran cajón. O prenderles fuego y convertirlos en humo (aunque no sé qué clase de humo saldría). El caso es que deseaba hacer borrón y cuenta nueva y empezar otra vida, como otra persona, en Tokio. Quería experimentar las nuevas posibilidades que me ofrecía mi yo. Y desde mi punto de vista, abandonar el kansai-ben para adquirir esa nueva habla era una forma práctica (y al mismo tiempo, simbólica) de conseguirlo. Porque, a fin de cuentas, lo que hablamos nos conforma como seres humanos. Al menos eso creía yo a los dieciocho años.
—¿Vergüenza? ¿Qué te avergüenza? —me preguntó Kitaru.
—Pues todo.
—¿No te llevas bien con tu familia?
—No es que no me lleve bien. Pero siento vergüenza sólo de estar con ellos.
—¡Pues sí que eres un tipo raro! —exclamó Kitaru—. ¿A qué viene lo de sentir vergüenza en compañía de tu familia? Yo me lo paso bastante bien con ellos.
Me callé. No sabía cómo explicárselo. Aunque me preguntasen qué tiene de malo un Toyota Corolla color crema, no sabría qué responder. Lo que ocurría era que la calle delante de nuestra casa era angosta y a mis padres no les interesaba gastar dinero en las apariencias.
—Mis padres se me quejaban a diario porque apenas estudiaba, lo que es pesado, sí, pero también normal. Porque es su deber. Tienes que intentar ser tolerante.
—Tú sí que eres optimista —repuse sorprendido.
—¿Tienes novia? —preguntó Kitaru.
—Ahora no.
—¿Antes sí?
—Hasta hace poco.
—¿Rompisteis?
—Exacto —dije.
—¿Por qué?
—Es una historia muy larga y ahora no me apetece hablar de ello.
—¿Era una chica de Ashiya? —preguntó Kitaru.
—No, no era de Ashiya. Vivía en Shukugawa. Aunque está bastante cerca.
—¿Te dejó llegar hasta el final?
Yo negué con la cabeza.
—No, no me dejó.
—¿Y por eso rompisteis?
Reflexioné un instante.
—Digamos que eso también influyó.
—¿Te dejó llegar casi hasta el final?
—Sí, justo casi hasta el final.
—¿Hasta dónde, en concreto?
—No quiero hablar de ello —dije.
—¿Ésa es una de las cosas de las que, según tú, «te avergüenzas»?
—Sí —respondí. Era una de las cosas que prefería no recordar.
—¡Qué tipo tan complicado eres! —se admiró Kitaru.
Oí por primera vez aquella extraña letra del Yesterday que Kitaru cantaba en el baño de su casa en Den-en-chefu. (Ni la zona ni la vivienda eran tan humildes como él decía. Se trataba de una casa de lo más normal y corriente en una zona de lo más normal y corriente. Vieja, pero más grande que la mía en Ashiya. Lo que pasaba es que no tenía lujos. El coche de la familia, por cierto, era un Golf azul oscuro un modelo anterior al último.) Al llegar a su casa, lo primero que hizo mi amigo fue meterse en la bañera. Y una vez dentro, tardaba en salir. Así que me llevé un pequeño taburete al espacio contiguo que servía de vestuario y, allí sentado, hablé con él a través del hueco de la puerta. Si no me refugiaba allí, tendría que aguantar las monsergas de su madre (principalmente quejas interminables sobre el bicho raro de su hijo, que no se aplicaba en los estudios). Entonces fue cuando se puso a cantar para que lo oyera —eso lo supongo, pero no estoy seguro— aquella canción de letra absurda.
—Esa letra no tiene sentido —dije—. Suena como si te estuvieras burlando de la Yesterday original.
—No digas tonterías. Ni me burlo ni nada parecido. Además, aunque así fuera, a John siempre le gustó lo absurdo. ¿O no?
—El que compuso Yesterday fue Paul.
—¿Ah, sí?
—Seguro —afirmé—. Paul la escribió, entró en el estudio de grabación solo y la cantó a la guitarra. Luego le añadieron el acompañamiento del cuarteto de cuerda. El resto del grupo no participa para nada. Los otros tres consideraban que era una canción demasiado suave para los Beatles. Aunque en los créditos figura a nombre de Lennon McCartney.
—Mmm... No estoy al corriente de esa clase de curiosidades.
—No son curiosidades. Es un hecho de sobra conocido en todo el mundo —repuse."

Haruki Murakami
Yesterday




"Había despertado una parte de mí que llevaba largo tiempo durmiendo. Al darme cuenta, me sentí tan triste que se me saltaron las lágrimas. Ella había sido una mujer excepcional. Alguien hubiera debido salvarla."

Haruki Murakami


"Hay dos tipos de personas: los que son capaces de abrir su corazón a los demás y los que no. Tú te cuentas entre los primeros."

Haruki Murakami



“Hay personas que pueden herir a otras, sólo por el mero hecho de existir.”

Haruki Murakami



"La memoria es algo extraño. Mientras estuve allí, apenas presté atención al paisaje. No me pareció que tuviera nada de particular y jamás hubiera sospechado que, dieciocho años después, me acordaría de él hasta en sus mínimos detalles. A decir verdad, en aquella época, a mí me importaba muy poco el paisaje. Pensaba en mí, pensaba en la hermosa mujer que caminaba a mi lado, pensaba en ella y en mí, y luego volvía a pensar en mí. Estaba en una edad en la que, mirara lo que mirase, sintiera lo que sintiese, pensara lo que pensase, al final, como un bumerán, todo volvía al mismo punto de partida: yo. Además, estaba enamorado, y aquel amor me había conducido a una situación extremadamente complicada. No, no estaba en situación de admirar el paisaje que me rodeaba."

Haruki Murakami
Tokio Blue



"La muerte no existe en contraposición a la vida sino como parte de ella."

Haruki Murakami




"La vida viene a ser eso, ¿no? ¿Acaso no estamos atrapados en un lugar oscuro y nos van quitando la comida y la bebida y nos vamos muriendo despacio, gradualmente?"

Haruki Murakami



"Las buenas noticias, en la mayoría de los casos, se dan en voz baja."

Haruki Murakami



"Las cartas no son más que un trozo de papel. Aunque se quemen, en el corazón siempre queda lo que tiene que quedar; por más que las guardes, lo que no tiene que quedar desaparece."

Haruki Murakami




"Las cosas que se pueden comprar con dinero es mejor comprarlas sin pensar demasiado si ganas o pierdes. Es mejor ahorrar las energías para aquellas cosas que no pueden comprarse con dinero.

Haruki Murakami


"Leía mucho, lo que no quiere decir que leyera muchos libros. Más bien prefería releer las obras que me habían gustado. (…) Así pues, no tenía este punto en común con los demás, y leía mis libros a solas y en silencio. Los releía y cerraba los ojos y me llenaban de su aroma. Sólo aspirando la fragancia de un libro, tocando sus páginas, me sentía feliz."

Haruki Murakami



"Lo que nos hace personas normales es saber que no somos normales."

Haruki Murakami



"Lo que nos traerá el mañana sólo lo sabremos cuando llegue ese mañana."

Haruki Murakami



"Lo que para una persona puede ser una distancia prudencial, para otra puede ser un abismo."

Haruki Murakami



"Lo que yo deseo, la fuerza que yo busco, no es aquella que te lleva a perder o a ganar. Tampoco quiero una muralla para repeler las fuerzas que lleguen del exterior. Lo que yo deseo es una fuerza que me permita ser capaz de recibir todo cuanto proceda del exterior y resistirlo. Fortaleza para resistir en silencio cosas como la injusticia, el infortunio, la tristeza, los equívocos, las incomprensiones."

Haruki Murakami


"Me admiró la gran diversidad de deseos y objetivos que pretende alcanzar el ser humano.

Haruki Murakami


"Me lleva tiempo evocar su rostro. Y conforme vayan pasando los años, más tiempo me llevará. Es triste, pero cierto. Al principio era capaz de recordarla en cinco segundos, luego éstos se convirtieron en diez, en treinta segundos, en un minuto. El tiempo fue alargándose paulatinamente, igual que las sombras en el crepúsculo. Puede que pronto su rostro desaparezca absorbido por las tinieblas de la noche. Sí, es cierto. Mi memoria se está distanciando del lugar donde se hallaba Naoko. De la misma forma que se está distanciando del lugar donde estaba mi yo de entonces."

Haruki Murakami



"Muy parecido. Tan distinto como desayunar tarde o almorzar temprano. Comes lo mismo, a la misma hora, sólo difiere la manera de llamarlo."

Haruki Murakami


"Nada alivia la tristeza que sentimos al perder a un ser querido. Ni la verdad, ni la sinceridad, ni la fuerza, ni el cariño son capaces de curar esta tristeza. Lo único que podemos hacer es atravesar este dolor esperando aprender algo de él, aunque todo lo que hayamos aprendido no nos sirva para nada la próxima vez que la tristeza nos visite de improviso." 

Haruki Murakami
Tokio Blues


"No me extrañaría que pronto nos endilgaran una película con el mensaje de que en una guerra nuclear la humanidad fue barrida de este mundo, pero, al final, todo acabó muy bien.
No tengo nada aparte de alma."

Haruki Murakami


"Para mí la cultura popular, incluso la más comercial, es como una gran reserva natural de donde los escritores podemos tomar infinitos temas para establecer una comunicación directa con los lectores."

Haruki Murakami


"Pero, a fin de cuentas,¿quién puede decir lo que es mejor? No te reprimas por nadie y, cuando la felicidad llame a tu puerta, aprovecha la ocasión y sé feliz."


Haruki Murakami



"Por eso ahora estoy escribiendo. Soy de ese tipo de personas que no acaban de comprender las cosas hasta que las ponen por escrito."

Haruki Murakami



"¿Por qué me gustan las medusas? No lo sé. Las encuentro bonitas. Antes, mientras las miraba, he pensado una cosa. Escucha, lo que nosotros vemos es sólo una pequeña parte del mundo. Damos por hecho que esto es el mundo, pero no es del todo cierto. El verdadero mundo está en un lugar más oscuro, más profundo, y en su mayor parte lo ocupan criaturas como las medusas. Eso nosotros lo olvidamos. ¿No te parece? Dos terceras partes del planeta son océanos y lo que nosotros podemos ver con nuestros ojos no pasa de ser la superficie del mar, la piel. De lo que verdaderamente hay debajo no sabemos nada."

Haruki Murakami
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo




"Puede haber cierta magia cuando escribo, pero el resto del día soy nada más que un amante del jazz como hay millones por ahí."

Haruki Murakami


“Realmente creíamos en algo en aquel entonces, y sabíamos que éramos el tipo de gente capaz de creer en algo con todo nuestros corazones. Y esa clase de esperanza nunca desaparecerá de forma sencilla.”

Haruki Murakami


"¿Sabe usted cual es el mas intenso de los odios? Aquel que se siente por alguien que ves que alcanza sin el menor esfuerzo lo que tu eres incapaz de alcanzar pese a desearlo con toda tu alma. Cuando te ves obligado a chuparte el dedo viendo como otro, por su cara bonita, acccede a un mundo al que no puedes acceder ni en sueños. Y cuando mas cerca tengas a esa persona, mas intenso sera el odio».
«Siempre es mejor que la gente hable cara a cara, con el corazon en la mano. De lo contrario acaban surgiendo malentendidos. Y los malentendidos, ¿Sabe?, son una fuente de infelicidad…."


Haruki Murakami



"Si no quieres acabar en un manicomio, abre tu corazón y abandónate al curso natural de la vida."

Haruki Murakami



"Si sólo lees libros que todos leen, sólo puedes pensar lo que todos están pensando."

Haruki Murakami




"Si te acuerdas de mí, entonces no me importa si todas las demás personas me olvidan."

Haruki Murakami



"Solo tengo dieciséis años y no se muy bien de que va el mundo, pero una cosa si puedo afirmar con rotundidad: si yo soy pesimista, los adultos de este mundo que no son pesimistas son un hatajo de idiotas."

Haruki Murakami


"Soy yo mismo de un modo sumamente natural e inevitable. Dado que es un hecho evidente, no me importa demasiado lo que los demás piensen de mí. La manera en que los demás me ven no me atañe. Más bien, eso es algo que sólo les atañe a ellos."


Haruki Murakami





"Temes a la imaginación. Y a los sueños más aún. Temes a la responsabilidad que puede derivarse de ellos. Pero no puedes evitar dormir. Y si duermes, sueñas. Cuando estás despierto, puedes refrenar, más o menos, la imaginación. Pero los sueños no hay manera de controlarlos."

Haruki Murakami



"Todo pasa. Nadie tiene algo para siempre. Así es como tenemos que vivir."

Haruki Murakami




"Un caballero es quien hace, no lo que quiere, sino lo que debe hacer."

Haruki Murakami


"Ushikawa tuvo que aparcar durante un tiempo la búsqueda de información sobre la anciana de Azabu. La rodeaban demasiadas medidas de seguridad y Ushikawa comprendió que, la abordara por donde la abordase, acabaría dándose de bruces contra un alto muro. Quería averiguar algo más sobre la «casa de acogida», pero seguir rondando por allí era peligroso. Había cámaras de seguridad, y Ushikawa llamaba demasiado la atención. Si los pusiera en alerta, todo se complicaría. De momento, se alejaría de la Villa de los Sauces y probaría a seguir otra vía.
La única «otra vía» que se le ocurrió fue repasar lo que ya sabía de Aomame. Tiempo atrás, para Vanguardia, había encargado una pesquisa a una agencia de investigadores con la que tenía trato, y él mismo había indagado por su cuenta. Tras reunir un dossier detallado sobre la chica, había llegado a la conclusión de que Aomame no representaba ninguna amenaza. Era una chica competente como profesora en el gimnasio y gozaba de buena reputación. En su infancia había pertenecido a la Asociación de los Testigos, pero pronto rompió los vínculos con la comunidad. Tras licenciarse en la Facultad de Ciencias del Deporte con una de las notas más altas, había trabajado para una empresa alimentaria que comercializaba productos y bebidas para deportistas, y había sido la jugadora principal de su club de sófbol. Sus compañeros decían que era excelente, como deportista y en su trabajo. Emprendedora y despierta. Tenía buena fama. Sin embargo, era más bien callada y tenía pocas amistades.
De repente, unos años atrás, había abandonado el club de sófbol y la empresa y había conseguido un empleo en un club deportivo, un gimnasio de lujo en el barrio de Hiroo. A partir de entonces había pasado a ganar el triple. Era soltera y vivía sola. Parecía que en ese momento no tenía pareja. En cualquier caso, Ushikawa no encontró en su pasado nada sospechoso ni turbio. El detective frunció el ceño, soltó un hondo suspiro y tiró sobre el escritorio el dossier, al que había vuelto a echar un vistazo. «Algo se me escapa. Un punto fundamental que no debería pasarme inadvertido.»
Ushikawa sacó una agenda de teléfonos de un cajón del escritorio y marcó un número. Cuando necesitaba recabar información de manera clandestina, siempre recurría a ese número. La persona a quien llamaba habitaba en un mundo aún más sombrío que el suyo. Pagándole, le conseguía cualquier información. Naturalmente, cuanto más protegida estuviera esa información, más caro le salía.
Buscaba datos relacionados con dos ámbitos: por una parte, información sobre los padres de Aomame, que en la actualidad seguían siendo adeptos de la Asociación de los Testigos. Sabía que la sede principal de la comunidad centralizaba la documentación sobre todos los miembros, muy numerosos, con que contaba en Japón; el trasiego entre la sede central y las locales era constante. Poseían un espléndido edificio erigido en un amplio terreno, con su propia imprenta para editar panfletos, salas de reuniones y alojamiento para los devotos que acudían de todos los rincones del país. Sin duda, toda la información se custodiaba allí.
Por otra parte, quería documentación del gimnasio en que Aomame había trabajado. Exactamente, ¿qué clase de servicios prestaba, y a quién y cuándo impartía clases? Quizás esos datos no estuvieran guardados con tanto celo como los de la Asociación de los Testigos. De todos modos, si les dijera: «¿Serían tan amables de dejarme ver el expediente de su empleada Aomame?», no se lo enseñarían de buen grado."

Haruki Murakami
1984



"Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. ¡No!
Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara, y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella."

Haruki Murakami
kafka en la orilla