"Aquel que es fiel a una sola mujer es infiel con todas las demás."

Lorenzo Da Ponte
Don Giovanni


"De este modo y como fruto de este firme e infatigable afán, logré, al inicio del tercer año, figurar en el ranking de los alumnos más destacados, siendo muy loados mis versos. Fue muy elogiada una canción que escribí para una competición contra los jóvenes más versados de Ceneda. Pero eso no me hizo sentir orgulloso ni supuso que creyera seriamente que mi poema era hermoso. Tuve la fortuna, desde que comencé a estudiar, de comprender que los encomios recibidos eran suscitados por intenciones corteses para fortificar mi autoestima y que, con el tiempo, dichos elogios fueran realmente merecidos. Esta certeza me preservó de dejarme llevar por un orgullo vano y por una egoísta opinión acerca de mí mismo, bancos de arena en los que suelen encallar los estudiantes, al pensar que ellos son omniscientes, deteniéndose a menudo en el punto donde todo debería comenzar. Había sido dotado por la naturaleza con algún talento poético, y mi infinita pasión por la poesía, apegada a principios razonables, quizás me convertiría un día en un excelso vate. Tuve la suerte de no hallar interferencias continuas contra mis dignos propósitos ni manos tiránicas que me ahogaran, y quizás mi principal virtud, dentro de los crueles y perversos torbellinos de la vida, aunque me privaran de cierta paz interior, estos recursos, y este plácido esparcimiento, sin los cuales la mente humana se esfuerza inútilmente en alcanzar las cumbres más elevadas."

Lorenzo Da Ponte
Memorias


-LEPORELLO-
¡Eh, consolaos!
Vos no sois,
ni seréis
la primera
ni la última.
Mirad:
este pequeño libro,
está totalmente lleno
con los nombres de sus amantes.

(Saca una larga lista)

Cada villa, cada aldea, cada país
es testigo de sus andanzas donjuanescas.
Señora mía, éste es el catálogo
de las bellas que amó mi señor;
es un catálogo hecho por mí.
Observad, leed conmigo.

En Italia, seiscientas cuarenta,
en Alemania, doscientas treinta y una,
cien en Francia,
en Turquía noventa y una.
¡Pero en España ya van mil tres!
Hay entre ellas campesinas,
camareras, burguesas,
hay condesas, baronesas,
marquesas, princesas,
hay mujeres de todos los rangos,
de todos los tipos, de todas las edades.

De la rubia suele alabar
la gentileza;
de la morena, la constancia;
de la canosa, la dulzura.
En invierno prefiere la llenita;
en verano, la delgadita.
La alta es majestuosa;
la pequeña es siempre encantadora.
A las viejas las conquista
por el placer de ponerlas en la lista.
Su pasión predominante
es la joven principiante.
Le da igual que sea rica,
que sea fea, que sea hermosa;
con tal de que lleve faldas,
¡vos ya sabéis lo que hace!

Lorenzo Da Ponte
Don Giovanni