"Brazo y cerebro, no acierto a verlos escindidos. Donde se trabaja, se piensa. Diremos con Proudhon: el que trabaja filosofa."

Ricardo Mella


"Durante los últimos días he podido aprender lo que es la ley, pues antes no lo sabía. Yo ignoraba que podía estar convicto de un crimen por conocer a Spies, Fielden y Parsons. He presidido un mitin en Turner Hall, al que vosotros fuisteis invitados para discutir el anarquismo y el socialismo. Yo estuve, sí, en aquella reunión, en la que no aparecieron los representantes del sistema capitalista actual para discutir con los obreros sus aspiraciones. Yo no lo niego. Tuve también en cierta ocasión el honor de dirigir una manifestación popular, y nunca he visto un número tan grande de hombres en correcta formación y con el más absoluto orden. Aquella manifestación imponente recorrió las calles de la ciudad en son de protesta contra las injusticias sociales. Si esto es un crimen, entonces reconozco que soy un delincuente. Siempre he supuesto que tenía derecho a expresar mis ideas como presidente de un mitin pacífico y como director de una manifestación. Sin embargo se me declara convicto de ese delito, de ese pretendido delito.
En la mañana del 5 de mayo supe que habían sido detenidos Spies y Schwab y entonces fue también cuando tuve la primera noticia de la celebración del mitin de Haymarket durante la tarde anterior. Después que termine mis faenas fui a las oficinas del Arbeiter Zeitung, en donde encontré a la esposa de Parsons y la señorita Holmes. Cuando iba a hablar con la primera de dichas señoras, entró de pronto una manada de bandidos, llamados policías, en cuyos rostros se retrataba la ignorancia y la embriaguez, gente de peor calaña que los peores rufianes de las calles de Chicago. El Mayor Harrison iba con estos piratas y dijo: ¿Quién es el director de este periódico? Los chicos de la imprenta no sabían hablar inglés, y como conocía a Harrison me dirigí a él y le dije: ¿Qué pasa, Mr. Harrison? Necesito -me contestó- revisar el periódico por si contiene un artículo violento. Yo le prometí revisarlos y lo hice en compañía de Mr. Hand, a quien Harrison fue a buscar. Harrison volvió a los pocos minutos y vi bajar la escalera a todos los tipógrafos; otra pandilla de rufianes policiacos entró a tiempo que la esposa de Parsons y la señorita Holmes se hallaban escribiendo. Uno que yo tenía por caballero oficial dijo: ¿Qué hacéis aquí? Y la señorita Holmes respondió: Estoy escribiendo a mi hermano, que es editor de un periódico obrero. Al oír esto aquel oficial, la agarró fuertemente por un brazo, y ante las protestas de aquella señorita, grito: ¡Concluye, zorra, o te arrojo al suelo! Repito aquí estas palabras para que conozcáis el lenguaje de un noble oficial de Chicago. Es uno de los vuestros. Insultáis a las mujeres porque no tenéis valor para insultar a los hombres. Lucy Parsons obtuvo igual tratamiento, a la vez que le aseguraban que no se publicaría más el periódico y que arrojarían por la ventana todo el material de la imprenta. Cuando oí esto, cuando vi que se pretendía destruir lo que era propiedad de los obreros de Chicago, exclamé: Mientras pueda haré que el periódico se publique. Y volví a publicar el periódico; cuando se nos echaron encima los policiacos bandidos y todas las imprentas se negaron a imprimirlo, reunimos fondos y adquirimos imprenta propia, mejor dicho, dos imprentas, se multiplicaron los suscriptores, y en fin, los trabajadores de Chicago cuentan hoy con todo lo necesario para la propaganda. ¡He ahí mi delito!"

Ricardo Mella
Los mártires de Chicago



"El anarquismo, prácticamente, no es más que esto: arreglo de todos los asuntos por medio de pactos libres. Nada de deliberaciones y decretos a la multitud. Nada de abdicaciones ni de representantes privilegiados investidos de facultades legislativas. Que el pueblo proceda por sí mismo a la organización de la vida social. Que cada uno ponga manos a la obra, juntándose con aquellos que persiguen idénticos fines. Que las asociaciones libremente formadas, libremente se concierten para la común empresa. La organización futura, la organización anarquista, no será un producto forzado de un plan preconcebido, sino una resultante de los acuerdos parciales de los individuos y de los grupos, según las circunstancias y la capacidad del pueblo en el momento. Preferible a una reglamentación oficial del trabajo, es que los mismos trabajadores lo organicen conforme a sus necesidades, sus aptitudes y sus gustos. Preferible a que un poder central, llámese o no Gobierno, organice el camino con arreglo a cálculos imposibles y retribuya el trabajo conforme a este o aquel principio más o menos equitativo, es que los mismos productores, consumidores a la vez, produzcan y cambien con sujeción a sus propios convenios. La masa total del pueblo entiende de todo esto más, mucho más, que cualquier delegación, por buena y sabia que sea.
Una vez puesta la riqueza a la disposición de todo el mundo para producir, para cambiar y para consumir, la necesidad de un concierto general se impone por ley de naturaleza. Los productores se agruparán en sociedades diversas, dedicadas unas a la producción de los alimentos, a la de los vestidos otras, a la de las viviendas otras. Los grupos a su vez se relacionarán entre sí formando asociaciones de grupos según sus más inmediatas necesidades y sus comunes intereses y así, por esta organización seriada de las partes, formárase una gran federación de sociedades comprendiendo en una amplia síntesis la inmensa variedad de la vida social, apiñará a todos los hombres bajo la bandera de una felicidad real y positiva. Detalles de la producción, la distribución y del consumo, ¿quién duda que por medio de convenios pueden ser y serán arreglados? Tal como hoy proceden la industria y el comercio, a pesar sus diferencias y de su fondo de privilegio, no pueden decirse sino que arreglan sus relaciones por medio de convenios. Las grandes empresas producto son de contratos más o menos libres. Las asociaciones debidas a la iniciativa privada, como la Cruz Roja y la de salvamento de náufragos no son otra cosa más que ejemplos de aplicación anarquistas.
El mundo científico se arregla por libres relaciones que no obedecen sino al impulso de comunes necesidades. Una ley reguladora o una autoridad gobernante no son de utilidad a la ciencia. Cuando, en fin, se trata de cualquier empresa de exploración u otra semejante, se emprende apelando al libre concurso de voluntarios y al auxilio de cuantos simpatizan con la idea de los iniciadores. La mayor y más importante parte de la vida general se desenvuelve en virtud de libres acuerdos, lo que constituye la verdadera práctica anarquista.
Y, ¿por qué lo que hoy se hace a pesar del Gobierno no habría de hacerse si el Gobierno desapareciera?"

Ricardo Mella
Lombroso y los anarquistas



“El mundo científico arréglase por libres relaciones que no obedecen sino al impulso de comunes necesidades. Una ley reguladora o una autoridad gobernante no son de utilidad a la ciencia. Cuando, en fin, se trata de cualquier empresa de exploración u otra semejante, se emprende apelando al libre concurso de voluntarios y al auxilio de cuantos simpatizan con la idea de los iniciadores. La mayor y más importante parte de la vida general se desenvuelve en virtud de libres acuerdos, lo que constituye la verdadera práctica anarquista.”

Ricardo Mella


"El salto de la realidad a la idealidad, se llama revolución."

Ricardo Mella


"La lucha es dura y es larga. Luchemos. Es menester que vivamos de nosotros mismos, que cada uno encuentre en sí mismo la razón de su vida, de su fuerza, de su acción. Las ideas iluminan; los hechos emancipan."

Ricardo Mella



"Los contrasentidos de la civilización durarán lo que dure la inconsciencia de las multitudes. Nos parece que los tiempos actuales, no obstante la recrudescencia de todos las barbaries históricas, están gritando que la inconsciencia acaba."

Ricardo Mella


"No pensemos como viejos creyentes que lloran ante el ídolo que se derrumba."

Ricardo Mella



"¿Quieres cultura, libertad, igualdad, justicia? Pues ve y conquístalas, no quieras que otros vengan a dártelas. La fuerza que tú no tengas, siéndolo todo, no la tendrán unos cuantos, pequeña parte de ti mismo. Ese milagro de la política no se ha realizado nunca, no se realizará jamás. Tu emancipación será tu obra misma o no te emanciparás en todos los siglos de los siglos."

Ricardo Mella


"Si recorremos continentes e islas, en todas hallaremos al lado del individualismo la comunidad. En la Nueva Zelandia existen pequeñas sociedades que viven en pleno comunismo, sin excluir la promiscuidad. En la islas Paques y en Ulietea hay grandes viviendas comunes, de centenares de personas, semejantes a las colmenas de las abejas, que recuerdan las curiosas construcciones piramidales de los mejicanos anteriores al imperio azteca, cuyo elogio se ha hecho en todas las lenguas por su hospitalidad, su moderación y su práctica estricta de la monogamia no obstante su sistema comunista. En las islas Palaos, el individuo no posee más que su vivienda, sus muebles y su canoa. En las islas Carolina, cada distrito posee una gran casa pública, donde se reúnen los miembros de la comunidad, donde conservan las piraguas, las herramientas, todos los utensilios de la asociación. En Java reina por completo la comunidad en forma muy semejante al mir ruso.
El comunismo ha estado y está todavía en vigor en multitud de tribus aborígenes de la India. La dominación inglesa nada ha cambiado. Los indígenas no pueden concebir que se vendan las tierras, y carecen en absoluto de la idea de testar. En Pendjab; la villa es una asociación de hombres libres.
Entre la raza semita es muy antigua la práctica comunista que en algunas islas de la costa de la Arabia feliz adopta por principio «á cada uno según sus obras».
En Europa, antes de la conquista romana, el comunismo existía en mayor o menor grado. Los dálmatas hacían cada ocho años una nueva repartición de tierra. Entre los germanos no se cultivaba dos años seguidos un mismo campo. En la Galia, los dominios comunales eran considerables, y hoy quedan de ellos muchos restos. España es también un buen ejemplo de la tradición comunal.
Y la prueba más determinante de que el comunismo perdura en Europa a pesar de Roma y de la declaración de los Derechos del hombre, es que subsiste entre los vascos franceses; el allmend ó mark (territorio común de clan) en Germania; que en varios cantones de Suiza son todavía numerosos los allmends y que en los países eslavos, principalmente en Rusia, en la comunidad de Villa se conserva en toda su integridad. El Mir ruso es la forma típica adoptada por 30 o 35 millones de hombres. En las comunas eslavas el trabajo se efectúa en común y los productos se reparten entre los miembros de la comunidad. La comuna o municipio es autónomo.
Lavelaye y Sumner Maine han hallado en el fondo de las instituciones jurídicas europeas una organización de la propiedad completamente comunista, lo que supone esencialmente mutua simpatía, marcada disposición a la confianza y a la fraternidad, condiciones indispensables de todo comunismo análogo (Tarde).
Letourneau deduce de sus estudios acerca de la propiedad, que en todas las tribus pastoriles o agrícolas que viven o han vivido en estado de comunidad reinan «sentimientos altruistas, probidad instintiva y dulzura de costumbres»."

Ricardo Mella
Del amor




"Somos ricos en palabras y en ideas. Seamos ricos en hechos, que es así como mejor se afirma el ideal."

Ricardo Mella