"A la intemperie, se va infiltrando el viento hasta mi alma."


Matsuo Basho


"Corazón blanqueado por la lluvia. Carcasa golpeada por el viento."

Matsuo Basho




"¿De qué árbol en flor? No sé, ¡pero qué perfume!"


Matsuo Basho



"El día y la noche son los viajeros de la eternidad..."


Matsuo Basho



"En el estanque
ruido de una rana
que se sumerge."


Matsuo Basho





"En este jardín ¡Un siglo de hojas muertas!"

Matsuo Basho


"En la lluvia de verano se acortan las patas de la garza."


Matsuo Basho



"En la rama descascarada los atardeceres del otoño un cuervo se posa."


Matsuo Basho




"En pleno otoño mi vecino ¿Cómo vive?"

Matsuo Basho



"Este camino ya nadie lo recorre salvo el crepúsculo."

Matsuo Basho


Las sendas de Oku


"No hablaron una palabra

el anfitrión, el huésped
y el blanco crisantemo.

Ah, este camino
que nadie recorre,
excepto el crepúsculo.

El camino de la muerte,
a pesar del sol de otoño,
¿quién querría emprenderlo?

La luna de la montaña
ilumina también
a los ladrones de flores.

¿Admirable,
aquel que no piensa: "la vida huye"
al ver el relámpago?

También esta cabaña de paja
en este mundo tornadizo
ha de transformarse en casa de muñecas.

¡Qué gloria!
Las hojas verdes, las hojas jóvenes,
bajo la luz del sol.

En la montaña de verano,
adoro las sandalias divinas;
viaje a la vista.

Quedó plantado 
el arrozal
cuando me despedía del sauce.

De los cerezos en flor
al pino de dos troncos:
tres meses.

Pétalos de lirios

atarán mis pies:
los cordones de mis sandalias.

Bajo un mismo techo

durmieron las cortesanas,
la luna y el trébol.

Muévete, oh tumba,

muestra que me reconoces:
soy el viento de otoño.

Frescura de otoño.

Melón y berenjena
para cada huésped.

El sol brilla, brilla
sin compasión.
Pero el viento es de otoño.

Si he de morir 

en el camino,
que sea entre los campos de trébol.

Desde hoy el rocío

borrará tu nombre
de mi sombrero.

Entre las olas:
acá, los pétalos,
allá, las conchas.

Al despedirme,
escribí algo en el abanico,

pero lo borré."


Matsuo Basho




"Las montañas y el jardín se van adentrando hasta mi habitación en verano."


Matsuo Basho






"Mirar, admirar hojas verdes, hojas nacientes entre la luz solar."


Matsuo Basho




"Quietud: los cantos de la cigarra penetran en las rocas."


Matsuo Basho



"Son lágrimas los ojos de los peces."


Matsuo Basho



"Toda la noche amotina las olas el viento en cólera y los pinos chorrean húmeda luz de luna."

Matsuo Basho


Verano

"Preso en la cascada
un instante:
ya comienza el verano.

¡Ay perlas de verano!
Eso es todo lo que queda
del sueño de los héroes.

Las lluvias de mayo
no te atacan ya,
templo de oro.

¡Qué admirable, 
Quien no piensa, "La vida es fugaz,"
Cuando ve el destello de un relámpago.

Me siento como en un cuadro;
La vaca avanza lentamente
Por el páramo veraniego.

El río Mogami
Ha arrastrado al ardiente Sol
Hasta el Océano.

El principio de la poesía:
La canción de los plantadores de arroz,
En la provincia de Oshu.

Un pobre hospedaje;
El lloriqueo de un perro
Bajo la lluvia en la noche.

Una casa exquisita:
Los gorriones son felices en el mijo
Del campo trasero.

¡Ah! ¡La hierba del Verano!
Todo lo que queda
De los sueños de los guerreros.

El claro de luna penetra
En la gran arboleda de bambúes:
El hototogisu grita.

El hototogisu,
Cantar, y volar, y cantar, -
¡Qué vida tan ocupada!

¡Ah kankodori!
En mi tristeza,
Ahondas mi soledad,

Moscas de Kiso,
Aprended del viaje
De este vagabundo cargado de dolor.

Pulgas, piojos,
El caballo meando
Junto a mi almohada.

Silencio;
La voz de las cigarras
Penetra las rocas.

Nada indica
En la voz de la cigarra
Que pronto morirá.

¡Ah, qué glorioso!
Las jóvenes hojas, las verdes hojas-
Brillando al sol!"

Matsuo Basho




"Visión en sombras. Llora una anciana sola,la luna como amiga."

Matsuo Basho



"Yendo hacia Kioto cubrían medio cielo nubes de nieve."

Matsuo Basho