“El supuesto “orden” político que nos presentan divide, desagrega y acelera el desorden de la vida de los más, a cambio del orden de la vida de los menos. Lo sabemos. Nuestra realidad social y ambiental global actual es quizás el ejemplo más evidente de esa entropía global impuesta y sumisamente aceptada. Porque es más fácil emular y acelerar los designios del universo que pararse a pensar si es o no posible iniciar un camino, una revolución neguentrópica que interrumpa y revierta, aunque sólo sea temporalmente, lo que todos consideran demasiado fácilmente como inevitable e irreversible.”

Juan de Castro



“(...) Empiezan a comprender, desde sus casas, que es posible que pronto no tengan ni tierra, ni aire, ni vida alrededor para poder seguir morando indiferentemente en ellas y menos aún poder pagarlas. Sin embargo, ninguno de ellos va a necesitar las armas de muerte del viejo paradigma para tomar la nueva Bastilla, porque la nueva Bastilla está en ellos mismos, individualmente, y les pertenece sólo a ellos tomar su propia Bastilla. Pero, también, porque su devenir no es destructor, sino neguentrópico. Los pioneros de la neguentropía construyen el nuevo paradigma a partir de un proceso de simplificación generalizado: transforman sus respectivos “egos” en “esencia”, resucitando así sus auténticos valores a través del poder de la humildad y del anonimato. A partir de esa búsqueda frenética por simplificar se identifican, a veces y en sus mejores sueños, con la pureza de las partículas más elementales del universo. A partir de ellas construyen la estructura mental y supramental que les permite, a su vez, ver cada elemento del universo como un todo. Y es desde percepción primordial desde la que se encaminan, ya sin esfuerzo alguno, hacia el respeto total a la vida, hacia el apoyo mutuo y hacia la cooperación con sus semejantes. Revierten de esa forma la carrera de la ciega competencia, y hacen de ese cambio de dirección la clave de lo que podemos denominar un auténtico “salto evolutivo”. Un salto que contradice las sacrosantas tesis de Darwin, demostrando el poder absoluto de la conciencia personal y del apoyo mutuo, en contraposición a la competición, como auténticas claves de la evolución del ser humano del nuevo milenio.”

Juan de Castro




“Hoy, para aquellos pocos que rigen los destinos de este sistema global, sólo existe un objetivo: la reducción drástica y absoluta de nuestra capacidad pensante a través de la inducción del miedo, como medio hacia una imbecilidad global que nos haga actores meramente consumistas. Libres para “consumir” y “jugar”, pero condenados a no pensar.”

Juan de Castro


“La mayoría de los españoles se movilizaron y escandalizaron contra la ineficacia gubernamental y la ocultación de los errores causantes de la mayor catástrofe ecológica habida en sus costas con el petrolero Prestige. Unos meses después, el español sería el único de los pueblos de los tres gobiernos que declararon la guerra a Irak (...) con abrumadora mayoría (92 por ciento), se opondría, sin resultado, a la decisión de corte fascista de su gobierno de declarar dicha guerra. Paradójicamente, un corto período de tiempo después, con miles de civiles inocentes asesinados en Irak, y con el recuerdo aún fresco de la burla gubernamental a la riqueza natural de su territorio, a sus costas y a la soberanía popular que supusieron ambos conflictos, los españoles votaron de nuevo, en elecciones municipales y autonómicas (...) al Gobierno de Aznar. Un auténtico monumento a la incongruencia. El reflejo de unos poderes, económico, político y mediático, coordinados, controlados y totalmente abocados, por ello, al embrutecimiento consumista.”

Juan de Castro


“Los valores humanos se vuelven irrelevantes en un sistema que ya no precisa de ellos. Un sistema mucho más fácil, por ello, de controlar y reorientar. Un sistema en el que sólo cuentan los valores mercantiles. Una humanidad movida únicamente por actos reflejos, sabiamente inducidos, hace su aparición. Una humanidad global capaz de invadir los centros comerciales, las nuevas catedrales del ocio, a la primera palmada, y ello a través de la pobreza de los más. Pero, sobre todo, una humanidad que no amenaza a la tan famosa y manida seguridad nacional y global, factor clave para garantizar la perpetuación de dichos conceptos, con la pérdida de libertades que ello conlleva.”

Juan de Castro


“Si es la vuestra una de las primeras revoluciones neguentrópicas, aún no finalizada, cuenta con una ola creciente de seres humanos que, a nivel global, quiere emularlos porque también han comenzado a creer más en la responsabilidad y el potencial de la ciudadanía, propia del nuevo paradigma, que en la del Estado, propia del viejo.” 

Juan de Castro