"La progresión lógica fue desde el rechazo 'Ustedes no tienen derecho a
vivir entre nosotros como judíos' a 'No tienen derecho a vivir entre
nosotros' hasta finalmente llegar a 'No tienen derecho a vivir'. Aunque
el intento de solución final de Hitler debe ser visto, en el análisis
final, como radicalmente anticristiano, la pretensión nazi de estar
haciendo lo que la iglesia cristiana enseñó y también practicó no puede
ser despreciada con levedad. Es inconcebible que un odio suficiente
contra los judíos pudiera haber sido desarrollado por los nazis en unos
pocos años, como para explicar el éxito de sus esfuerzos. Más aún, los
nazis mismos, por muy anticristianos que fueran algunos de ellos, son
inconcebibles sin esta tradición cristiana. El pogrom de Hitler, único y
distinto como fue, es el cenit de una larga herencia cristiana de
enseñanza y práctica en contra de los judíos."
Clark M. Williamson