“Las ciencias de la comunicación nos ofrecen un razonable patrimonio de conocimientos de fiabilidad limitada, pero suficientemente contrastados para que su utilización sea imperativa para cuantos tienen que ver con el mundo de los medios. La ignorancia de ese patrimonio y la urgencia propia de la actividad periodística conducen a una lectura con frecuencia falseada de los acontecimientos de los que se da noticia. Y así, el tratamiento de la información en base a la categoría psicosocial de la manipulación, tan en uso hace treinta años, ha sido sustituido por el estudio de la producción de la realidad mediática. No se trata pues de estudiar la modificación por parte del poder de las noticias y los comentarios, sino de mecanismos que utilizan esos poderes para crear y difundir los contenidos que convienen a sus intereses. Lo que se traduce en la producción de una realidad mediática que ocupa el lugar de la realidad acontecida. A lo que hay que agregar la capacidad de condicionamiento analítico que tienen los estereotipos dominantes en cada contexto socio-histórico concreto, a los que no es fácil que puedan sustraerse los informadores.”

José Vidal-Beneyto