“…al mirto y la yerbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla…”
Nicolás Guillén
luminoso y azul de la Quimera
que pone una explosión de Primavera
sobre mi corazón y mi destino.
Tengo el alma hecha ritmo y armonía;
todo en mi ser es música y es canto,
desde el réquiem tristísimo de llanto
hasta el trino triunfal de la alegría.
Y no porque la vida mi alma muerda
ha de rimar su ritmo mi alma loca:
aun mas que por la mano que la toca
la cuerda vibra y canta porque es cuerda.
Así, cuando la negra y dura zarpa
de la muerte destroce el pecho mío,
mi espíritu ha de ser en el vacío
cual la postrera vibración de un arpa.
Y ya de nuevo en el astral camino
concretara sus ansias de armonía
en la cascada de una sinfonía,
o en la alegría musical de un trino."
Nicolás Guillén
“Aquí estamos!
La palabra nos viene húmeda de los bosques,
y un sol enérgico nos amanece entre las venas.
El puño es fuerte
y tiene el remo…”
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla…”
Nicolás Guillén
Alma Música
"Yo soy borracho. Me seduce el vinoluminoso y azul de la Quimera
que pone una explosión de Primavera
sobre mi corazón y mi destino.
Tengo el alma hecha ritmo y armonía;
todo en mi ser es música y es canto,
desde el réquiem tristísimo de llanto
hasta el trino triunfal de la alegría.
Y no porque la vida mi alma muerda
ha de rimar su ritmo mi alma loca:
aun mas que por la mano que la toca
la cuerda vibra y canta porque es cuerda.
Así, cuando la negra y dura zarpa
de la muerte destroce el pecho mío,
mi espíritu ha de ser en el vacío
cual la postrera vibración de un arpa.
Y ya de nuevo en el astral camino
concretara sus ansias de armonía
en la cascada de una sinfonía,
o en la alegría musical de un trino."
Nicolás Guillén
“Aquí estamos!
La palabra nos viene húmeda de los bosques,
y un sol enérgico nos amanece entre las venas.
El puño es fuerte
y tiene el remo…”
Nicolás Guillén
Burgueses
"No me dan pena los burgueses
vencidos. Y cuando pienso que van a darme pena,
aprieto bien los dientes y cierro bien los ojos.
Pienso en mis largos días sin zapatos ni rosas.
Pienso en mis largos días sin sombrero ni nubes.
Pienso en mis largos días sin camisa ni sueños.
Pienso en mis largos días con mi piel prohibida.
Pienso en mis largos días.
—No pase, por favor. Esto es un club.
—La nómina está llena.
—No hay pieza en el hotel.
—El señor ha salido.
—Se busca una muchacha.
—Fraude en las elecciones.
—Gran baile para ciegos.
—Cayó el Premio Mayor en Santa Clara.
—Tómbola para huérfanos.
—El caballero está en París.
—La señora marquesa no recibe.
En fin, que todo lo recuerdo.
Y como todo lo recuerdo,
¿qué carajo me pide usted que haga?
Pero además, pregúnteles.
Estoy seguro
de que también recuerdan ellos."
Nicolás Guillén
Tomado de La rueda dentada, en Obra poética 1920-1972, La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972.
“El negro
junto al cañaveral.
El yanqui
sobre el cañaveral…”
Nicolás Guillén
Nicolás Guillén
Nicolás Guillén
“Las dos sangres de ti que en mí se juntan,
vuelven a ti, pues de ti vinieron,
y por tus llagas fúlgidas preguntan.
Secos veré a los hombres que te hirieron…”
Nicolás Guillén
Llegada
Burgueses
"No me dan pena los burgueses
vencidos. Y cuando pienso que van a darme pena,
aprieto bien los dientes y cierro bien los ojos.
Pienso en mis largos días sin zapatos ni rosas.
Pienso en mis largos días sin sombrero ni nubes.
Pienso en mis largos días sin camisa ni sueños.
Pienso en mis largos días con mi piel prohibida.
Pienso en mis largos días.
—No pase, por favor. Esto es un club.
—La nómina está llena.
—No hay pieza en el hotel.
—El señor ha salido.
—Se busca una muchacha.
—Fraude en las elecciones.
—Gran baile para ciegos.
—Cayó el Premio Mayor en Santa Clara.
—Tómbola para huérfanos.
—El caballero está en París.
—La señora marquesa no recibe.
En fin, que todo lo recuerdo.
Y como todo lo recuerdo,
¿qué carajo me pide usted que haga?
Pero además, pregúnteles.
Estoy seguro
de que también recuerdan ellos."
Nicolás Guillén
Tomado de La rueda dentada, en Obra poética 1920-1972, La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972.
“El negro
junto al cañaveral.
El yanqui
sobre el cañaveral…”
Nicolás Guillén
Glosa
1
Como la espuma sutil
con que el mar muere deshecho,
cuando roto el verde pecho
se desangra en el cantil,
no servido, sí servil,
sirvo a tu orgullo no más,
y aunque la muerte me das,
ya me ganes o me pierdas,
sin saber que me recuerdas
no sé si me olvidarás.
2
Flor que sólo una mañana
duraste en mi huerto amado,
del sol herido y quemado
tu cuello de porcelana:
quiso en vano mi ansia vana
taparte el sol con un dedo;
hoy así a la angustia cedo
y al miedo, la frente mustia…
No sé si es odio esta angustia,
ni si es amor este miedo.
3
¡Qué largo camino anduve
para llegar hasta ti,
y qué remota te vi
cuando junto a mí te tuve!
Estrella, celaje, nube,
ave de pluma fugaz,
ahora que estoy donde estás,
te deshaces, sombra helada:
ya no quiero saber nada;
yo sólo sé que te vas.
4
¡Adiós! En la noche inmensa,
y en alas del viento blando,
veré tu barca bogando,
la vela impoluta y tensa.
Herida el alma y suspensa,
te seguiré, si es que puedo;
y aunque iluso me concedo
la esperanza de alcanzarte,
ante esa vela que parte,
yo sólo sé que me quedo.
Nicolás Guillén
"Haz que tu vida sea
campana que repique
o surco en que florezca y fructifique
el árbol luminoso de la idea."
campana que repique
o surco en que florezca y fructifique
el árbol luminoso de la idea."
Nicolás Guillén
"La literatura refleja las ideas vigentes en una sociedad, y es expresión de ella. Pero también ocurre que una sociedad puede estancarse o no progresar: entonces el quehacer del escritor es poner las cosas en su raíz. De ahí nace el escritor revolucionario."
Nicolás Guillén
“Las dos sangres de ti que en mí se juntan,
vuelven a ti, pues de ti vinieron,
y por tus llagas fúlgidas preguntan.
Secos veré a los hombres que te hirieron…”
Nicolás Guillén
Llegada
¡Aquí estamos!
La palabra no viene húmeda de los bosques,
y un sol enérgico
nos amanece entre las venas.
¡El puño es fuerte
y tienen el remo!
En el ojo profundo duermen palmeras exorbitantes,
y el grito se nos sale como una gota de oro virgen.
Nuestro pie,
duro y ancho,
aplasta el polvo en los caminos abandonados
y estrechos para nuestras filas.
Sabemos dónde nacen las aguas,
y las amamos porque empujaron nuestras canoas bajo los cielos rojos .
Nuestro canto
es como un músculo bajo la piel del alma,
nuestro sencillo canto.
Traemos el humo en la mañana,
y el fuego sobre la noche,
y el cuchillo como un duro pedazo de luna,
apto para las pieles bárbaras;
traemos los caimanes en el fango,
y el arco que dispara nuestras ansias,
y el cinturón del Trópico,
y el espíritu limpio.
Traemos
nuestros rasgos al perfil definitivo de América.
¡Eh, compañeros, aquí estamos!
La ciudad nos espera con sus palacios tenues
como panales de abejas silvestres;
sus calles están secas como los ríos cuando no llueve en la montaña,
y sus casas nos miran con los ojos pávidos de las ventanas.
Los hombres antiguos nos darán leche y miel,
y nos coronarán de hojas verdes.
¡Eh, compañeros, aquí estamos!
¡Bajo el sol,
nuestra piel sudorosa reflejara los rostros húmedos de los vencidos,
y en la noche, mientras los astros ardan en la punta de nuestras llamas,
nuestra risa madrugar sobre los ríos y los pájaros!
Nicolás Guillén
"Me preocupa la originalidad, temo siempre que se parezca a otro poema, a otro poeta. Me preocupa la autenticidad, y ese convencimiento de que, por mucho que yo trabaje, nunca conseguiré atrapar eso que Darío decía que está entre la cuerda y el arco. Por eso ocurre muchas veces, para desesperación de los impresores, que a la hora de tirar el libro, se encuentran con nuevas correcciones. Pocas veces lo dejo al primer paso. Otras, después de modificarlo, vuelvo y lo dejo en la primera versión. Ha habido poemas en los que he estado años. Siempre me cuestan meses de sufrimiento."
Nicolás Guillén
No sé por qué piensas tú
"No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo,
si somos la misma cosa
yo,
tú.
Tú eres pobre, lo soy yo;
soy de abajo, lo eres tú;
¿de dónde has sacado tú,
soldado, que te odio yo?
Me duele que a veces tú
te olvides de quién soy yo;
caramba, si yo soy tú,
lo mismo que tú eres yo.
Pero no por eso yo
he de malquererte, tú;
si somos la misma cosa,
yo,
tú,
no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo.
Ya nos veremos yo y tú,
juntos en la misma calle,
hombro con hombro, tú y yo,
sin odios ni yo ni tú,
pero sabiendo tú y yo,
a dónde vamos yo y tú...
¡no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo!"
Nicolás Guillén
"Quisiera hacer un verso que tuviera
ritmo de Primavera;
que fuera como una fina mariposa rara,
como una mariposa que volara
sobre tu vida, y cándida y ligera
revolara sobre tu cuerpo cálido
de cálida palmera
y al fin su vuelo absurdo reposara
sobre la linda rosa de tu cara…
Quisiera hacer un verso que tuviera
toda la fragancia de la Primavera
y que cual una mariposa rara revolara
sobre tu vida, sobre tu cuerpo, sobre tu cara."
Nicolás Guillén
Punto de luz, suspenso, lampo
"Punto de luz, suspenso
lampo, remota estrella,
tú, sol de otros planetas,
bien que apenas te veo,
allá lejos, lejísimo,
muy lejos,
podré pedirte el fuego,
la luz y que madures
mis frutos, oh suspenso
lampo, remota estrella,
tú, sol de otros planetas?"
Nicolás Guillén
Tres poemas mínimos
“…Sobre la quemadura de la amapola
aplícate jazmines ,que eso la cura…”
Nicolás Guillén
"Un pájaro principal
Me enseñó el múltiple trino,
Mi vaso apuré de vino,
Sólo me queda el cristal."
Nicolás Guillén
“Yo me he formado en la literatura española, y estoy familiarizado con los clásicos, desde Jorge Manrique.”
Nicolás Guillén