A la orilla
Sentarse los dos a la orilla del agua que pasay verla pasar. Si se desliza una nube en el espacio,verla, los dos, deslizarse.Si en el horizonte humea un tejado de paja,verlo humear.Si alguna flor perfuma los alrededores,perfumarse en ella también.Si nos apetece algún frutoque prueban las abejas,probarlo.Si en los bosques que lo escuchan,canta algún pájaro,escuchar.
A los pies de un saucedonde el agua murmura,oír el agua murmurar,y no sentir pasar el tiempomientras dura ese sueño,ni poner una pasión profundamás que en adorarse.
No preocuparse de las mundanales querellas,ignorarlas.¡Y, solos, felices sin cansarse ante todo lo que cansa,sentir, ante todo lo que pasa,no pasar el amor!
Sully Prudhomme
“A ti, que
cuando yo tenía la edad en que otros son alegres,
me causaste
dolor suficiente para hacerme poeta…”
René François
Armand Prudhomme
también
conocido como Sully-Proudhomme
Aquí abajo
"Aquí
todas las lilas
en la tarde
fenecen,
todos los
cantos de las aves pasan.
¡Yo sueño con
estíos que perfuman
eternamente!
Aquí los labios
besan
con un calor
muy breve.
Yo sueño con
besos que no terminan jamás…
Aquí a todos
los hombres
esclaviza la
muerte,
todos lloran
amores o amistades.
Yo sueño con
lazos que perduran
eternamente…"
Sully Prudhomme
“…Así también
la mano más amada
rozando el
corazón hace una herida…”
Sully Prudhomme
Combatientes íntimos
"¿Y pasto del amor serás inerte?
¿Ni voluntad bastante
tienes para pugnar osado y fuerte
y a la insana pasión sobreponerte
con ánimo arrogante.
Cual sobre el tigre el domador se asienta.
Habiéndole rendido,
y con mano terrífica y sangrienta
le mantiene postrado, ¿y le amedrenta
aun después que ha mordido?
Metido él en la jaula, en sí confía,
y protección no espera;
nadie con él terciara en tal porfía,
ni el tácito lenguaje hablar sabría
con que él doma a la fiera.
Ni hay quien, en pugna tú y el apetito,
te auxilie ni rescate;
nadie, tú bajo el diente, oirá tu grito;
vencerás o caerás, santo o precito,
en singular combate."
Sully Prudhomme
Versión de Miguel Antonio Caro
El jarro quebrado
El vaso donde muere esta verbenaun golpe de abanico lo rompióel golpe lo debió rozar apenas,pues ni un leve ruido se advirtió.Mas no obstante, la leve rozadurafue rajando el cristal muy lentamentey con avance invisible y muy segurocompletamente roto lo dejó.
El agua ha huido, gota tras gotay el jugo de las flores se ha secado yanadie nota la leve rajaduramas no lo toquéis, está quebrado.
Así también la mano más amadarozando el corazón hace una herida;y el corazón, después, por sí se rompey la flor de un amor pierde la vida.
A los ojos del amor sigue intactopero siente crecer, tan resignadola herida cruel que lleva allá en su fondoMas no lo toquéis: ¡el búcaro roto está!
Sully Prudhomme
“… Escúchame sin
celos,
pues el ala de
su fantasía
no ha hecho más
que rozarme…”
Sully Prudhomme
"La costumbre
es una forastera que suplanta a
nuestra razón, una vieja ama de casa que se instala en el hogar."
Sully Prudhomme
"La última
palabra de la política es la fuerza."
René François
Armand Prudhomme
también
conocido como Sully-Proudhomme
Las cadenas
"Deseé
amarlo todo y ahora soy desgraciado,
porque he
multiplicado las causas de mis penas.
Innumerables
lazos sutiles y dolorosos
unen mi alma a
las cosas en todo el universo.
Todo me atrae
al mismo tiempo
y con igual
atractivo: lo cierto, por sus resplandores,
y lo
desconocido por sus velos.
Un estremecido
trazo de oro une mi corazón al sol,
y largos hilos
de seda lo enlazan con las estrellas.
La armonía me
encadena al aire melodioso,
la suavidad del
terciopelo a las rosas que acaricio.
He hecho de una
sonrisa cadena de mis ojos,
y de un beso
cadena de mi boca.
Mi vida pende
de esos frágiles lazos,
y estoy cautivo
de los mil seres que amo.
A la menor
sacudida que un soplo les imprime,
siento que se
desgarra algo de mí mismo."
Sully Prudhomme
Las flores
¡Insensato poeta! En todo cuanto vesprendes una cuerda de lira y nos dices:«¡Inclinaos, escuchad como todo respira!»¡Ay! ¡Es cierto! ¡Es la voz!
Las flores no respiran. Un soplo erranteles arrebata su aroma al pasar,y ese suspiro no pidió nunca gracia para ellasa los inviernos destructores.
Y, sin embargo, ¡tiene tanta ternurala belleza de las flores! ¿Será posibleque no tengan amor? ¿No las veis cómose tienden al calor y se vuelven hacia la luz?
La ligera risa del alba, que es su madrey su amiga, despabila su sueño.¿No habrá causado a la menos dormida de todasuna sensación de despertar?
¿No concebís el alma liberada de ideas,un corazón completamente puro,unos labios que sólo se dirigen a la llama,unas flores que sólo buscan el azul?
En la convalecencia, cuando vivimos como ellas,dejándonos en las manos de Dios,el más discreto saludo del sol a las pupilasnos hace sonreír.
Cuando la vida nos entorna sus puertas,las plantas son nuestras hermanas,y entonces comprendemos el hermético sueño de las rosasy sus vagas dulzuras.
Por débiles que estemos,sentimos la dulzura de seguir vegetando,y de dar gracias a un amigo ignoradopor aquel beso recibido.Lo mismo ocurre con las flores.Esos frágiles seres tienen también caprichos,y en su efímera vida hay horas agradables.No desconocen los placeres.
La planta, resignada,ama el lugar en que su pie descansa,y bendice el camino, feliz por abrirsea todo lo qua la acaricia,y por perfumar la mano;por hacer una visita intercambiando un sueñoen alas del aire mensajero, y por ofrecer llorandolo mejor de su savia a un amante versátil;por decir: «Tómame: yo lo haré más bonita,niña que puedes correr; en tus mano podré viajar,aunque haya de morir después.
«Quiero ir al baile y reinar lánguidamenteen un hermoso búcaro. Ver el mundo, agradarley acabar en un éxtasis,a la sombra, prendida sobre un corazón.»
Sully Prudhomme
"Me inclino a creer que la amistad es una afinidad secreta entre las sustancias de dos almas, porque yo prefeso amistad a personas que piensan de manera muy distinta que yo."
Sully Prudhomme
“…No llores;
duerme en la arcilla,
en espera del
despertar supremo…”
Sully Prudhomme
Ojos
"Ojos
negros o azules, ojos amados, bellos;
ojos innumerables
que iluminó la aurora,
yacen hoy en
las tumbas, extintos, sin destellos.
Y aún asciende
el sol que los cielos enflora.
Noches de más
dulzura que los días más rubios
de aquellos
infinitos ojos se constelaron…
Aún dan los
luceros sus dorados efluvios;
y ha tiempo
aquellos ojos de sombra se colmaron.
¡Oh Dios! ¿Cómo
pudieron morir esas pupilas,
de toda
dulcedumbre vívidos manantiales?
¿Espejo de qué
rostros son sus ondas tranquilas?
¿A qué mundos
ignotos se vuelven sus fanales?
Lo mismo que de
astros ha tiempo fenecidos
pervive el alma
lumbre por el éter cruzando
los ojos
adorados, en la muerte sumidos
siguen desde su
sombra la nuestra iluminando."
Sully Prudhomme
Renacimiento
Quisiera olvidar, volver, a nacery gozar a ojos cerrados de la novedad,flor de las cosas, que se desvanece como edad.Saludaría de nuevo la luz, pero iría abriendolentamente mi alma virgen y mis párpadospara saborear mi asombro.
Adivinaría por mí mismoesos secretos que se nos enseñan.Yo solo iría hacia los seres que amoy les pondría nombre; extasiadoante los abismos azulesen que parece dormir el verdadero Dios;escondería mis sublimes lágrimasen versos con cadencia de infinito;y mi primer poema sería para ti,¡oh mi dolor amado!Haría estallar en un grito supremoun verso frágil como una flor.
Si existe para nosotros un mundoen el que se sucedan días mejores,que su faz no sea redonda,sino que se extienda sin terminar jamás...Y que la belleza,de puro sabida olvidada de continuo,en una sorpresa incesantenos proporcione una felicidad completa.
Sully Prudhomme
“… Sé cómo su
mano rechaza,
pero sabe ser
dulce para los que ama.
No la hagas
nunca llorar…”
Sully Prudhomme
"Si existe
para nosotros un mundo
en el que se
sucedan días mejores,
que su faz no
sea redonda,
sino que se
extienda sin terminar jamás…"
Sully Prudhomme
Si yo pudiese ir a decirle...
Si yo pudiese ir a decirle:Es tuya; no me inspira ni siquiera amistad;ya no quiero a esa ingrata,pero está pálida y delicada:cuida de ella, por compasión.
Escúchame sin celos,pues el ala de su fantasíano ha hecho más que rozarme.Sé cómo su mano rechaza,pero sabe ser dulce para los que ama.No la hagas nunca llorar.
Sully Prudhomme
"Todo me atrae al mismo tiempo y con igual atractivo: lo cierto, por sus resplandores, y lo desconocido por sus velos. Un estremecido trazo de oro une mi corazón al sol, y largos hilos de seda lo enlazan con las estrellas."
Sully Prudhomme
Un sueño
Me había muerto, y entraba en la tumba,donde sueñan todos mis antepasados.Dijeron: «La pesada noche parece estremecerse.¿Será que se aproxima una antorcha,señal de la nueva era que espera nuestro eterno hastío?»«No dijo mi padre, es el niño; ya os había hablado de él.«Aún estaba en la cuna. Ignora si llega a nosotrosjoven o cargado de años.Mis cabellos son rubios todavía.Tal vez los tuyos estén ya blancos, hijo mío.»
«No, padre. Caí pronto vencido, en el camino de la vida,sin que mi alma se hubiera saciado aún.Muero, y todavía no he vivido.»«Esperaba tener a tu madre a mi lado.¡La estoy oyendo gemir allá arriba!Ha llorado tanto sobre mi losaque sus lágrimas han llegado a mis labios.«Tras muy largos amores, nuestra unión fue muy corta;todas sus gracias están ya marchitas...La reconoceré siempre.
«Mi hija conoció mi rostro. ¿Se acuerda de él?Ella ha cambiado. Háblame de su matrimonio y de mis nietos.»«Tan solo tienes uno.» «Pero ¿y tú?,¿no tienes familia también? Cuando se muere jovenes porque se ama. ¿Qué echarás de menos aquí?«He dejado a mi madre y a mi hermanay los hermosos libros que leí. No tienes nuera, padre.Una vez lastimaron mi corazón y ya no he vuelto a amar.»
Cuenta el número de tus antepasados,besa sus frentes desconocidas y ven a hacer tu lecho aquí,en la sombra, junto a los últimos que llegaron.«No llores; duerme en la arcilla,en espera del despertar supremo.»«¡Oh, padre mío! ¡Es tan difícil no acordarse del sol!»
Sully Prudhomme
A la orilla
Sentarse los dos a la orilla del agua que pasa
y verla pasar. Si se desliza una nube en el espacio,
verla, los dos, deslizarse.
Si en el horizonte humea un tejado de paja,
verlo humear.
Si alguna flor perfuma los alrededores,
perfumarse en ella también.
Si nos apetece algún fruto
que prueban las abejas,
probarlo.
Si en los bosques que lo escuchan,
canta algún pájaro,
escuchar.
A los pies de un sauce
donde el agua murmura,
oír el agua murmurar,
y no sentir pasar el tiempo
mientras dura ese sueño,
ni poner una pasión profunda
más que en adorarse.
No preocuparse de las mundanales querellas,
ignorarlas.
¡Y, solos, felices sin cansarse ante todo lo que cansa,
sentir, ante todo lo que pasa,
no pasar el amor!
Sully Prudhomme
“A ti, que
cuando yo tenía la edad en que otros son alegres,
me causaste
dolor suficiente para hacerme poeta…”
René François
Armand Prudhomme
también
conocido como Sully-Proudhomme
Aquí abajo
"Aquí todas las lilas
en la tarde
fenecen,
todos los
cantos de las aves pasan.
¡Yo sueño con
estíos que perfuman
eternamente!
Aquí los labios
besan
con un calor
muy breve.
Yo sueño con
besos que no terminan jamás…
Aquí a todos
los hombres
esclaviza la
muerte,
todos lloran
amores o amistades.
Yo sueño con
lazos que perduran
eternamente…"
Sully Prudhomme
“…Así también
la mano más amada
rozando el
corazón hace una herida…”
Sully Prudhomme
Combatientes íntimos
"¿Y pasto del amor serás inerte?
¿Ni voluntad bastante
tienes para pugnar osado y fuerte
y a la insana pasión sobreponerte
con ánimo arrogante.
Cual sobre el tigre el domador se asienta.
Habiéndole rendido,
y con mano terrífica y sangrienta
le mantiene postrado, ¿y le amedrenta
aun después que ha mordido?
Metido él en la jaula, en sí confía,
y protección no espera;
nadie con él terciara en tal porfía,
ni el tácito lenguaje hablar sabría
con que él doma a la fiera.
Ni hay quien, en pugna tú y el apetito,
te auxilie ni rescate;
nadie, tú bajo el diente, oirá tu grito;
vencerás o caerás, santo o precito,
en singular combate."
Sully Prudhomme
El jarro quebrado
El vaso donde muere esta verbena
un golpe de abanico lo rompió
el golpe lo debió rozar apenas,
pues ni un leve ruido se advirtió.
Mas no obstante, la leve rozadura
fue rajando el cristal muy lentamente
y con avance invisible y muy seguro
completamente roto lo dejó.
El agua ha huido, gota tras gota
y el jugo de las flores se ha secado ya
nadie nota la leve rajadura
mas no lo toquéis, está quebrado.
Así también la mano más amada
rozando el corazón hace una herida;
y el corazón, después, por sí se rompe
y la flor de un amor pierde la vida.
A los ojos del amor sigue intacto
pero siente crecer, tan resignado
la herida cruel que lleva allá en su fondo
Mas no lo toquéis: ¡el búcaro roto está!
Sully Prudhomme
“… Escúchame sin
celos,
pues el ala de
su fantasía
no ha hecho más
que rozarme…”
Sully Prudhomme
"La costumbre
es una forastera que suplanta a
nuestra razón, una vieja ama de casa que se instala en el hogar."
Sully Prudhomme
"La última
palabra de la política es la fuerza."
René François
Armand Prudhomme
también
conocido como Sully-Proudhomme
Las cadenas
"Deseé amarlo todo y ahora soy desgraciado,
porque he
multiplicado las causas de mis penas.
Innumerables
lazos sutiles y dolorosos
unen mi alma a
las cosas en todo el universo.
Todo me atrae
al mismo tiempo
y con igual
atractivo: lo cierto, por sus resplandores,
y lo
desconocido por sus velos.
Un estremecido
trazo de oro une mi corazón al sol,
y largos hilos
de seda lo enlazan con las estrellas.
La armonía me
encadena al aire melodioso,
la suavidad del
terciopelo a las rosas que acaricio.
He hecho de una
sonrisa cadena de mis ojos,
y de un beso
cadena de mi boca.
Mi vida pende
de esos frágiles lazos,
y estoy cautivo
de los mil seres que amo.
A la menor
sacudida que un soplo les imprime,
siento que se
desgarra algo de mí mismo."
Sully Prudhomme
Las flores
¡Insensato poeta! En todo cuanto ves
prendes una cuerda de lira y nos dices:
«¡Inclinaos, escuchad como todo respira!»
¡Ay! ¡Es cierto! ¡Es la voz!
Las flores no respiran. Un soplo errante
les arrebata su aroma al pasar,
y ese suspiro no pidió nunca gracia para ellas
a los inviernos destructores.
Y, sin embargo, ¡tiene tanta ternura
la belleza de las flores! ¿Será posible
que no tengan amor? ¿No las veis cómo
se tienden al calor y se vuelven hacia la luz?
La ligera risa del alba, que es su madre
y su amiga, despabila su sueño.
¿No habrá causado a la menos dormida de todas
una sensación de despertar?
¿No concebís el alma liberada de ideas,
un corazón completamente puro,
unos labios que sólo se dirigen a la llama,
unas flores que sólo buscan el azul?
En la convalecencia, cuando vivimos como ellas,
dejándonos en las manos de Dios,
el más discreto saludo del sol a las pupilas
nos hace sonreír.
Cuando la vida nos entorna sus puertas,
las plantas son nuestras hermanas,
y entonces comprendemos el hermético sueño de las rosas
y sus vagas dulzuras.
Por débiles que estemos,
sentimos la dulzura de seguir vegetando,
y de dar gracias a un amigo ignorado
por aquel beso recibido.
Lo mismo ocurre con las flores.
Esos frágiles seres tienen también caprichos,
y en su efímera vida hay horas agradables.
No desconocen los placeres.
La planta, resignada,
ama el lugar en que su pie descansa,
y bendice el camino, feliz por abrirse
a todo lo qua la acaricia,
y por perfumar la mano;
por hacer una visita intercambiando un sueño
en alas del aire mensajero, y por ofrecer llorando
lo mejor de su savia a un amante versátil;
por decir: «Tómame: yo lo haré más bonita,
niña que puedes correr; en tus mano podré viajar,
aunque haya de morir después.
«Quiero ir al baile y reinar lánguidamente
en un hermoso búcaro. Ver el mundo, agradarle
y acabar en un éxtasis,
a la sombra, prendida sobre un corazón.»
Sully Prudhomme
"Me inclino a creer que la amistad es una afinidad secreta entre las sustancias de dos almas, porque yo prefeso amistad a personas que piensan de manera muy distinta que yo."
Sully Prudhomme
“…No llores;
duerme en la arcilla,
en espera del
despertar supremo…”
Sully Prudhomme
Ojos
"Ojos
negros o azules, ojos amados, bellos;
ojos innumerables
que iluminó la aurora,
yacen hoy en
las tumbas, extintos, sin destellos.
Y aún asciende
el sol que los cielos enflora.
Noches de más
dulzura que los días más rubios
de aquellos
infinitos ojos se constelaron…
Aún dan los
luceros sus dorados efluvios;
y ha tiempo
aquellos ojos de sombra se colmaron.
¡Oh Dios! ¿Cómo
pudieron morir esas pupilas,
de toda
dulcedumbre vívidos manantiales?
¿Espejo de qué
rostros son sus ondas tranquilas?
¿A qué mundos
ignotos se vuelven sus fanales?
Lo mismo que de
astros ha tiempo fenecidos
pervive el alma
lumbre por el éter cruzando
los ojos
adorados, en la muerte sumidos
siguen desde su
sombra la nuestra iluminando."
Sully Prudhomme
Renacimiento
Quisiera olvidar, volver, a nacer
y gozar a ojos cerrados de la novedad,
flor de las cosas, que se desvanece como edad.
Saludaría de nuevo la luz, pero iría abriendo
lentamente mi alma virgen y mis párpados
para saborear mi asombro.
Adivinaría por mí mismo
esos secretos que se nos enseñan.
Yo solo iría hacia los seres que amo
y les pondría nombre; extasiado
ante los abismos azules
en que parece dormir el verdadero Dios;
escondería mis sublimes lágrimas
en versos con cadencia de infinito;
y mi primer poema sería para ti,
¡oh mi dolor amado!
Haría estallar en un grito supremo
un verso frágil como una flor.
Si existe para nosotros un mundo
en el que se sucedan días mejores,
que su faz no sea redonda,
sino que se extienda sin terminar jamás...
Y que la belleza,
de puro sabida olvidada de continuo,
en una sorpresa incesante
nos proporcione una felicidad completa.
Sully Prudhomme
“… Sé cómo su mano rechaza,
“… Sé cómo su mano rechaza,
pero sabe ser
dulce para los que ama.
No la hagas
nunca llorar…”
Sully Prudhomme
"Si existe
para nosotros un mundo
en el que se
sucedan días mejores,
que su faz no
sea redonda,
sino que se
extienda sin terminar jamás…"
Sully Prudhomme
Si yo pudiese ir a decirle...
Si yo pudiese ir a decirle:
Es tuya; no me inspira ni siquiera amistad;
ya no quiero a esa ingrata,
pero está pálida y delicada:
cuida de ella, por compasión.
Escúchame sin celos,
pues el ala de su fantasía
no ha hecho más que rozarme.
Sé cómo su mano rechaza,
pero sabe ser dulce para los que ama.
No la hagas nunca llorar.
Sully Prudhomme
"Todo me atrae al mismo tiempo y con igual atractivo: lo cierto, por sus resplandores, y lo desconocido por sus velos. Un estremecido trazo de oro une mi corazón al sol, y largos hilos de seda lo enlazan con las estrellas."
Sully Prudhomme
Un sueño
Me había muerto, y entraba en la tumba,
donde sueñan todos mis antepasados.
Dijeron: «La pesada noche parece estremecerse.
¿Será que se aproxima una antorcha,
señal de la nueva era que espera nuestro eterno hastío?»
«No dijo mi padre, es el niño; ya os había hablado de él.
«Aún estaba en la cuna. Ignora si llega a nosotros
joven o cargado de años.
Mis cabellos son rubios todavía.
Tal vez los tuyos estén ya blancos, hijo mío.»
«No, padre. Caí pronto vencido, en el camino de la vida,
sin que mi alma se hubiera saciado aún.
Muero, y todavía no he vivido.»
«Esperaba tener a tu madre a mi lado.
¡La estoy oyendo gemir allá arriba!
Ha llorado tanto sobre mi losa
que sus lágrimas han llegado a mis labios.
«Tras muy largos amores, nuestra unión fue muy corta;
todas sus gracias están ya marchitas...
La reconoceré siempre.
«Mi hija conoció mi rostro. ¿Se acuerda de él?
Ella ha cambiado. Háblame de su matrimonio y de mis nietos.»
«Tan solo tienes uno.» «Pero ¿y tú?,
¿no tienes familia también? Cuando se muere joven
es porque se ama. ¿Qué echarás de menos aquí?
«He dejado a mi madre y a mi hermana
y los hermosos libros que leí. No tienes nuera, padre.
Una vez lastimaron mi corazón y ya no he vuelto a amar.»
Cuenta el número de tus antepasados,
besa sus frentes desconocidas y ven a hacer tu lecho aquí,
en la sombra, junto a los últimos que llegaron.
«No llores; duerme en la arcilla,
en espera del despertar supremo.»
«¡Oh, padre mío! ¡Es tan difícil no acordarse del sol!»
Sully Prudhomme