"En las relaciones sexuales tomadas en sí mismas, o sea
consideradas sin el exorcismo del amor -del amor religioso, único principio de
toda asociación libre que eleva el lazo impuesto por la pasión hasta llegar a
una unión libre-, no se manifiesta del todo lo que se imaginaron los pensadores
y filósofos de la naturaleza de la paganidad, o sea un impulso para regresar al
andrógino como integración de la naturaleza humana en el hombre y la mujer,
sino física y psíquicamente, el propio impulso orgiástico, sin amor, egoísta
del hombre y la mujer para encender cada uno en sí aquel ardor hermafrodítico y
para arrancarle el uno a la otra lo que necesita para esa ascensión, de modo
que, en la cópula sin amor, el máximo egoísmo es el del hombre que en la mujer
busca la propia satisfacción, sirviendo aquí la mujer de instrumento al hombre
y el hombre a la mujer; por lo cual la satisfacción del instinto sexual se
lleva a cabo no sólo en un desprecio por la personalidad, sino incluso en un
odio por ella."
Franz Xaver von Baader
Tomado del libro de Julius Evola, pág. 87
Metafísica del Sexo. Ed. Sophia Perennis, 1997