"Creo que los sueños, sueños diarios, ya sabes, con los ojos bien abiertos y la maquinaria del cerebro zumbando, es probable que conduzcan a la mejora del mundo."

Lyman Frank Baum


"¿Cómo puedo evitar ser un farsante cuando toda esta gente me hace creer cosas que todos saben que son imposibles?"

Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz



"Cuando Dorothy salía a la puerta y miraba alrededor no veía otra cosa que la inmensa pradera gris. No había un solo árbol o casa que alterase la ancha llanura que se extendía hasta el borde del cielo en cualquier dirección. El sol había calcinado la tierra arada, que era ahora una masa gris surcada por pequeñas grietas. Ni siquiera la hierba era verde, pues el sol había quemado las puntas de las largas briznas hasta dejarlas del mismo color que todo lo demás. En otra época la casa había estado pintada, pero el sol y la lluvia se habían llevado esa pintura y ahora era tan deslucida y gris como el resto de la llanura. Cuando tía Em fue a vivir a ese sitio era una mujer joven y bonita. A ella también la habían cambiado el viento y el sol. Le habían arrebatado el brillo de los ojos, que ahora eran de un gris apagado; le habían arrebatado el color de las mejillas y los labios, que también eran grises. Ahora era una mujer delgada que no sonreía nunca. Cuando Dorothy, que era huérfana, fue a vivir con ellos, tía Em se sobresaltaba tanto cada vez que llegaba a sus oídos la risa alegre de la niña que lanzaba un grito y se llevaba una mano al corazón; y todavía se maravillaba de que la niña encontrase cosas de que reírse. Tío Henry no se reía nunca. Trabajaba duro de sol a sol y no conocía la alegría. Él también era gris, desde la larga barba hasta las toscas botas; tenía expresión severa y solemne y casi nunca hablaba.
Quien hacía reír a Dorothy y la salvaba de volverse tan gris como todos los que la rodeaban era Totó. Totó no era gris; era un perrito negro, de pelo largo y sedoso y pequeños ojos negros que centelleaban con alegría a ambos lados de la divertida y diminuta nariz. Totó jugaba todo el tiempo, y Dorothy jugaba con él y lo quería con pasión.
Pero ese día no jugaban. Tío Henry estaba sentado en el escalón de la puerta y miraba preocupado hacia el cielo, que era aún más gris que de costumbre. En la puerta, con Totó en brazos, Dorothy también miraba el cielo. Tía Em lavaba los platos. Desde el lejano norte llegaba el gemido sordo del viento, y tío Henry y Dorothy veían cómo las largas hierbas se inclinaban en oleadas anunciando la llegada de la tormenta."

Lyman Frank Baum
El mago de Oz



"(...) De veras que no. No sé nada. Como ves, estoy relleno de paja, de modo que no tengo sesos -manifestó él en tono apenado."

Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz



"Es un misterio -fue la respuesta-. Supongo que nací así. Como es natural, todos los otros animales del bosque esperan que sea valiente, pues en todas partes saben que el león es el Rey de las Bestias. Me di cuenta de que si rugía con bastante fuerza, todo ser viviente se asustaba y se apartaba de mi camino. Siempre que me he encontrado con un hombre he tenido un miedo pánico, pero no tenía más remedio que lanzar un rugido para ponerlo en fuga. Si los elefantes y los tigres y los osos hubieran tratado alguna vez de pelear conmigo, yo habría salido corriendo, por lo cobarde que soy...Pero en cuanto me oyen rugir, todos tratan de alejarse de mí y, por supuesto, yo los dejo ir."


Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz



"(...) Fue terrible mi sufrimiento, pero durante el año que pasé allí tuve tiempo para pensar que la pérdida más grande que había soportado era la carencia de corazón. Mientras estaba enamorado fui el hombre más feliz de la tierra; pero el que no tiene corazón no puede amar, y por eso decidí ir a pedir a Oz que me dé uno."

Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz





"La experiencia es lo único que trae consigo el conocimiento, y cuanto más tiempo estés en la tierra tanta más experiencia has de adquirir."

Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz




“Los zapatos de plata tienen un poder maravilloso le explicó la Bruja Buena, y una de sus cualidades más curiosas es que pueden llevarte a cualquier parte del mundo con sólo tres pasos, y cada paso se da en un abrir y cerrar de ojos. Todo lo que tienes que hacer es unir los tacones tres veces seguidas y ordenar a los zapatos que te lleven donde desees ir.” 


Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz


"No puedo darte un cerebro, pero puedo darte un diploma."

Lyman Frank Baum



"Por más triste y gris que sea nuestro hogar, la gente de carne y hueso prefiere vivir en él y no en otro sitio, aunque ese otro sitio sea muy hermoso. No hay nada como el hogar."


Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz



“Si alguna vez vuelvo a buscar lo que me dicta el corazón, no voy a mirar más allá de mi propio patio; porque si no está allí, nunca lo perdí para empezar.”

Lyman Frank Baum

El maravilloso mago de Oz



"Si caminamos lo suficiente, alguna vez llegaremos a alguna parte -dijo Dorothy."


Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz



"Soy Oz, el Grande y Terrible, dijo el hombrecillo, con voz temblorosa. Pero no me golpees; ¡por favor, no lo hagas!, y haré todo lo que quieras que haga."

Lyman Frank Baum
Mago de Oz


"Un niño con imaginación se convertirá en un hombre o mujer creativos, más aptos para crear, para inventar, y por lo tanto fomentar la civilización." 

Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz


"Un prominente educador me dice que los cuentos de hadas son de valor incalculable en el desarrollo de la imaginación en los jóvenes. Yo lo creo." 

Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz



"Uno de mis temores más grandes era hacia las brujas, porque mientras yo no tenía poderes mágicos, descubrí muy pronto que las brujas poseían el don de hacer cosas extraordinarias."

L. Frank Baum
El maravilloso mago de Oz



“¿Y mi valor? Intervino el León en tono ansioso. Estoy seguro de que te sobra valor respondió Oz. Lo único que necesitas es tener confianza en ti mismo. No hay ser viviente que no sienta miedo cuando se enfrenta al peligro. El verdadero valor reside en enfrentarse al peligro aun cuando uno está asustado, y esa clase de valor la tienes de sobra.” 

Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz