A una camarada

"¿Qué estás buscando en mí, mujer tres veces ninfa ?…
¡Y yo que te creía una niña tan buena!
–¿El amor?… –Adelante: ¡busca, coge, saquea!
¡Quererme tú también!… ¡yo que te tanto te amé!
¡Oh, sí, te quise como… el lagarto que muda
Quiere al rayo de sol que caldea su sueño!…
Entre tú y yo el amor parece alicaído:
–¡Eh! ¡Delante de mí que se aparte mi sol!
Este amor que es el mío, no quiere que lo quieran;
Mendigo, tiene miedo de que alguien lo escuche…
Es un pobre andrajoso, es, en fin, un bohemio
Que sólo se alimenta de ayuno y libertad.
¿Acaso menudencia, bibelot o capricho?…
Es posible: él es raro –y es su único bien–
Pero un bibelot roto, se puede reparar;
¡En cambio él, despegado, ningún valor tendrá!…
¡Vete, no derribemos la puerta entreabierta
Hacia un paraíso fatigado en exceso!
Guardémosle a la verde manzana de otros tiempos
Su piel, bajo el disfraz de fruta prohibida.
¿Pero qué nos hicimos el uno al otro, dime?…
–No nos hicimos nada… –Quizá sea por eso;
–¿Quién fue el que comenzó? –Yo no, ¡soy un bendito!
Más tarde, quién dirá: ¡Ya se acabó! –eso es todo.
Los dos, sin duda… –Y tú puedes estar segura
De que soy todavía el más equivocado:
Ya que si, por error, o por casualidad
No me engañases tú… yo me habría engañado.
A esto lo llamaremos: una amistad tranquila;
Puesto que el amor quiere decir su último adiós.
No confiemos mucho, oh cara malquerida…
–¡Son siempre demasiado ciertas esas mentiras!…
Podríamos, al menos, dejar de maldecirnos
–Si te parece bien– diez minutos después.
Morir de esto sería para caerse de risa…
¡Ah, tu risa tan tierna, la que yo tanto amé!"

Tristan Corbière


Buenas noches

"Entonces llegarás, imbécil papagayo,
Buscando el parpadeo de este espejo al que cubre
Un brillo de oro, resto del astro rubio extinto.
Y verás una joya en el brillo de estaño. 
Llegarás a este hombre, a su débil reflejo
Sin calor… Pero, el día en que irradiaba fiebre,
Nada sentiste, tú que –en el atardecer–
Caes sobre ese rayo caído que ha dejado.
A ti no te conoce, a ti, la consabida
Sombra que recostó en su cielo desnuda
¡Cuando era un Dios!… Todo eso -se acabó.-
Cree –Pero él no tiene la mirada que atrae.
Llora –Pero él no tiene esa cuerda que llora.
Sus cantos… –Eran de otro; él no los ha leído." 

Tristan Corbière



"¡Date prisa, ligero, tú, que peinas cometas!
Tus cabellos serán verdes hierbas al viento;
de tus ojos vacíos surgirán fuegos fatuos
que se hallaban cautivos en las pobres cabezas...

Esas flores mortuorias que llamamos muguete
aún harán más sonoro su terroso reír...
Y están las miosotis, nomelvides de tumbas...

No presumas de peso: un poeta en su caja
siempre es algo liviano para el enterrador,
un violín en su estuche, que parece vacío...
Creerán que te has muerto. Los burgueses son tontos.
¡Date prisa, ligero, tú, que peinas cometas!"

Tristan Corbière


Femenino singular

"¡Eterno femenino del Pánfilo eterno!
¡Haznos saltar, peleles pagamos la tramoya!
La escena iluminamos… Y tú, entre bastidores,
Al tramoyista puedes ofrecerle tu cuerpo.
Que estalle en nuestra espalda tu caprichoso látigo,
¡Corona tus rodillas!… nuestra testuz de ciervos;
¡Ríe! ¡enseña tus dientes!… somos civilizados.
Y en nosotros hay algo de eunuco y alguacil.
… Ah, ¿no entiendes?… –Ni yo– Exhibe tus encantos.
Gira: ¡Estamos borrachos! Y vacíos: ¡Sé cruel!
¡Fustiga a tu pachá, tu humilde servidor!…
Luego, ¡aprende a caer! –pero a caer con gracia–
¡En nuestra fina arena que no quede señal!…
–Es el oficio de la mujer y el gladiador. –"


Tristan Corbière


La pipa del poeta

"Soy nodriza de un poeta,
Su Pipa, y: duermo a su Bestia.
Cuando sus tuertas quimeras
Se le agolpan en la frente,
Humeo… Y así no ve
Telarañas en su bóveda.
… Le construyo un cielo, nubes,
Mar, desierto y espejismos;
–Allí su ojo muerto yerra…
Cree entre la nube densa,
Reconocer una sombra.
–Siento que muerde mi tubo…
–¡Libera otro torbellino
Su alma, su argolla, su vida!
… Siento que me apago. –Él duerme– 
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
 -Duerme: se calmó la Bestia,
Teje hasta el final tu sueño…
¡Querido!… el humo lo es todo,
–Si es cierto que todo es humo…"

Tristan Corbière


Ocaso

¡Qué grato era aquel Joven y qué lleno de savia!
¡Tan ávido de vida!… Y tan dulce en su sueño.
¡La cabeza qué altiva o inclinada con gracia!
¡Husmeando el amor!… que tristemente pasa.

¡Era un don Nadie!… –Pero de pronto ha visto cómo
Le sonríe a la vuelta sin rencor la Fortuna;
Ya no sonreirá como otras veces; sabe
Cuánto cuesta todo eso y cómo se consigue.

Su corazón ha echado panza y saluda en prosa.
Se cotiza muy caro… es alguien este Dios;
Ya no va con las manos, sin nada, en los bolsillos..
En su gloria que lleva como un abrigo fúnebre,
Lo reconoceréis banal, vacío, célebre…
Lo reconoceréis, a este desconocido.

Tristan Corbière