El Sol es, por supuesto, uno de nuestros más importantes
símbolos de la paternidad, tanto a nivel interior como en términos de lo que la
posición del Sol en el horóscopo acerca de nuestra herencia paterna. Juntamente
con este material, me gustaría examinar qué clase de problemas y conflictos,
internos y externos, pueden impedir el brillo del Sol en una vida concreta.
Existe un problema con el Sol. Forma parte de la naturaleza solar tener que
luchar para traer la luz. No hay nadie en el mundo que no esté, de algún modo,
en proceso de desarrollo de su Sol. No parece existir alguien que haya
conseguido final- mente desarrollar todo su potencial solar, que no esté metida
en ese proceso de desarrollar dicho potencial. La verdadera naturaleza del Sol
implica que el principio psicológico representado por el Sol entraña un proceso
cíclico y constante de lucha y reemergencia. Ésa es su esencia. Todos nosotros,
de un modo u otro, estamos todavía embarcados en ese trabajo del Sol en
nuestros horóscopos. Cualquiera que sea nuestra edad, no importa cuánto camino
hayamos recorrido en el trabajo de expresar la luz solar, nuestra misión solar
no termina nunca. No obstante, es necesario echar un vistazo a todos los
elementos que dañan al Sol, y por qué un individuo ha podido tener mayores
dificultades para expresarlo. Algunas personas parecen estar completamente
bloqueadas, y el Sol es poco menos que invisible. Muchos de nosotros lo hemos
experimentado en nuestra práctica astrológica: concertada la cita con un
cliente, hemos realizado el trabajo preliminar con la carta y nos hemos formado
una idea, basada en el Sol, de la persona a la que vamos a recibir. Puede
tratarse del Sol en un signo de fuego, fuertemente aspectado por Júpiter y
Marte y pensamos: «Este cliente ha de ser una persona poderosa, llena de
confianza en sí misma y de energía». Y cuando traspasa el umbral de nuestra
puerta una persona gris, apocada, que se sienta con timidez en el borde de la
silla que le ofrecemos, nos pilla de sorpresa y nos preguntamos qué ha podido
pasar. ¿Dónde está el Sol? ¿Por qué no brilla? Muchas son las dificultades.
psíquicas y emocionales, y bloqueos creativos, a menudo rotulados bajo inútiles
etiquetas psicológicas, que se relacionan con un Sol bloqueado, minado,
embotellado, no expresado o no formado.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 15
Naturaleza del dios Sol El Sol astrológico
1. Dios de la luz, sin ser el
Sol mismo. 1. Vehículo del espíritu
2.
Hace madurar los frutos de la tierra.
2. Hace florecer potenciales innatos en la
vida mundana.
3.
Dios de la muerte súbita, al disparar sus flechas;
conduce
las almas de los muertos en su carro al
cielo. 3. Determina la extensión de la vida; guardián
del espíritu inmortal.
4. Dios de la sanación. 4.
Voluntad de vivir y poder sanador de la consciencia.
5. Dios de la adivinación y de
la profecía. 5.
Sentido del destino o revelación del sentido de la vida.
6. Dios de la música. 6.
Poder creativo como expresión del espíritu.
7. Colonizador y fundador de
ciudades. 7. Voluntad de civilización y de
crear abajo lo que es arriba.
8.
Cosmocrator 8. Proporciona orden y gobierna el
sistema solar interno de cada individuo
9.
Deshacedor de maldiciones familiares y enemigo de las Erinias 9. La consciencia libera al individuo del poder
de los traumas familiares.
10.
Fracaso en el amor y en la paternidad 10. La individualidad no crea lazos fa
miliares fuertes.
11.
Amante/Compañero/Padre de las Musas 11. Inspiración artística.
12.
Asesino de Pitón / Creación de la Pitonisa 12. Dominio y humanización del poder ctónico y profético de los instintos.
13.
Comparte Delfos con Dionisos. 13. Relación entre el Sol y Neptuno,
individual y colectivo.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 24
El emplazamiento del Sol nos da una pista acerca de la manera
en que nos sentimos cercanos a esta sensación de ser un vehículo de algo. Al
analizar el Sol por signo y casa encontramos la manera y el área en que nos
sentimos verdaderamente especiales, de tener una misión o ser conscientes de
nuestro destino.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 28
El Sol posee el poder de hacer florecer y fructificar.
Materializa en la vida lo que es sólo una potencialidad. La luz del Sol hace
madurar nuestra personalidad. Tomamos conciencia de nosotros mismos a la luz
del Sol.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 29
El Sol parece representar algo dentro de nosotros que, al
brillar, tiene la capacidad de hacer crecer la carta.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 15
El guion del Sol es la historia que da coherencia a la vida
de cada persona.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 38
Una de las principales funciones del Sol astrológico es la
de funcionar como principio ordenador de la psique, que actúa como agente
sanador al generar y restaurar la armonía interna (la armonía individual propia
para cada carta natal). Necesitamos aprender a escuchar y a tocar nuestra
propia y especial música interior.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 44
Cuando a un individuo le preocupa demasiado la buena opinión
de los demás, algo no va bien en el funcionamiento del principio solar. Puede
estar bloqueado o su expresión puede estar distorsionada por la necesidad de
ser valorado por los demás. Por eso consideramos que el Sol se halla en estado
cósmico de «caída» en Libra. La luz del Sol requiere una lealtad absoluta a
algo interior. Si los demás sienten esa calidez, eso es maravilloso y uno se
siente especialmente bien; pero incluso si nadie más siente esa calidez, el Sol
sigue exigiendo esa lealtad, por muy doloroso que pueda ser entregarla.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 47
El Sol astrológico es equivalente al Apolo mítico. Lo que
lleva Apolo es la idea platónica del Uno. El dios es su vehículo. En este
sentido, cada uno de nosotros carga una pequeña chispa de la eterna energía
vital, el Uno, que es perfecta. A esto estamos conectados cuando estamos
absorbidos completamente por una creación artística, lo que nos hace
experimentar un tipo intemporal de alegría. No suele durar y tampoco podemos
garantizar volver a sentirla. Pero dado que la llevamos de una forma profundamente
individual, sentimos que hay un lugar para nosotros en el Universo, a pesar de
que no entendamos qué lugar sea ése o incluso si fracasamos en vivir a la
altura de nuestros ideales.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 52
en el momento en que la red de relaciones se ve perturbada o
se produce una decepción emocional, uno pierde confianza en sí mismo y en la
vida. Muchos de los horribles estados emocionales que sufre la gente vienen
dados porque el Sol no brilla. La forma en que experimentamos las decepciones
emocionales se ve poderosamente afectada por el Sol. Esto no significa que la
luz solar nos protegerá de los sentimientos de miseria, desgracia, dolor,
rechazo, abandono u horror si alguien se aleja de nosotros o nos decepciona o
muere. Sin embargo, nosotros tenemos una razón para vivir más allá de esa
relación. Tenemos nuestro propio propósito, nuestro propio destino.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 50
El dios-Sol tiene el poder de liberar al individuo de las
maldiciones familiares.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 55
Apolo disipa el poder de la maldición en el momento en que
nos convertimos en nuestro verdadero yo y dejamos de ser nuestra familia. Ya no
nos identificamos con esa psique colectiva. Tenemos nuestra propia identidad,
nuestros propios valores. Podemos elegir. Cuanto más conscientes seamos, menos
poder tendrán los complejos familiares. Podrán todavía causar sufrimiento y
conflicto pero ya no dominarán nuestra vida.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 57
Apolo es también el dios al que uno se vuelve cuando está
lleno de dolor. Si no intentamos suprimir el dolor, sino transformarlo en una
canción, un poema o un cuadro, es- tamos en efecto ofrendándolo al dios y él lo
transformará. Cualquiera que sea la razón de nuestra tristeza, si la ofrendamos
al dios —no importa qué nombre le asignemos— a través de un vehículo creativo,
algo ocurre. El verdadero proceso de crear es mágico, porque crea un espacio
entre uno y su lamento sin que exista disociación creativa. Todavía es una pena,
pero ya es una pena soportable. Ya no es tan abrumadora.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 57
El lado oscuro de la luz solar es la experiencia de una
soledad absoluta.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 66
Expresar la luz solar de una forma creativa requiere mucho
más que facultades intelectuales o sentido práctico. Se necesitan unas
capacidades más sutiles y uno debe sentirlo por dentro. Por eso los intentos de
creación a partir únicamente de una estructura intelectual fallan estrepitosa-
mente. Como he mencionado antes, en la música moderna abundan las piezas que se
crean solamente desde el intelecto. La gente las escucha y no pasa nada. Son
aburridas y deprimentes, hasta el punto de que apagamos la radio o nos vamos en
mitad del concierto porque no se transmite nada desde el sentimiento, el
corazón, el cuerpo. No se invocan imágenes, no vienen recuerdos a la memoria,
no sucede ningún cambio interior. Se podría decir lo mismo de ciertas obras de
la arquitectura: se diseñan con el cerebro, sin participación de sentimiento
alguno ni proyección de quién podría vivir o trabajar en ellos. Resultan fríos,
sin alma y crean más sufrimiento y alienación que armonía y alegría. La inspiración
de las Musas debe provenir del lado femenino de cada hombre y mujer.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 69
El Sol siempre es vehículo de la luz.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 79
Más que interpretar el signo solar como aquello que se
sacrifica, quizá sea de más ayuda ver la manera en que se ofrece ese servicio y
el tipo de anhelo colectivo que está buscando expresarse en forma humana. Si
esto implica algún sacrificio, tiene que ver más con el nivel puramente
personal de la expresión solar. Si el Sol se halla por encima del horizonte,
nuestro daimon nos involucra en algo más grande que nuestro propio desarrollo
personal y nuestra plenitud.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 80
La idea de que hemos nacido cuando el Sol estaba en un signo
determinado inconscientemente activa un sentimiento de pertenencia a una unidad
mayor. Las características representadas en los horóscopos de los periódicos
pueden causarnos sonrojo debido a su banalidad. Pero puede haber algo en esas
descripciones que nos permita conectar con una imagen arquetípica de aquello
que queremos que signifique nuestra vida. El buen columnista de horóscopos sabe
eso y no cae en la tontería de decir que los Sagitario son buenos en los
deportes y los Virgo hacen buenas secretarias. Van un poco más allá y la gente
responde porque esos retratos tocan algo esencial en su interior. El signo
solar es lo que se supone que hemos de llegar a ser. Necesitamos encarnar ese
arquetipo en algún nivel, aunque no necesariamente en el nivel de la
personalidad. Éste es, normalmente, el último lugar en que nos encontramos al
signo solar, porque el Sol no describe la personalidad. Eso cae más en el campo
lunar. El Sol describe valores que hemos de incorporar al núcleo de nuestra
vida. No pertenezco a la escuela de astrólogos que creen que los columnistas de
horóscopos de los diarios deben ser mandados al paredón y ametrallados. Quizá uno
o dos, pero eso será debido más a la estupidez de un determinado columnista que
a la invalidez de la astrología del signo solar en conjunto. Muchos astrólogos
creen que la astrología del signo solar es una idiotez en el mejor de los casos
y peligrosa para el trabajo y la reputación de los practicantes serios de la
misma. Pero la astrología es un estudio extremadamente complejo y la astrología
del signo solar puede proporcionar un legítimo punto de partida. Si se maneja
responsablemente, puede ofrecer una introducción válida al tema. Dado que algo
suena como verdadero o halla eco en el interior, la gente acaba teniendo
curiosidad y quiere saber más. Quizá deberíamos animar a los astrólogos sola-
res a hacer lo mejor posible dentro de su área de trabajo, en vez de perder el
tiempo criticándolos. Su área de trabajo puede ser extremadamente importante.
En conjunto podemos ser algo demasiado valioso e inaccesible. Como
psicoastrólogos, podemos resultar demasiado sofisticados. Podemos dejar de
observar el signo solar y olvidar un hecho tan básico como que un nativo de
Tauro necesita belleza. En cualquier cosa que un Tauro cree —incluso si un
contacto Sol- Quirón empuja a la persona a escribir o a trabajar con personas
impedidas o moribundas— debe existir belleza. Por supuesto que un nativo de
Aries no podrá cantar más que sus propias canciones. ¿Cuándo un Aries ha sido
un simple seguidor? Nos zambullimos en interpretaciones psicológicas muy
complejas cuando apenas hemos comprendido las nociones básicas. Podemos olvidar
la necesidad esencial del Sol de sentir y expresar alegría mediante el contacto
con los símbolos de esa alegría tal y como se describen por el signo en el que
el Sol se halla al nacer.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 268
Los valores del signo solar deben ser parte de la vida de
uno. No podemos desdeñar nuestro signo solar, ni siquiera porque sea el único
factor por cualidad o elemento o porque parezca incompatible con otros factores
importantes de la carta. El signo solar necesita ser vivido, tanto por elemento
como por cualidad, en la esfera de la casa en la que está emplazado, aunque eso
cause dificultades a otros emplazamientos natales. Pero el signo y casa no son,
por supuesto, el fin de la historia.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 83
Más allá de la exploración mundana, siempre hay algo en las
descripciones de signos solares que encuentra eco en uno. Aunque las
descripciones son en general bastante estúpidas y superficiales, la imagen
tradicional de cada signo refleja lo que, en algún nivel, a nosotros nos
gustaría llegar a ser. Si uno es un Leo inexpresivo y tímido y lee la
descripción típica del signo como de alguien extrovertido, brillante y
magnético, bien podría pensar: «Qué tontería. Ése no soy yo». Pero esa
campanilla resuena en algún lugar, porque el Sol está relacionado con la
esencia interior. Por muy introvertido y tímido que sea ese Leo concreto, la
luz sigue brillando ahí dentro. Las descripciones de signos solares tocan algo
en el interior de la gente de una forma que la descripción del signo lunar
nunca podría hacer. Eso es porque la Luna es instintiva. Al describir el signo
lunar existe un vago sentimiento de vergüenza. El signo lunar representa nuestro
carácter cuando no somos conscientes de nuestra individualidad. No deseamos
secretamente convertirnos en nuestro signo lunar, porque ya poseemos esas
cualidades; sin embargo, el signo solar nos presenta una imagen de aquello que
podemos ser.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 267
El Sol debe siempre crear su propio espectáculo y debe
siempre luchar. No se puede confiar en nadie más para proporcionarnos la luz.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 106
El Sol necesita brillar y entregar generosamente, pero
primero debe descubrir su luz interior e individual. La luz no se puede pedir
prestada.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 106
Expresar el Sol creyendo firmemente en una recompensa del
resto del mundo es contradictorio con la naturaleza del Sol. No es así como
funciona. ¿Capta usted la paradoja? El acto de devoción necesario para el
trabajo creativo requiere la renuncia expresa al control del ego, lo que
significa, entre otras cosas, la renuncia a la expectativa de una
gratificación.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 109
Al esforzarnos por vivir el Sol no podemos dar por sentadas
las recompensas. Quizá nunca consigamos oír el mensaje de «Te queremos. Se
aprecia tu trabajo». Al igual que Apolo, puede ser rechazado. Dafne prefirió
convertirse en laurel antes que entregarse a los abrazos del dios. No hay
póliza de seguros que nos garantice que la luz será bien recibida. Pero el
placer de la recompensa nos elude cuando el Sol brilla.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 109
Todos abandonamos en algún punto e inmediatamente lo
volvemos a intentar. Ése es el proceso solar. Muchas veces en la vida, a gran o
pequeña escala, nos asustamos y traicionamos al Sol. Luego nos reponemos y la
próxima vez le echamos más valor. Y lo volvemos a dejar y volvemos a intentar
otra vez. El Sol siempre desciende a la oscuridad, lucha contra la serpiente y
reaparece de nuevo. Haber abandonado la lucha no es signo de cobardía o
fracaso. Pero hemos de saber en qué momento y por qué nos hemos hartado, y en
qué momento es bueno que conservemos nuestra energía para curarnos hasta que
estemos listos para intentarlo otra vez. Sólo si abandonamos definitivamente
acabaremos teniendo serios problemas, puesto que estaremos abriendo la puerta a
diversas clases de enfermedades, físicas o psíquicas. Si dejamos el combate
demasiado pronto en la vida y lo dejamos para siempre, el precio a pagar será
terrible. Si permanecemos leales, sufriremos por ello y puede que nunca
obtengamos el reconocimiento que merecemos. Pero debemos seguir intentándolo.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 111
Un Sol que brilla tiene confianza pero no es arrogante. Un
Sol arrogante es un Sol inseguro e inseguro de su luz. El Sol dice: «Soy
humano. Tengo muchos defectos. Pero hago todo lo que está en mi mano con lo que
tengo y seguiré intentando convertirme en algo más de lo que sé que puedo ser.
Pero no quisiera ser otra persona distinta». Estas personas tocan nuestro
corazón. Quizá no sean «esclarecidas», pero son reales y de corazón generoso.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 163
Vivir el Sol tiene un precio, pero ese precio es mayor si no
lo vivimos. Ése precio puede ser mayor incluso de lo que estamos dispuestos a
pagar. El precio a pagar por vivir el Sol es asequible, quizá incómodo, pero es
menor que el precio por traicionar nuestra alma.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 175
La envidia es el problema solar más común en una persona
relativamente estable cuyo Sol no está brillando. La depresión clínica severa
es una respuesta extrema a una vida sin Sol, pero en sí misma la envidia no se
considera como algo que necesite ser tratado. Sólo es envidia.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 176
Todos lo somos, en un sentido solar: todos tenemos un
destino único, un daimon que necesita ser expresado a través del Sol en la
carta natal.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 176
Apolo no pretende apoderarse del Olimpo. No es el rey de los
dioses ni quiere serlo; sirve a Zeus. Pero por sí mismo es excelente. La
expresión del Sol es incompatible con la insensibilidad, la falta de compasión,
la crueldad con los demás o la megalomanía. El Sol sirve a aquello de lo que es
vehículo. Expresar el Sol significa tener un sentido de que existe en nosotros
algo que vale la pena desarrollar y ofrecer con tanta lealtad como nos sea
posible. Si concita la desaprobación de la familia, debemos aprender a
elevarnos por encima de ésta. Si significa que algunos de nuestros amigos han
de criticarnos, debemos alejarnos de ellos y encontrar amigos que confíen lo
bastante en sí mismos como para valorar nuestra singularidad. Sin embargo,
vivir el Sol no significa pisotear a los demás. El Sol no es ajeno al resto del
mundo. Es un vehículo para la vida entera y en última instancia sirve a algo
mayor que el ego.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 177
Una de las imágenes más poderosas asociadas al Sol es el
niño divino.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 188
El Sol refleja un proceso de desarrollo que dura toda la
vida. No hemos nacido con el Sol brillando a toda potencia, listo para
emprender la marcha. El Sol está siempre en formación. Su desarrollo es cíclico
y, a intervalos regulares, debe luchar para avanzar en su desarrollo. Las
luchas no siempre se presentan en la misma forma pero siempre invocan el mismo
tema arquetípico, dependiendo del emplazamiento del Sol en la carta. Nuestra
particular historia solar implicará a todos los planetas que estén en as- pecto
con el Sol, al igual que el signo y la casa en que estén ubicados.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 270
El Sol refleja el viaje personal, relacionado con un destino
único y una creatividad individual. Pero cualquiera que sea la forma que
adopten nuestras aspiraciones creativas, cuando el Sol está atado a un planeta
exterior éstas deben servir a la psique colectiva y servir de canal a la
generación a la cual pertenecemos.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 317
Cualquier planeta exterior que aspecte al Sol empujará a
éste a la acción y nos hará conscientes de nosotros mismos de una nueva manera,
si bien el planeta en tránsito nos despertará según su propia naturaleza. Si se
tratara de un tránsito de Neptuno, nuestro Sol sería despertado, pero a través
de los sueños, anhelos, fantasías y decepciones neptunianos. Si el planeta en
tránsito es Saturno, nuestro Sol será igualmente despertado a través de
experiencias relacionadas con límites, responsabilidades, fracasos o
separaciones.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 317
El Sol progresado
El ciclo del Sol progresado El Sol forma el primer aspecto a
su lugar natal —semisextil— a la edad de treinta años; forma una cuadratura a
los cuarenta y cinco y su primer aspecto mayor —sextil— a los sesenta. Si
podemos llegar a los noventa, formará una cuadratura a su lugar natal. El Sol
progresado forma muy pocos aspectos a su posición natal en el curso de una
vida, pero son extremadamente importantes. Todo el mundo los experimenta a la
misma edad y parecen describir los momentos clave en la vida, momentos en que
el sentido de la propia identidad se activa en su forma más pura. Si tenemos en
cuenta el momento en que los demás ciclos planetarios alcanzan fases críticas
más o menos cuando el Sol forma esos aspectos, veremos cómo se va formando esa
imagen. A los treinta años acabamos de pasar por el primer retorno de Saturno
y, un poco antes, a los veintiocho, por el primer retorno de la Luna
progresada. El primer aspecto del Sol progresado con su posición natal se forma
justo después de que los dos planetas que pertenecen a la historia familiar, al
pasado y a la encarnación completen sus ciclos. La Luna y Saturno son los
regentes naturales de las casas Cuarta y Décima y son también los más
relacionados con nuestra herencia del pasado y el proceso de encarnación a
través del cual insertamos en nuestra vida diaria el potencial interior que
pertenece al mundo transicional del juego. A los treinta años experimentamos la
primera expresión realmente clara del individuo en el cual estamos en proceso
de convertirnos. Hemos pasado un retorno de Saturno y por tanto, esperemos,
ahora sabemos dónde están nuestros límites. Debido al proceso de cristalización
saturnino, sabemos ahora lo que no deseamos ser, lo que no somos capaces de
ser, dónde estamos limitados, lo que debemos aceptar. Hemos pasado también un
retorno de la Luna progresada, de manera que nos hemos podido hacer una idea de
cuál es nuestra naturaleza emocional y nuestras necesidades instintivas,
expresadas en diferentes escenarios según la Luna se iba moviendo a través de
los signos y casas de la carta y formaba aspectos con los planetas natales. Nos
hemos separado de la matriz familiar, en mayor o menor medida. Cuando el Sol
progresa hacia el semisextil con su posición natal, somos un poco como Parsifal
cuando contempla por primera vez el Grial. No formula la pregunta correcta a la
primera, pero al menos puede verlo. Entonces sabe qué es lo que pasará buscando
el resto de su vida. Es como si apareciese una señal de tráfico que nos dijera:
«Estás en la Nacional II y vas camino de Barcelona»; y luego la señal se
desvanece. Existe una poderosa sensación de ir hacia alguna parte, de estar
cumpliendo un destino individual. Es la primera experiencia de la continuidad
del ego esencial. A los cuarenta y cinco años, con la semicuadratura, se pone a
prueba esta continuidad. Vale la pena considerar todos los ciclos planetarios
que ocurren justo antes de llegar a este punto. Urano en tránsito se opone a su
posición natal, Neptuno forma una cuadratura con su lugar natal y Saturno en
tránsito se opone a su lugar natal justo antes de la semicuadratura del Sol
progresado. Dependiendo también del grupo generacional en el que hayamos
nacido, Plutón también formará una cuadratura por tránsito a su posición natal.
Todos estos ciclos alcanzan importantes puntos de inflexión justo en mitad de
lo que algunos llaman eufemísticamente «la mitad de la vida». Esta progresión
solar a su posición natal resume el significado más profundo de los ciclos de
los planetas en tránsito durante esa mitad de la vida, al igual que el
semisextil suponía el resumen del primer retorno de la Luna progresada y el
primer retorno de Saturno ocurridos justo antes de los treinta años. Puesto que
el Sol simboliza el centro del individuo, todos los movimientos planetarios
repercuten finalmente sobre ese centro y ayudan a definir su propósito y
significado. A los cuarenta y cinco años luchamos para definir quiénes somos.
Existe un tremendo conflicto interior durante este período, descrito por todos
los ciclos planetarios que han llegado a puntos críticos. Éste es un momento en
que el ego esencial tiene la oportunidad de mostrarse con claridad.
Naturalmente, también es un momento en que la gente se siente muy inquieta.
Saben que el tiempo se acaba; y si no han llegado a ser lo que se suponía que
iban a ser, el pánico entra en escena. La urgencia de tal coyuntura se abre
paso hasta en la persona más inconsciente. « ¿Quién soy yo?», nos preguntamos,
ansiosamente. « ¿Para qué estoy aquí? Si no me he ocupado de eso hasta ahora ya
no tendré otra oportunidad». Natural- mente habrá otras oportunidades; pero
cuanto más viejos nos hagamos, más limitadas serán nuestras opciones de
aprovechar esas oportunidades. A los sesenta años experimentamos el sextil del
Sol progresado a su posición na- tal. En este momento tenemos una oportunidad
inmejorable para hacer las paces con nosotros mismos, puesto que hemos pasado
el segundo retorno de Saturno justo un año antes de formarse el aspecto solar.
El primer retorno de Saturno refleja la llegada de la madurez psicológica. Ya
no podemos gatear de vuelta a la matriz familiar, porque el ego ha cristalizado
y nos hemos vuelto más separados y definidos. Estamos obligados a mantenernos
de pie solos y a reconocer nuestros puntos fuertes y debilidades tal cual son
en vez de como quisiéramos que fueran. El espíritu provisional de la juventud
es re- emplazado por la sensación de vivir con una personalidad claramente
definida y sabemos que debemos ser la mejor versión posible de nosotros mismos.
El segundo retorno de Saturno también refleja un proceso de separación, si bien
modifica su dirección anterior. Ahora apunta a nuestro interior y a reconocer
aquello que necesitamos hacer en el mundo. Se nos exige, por lo tanto, que
hagamos las paces con aquello que somos y con lo que hemos creado. Una vez más
nuestras limitaciones quedan al descubierto ante nosotros, pero nuestra actitud
hacia ellas es mucho más profunda y filosófica. Y sabemos, por la fecha en que
Saturno completa su retorno, que la inevitable muerte ya no está tan lejos. Un
sextil es un aspecto que apunta a hacer las paces con algo. Es un aspecto de
armonía; pero la armonía se da entre dos conceptos disímiles, lo cual la
convierte en una armonía estimulante, en un intercambio creativo. Un trígono es
también un aspecto armónico, pero intervienen en él signos del mismo elemento.
Estos signos son tan similares que se da una identificación inconsciente sin
reflejo alguno. No se genera energía alguna. Con el sextil, en cambio, hay
suficiente diversidad para crear algún tipo de movimiento. El sextil del Sol
progresado a su posición natal a los sesenta representa una armonía dinámica,
un compromiso o acuerdo creativo entre el potencial con el que iniciamos el
viaje, representado por el Sol natal, y el lugar al que hemos llegado,
representado por el Sol progresado. El sextil del Sol progresado a su posición
natal refleja la aceptación de la diversidad de vivencias y de la historia de
uno, pero no es una aceptación pasiva. Es una aceptación estimulante y puede ofrecer
nuevos potenciales aunque no de una forma desafiante o conflictiva. Podemos
echar la vista atrás y contemplar con claridad el camino recorrido. Podemos
reconocer la ruta que hemos seguido. Esto no significa que nuestro camino haya
terminado; pero es posible caminar ahora con una mayor serenidad. Si nos las
arreglamos para llegar a los noventa, experimentaremos la cuadratura del Sol
progresado a su posición natal. Éste es un poderoso punto de inflexión, porque
implica un conflicto: quizá atisbamos ya que el camino se va estrechando, así
como los potenciales que no hemos vivido aún; pero sabemos que ya no nos queda
mucho tiempo para viajar. Esta cuadratura por progresión nos coloca ante una
dolorosa colisión entre la brillante luz de la divinidad y los inevitables
límites de la vida mortal. Si sobrevivimos a la crisis de la cuadratura
progresada resultará que no nos enfrentaremos a regaña- dientes al corte que
supone la muerte respecto del proceso ascendente de desarrollo del Sol.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 271
En el curso de una vida experimentamos los aspectos de los
planetas progresados al Sol tanto como los aspectos del Sol progresado a los
planetas natales. Y experimentamos también los aspectos del Sol progresado a su
lugar natal. Las progresiones solares al lugar natal son infrecuentes, dado que
el Sol apenas se mueve un grado por año, tanto por progresión secundaria como
por dirección de arco solar. Rastrear el camino del Sol progresado nos proporciona
el único punto en que los partidarios de uno y otro método de progresión están
de acuerdo. En las direcciones de arco solar todos los planetas se mueven a la
misma velocidad que el Sol, mientras que en las progresiones secundarias todos
los planetas se mueven de acuerdo a su propia velocidad, de forma que el Sol se
mueve a su propia velocidad. Los aspectos del Sol progresado a los planetas
natales serán los mismos tanto si se usan las direcciones de arco solar como
las progresiones secundarias.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 271
El paso de un signo a otro por el Sol progresado es un
evento psicológico muy significativo, aunque la relevancia de dicho cambio sólo
puede apreciarse verdaderamente años después.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 278
Los signos a los que se desplaza el Sol progresado reflejan
ciertamente un cambio profundo, pero es un cambio que incorpora y añade, en vez
de reemplazar. No dejamos de ser nuestro signo solar, sino que nos convertimos
en algo más que nuestro signo.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 280
A menudo ocurre un hecho que actúa de heraldo del nuevo
campo de expresión una vez el Sol progresado cambia de signo. Pero dicho evento
es el detonante y símbolo de la temática que de la que van a tratar los
próximos treinta años (…) Cabe observar estos cambios inevitables como parte
esencial del viaje del Sol a través de los signos del zodíaco.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 281-282
Según se va moviendo el Sol, va iluminando todo aquello que
toca. Aporta consciencia a cualquier planeta que aspecta y ofrece al planeta la
oportunidad de pertenecer al mundo solar de la conciencia de uno mismo y
expresión del ego. La máxima de Apolo (« ¡Conócete a ti mismo!») deviene en
orden dirigida al planeta aspectado por el Sol y normalmente acabamos tomando
conciencia de ese planeta en una forma distinta. A menudo esta nueva conciencia
es desencadenada por algo que experimentamos como «externo» a nosotros. Pero
como una progresión solar tarda unos cuantos años en completarse, tenemos mucho
tiempo por delante para interiorizar aquello que ha sido despertado. Los
aspectos progresados, al igual que los natales, tienen un orbe y el
acercamiento gradual del Sol a un planeta abarca un período de hasta diez años,
especial- mente si al mismo tiempo se afecta a un aspecto compuesto del que ese
planeta participa. No ocurre de la noche a la mañana, y según el Sol va
saliendo del orbe de un aspecto, va entrando en el orbe de otro. Nuestro viaje
por la vida incluye muchos solapamientos y transiciones graduales. El Sol
progresado no salta abruptamente de un aspecto a otro, al igual que la luz del
amanecer no se muestra en toda su potencia en un instante. Otra forma de verlo
es considerar que el desarrollo del sentido del ego implica una inclusión
gradual de otros componentes de la personalidad. El Sol astronómico es el
centro del sistema solar y el Sol astrológico es el centro de nuestra carta
natal, si bien nuestras psiques humanas no son conscientes de ellas al nacer
nosotros. Nos vamos dando cuenta sólo gradualmente de que somos una familia
entera de planetas con una Gran Luz en el centro. Poco a poco, el Sol arroja
luz sobre los demás planetas y revela el orden y la armonía del sistema. Dado
que podemos vivir durante treinta años, el Sol podrá formar un aspecto
cualquiera, mayor o menor, con cualquier planeta en la carta natal. Como
podemos vivir hasta sesenta años, puede volver a aspectar a cualquier planeta
natal; con frecuencia, un planeta con el que ya formó aspecto a los treinta.
Arrojar luz sobre lugares oscuros Este proceso de arrojar luz sobre cada
planeta según el Sol progresado se va moviendo no siempre resulta cómodo. Al
arrojar luz sobre Saturno, Quirón o Plutón, puede que al principio no se sienta
muy bien. Aunque el resultado final pueda ser muy positivo, la experiencia de
reconocer algo que ha estado en la oscuridad puede ser bastante perturbadora.
Incluso un planeta benéfico puede producir mucha incomodidad si se le
despierta. Ningún planeta progresado activa los emplazamientos natales con
tanta fuerza como el Sol, porque debemos traer ese planeta a la conciencia, a
veces tras una considerable lucha. Pongamos que Marte puede estar aislado y ser
bastante inconsciente. Puede ser planeta único por elemento o cualidad, o no
tener aspectos. Creemos que somos pacíficos y amables —nunca nos enfadamos,
nunca decimos «no» a nadie—. Justo entonces el Sol empieza a aproximarse a
Marte y Marte despierta del sueño. El carro de Apolo pasa por encima y éste le
grita a Marte: « ¡Venga, gañán! ¡Despierta de una puñetera vez y sube al carro,
que hay trabajo que hacer!». Y Marte es arrastrado fuera del inconsciente y
colocado en la luz, de tal forma que ya no podemos evitar esa energía en
nosotros. Muchas veces lo primero que ocurre es que el planeta despertado es
proyectado. Empieza pareciendo algo «externo». Éste es un proceso natural y
necesario. No refleja patología ninguna ni falta de madurez. Las experiencias
que pasamos bajo las progresiones solares son esenciales para nuestro
desarrollo, aunque hagamos todo lo posible por no reconocer el componente
interno de las mismas. Encontramos en el mundo pasiones y agresión cuando el
Sol cruza el umbral de Marte o nos enamoramos cuando pasa por encima de Venus,
o experimentamos la dureza de la vida o el peso de la responsabilidad cuando
pasa por encima de Saturno. El primer planeta que el Sol progresado toca en su
camino tras el nacimiento es sumamente importante.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 282
Trabajar con las progresiones solares es fácil porque el Sol
se mueve apenas un grado al año. Antes de echar un vistazo a otras progresiones
y tránsitos, centraos en el Sol progresado, puesto que la formación de la
identidad individual cae en los dominios del Sol. La Luna progresada nos
proporciona el cuadro de nuestras experiencias emocionales; pero el Sol, aunque
solamente forme un aspecto durante la infancia, es el arquitecto de nuestro
sentido del ego.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 285
Las progresiones solares tienden a ser vividas a través del
padre, a menos que éste no exista. En ese caso se proyectan sobre la madre, o
sobre un hermano u otra figura del entorno in- mediato. O el niño puede crear
un padre de fantasía.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 289
No siempre vamos a encontrar hechos que encajen exactamente
con las progresiones solares (…) Incluso cuando encajen, lo importante es cómo
uno experimenta la progresión, no el hecho externo desencadenante. El Sol
progresado ilumina todo lo que toca.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 270
Con independencia de que coincidan con hechos concretos,
bajo las progresiones solares siempre encontraremos algo, sentiremos algo,
experimentaremos algo que nos moldeará para el resto de nuestra vida.
Aprendemos algo sobre la verdadera naturaleza del planeta natal.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 291
El Sol da vida a las configuraciones natales en el momento
que pasa por encima de ellas. Hace que cada aspecto, tanto los armoniosos como
los difíciles, se exprese a su propia manera y ritmo.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 299
Según el Sol se va desplazando, va iluminando todo lo que
toca. Es necesario entonces incorporar a nuestra historia algo que siempre
estuvo ahí y nos pertenece. Reconocer esto puede ser muy útil, especialmente
cuando el Sol activa aspectos difíciles, debido a que casi siempre nos
enfrentamos a ellos proyectando uno de sus extremos. La intervención del Sol
progresado nos concede la oportunidad de ver, desde una perspectiva profunda y
completa, lo que en última instancia pertenece a nuestra alma y a nuestro
sendero en la vida.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 299
Los planetas progresados son «actuales», es decir: reflejan
dónde estamos en un momento determinado. La carta natal, en cambio, refleja el
patrón subyacente. En treinta años el Sol habrá aspectado a todos los elementos
de la carta. Puede no tratarse de un aspecto mayor: un quincuncio, un
semisextil o una sesquicuadratura. Pero el Sol habrá tocado al menos una vez
todos los elementos de la carta antes de los treinta años, arrojando luz sobre
el entramado completo de la carta. Y después formará aspecto con el Sol natal
por primera vez.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 300
Creemos que somos como somos porque las circunstancias nos
han obligado a serlo. Pero el Sol progresado desvela un gran misterio: el mundo
exterior adopta la forma de aquello que debemos desarrollar en nuestro
interior. Las circunstancias, por muy dolorosas que sean, son siempre las que
han de ser. Es difícil articular todo esto. Espero que me vayáis siguiendo sin
perderos. Las progresiones solares son verdaderamente maravillosas cuando las
empezamos a explorar en profundidad.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 301
Neptuno puede ofrecer consuelo con una visión de la
bendición de la unidad tras la encarnación, pero no puede proporcionar un
propósito para vivir y seguir creando. Júpiter puede ofrecer la intuición de un
Cosmos que tiene sentido, pero no es una visión personal y no puede definir la
singularidad propia. Saturno puede ofrecer resistencia; pero si eso es todo lo
que tenemos, puede resultar condenadamente triste y deprimente. Sin el
principio solar la vida es un lugar prácticamente sin alegría.
Liz Greene
El carro de Apolo, El significado del Sol astrológico, página 51