Caffe Reggio

 Chocan sus copas de Merlot y bromean
 En un meta lenguaje de amigos
 Sobre el principio del otoño en un gulag
 De aguadas solitarias. Entonces uno dice,
 Iván el Terrible era un vampiro adolescente
 Que se enamoró del arte y de los adivinos,
 Y otro dice, si tan solo hubiese tomado
 Una góndola a través de los canales de Venecia
 Una o dos veces, se habría podido civilizar
 al loco soñador de los Balcanes.
 Entonces uno dice algo de que
 El sentimentalismo es la muerte
 De la imaginación, la metáfora y el juego previo.
 Son una pequeña república de ideas,
 Tres buenos amigos, y casi una sola mente
 Cuando levantan la vista para recibir
 A una mujer que viene del cegador
 Desastre diario de la calle.
 Encuentra una mesa junto a la ventana de la esquina,
 Ordena un tazón de fruta y un cappuccino,
 Abre una copia de Watermark, presiona
 Las paginas, rompiendo el lomo.
 Los tres sentados, sonreímos,
 Y Derek dice, me pregunto si sabe
 Que Joseph todavía recoge su correo aquí."

Yusef Komunyakaa


Camuflando la quimera

Nos atamos ramas a los cascos.
Nos pintamos las caras, y los fusiles,
con el fango de la orilla del río,

colgamos manojos de hierba de los bolsillos
de nuestros uniformes de camuflaje. Nos
fundimos con la selva
contentos de que los colibríes se fijaran en nosotros.

Nos ceñimos a los bambúes y luchamos
contra el viento que venía del río
arrastrando nuestros fantasmas

desde Saigón a Bangkok,
acordándonos de las mujeres
que habíamos dejado en América.
Apuntábamos a los pájaros de cantos ominosos.

En nuestras paradas sombrías
los simios de las rocas intentaban delatarnos
lanzando piedras al anochecer. Los camaleones

trepaban por nuestras espaldas, cambiaban
del día a la noche: del verde al dorado,
del dorado al negro. Pero esperamos
hasta que la luna se convirtió en metal,
hasta que algo se rompió
dentro de nosotros. Los Vietcong
se movían por la ladera, con sus vestidos de seda negra,

transportando equipos pesados por la hierba.
Allí estábamos escondidos. El río fluía
por nuestros huesos. Los animales pequeños se escondían
al notar nuestra presencia; contuvimos la respiración,

listos para llevar a cabo la emboscada
en L, mientras que el mundo daba vueltas
debajo de nuestros párpados.

Yusef Komunyakaa




El día que vi a Barack Obama leyendo  la poesía reunida de Derek Walcott   


"¿Estaba buscando que la luz de Santa Lucía
 tocara su cara esos primeros días
 oficiales de noviembre en que la nieve y el aguanieve 
 caen sobre la pose de granito de Lincoln?

 Si estuviera buscando las líneas de propiedad
 dibujadas en la sangre, o una pizca
 de entereza para cruzar una frontera,
 tal vez pueda encontrar pistas en el sabor del buen pan.

 Lo vi allí detenido, los ojos entrecerrados
 bajo la luz torcida, la bruma de Wall Street
 tocaba las nubes de doble conciencia,
 un ojo grabado en una imagen tomada de Egipto.

 Si está buscando consejos sobre baloncesto,
 cómo saltar y proteger el aro,
 puede que deduzca algunas teorías sobre la guerra
 pero no están en El reino del caimito.

 Si quiere finalmente dominarse a sí mismo,
 buscando pistas para gobernar gaviotas
 en el aire salado, encontrará esbirros ocupados con cerraduras
 y cadenas en la calma nocturna de una goleta fantasma.

 Está leyendo a alguien que no habla
 de la leche y la miel, sino de mirar hacia adelante
 más allá de estatuas de sal levantadas en un sueño
 donde gruesos bulbos abren la tierra.

 La columna vertebral del manifiesto se rompió,
 chorreando escrituras, testamentos y canciones.
 La justicia se puso en la piel de la misericordia,
 Y la duda fue vendada y puesta a dormir.

 Ahora, parece como si él quisiera comer palabras,
 su sabor dulce y embriagador. Hojas de plátano
 y animales, al ser y al no ser. De hecho,
 sediento de sabiduría, clava los dientes en la memoria.

 El Presidente de los Estados Unidos de América
 pasa las páginas lentamente, va de ensueño
 a ensueño, aprendiendo por qué uno envidia al pulpo
 por su tinta, la forma en que la piel de un hombre

 se convierte en la última página."

Yusef Komunyakaa



Fortaleza

"Empiezo ahora con estas dos manos
 puestas ante mí como una bendición y  un arma,

 mirlos en vuelo feroz e instrumentos
 de contacto y consuelo. Esta señal significa

 para, y ésta significa, naturalmente, acércate,
 amigo. Dibujo un círculo en la arcilla roja

 alrededor de mis pies, donde ningún espíritu impuro
 se atreva  a encontrarme. En este ángulo las manos

 sobre la cabeza de un niño son un techo sobre un santuario.
 Soy un novato en mi fortaleza en el bosque

 con  el ojo derecho pegado a un nudo de la madera.
 Puedo ver un zumbido en el árbol de caqui,

 su maduro desapego -una crucecita  blanca
 en cada semilla. La comba de fuego de la niña

 golpea el suelo. Veo la puerta trasera
 de esa casa cerrarse con un lento crujido

 donde un hombre borracho y enojado tropieza
 a través del umbral todos los viernes.

 Veo el perdón, insoportable crepúsculo,
 y estas dos manotas saben demasiado

 sobre los clavos y el martillo, el tablón y el cielo inquieto.
 La piedra labrada y el mortero son de otro mundo,

 y a veces viene primero un portón alto.
 Entonces enormes barriles de madera con granos,

 harina, carne salada, y cal viva ante
 veintiocho ballestas sobre cuatro torres."

Yusef Komunyakaa


Ghazal, después de Ferguson 
  
"Alguien vaya y dígale a Biggie que predique
 lo que está pasando en la calle.

 No, tener actitud no es una nota de suicidio
 escrita en las paredes alrededor de la calle.

 Twitter marcha en el lóbulo frontal
 mientras esperamos por una brecha más allá de la calle,

 pero sólo el día es testigo
 en la caja de resonancia de la calle.

 El trueno de Grandmaster Flash dice
 que él no es el gran jurado de la calle,

 Dice que no le importa si eres grande o pequeño
 el miedo puede matar a un hombre en la calle.

 Tomemos la noche. Llevemos las
 cámaras y micrófonos de Killjoy a la calle.

 Si estás sosteniendo la mano golpeada por el rayo
 Te vas a encender a millas de la calle

 donde una subida de tensión de la silla eléctrica atenúa
 todas las luces del condado más allá de la calle.

 ¿Quién va a salir a hablar de las leyes
 del movimiento y la relatividad en la calle?

 Yusef, esta mañana demuestra que un cuervo
 es el único suero de la verdad en la calle."

Yusef Komunyakaa