Como las cartas de los niños

"Qué lindo sería poder escribir
y que me saliera espuma. O que la noche
tiritase a lo lejos. Ladridos de perros
a lo lejos. Que alguien cantara.
                                        Como los animales que florecen
                                        el amor crece de noche.

Qué lindo desahogar el nudo en la garganta.
                              A escondidas.
Para que nadie advierta nuestros corazones.
Alguna vez sentirse inconmovible. Encontrarse
bebiendo leche bajo el sol, en atardeceres
                               de rosa de los vientos.
Te verías muy linda dentro de un cuarto oscuro
donde sólo estuvieras vos y mis circunstancias.
O acariciar tu pelo suelto
                        como manadas de lobos de ojos negros.
Y hacer dormir
sobre mis hombros el movimiento del mar.
                              Oscuridad en la puerta del odio.
                              Agua que siempre deja de correr,
                                         cuando cerramos los ojos.

Y que nuestros pasos fueran abriendo
                               casa por casa las paredes.
Y que detrás de cada vidrio,
de cada cortina en la ventana del mundo,
estuvieran las ideas del poeta maldito
que le resulta terrible hacer una maldad.

O el vuelo de mi sangre. O una mañana
de canciones bellas.

¡Ah la felicidad como las cartas de los niños
que van y vienen y nadie las detiene!
O como los pericos que pasan volando.
                                        Todo sera fuego aquí
                              donde caes despertándote.

Me encantaría beber el agua que canta
la misma canción, el invariable río.
Repartir la cosecha de flores
que producen las manos cuando dicen
adiós, nos vemos, hasta luego.

Me agradaría encontrar de nuevo y mirar
como tejes tus telarañas de araña benigna
al escribir poemas de amor con gotitas
de odio. O mejor
                              sin ir tan lejos
acopiar los papeles perfumados y verdes
llenos de mala ortografía y de recuerdos.
                              Quien canta como si nada.
                              Es la vida que fluye
                              o los hombres que despiertan.
                              Y afuera hay un frío inerte.

Pero no pasa nada. No pasa nada
en esta vida, mientras camino
mirando atrás, por las calles floridas
de la Colonia Centroamérica. Y suena
                              un ruido de fusiles.
Como si estuvieran tocando violentamente
                              las puertas de la vida.
O las catacumbas de la muerte."

Manlio Argueta


Cárcel

"¿Dónde estarán los otros? Dijeron que vendrían
pero nadie aparece. Nuestros ojos amarran
los últimos recuerdos pero nadie aparece.
Escribimos un nombre (las paredes son grises):
aquí estuvieron hombres como fieras en selva,
aquí se amaron otros como nunca se amaron.

¿Cuándo vendrán los otros para hablar,
para mirar a alguien, para sonreír
con las personas? A veces digo
que estoy triste y recuerdo las voces que recuerdo.

¿Dónde estarán los otros? Dijeron que vendrían.
Salgo a buscar a mis amigos
y me encuentran cercado por los muros."

Manlio Argueta


Promesa

"Juro no alzar la voz. No sublevarme.
No decir la verdad cuando nos duela.
Ofrecer la mejilla cada vez
que me ofendan. A los pobres
daré limosnas. Comeré pan duro
para ser bueno con todos.
Sólo dinero (pues no tengo nada)
no habré de repartir... Después morir
tranquilamente libre de pecados,
de bronconeumonía o de un callo
en el pie
o de un catarro en el alma."

Manlio Argueta