"Cuando mi celda se sacudió cuatro días atrás y tú me viste muerto, me levantaron dos ángeles y me llevaron a la más alta cumbre del cielo. Bajo mis pies se veían no solo esta lamentable Tierra, sino también el sol, la luna y las estrellas. Luego me pasaron por una puerta que brillaba más fuerte que el sol y entramos al edificio, donde los pisos brillaban de oro y plata. esta luz es imposible de describir. Este lugar estaba lleno de gente (...) Sobre el lugar había una nube luminosa, más clara que el sol, y de ella escuché la voz, que parecía la voz de muchas aguas."

San Salvio de Albi
Tomado del libro del Dr. José Miguel Gaona
El límite, página 680-681
Editorial La esfera de los libros 2015