Bagdad

"¿Eres una patria o un campo de tiro?

¿Eres un paisaje que hay que destruir
o una escalera de víctimas
que no se sacia de su muerte?

Bagdad

¿Eres una cesta que se hunde
y no se llena sino de vida?
¿Acaso es ésta tu fiesta
o tu muerte?
¿Estos caramelos de fuego
son para tus niños muertos
o para la última fiesta de tu degollación?
Entonces, muérete.
Volvámonos  de donde hemos venido
a los desiertos y al infinito
esperando un nuevo profeta."

Salah Hassan



Correo Electrónico 

"Querido Alá,
No tengo que hablarte a ti 
como lo hizo Mohammed al Maghout 
ni tampoco como Fadhil al Azzawi.
Ahora tengo correo electrónico
y me puedes contestar 
seleccionando la opción responder.
Muchas preguntas me inquietan
y tú debes darme una respuesta.
Entretanto ya cumplí cuarenta y cinco 
y creo ser lo suficientemente sabio
como para decirte cuáles son tus deberes
¿Qué te la pasas haciendo todo el día?
¿Lees los periódicos?
¿Escuchas la radio?
¿Escuchaste algo de las Oraciones del Viernes?
¿Algo sobre Irak, 
la tierra en que se alaba tu nombre?
¿Por qué no haces nada?
¿Estás muerto?
¿Es sólo una estatua tuya la que vemos?
Sólo quiero saber
porque entretanto ya cumplí cuarenta y cinco
y todavía no sé cuál es tu función en mi vida.
Aquí encontrarás la información necesaria para contactarme:
número de fax y teléfono 
y mi correo electrónico.
Quedo en la espera de una exhaustiva explicación tuya.
No tengo más tiempo que perder.
Contigo
con todo mi respeto,

Salah Hassan."


Salah Hassan




Huir de la Familia
"No era mala idea
soñé con una casa y la habité.
No era mala idea
soñé con una mujer y me casé con ella.
No era mala idea
dibujé cuatro niños y los tuve.
Tampoco era mala idea
cuando dibujé
la puerta trasera de la casa
y me escapé por ella."

Salah Hassan



Pereza 

"Estaba pensando en escribir un poema 
sobre la pereza.
Pero, como esto necesita 
un bolígrafo y un papel 
abandoné la idea."



Salah Hassan



Vida bomba

"Con sangre empiezo el día,
con sangre lo termino.

Cuando cada mañana voy al almacén de las chatarras
me quito la cabeza y la sacudo de las esquirlas de
la bomba de ayer.
Luego, lavo la seca sangre de mi imaginación.
Tengo la sensación de que todo está minado.
Pulso el teclado del ordenador y me escondo,
rápidamente,
tras la pared antes de que explote.
No puedo encender un cigarrillo sin pensar
en las explosiones.
Para mí, todo puede explotar.
El teléfono, la cafetera, el timbre de la puerta, las cartas.
Siento que mi cuerpo también es una bomba
y puede explotar.

Con sangre empiezo y con sangre finalizo cada día.
Cada noche me voy a la cama arrastrándome.
Deseando no despertar.

No quiero seguir viviendo en esta vida bomba."

Salah Hassan