"El reverendo Parslow continuaba con su mano apoyada en el brazo de Everton. —En su lugar, yo enviaría a Mónica a la escuela. Este aislamiento puede perjudicarla. —¿Perjudicarla? ¿No ha dicho usted que esas niñas eran buenas? —¿Niñas? En mi opinión, son verdaderos ángeles. Ellas nunca la perjudicarán. Pero Mónica está desarrollando la facultad de ver y de hablar con…, con seres que son invisibles e inaudibles para los demás. Una facultad que no debe ser estimulada. Con el tiempo, podría llegar a ver y a hablar con otras… almas que no son hijas de Dios. Si se mezcla con otras niñas de su edad, puede perder esa facultad. Y sus «amiguitas» no volverán a presentarse a ella, estoy seguro…, a no ser que las necesite."

Alfred McLelland Burrage
Compañeros de juegos



"El director se frotó la barbilla. —¡Ah! ¿Y cómo se propone tratarlo? —De un modo terrorífico, desde luego; terrorífico, con unas gotas de humor. El director asintió y ofreció a Hewson su pitillera. —Muy bien, Mr. Hewson —dijo—. Haga que publiquen su artículo en el Morning Echo, y tendrá un billete de cinco libras esperándole en esta misma oficina. Pero, ante todo, debo advertirle que la prueba no va a resultarle fácil. Me gustaría estar completamente seguro acerca de usted, y me gustaría que usted estuviera completamente seguro acerca de usted mismo. Mire, yo he visto esas figuras vestidas y desvestidas, conozco todo el proceso de su fabricación, me muevo entre ellas sin dedicarles un solo pensamiento. Pero no me gustaría tener que dormir solo en esa sala. —¿Por qué? —preguntó Hewson. —No lo sé. No existe ningún motivo. Yo no creo en fantasmas. Si creyera en ellos, supondría que los de esos asesinos vagarían por el escenario de sus crímenes o por el lugar donde están enterrados sus cuerpos, en vez de hacerlo por una celda que sólo contiene sus efigies en cera. Pero no podría permanecer solo entre ellos por la noche, obsesionado por la idea de que me están mirando del modo que miran. Después de todo, representan los tipos más bajos y más abyectos de la humanidad, y —aunque no lo diría en público— la gente que viene a verles obedece por regla general a unas motivaciones morbosas. La atmósfera del lugar es sumamente desagradable, y si es usted susceptible a la atmósfera le advierto que va a pasar una noche muy incómoda."

Alfred McLelland Burrage
Figuras de cera


"El mundo está dividido en coleccionistas y no-coleccionistas. Los coleccionistas coleccionan cualquier cosa, de acuerdo con sus gustos individuales, desde monedas hasta paquetes vacíos de cigarrillos, desde mariposas hasta cajas de cerillas. Yo colecciono gargantas."

Alfred McLelland Burrage
Figuras de cera



"—Es lógico que de cuando en cuando dediquemos un pensamiento al más allá."

Alfred McLelland Burrage
El oxicanto


"Me encontraba ya en el pasillo y me volví a mirarle mientras su voz se apagaba detrás de mí. No vi más que una puerta cerrada. Entonces, un intenso terror se apoderó de mí y eché a correr escaleras abajo, gritando, hasta encontrar el refugio de los brazos de mi madre. En aquel momento apenas comprendía nada, pero mi terror me dijo que había estado con algo que no era de la tierra ni era bueno."

Alfred McLelland Burrage
Los naipes de marfil



"Pamela se agarró a mi brazo. Sus labios temblaban. —Tenías razón —murmuró—. No podemos hacer nada. George no me quiere. Vámonos, Jack, por favor. El oxiacanto, en la encrucijada, estaba ahora lleno de hojas tiernas, de un suave verdor. Pamela miró el árbol, mientras yo ponía en marcha el automóvil, y habló, simplemente por hablar. —Cuando florezca, ese oxiacanto será muy bonito —dijo, con voz trémula. Me estremecí. —Sí —dije—. Y hace un par de meses parecía haber llegado al final de sus días…"

Alfred McLelland Burrage
El oxicanto



" —Todas las explicaciones de las cosas que no comprendemos tienen que parecer un poco forzadas."

Alfred McLelland Burrage
Compañeros de juegos