"Cuando oigo hablar de cultura, saco mi revólver."

Hermann Wilhelm Göring


GÖRING:  ¿Por qué, por supuesto, la gente no quiere la guerra? ¿Por qué querría un pobre desaliñado granjero arriesgar su vida en una guerra donde lo mejor que puede conseguir es regresar a su granja de una pieza? Naturalmente, la gente corriente no quiere la guerra; ni en Rusia, ni en Inglaterra, ni en América, ni tampoco en Alemania. Es comprensible. Pero, después de todo, son los líderes del país quienes determinan la política y es siempre sencillo arrastrar a la gente, tanto si es una democracia, una dictadura fascista, un parlamento o una dictadura comunista.
GILBERT:  Hay una diferencia. En una democracia la gente tiene algo que decir al respecto a través de representantes electos, y en los Estados Unidos solo el Congreso puede declarar la guerra.
GÖRING:  Oh, eso está muy bien, pero, con voz o sin voz, la gente siempre puede ser llevada por donde quieran los dirigentes. Es sencillo. Todo lo que hay que hacer es decirles que están siendo atacados, y denunciar a los pacifistas por carecer de patriotismo y exponer el país al peligro. Funciona de la misma manera en cualquier país.


Hermann Wilhelm Göring
Conversacion que con ocasión del juicio de Núremberg, el lugarteniente de Hitler sostuvo con el psicólogo militar estadounidense Gustave M. Gilbert
Tomada del libro de Pedro Baños, Así se domina el mundo, página 253



"Ningún bombardero enemigo puede alcanzar el Ruhr. Si sólo uno alcanza el Ruhr, no me llamo Göring. Podréis llamarme Meyer (*)." 

Hermann Wilhelm Göring
(*) Meyer es un extendido apellido yídish, esto es, judío



"¡Yo no tengo conciencia! Mi conciencia se llama Adolfo Hitler."

Hermann Wilhelm Göring