Aries
En Aries aparece la voluntad de
vivir y, de esta forma, se da el primer paso hacia la encarnación. Según un
antiguo enunciado, Aries «despierta la voluntad de llegar a lo más bajo para,
una vez allí, controlar, conocerlo todo y enfrentar todas las experiencias».
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 43
En su libro Astrología
esotérica, Alice A. Bailey observa que, para Aries, hay cuatro notas clave que
imparten la misma idea:
1. Expresa la voluntad de ser y
hacer.
2. Desarrolla el poder de
manifestar.
3. Entra a luchar por el Señor.
4. Llega a la unidad por medio
del esfuerzo.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 43
En el zodíaco, con Aries
comienza el gran ciclo de lucha hacia la expresión. Empieza el proceso de
llegar a ser uno mismo. La fuerza del yo se expresa de forma impetuosa pero,
con frecuencia, de una manera todavía poco pulida. Aries es impulsivo,
emprendedor y entusiasta. Irradia fuerza y energía, y muestra coraje e
intrepidez incluso en situaciones desesperadas. Los nacidos bajo Aries van
siempre hacia delante y tienen la capacidad de entusiasmar a los demás. Son
pioneros que colaboran activamente en el progreso del mundo pero que se
preocupan muy poco por las consecuencias de sus acciones. Aries actúa primero y
piensa después. Quiere obtener el éxito inmediato y de un sólo golpe, y tiene
muy poca paciencia para tareas a largo plazo. Necesita el elemento vivificante
de la acción fresca y única y, por lo general, consigue las cosas al primer
intento.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 44
Uno de los aspectos que Aries
debe cultivar es la capacidad de moderar y dosificar sus fuerzas, y ésta es una
tarea en la que trabaja a lo largo de toda la vida.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 45
La tarea espiritual de Aries
consiste en derribar los límites endurecidos y superar los muros y las barreras
levantadas por el miedo para que la vida pueda progresar y desarrollarse.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 45
La formación del yo En Aries
comienza el desarrollo del yo. Pero para avanzar en el proceso de desarrollo se
necesita un centro fuerte: se requiere seguridad interior. Si nuestro yo no
está aun suficientemente desarrollado, ahora podemos cerrar trabajar en su
construcción, por ejemplo, liberándonos de las dependencias excesivas de
nuestro entorno y aceptándonos tal como somos en realidad. Si queremos tener
éxito en la vida, necesitamos una forma adecuada para funcionar en el mundo, es
decir, un yo fuerte y resistente. Si no lo tenemos, las influencias externas
nos afectan excesivamente y nos convertimos en juguetes del entorno. Pero si el
yo es demasiado fuerte existe el peligro de que cristalice y, en ese caso, la
forma está tan cerrada que nada puede entrar ni tampoco salir. Una persona así
es cautiva de la forma de su yo. Es como si estuviera en una prisión: no está
abierta a sus semejantes ni es permeable a la irradiación de su ser interior.
En el mes de Aries podemos emplear la fuerza impulsiva ariana para derribar los
muros que, en errónea autodefensa, hemos erigido a nuestro alrededor. Por lo
general, el individuo Aries tiene una clara conciencia de sí mismo. Aries es el
primer signo de la cruz cardinal y es completamente natural que una persona con
énfasis en este tipo de energía se sienta impulsada a la actividad por fuerzas
internas y externas, con el propósito de crear un mundo nuevo y mejor. Pero
siempre existe el peligro de que, debido a una ambición derivada de un exceso
de énfasis en el yo, intente sobrepasar a los demás en algún ámbito, bien sea
en conocimientos, en cultura, en su propia profesión o en cualquier otro
aspecto. Entonces, con mucha facilidad, se cae en una sobrevaloración de la
propia importancia personal, surge un espíritu de competitividad insano y se
producen luchas de poder. Con frecuencia, la fuerte tendencia a la extroversión
de Aries lo lleva a intentar resolver los problemas y los conflictos mediante
enfrentamientos con el mundo exterior, en lugar de hacerlo en su interior.
Generalmente, atribuye el éxito que obtiene en el mundo a sus propias fuerzas y
sobre esto construye su autoconciencia. Pero, en las personas espiritualmente
orientadas, lo esencial es el nuevo nacimiento, es decir, el nacimiento del
verdadero yo: el yo que forma parte del ser eterno. En el mes de Aries podemos
abrirnos y prepararnos de forma especial para este nuevo nacimiento. En muchas
situaciones, volver al punto de inicio puede ser de gran ayuda. Allí podemos
efectuar correcciones, rectificar errores y empezar de nuevo. Nuestro punto de
partida es el yo interno: el verdadero yo. En él podemos encontrar toda la
ayuda que necesitamos: una ayuda que proviene de nuestra más profunda fuente de
vida. Esta fuente de energía nos da la fuerza que nos permite experimentar el
«yo-soy» y nos conduce al «yo-quiero» y al «yo-puedo». Nos damos cuenta de que
somos útiles y de que nuestra aportación es valiosa. Con esta certeza interior
nuestras fuerzas crecen y nos sentimos capaces de eliminar los estados no
deseados y de crear un nuevo orden, tanto en nuestro interior como en nuestro
entorno, para que la nueva vida que tiene su comienzo en Aries pueda prosperar.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 47
El ser o el yo recién nacido
que se manifiesta por primera vez en Aries todavía no está completamente
formado, es inseguro, se lo puede herir con facilidad y se siente amenazado por
fuerzas desconocidas. Necesita apoyo y ayuda desde fuera y desde dentro. Si el
entorno ejerce un efecto demasiado intenso en este pequeño ser, acabará
construyendo un mecanismo de defensa para protegerse. Esto es perfectamente
natural y comprensible en la infancia pero, si esta situación continúa en el
adulto, existe el riesgo de perder la propia forma de ser. Quien está demasiado
ocupado protegiéndose del mundo exterior o quien quiere satisfacer todas las
demandas externas, no tiene tiempo para conocer, desarrollar y fortalecer su
propia naturaleza, ni para establecer una relación con el mundo externo que
esté en sintonía con su ser interior.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 50
Si no dejamos de estar
condicionados y limitados por los patrones de conducta formados durante la
niñez, no podremos avanzar en el crecimiento espiritual. Durante los primeros
años de vida, debido a la educación y a las exigencias de adaptación al
entorno, se construyen las «formas aparentes del yo» que, a menudo, tienen
cerrar muy poco que ver con el yo interior. En determinado momento del proceso
de desarrollo, para poder llegar a ser verdadera y honestamente uno mismo, hay
que liberarse de estas formas de defensa y de todo tipo de imágenes demasiado
idealistas sobre uno mismo. Los mecanismos de defensa y las formas aparentes
del yo pueden haber sido de gran valor hasta determinado momento pero, como
adulto, deben abandonarse para que el verdadero yo pueda surgir y realizarse.
Es un proceso difícil pero necesario. Durante mucho tiempo creemos que debemos
defender la imagen que nos hemos creado de nosotros mismos. Creemos que esas
máscaras o roles nos protegen pero, en realidad, no son más que un autoengaño.
Nos hemos distanciado tanto de nuestra esencia que, al final, nos sentimos
enajenados. Entonces vivimos con el miedo a que los demás lo descubran. Nuestra
inseguridad, nuestra confusión y nuestra soledad se esconden tras miles de
máscaras. El simple pensamiento de que otros puedan darse cuenta de nuestros
puntos débiles nos sobrecoge y nos da miedo: por eso nos cerramos.
Desesperados, inventamos continuamente nuevas fachadas bajo las que podamos
escondernos y en donde nos sintamos protegidos de las escudriñadoras miradas
del exterior.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 50
De una forma mucho más clara
que en cualquier otro signo, en Aries se hace evidente que todo está iniciado,
causado u originado por uno mismo.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 53
De una forma mucho más clara
que en cualquier otro signo, en Aries se hace evidente que todo está iniciado,
causado u originado por uno mismo. Todo lo que Aries piensa se ve impulsado
hacia la manifestación y la realización, y sólo Aries puede deshacer las formas
mentales de miedo, depresión y desaliento que él mismo creó empleando la misma
fuerza creativa que utilizó para erigirlas. Por eso, las personas en las que
predomina la energía ariana están sujetas a un constante ir y venir, oscilan
entre la construcción y la destrucción de formas y muestran fluctuaciones
sentimentales maníaco-depresivas que son muy difíciles de controlar.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 53
Los textos esotéricos se
refieren a Aries como «el lugar donde nacen las ideas divinas».
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 54
Tauro
Normalmente se considera que
Tauro está más interesado en los valores materiales de la existencia. Veamos
las cualidades del signo de Tauro más de cerca y exploremos las conexiones. El
signo de Tauro pertenece a la cruz fija y es un signo de tierra, por lo tanto,
los nacidos bajo el signo de Tauro tienen una voluntad constante, son
perseverantes, resistentes y poseen una naturaleza de deseos intensa. Ésta
última puede dirigirse tanto a asuntos materiales como espirituales. La
naturaleza de deseos o naturaleza emocional de una persona es el aspecto
inferior de la voluntad espiritual y tiene un efecto rotundo cuando se dirige
hacia un objetivo específico. A Tauro puede costarle decidirse por algo pero una
vez lo ha hecho y su ambición y su interés han despertado, difícilmente
renuncia a su propósito. Con su concentrada fuerza de voluntad puede conseguir
con relativa facilidad cualquier cosa que se proponga. Con la influencia de
Tauro, el cuerpo de deseos tiene la capacidad especial de «incorporar».
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 67
Cuando Tauro ha percibido una
idea espiritual, hará todo lo posible para hacer realidad ese ideal en la vida
diaria. Ningún sacrificio ni ningún esfuerzo son demasiado grandes cuando están
al servicio de propósitos espirituales. La consecución de un logro y la
realización de un ideal siempre están relacionados con algún tipo de sacrificio
en el que lo más pequeño se entrega por alcanzar lo más grande.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 69
La iluminación Hay dos notas
clave para Tauro: la fuerza del deseo en el plano material y la iluminación en
el plano espiritual. La iluminación llega en un estadio avanzado cuando la
pequeña voluntad personal se ha unificado con la voluntad divina. Entonces
Tauro posee el «ojo uno» iluminado que, de forma imperturbable, mantiene la
mirada en la luz de la meta final. Esto es lo que se denomina contemplación o
continuidad de conciencia. El Buda (nacido en el mes de Tauro) es un ejemplo de
ello. El pensamiento semilla esotérico de Tauro «Veo y, cuando el ojo está
abierto, todo se ilumina.» Tauro debe llegar a ver. La ceguera debe dar paso a
la visión espiritual, es decir, a la correcta la orientación interior.
Finalmente, esto disipará las ilusiones y los espejismos autogenerados, y la
autocompasión que le atormenta cuando no puede conseguir lo que quiere. En el
mes de Tauro deberíamos cultivar nuestra visión espiritual porque eso
vitalizará nuestras actividades, purificará nuestros sentimientos y elevará
nuestra mente. Llegamos a la comprensión de que la única posesión valiosa que
podemos tener es una motivación o una meta espiritual que nos preserve de
hundirnos en el materialismo. La ceguera del deseo necesita la dirección de una
visión espiritual. La mente debe estar iluminada para las cuestiones
espirituales. El ojo debe abrirse hacia arriba para poder ver lo que debe
hacerse a continuación como parte de la realización del Plan. En cambio, hacia
abajo, hacia el lado material de la vida, habría que estar ciego para que las
necesidades materiales y los miedos no nos aparten de nuestro camino. Éste es
el reajuste de luces que se produce tan pronto como el ser humano despierta y
ve espiritualmente. Cuando Tauro ve, sabe exactamente qué debe hacer. El camino
se muestra claro e iluminado (la oscuridad, la soledad y la desesperación se
terminan). Se vuelve receptivo a las necesidades de los demás y también a su
dirección interna, que le da correcta orientación. Ya no cerrar embiste
ciegamente hacia delante sino que recorre el camino de la liberación con plena
comprensión (el camino que le conduce a su propia liberación y que, al mismo
tiempo, le estimula a realizar actividades que conllevan la liberación de
otros). De esta forma se convierte en un valioso colaborador del Plan,
trabajando en grandes proyectos para aliviar las necesidades de la humanidad y
para establecer mejores condiciones para todos en esta Tierra. En antiguos
textos, Tauro se describe como «el Ojo de la Iluminación», «la Madre de la
Revelación», «el Intérprete de la Voz Divina» y también como «el Buda
Iluminado».
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 78
Como Géminis es un signo
mutable y de aire, sus energías lo penetran todo. Las energías fluyen por las
ramificaciones de todas las áreas de la vida en una variedad de
manifestaciones.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 90
En Géminis empieza el
desarrollo de la dimensión del tiempo. En este signo, espacio y tiempo se
encuentran. Como podemos recordar, en Tauro nos creamos un espacio. Ahora, en
Géminis, podemos movernos en este espacio. Géminis no puede quedarse sentado en
un sitio: va hasta el objeto más próximo y lo estudia, quiere conocerlo de
cerca, saber cómo está construido y de qué está hecho. Al movernos en el
espacio nos encontramos con personas y nos damos cuenta de que no estamos
solos. Los vecinos, los hermanos, los parientes y los conocidos están cerca de
nosotros, y cuando nos acercamos a ellos siempre experimentamos y aprendemos
algo. Si nos abrimos a nuestro entorno con una conciencia despierta y una
inteligencia activa podemos aprender mucho. En el mes de Géminis recogemos
información y conocimientos. Pero también podemos averiguar algo sobre
nosotros. Podemos preguntarnos: ¿Qué piensan los demás de mí? ¿Cómo valoran mi
comportamiento? En Géminis no sólo se encuentra a los demás sino que también es
posible hallarse a uno mismo.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 91
Penetrar en la verdadera y
profunda esencia de Géminis es difícil porque, muy a menudo, se muestra
distinto de como es en realidad. Por una parte puede mostrarse ligero,
adaptable y diplomático, y por otra puede exhibir un carácter astuto e
ingenioso. Sus principales problemas son la dualidad y la multiplicidad, y
éstas son también sus pruebas en el camino espiritual. Puede perderse con gran
facilidad en la gran variedad del mundo de las formas y dejar de percibir las
diferencias de valor. Entonces considera equivalentes cosas que
cualitativamente son distintas y pierde el sentido de la proporción. Esto hace
que, muchas veces, no se dé cuenta del valioso significado interno de las
cosas, las personas o las ideologías.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 92
Géminis no debe buscar las
fuentes de la fuerza espiritual en el mundo externo ni en personalidades
importantes e influyentes ni en lo que alguna autoridad o institución haya
dicho ni en lo que pueda leer en un libro. Debe buscarlas en su propio
interior. Esta búsqueda del significado real y del verdadero propósito caracteriza
la vida del individuo Géminis espiritualmente orientado.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 95
Géminis no debe buscar las
fuentes de la fuerza espiritual en el mundo externo ni en personalidades
importantes e influyentes ni en lo que alguna autoridad o institución haya
dicho ni en lo que pueda leer en un libro. Debe buscarlas en su propio interior.
Esta búsqueda del significado real y del verdadero propósito caracteriza la
vida del individuo Géminis espiritualmente orientado. La dualidad le lleva a
menudo por caminos erróneos. Comete errores de valoración, otorga a todo la
misma importancia, pierde el sentido de la proporción, se dedica a cosas
fútiles y se relaciona con personas que tienen éxito externo y no prestan
ninguna atención al mundo interior (a quienes, además, sin darse cuenta, toma
como modelos). Por otro lado tiene tendencia a evaluarse a sí mismo
equivocadamente y a engañarse hasta que se da cuenta de que no está en el
camino correcto. De esta manera, la autoexperimentación y el reconocimiento del
verdadero yo quedan limitados. Aparece la inclinación a autojustificarse
constantemente y a creer que se está en cerrarlo cierto.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 95
Géminis quiere estar presente
en todas partes. Géminis quiere ser aceptado, reconocido y amado pero, con
frecuencia, en el trato con el mundo, una parte esencial de su realidad
interior queda escondida (por lo menos mientras piense que debe comportarse
según lo que le dicten los demás o de acuerdo con la opinión prevaleciente). No
obstante, tan pronto como se da cuenta de que hay otras posibilidades aparte de
las postuladas por las normas colectivas o las determinadas por las corrientes
de moda empieza a confiar en su propio pensamiento y en su propia capacidad de
valoración.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 96
Debido a la inseguridad o a la
inmadurez interna, Géminis se identifica con demasiada facilidad con lo que le
llega de fuera, es decir, con las impresiones, las opiniones y el saber de
otras personas. Cree ser todo eso y, poco a poco, se va distanciando cada vez
más de sí mismo. Vive en el llamado «yo aparente», que representa a su otro
ser: un ser que debería reconocer como algo que está fuera de su interior y
que, a menudo, no tiene nada que ver con su verdadera esencia. Pero una vez que
empieza el proceso de distanciarse y liberarse de todo esto, ese «yo aparente»
se desvanece. Entonces, como dice el pensamiento semilla, su verdadero yo crece
y resplandece. Por eso, para llegar a ser quien verdaderamente es, Géminis debe
liberarse de las funciones de superego del colectivo y reconocerlas como algo
ajeno a su naturaleza esencial.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 98
En el signo mutable de Géminis
siempre hay procesos en marcha, siempre sucede algo y no hay nada que sea
estático ni fijo. En Géminis debe aspirarse a alcanzar una adaptación dinámica.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 102
Géminis siempre tiene dos o más
puntos de vista sobre un determinado asunto. Esto puede ser de gran ayuda,
sobre todo para aquéllos que se creen el centro de su mundo y de vez en cuando
se ven asaltados por trágicas dudas sobre sí mismos. Géminis sabe que toda
medalla tiene su reverso y que en todas las cosas puede encontrarse algo
positivo.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 105
Cancer
El signo del colectivo Cáncer
es el signo de la pertenencia a un colectivo, a un grupo o a una familia. La
identidad de vibración (vibración en la misma frecuencia o nivel) nos da fuerza
y alcanzamos una nueva dimensión de pertenencia, de seguridad y de unidad que
nos reanima. Nos damos cuenta de que todos estamos animados por el mismo ideal
y por el mismo espíritu (por ejemplo, en nuestro grupo de meditación), y de esa
sintonía recibimos la fuerza para continuar.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 114
Las personas nacidas bajo
Cáncer son muy impresionables. Están continuamente sujetas a cambios de humor
porque están influenciadas de forma especial por la Luna y sus fases. Las
emociones y los sentimientos tienen un papel muy importante. Una de las
principales características de Cáncer es su gran sensibilidad, que en
determinados casos puede ser susceptibilidad, y que es la causa de las
reacciones rápidas e intensas ante las personas de su entorno.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 116
El camino hacia la fuente Si
seguimos el camino hacia dentro, encontraremos nuestra propia fuente oculta en
las profundidades de nuestro interior. Ahí está el comienzo del desarrollo
individual. En la fuente podemos descubrir las raíces de nuestro ser. Pero para
llegar a la fuente hay que nadar a contracorriente (y eso requiere desprenderse
de la dependencia del colectivo y dejar la seguridad de nuestro nido para
convertirnos en individuos independientes). En la fuente se encuentra la causa
de nuestra vida. La causa de nuestro bienestar y también la de nuestras
preocupaciones y dificultades. Durante el mes de Cáncer podemos contactar con
las raíces, con la causa o con la fuente y podemos llevar a cabo las
correcciones necesarias para perfeccionar tanto como sea posible nuestro
carácter y nuestra forma física y psíquica. De esta manera nos pareceremos cada
vez más a la imagen interna que, como una semilla, permanece en la raíz de
nuestro ser.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 120
Contradicciones e inseguridad
Cáncer es un signo contradictorio. Por un lado quiere continuar siendo como un
niño, quiere refugiarse en la seguridad de la vida familiar, del colectivo o de
las faldas de la madre y tiene miedo del mundo y de sus posibles peligros. Y,
por otro lado, siente el impulso hacia la libertad individual y la acción
independiente, lo cual ocasiona la primera separación de los lazos maternales o
familiares. Por eso, muy a menudo, Cáncer se siente arrastrado por unas fuerzas
que lo llevan hacia delante y otras que lo llevan hacia atrás. El conflicto
entre la tendencia a agarrarse a la seguridad del hogar y el impulso a salir
hacia el vasto mundo lo hace veleidoso, impredecible e inseguro. En este punto
se encuentra ante una auténtica encrucijada, en la que los caminos se separan
y, con frecuencia, no sabe qué dirección tomar. Esta inseguridad interna hace
que Cáncer sea propenso a dejarse influenciar por el entorno. Si no logra
decidirse y permanece mucho tiempo en este estado, se convierte en la víctima
de sus propias fuerzas instintivas y emocionales, y pierde la libertad de
decidir. Entonces sigue ciegamente la corriente general, obedece las órdenes de
otros y es muy influenciable. Esta inseguridad y esta carencia de forma propia
se reflejan en su vida. Se deja llevar fácilmente por la opinión pública y las
normas colectivas, y puede ser dominado por voluntades más fuertes. Se
convierte en un individuo de la masa y sufre por su incapacidad de modelar su
propio mundo. Mientras carezca de una forma para dar expresión a su verdadero
ser, sufrirá por sentirse incomprendido en su ser más interno. Por lo tanto, en
Cáncer debe empezar la integración de la personalidad y el desarrollo de la
voluntad.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 122
Leo
Leo es el punto central del
espacio vital que él mismo ha creado. El mundo gira a su alrededor y él
funciona como una unidad de actuación y de mando que, con su irradiación
personal, dirige y conduce a los demás. En esta actitud, Leo se siente solo y
por eso desarrolla el poder y la fuerza interior de una unidad integrada y
encerrada en sí. Su lema es: «El fuerte es más poderoso solo». Esta actitud
continúa desarrollándose y lo conduce a una conciencia marcadamente
egocéntrica. Llevado por la ambición, Leo exige cada vez más poder, influencia,
prestigio, rango y posición hasta que llega a un punto en que, en su solitaria
altura, se siente aislado y excluido de la corriente de la vida. Entonces
comienza la conversión interior. A partir de ese momento, anhela con tanta
intensidad el contacto, el amor y la comprensión de los demás que no le queda
otra alternativa que derribar los muros que él mismo ha erigido entre él y sus
semejantes. Su foco de conciencia se dirige cada vez más hacia sus semejantes y
hacia el grupo hasta que, finalmente, deja de sentirse como una unidad aislada
en el centro y pasa a sentirse parte del Todo. Entonces está bajo la influencia
de la conciencia de grupo de Acuario, el signo opuesto. La responsabilidad, la
comprensión y la sensibilidad conducen a Leo a ese estado de autoconciencia
inclusiva en el que sabe que es uno con el Todo. Ésta es, de forma resumida, la
meta que Leo debe alcanzar utilizando las fuerzas transformadoras de su
verdadero yo.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 135
Leo se percibe como el motivo y
la causa de todo lo que se mueve a su alrededor y, en ocasiones, esto lo
conduce a exigir el reconocimiento y la estima de sus semejantes,
sobrevalorando su propia importancia. En cambio, otras veces le ocasiona
sentimientos de desaliento y autodesprecio. En Leo debemos descubrir lo que es
la verdadera autoconciencia. Muchas personas están convencidas de que son
autoconscientes cuando, en realidad, sólo están movidas por el deseo y creen
con total convicción que tienen derecho a que sus deseos sean respetados y
satisfechos.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 137
Una autoconciencia desarrollada
supone la existencia de inteligencia, de percepción mental y de un cierto grado
de integración. Alguien que se mueve exclusivamente por emociones y deseos
egoístas se encuentra lejos de la verdadera autoconciencia. Pero, cuando Leo es
alimentado y motivado por su ser interior, entonces irradia una alegría de
vivir auténtica y benefactora, sobre todo en entornos que lo necesiten y en los
que su fuerza y asistencia sean requeridas y apreciadas. Entonces se gana el
corazón de sus semejantes mediante su interés cerrar por el destino de los
demás y mediante su disposición amistosa y generosa, lo cual, por otra parte
produce un efecto favorable en el entorno y en su propio crecimiento. Como un
sol, Leo puede dirigir el fuego solar o las fuerzas solares que fluyen a través
de él hacia los demás, alentarlos y consolarlos con palabras llenas de amor, y
despertar en ellos ánimo y fe en las propias fuerzas y posibilidades. Así como
el Sol mantiene a los planetas en sus órbitas, Leo puede atraer a sus
semejantes, dirigirlos y guiarlos de forma magnética, regalándoles su calor, su
alegría de vivir y su fuerza.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 138
Cuando Leo ha madurado, da
siempre en la diana porque sólo dispara cuando tiene la certeza de alcanzar su
objetivo.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 139
Cuando Leo «tiene el corazón en
su sitio» (como se dice en lenguaje popular) no se encierra en sí mismo con
falso orgullo sino que está dispuesto a dar y a recibir. Como sabemos, a veces
Leo es demasiado orgulloso para aceptar algo o para dejarse ayudar en caso de
necesidad. Cree que puede hacerlo todo por sí sólo pero con esta actitud lo
único que consigue es que su yo se endurezca y que la fuerza de irradiación del
corazón se extinga. En este punto, Leo sólo se ve a sí mismo y no piensa en los
demás. Por eso es tan importante que Leo expanda continuamente su conciencia y
sus sentimientos hacia los demás, en un constante ritmo de dar y tomar. No debe
perder el contacto con los demás, quedándose sentado en su trono, solo y
aislado.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 114
El corazón de Leo y la
experiencia del amor Leo está dispuesto a afrontar el riesgo de la
autoexperiencia y a dinamitar sus barreras restrictivas con la fuerza solar
interna de su corazón. Experimenta su propio yo en el encuentro con los demás,
participando en grupos o en relaciones de amor auténticas, y en ese proceso
sufre profundas transformaciones interiores ocasionadas por el amor. El corazón
está regido por Leo y, precisamente, el centro del corazón es lo que debe
desarrollarse. Cuando Leo despierta al verdadero y auténtico amor es capaz de
mantener relaciones humanas en las que no persigue la posesión ni el poder ni
la utilización sexual del otro sino que pretende dar y tomar al mismo tiempo
(lo mismo que hace el corazón al latir). Más allá de la vanidosa autoadmiración
o del temeroso encerrarse dentro de sí mismo, Leo puede darse cuenta de cómo es
en realidad a través de sus propias reacciones en las relaciones con los demás
y mediante la auténtica experiencia del amor. Pero para eso debe afrontar el
riesgo del amor: el amor necesario para toda transformación o auténtica
autoexperiencia. Por lo tanto, la tarea más importante de Leo consiste en
desarrollar la capacidad de reacción sensible de su corazón y cultivar el
auténtico amor. De esta forma, desde el centro de su pequeño universo, es
sensible a los impulsos del exterior y a las necesidades de los demás, a
quienes dedica su corazón y abre su conciencia. El símbolo del Sol está formado
por un punto focal situado en el centro de un círculo que lo encierra. De la
misma forma, el yo (la autoconciencia) debe estar preparado para irradiar desde
este punto focal hacia su entorno, expandiendo continuamente su radio de
acción. El pensamiento semilla esotérico de Leo «Yo soy ése y ése soy yo.»
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 142
Virgo
Virgo está relacionado con las
funciones reales de la vida. En Tauro, el elemento tierra se manifiesta en la
conservación de lo existente y haciendo todo lo posible por evitar la pérdida,
la destrucción o el desperdicio de los recursos. En cambio, lo que Virgo
intenta por todos los medios es mantener el orden y cultivar la pureza en todas
las cosas y, con su trabajo asiduo y aplicado, cuidar de todo lo existente. En
Capricornio, el tercer signo de tierra, se establecen las leyes que deben
proteger la vida y el desarrollo en el mundo de las formas.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 155
Virgo es un signo de servicio
que, de forma consciente, procura hacer un correcto uso de las energías y las
formas.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 157
Virgo exige que demostremos
nuestra madurez interior y nuestro sentido de la responsabilidad hacia el Todo
ocupándonos de las pequeñas cosas de la vida. Pero si esta gran y profunda
tarea de Virgo pasa desapercibida, la propia autolimitación hace que sus
cualidades se endurezcan y degeneren. Entonces la persona no percibe las
grandes líneas del desarrollo ni el sentido profundo de las cosas y se queda
anclada en lo formal o estancada en un estado infantil. Algunas personas
nacidas bajo Virgo viven con una angustiante inquietud por su existencia, que
se traduce en un exagerado afán de seguridad material. Su mundo se convierte en
un microcosmos compacto y claramente delimitado. Cualquier cosa que no encaje
es rechazada y quien sobrepase los límites es criticado enérgicamente.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 159
Virgo se esfuerza por preservar
lo que crece en nuestro interior. Hace lo que sea necesario para garantizar la
seguridad en el interior y para que nada perjudicial o peligroso pueda
penetrar. Esto se ve claramente en el símbolo de Virgo, con sus tres arcos
cerrados que ocultan y protegen al ser interno. Virgo no descansa hasta que
tiene la certeza de que todo está en orden y de que ha hecho todo lo que debía
hacer. Antes de poder esperar con tranquilidad, cosechar los frutos y disfrutar
de ellos, y recibir la recompensa merecida, primero debe convencerse de que ha
cumplido con sus obligaciones, de que ha acabado su trabajo y de que ha
contribuido a la mejora de las condiciones del mundo. Saber esperar es una
virtud de Virgo pero, cuando no sucede nada durante un largo período de tiempo
y los frutos no aparecen, la capacidad de esperar puede convertirse en
resignación. Entonces Virgo puede quedar profundamente decepcionado porque cree
que todos sus esfuerzos, sus cuidados y su trabajo han sido en vano. Esta
crisis de sentido debe atravesarse una y otra vez. Pero se supera mejor tomando
conciencia de que no sólo los nacidos bajo Virgo sino todos los seres humanos y
todos los procesos vitales están sometidos a períodos de flujo y reflujo.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 161
Es bien sabido que Virgo
siempre encuentra algo que criticar en casi todas las cosas: algo que mejorar,
algo que pulir o algo que perfeccionar todavía más.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 164
Si Virgo dirige su capacidad de
detectar errores y defectos exclusivamente a su entorno inmediato, sus quejas y
sus críticas lo pueden convertir en una persona muy desagradable. Entonces pone
reparos a todo y nunca está contento con nada. Esta actitud puede degenerar en
una postura pesimista que niegue la belleza de la vida e impida su desarrollo.
Cuando la crítica se vuelve desmesurada y sólo se presta atención a lo negativo
y a los defectos, se puede dañar lo más valioso y precioso de una persona. El
ojo de Virgo repara con una gran facilidad en los defectos, los errores y las
imperfecciones, y no cesa hasta haberlos corregido. Siente el afán de arreglar
las cosas, cueste lo que cueste. Necesita recomponer y limpiar todo lo
estropeado. Lo exige la ley que habita en su interior.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 164
Virgo debe expandir su
espíritu. Debe liberarse de nimiedades y futilidades, debe ensanchar su esfera
personal tan firmemente delimitada y debe dedicarse a la consecución de ideales
más elevados. Esto le ayuda a no perderse en lo formal y en lo insignificante,
cerrar y a emplear sus habilidades para el bien de los demás y para el
beneficio de la totalidad.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 165
Virgo siempre muestra una gran
capacidad de sacrificio y una sincera disposición a ayudar.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 166
Diferenciar entre lo
irrelevante y lo importante, entre lo valioso y lo fútil, entre calidad y
cantidad, entre lo real y lo irreal. . . nos pone en contacto con las leyes
internas de la vida. Cuando Virgo es capaz de diferenciar correctamente, actúa
y vive con la confianza de que existe un poder superior y un orden vital
subyacente en todas las cosas. Esta profunda convicción le permite obedecer esa
ley interna de servicio inherente a Virgo y superar el miedo a la vida y a la
lucha existencial. Cultivar la confianza en la vida ayuda a tener una vida más plena.
Esto se consigue mediante la capacidad de diferenciación, la habilidad
analítica de Virgo que sabe qué es bueno y qué es perjudicial para sí mismo y
para los demás.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 166
Libra
Libra reacciona a las
oscilaciones que se producen en su entorno con la misma sensibilidad. Los
individuos Libra perciben las más ligeras desigualdades, captan los más leves
indicios de perturbación y pierden el equilibrio con gran facilidad.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 179
Libra es el signo del tú. Está
situado en la parte derecha del horóscopo, en la zona del tú y, en
consecuencia, tiene mucho que ver con el contacto y las relaciones humanas
(para más información sobre la división del cerrar horóscopo en zonas, véase
nuestro libro Las casas astrológicas). Sin un tú, o sea, sin un compañero,
Libra no se siente feliz. Siempre está buscando al compañero perfecto y quiere
encontrar un equilibrio verdaderamente armónico en las relaciones humanas, en
el amor y en el matrimonio. Normalmente, las crisis de desarrollo y de decisión
que hacen que Libra pierda el equilibrio se producen en el área de los
contactos. El amor puede darle la mayor felicidad pero también puede ocasionarle
el más profundo sufrimiento. De una forma o de otra, Libra siempre lucha por
amor, porque lo que más anhela es encontrar una pareja que lo comprenda
completamente, que lo cuide, que lo trate bien y que lo libere de todas las
preocupaciones existenciales. Pero, a menudo, valora a su pareja sólo en
función de la capacidad que tiene para satisfacer sus deseos y de servir a sus
propósitos (los de Libra). Y eso no es ver al otro como realmente es sino
contemplarlo desde el punto de vista de la utilidad y del aprovechamiento, lo
cual es una visión muy estrecha. Así no se puede percibir al compañero en su
verdadero ser ni en su auténtica profundidad y plenitud y, por lo tanto, el
verdadero amor no puede manifestarse.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 186
… si Libra encuentra pareja
antes de consolidar su propio yo, tiende a buscar el yo que todavía no ha
encontrado en la pareja y corre el peligro de vivir fuera de sí. Busca
estabilidad y seguridad en el otro pero sólo lo encuentra de forma transitoria.
Poco a poco, los rechazos y los desengaños le enseñan que, también en los
asuntos del amor, hay que ser uno mismo. Libra debe encontrar y mantener el
equilibrio interno en su propio centro. Debe evitar perderse en la persona
amada y agarrarse al tú creyendo que no puede vivir sin la otra persona.
Precisamente por amor, debe «soltar» al tú y darle la libertad de ser él mismo.
Sólo así puede florecer el verdadero amor. Cuando Libra ha llegado a estar en
sintonía consigo mismo y se comporta de forma auténtica, cuando ha encontrado
su propio centro y consigue mantenerse en él, entonces irradia un equilibrio,
una seguridad y una calma superior que infunden confianza a sus semejantes. Es
entonces cuando puede formar parte de una verdadera relación de pareja en la
que ambas partes se ayudan y se complementan mutuamente.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 187
Escorpio
En Escorpio, el ser interior o
la conciencia del verdadero yo empuja hacia fuera y lucha contra las formas
creadas hasta ese momento. Escorpio es un signo de crisis, de conversión, de
reorientación y de transformación. Y el primer paso de este proceso es la
destrucción del equilibrio y de la armonía alcanzado en el signo de Libra. La
ley de la vida y del desarrollo está en plena actividad y ocasiona las eternas
transformaciones del mundo de la forma.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 204
Una de las principales
lecciones que Escorpio debe aprender es que en el proceso de desarrollo no se
permite ni el apego ni el estancamiento, ni tampoco existe ningún tipo de
seguridad absoluta. Por el contrario, lo que se requiere es un constante
esfuerzo por avanzar y la capacidad de reaccionar de forma flexible ante las
transformaciones que exija la vida. Escorpio debe aprender a sentirse seguro en
la inseguridad. Esto es lo que se llama estado de conciencia continua. Pero
este estado sólo se alcanza cuando la conciencia está en constante movimiento y
cuando no está sujeta a nada, es decir, cuando fluye sin cesar.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 204
Para mantener la conciencia en
movimiento, Escorpio pasa una y otra vez por procesos de muerte y renacimiento.
Debe liberarse de las dependencias materiales y aprender a vivir con
incertidumbres. Escorpio crea constantemente nuevas formas y se aferra a ellas
con intensidad pero, al cabo de un tiempo, se ve forzado a destruirlas porque
ya no le satisfacen e impiden su desarrollo.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 204
La vida de la persona nacida
bajo Escorpio es una lucha constante y está llena de inseguridades, dudas,
contradicciones y crisis espirituales. El progreso espiritual interior está
regido por la ley del desarrollo y, por lo tanto, el crecimiento debe ser
continuo y no hay posibilidad de agarrase a lo seguro. Hay que permanecer en
movimiento, no se puede estar parado. Escorpio es el «punto muerto» o el punto
de reposo de todo el zodíaco. Tan pronto como nos paramos y nos aferramos
ansiosamente a viejos derechos o creemos que nos podemos relajar,
simbólicamente recibimos un «empujón».
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 207
Mantener la moderación es algo
muy difícil para Escorpio pero esa es, precisamente, una de sus tareas más
importantes en la vida.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 209
La idea esencial de Escorpio es
triunfo o renovación. También puede expresarse como «muerte y renacimiento»
pero, con frecuencia, Escorpio se olvida del renacimiento y se pierde en su
propia autodestrucción, autoinculpándose y clavándose su propio aguijón. En
Escorpio se pone de manifiesto la polaridad entre las fuerzas de la vida y las
de la muerte. Esto ocasiona un permanente conflicto entre la vida y la muerte,
entre el placer y la renuncia, entre la atracción y el rechazo, entre el amor y
el odio, etc.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 210
La constante renovación y la
continuidad del renacimiento y de la vida deben desplazar las influencias
destructivas y unilaterales. Entonces Escorpio se convierte en un «discípulo
triunfante» que puede seguir el camino hacia la verdadera individualización en
Sagitario.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 210
Una vez que hemos llegado a ser
conscientes de nuestro ser interior, bien sea porque hemos tenido un momento de
iluminación o porque, debido a algún golpe del destino, hemos experimentado la
falta de sentido de las satisfacciones exclusivamente externas, entonces nos
damos cuenta de que debemos adoptar una nueva actitud y aspirar a una
transformación fundamental. Esto es algo que se produce de una forma especial
durante el mes de Escorpio. Esta transformación se conoce como «la experiencia
de Damasco», en la que «Saúl se convirtió en Pablo». Normalmente empieza con el
abandono de lo alcanzado y con la renuncia a continuar con los hábitos de vida
que tan fuertemente arraigados estaban. Es una exigencia nada habitual para el
yo que, por lo general, tiene la tendencia a aferrarse a las posesiones y a lo
establecido. La renovación depende del cumplimiento de esta exigencia. En este
proceso, debemos derribar las barreras que se van formando continuamente y
rasgar el velo para llegar a lo esencial. Desde nuestro centro interior, caemos
de nuevo, una y otra vez, en las distintas formas de nuestro «pequeño yo» y,
cada vez, la única forma de regresar a la unidad de la vida es dando una media
vuelta o realizando un salto arriesgado. El salto hacia el centro interior pone
en marcha el proceso de muerte y renacimiento que exige la renuncia y, en
ocasiones, incluso la destrucción de las cosas que nos ligan a este mundo. Este
temor al salto al vacío es un miedo constante de los nacidos bajo el signo de
Escorpio, pues saben que algún día también deberán realizar el salto. Saben que
algún día deberán dejarlo todo, que lo perderán todo (incluso a sí mismos) para
pasar a esta nada y a este «morir». El miedo a la nada se alza como un espectro
frente a esta gran experiencia que, a menudo, se supera en un momento dramático
y desesperado: muchas veces sólo cuando no hay otra escapatoria. Tras esta gran
experiencia, no queda nada más que el «yo soy», que no desaparece en este
proceso de transmutación sino que continúa existiendo. Después de esta
transformación interna, incluso se convierte en la única realidad que
verdaderamente puede ser experimentada y, como el ave fénix, emerge purificado
desde las cenizas hacia la vida. Es la victoria triunfante tras la lucha. Como
se expresa en los antiguos textos, Escorpio se convierte en un «discípulo
triunfante». Renace desde el espíritu.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 213
Sagitario
En el signo de Sagitario, la
lucha entre la personalidad y el alma se traslada a una espiral superior. La
luz interior penetra cada vez más en la conciencia y se expande sobre todo en
la mente. Se percibe una visión superior y, en algunos casos, puede incluso
hablarse de mente iluminada por la intuición. En Sagitario se desarrolla un
verdadero pensamiento independiente, libre de las normas del colectivo y de
objetivos egoístas. Esta elevación hacia lo suprapersonal permite penetrar en
las dimensiones superiores de la mente, reconocer las verdaderas proporciones
de los asuntos y percibir las interconexiones esotéricas, con lo cual se puede
encontrar la correcta orientación y se pueden establecer los objetivos
adecuados.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 226
Sagitario siempre persigue
nuevas metas y nuevas verdades, nunca está satisfecho con lo conseguido y
aspira incesantemente a un mayor conocimiento.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 228
Si Sagitario apunta
correctamente, acierta en el blanco. En la vida, esto se muestra con un
especial, aunque no siempre afortunado, amor por la verdad. Cuando Sagitario
reconoce una verdad, le resulta muy difícil guardársela. Prefiere anunciarla al
mundo entero. Y, aunque esa verdad o conocimiento afecte a otras personas, en
algún momento la expresará con total serenidad, sin pensar que al hacerlo puede
herir a otras personas. En realidad, incluso puede llegar a sorprenderse si
alguien se toma esto a mal. Aunque lo hace sin mala intención, siempre pone el
dedo en la llaga y siempre da en lo esencial de una materia o de una persona.
Esto le crea continuas dificultades con el entorno hasta que, con el sabio uso
de su intelecto, aprende a emplear esta capacidad de manera dosificada. Una vez
conseguido, su capacidad de valoración y su fuerza mental se orientan sólo
según principios de moderación y corrección, y siempre evita herir o perjudicar
a los demás. La motivación de ayuda a los demás y el sentido de justicia del
individuo Sagitario evolucionado no permiten que se exprese con una dureza
excesiva, para disfrazar sus verdaderas intenciones. Entonces es capaz de
justificar la satisfacción de sus propios deseos o sus ambiciosos planes con
profundos argumentos filosóficos, contra los cuales es difícil objetar algo, es
decir, se convierte en un demagogo. Como necesita mantener las apariencias
frente al entorno, le resulta muy difícil admitir que se ha equivocado. Con
facilidad se pierde en complicados procesos mentales, se sitúa en un alto pedestal
y mira a los demás despectivamente. Estos son algunos rasgos negativos de
Sagitario que también deben tenerse en cuenta para completar el cuadro.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 229
El anhelo de lo lejano y lo
distante, y el ansia de libertad ilimitada son características que permanecen
siempre constantes en el interior de Sagitario. Por eso su vida siempre tiene
algo de intranquilidad, de inestabilidad y de constante variedad. «Algo» está
siempre empujándolo. Nunca tiene tranquilidad, necesita cambios y variedad para
poder desarrollarse.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 235
Júpiter, el regente exotérico,
otorga a Sagitario un carácter jovial, justo y leal. Es un auténtico filántropo
y sabe tanto lo que es bueno para él como lo que es bueno para los demás. Es
afortunado por naturaleza y, por lo general, sabe vivir bien. Ama la vida y
desprende un gran optimismo aunque éste, en ocasiones, no esté demasiado justificado.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 236
Sagitario debe comprobar la
validez de sus pensamientos y de su concepción del mundo contrastándolos con la
dura realidad.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 237
La principal herramienta de
Sagitario para ser eficiente en el mundo es su capacidad de pensamiento.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 239
Sagitario es el último signo de
fuego del zodíaco. Todos los signos de fuego tienen que ver con la
individualización y con el proceso de llegar a ser uno mismo. Recordémoslo: el
impulso hacia la manifestación parte de Aries, en donde siempre empieza el
proceso de desarrollo. En Leo nos presentamos tal como nos percibimos y nos
mostramos al mundo tal como somos. En Sagitario, lo esencial son los procesos
de toma de conciencia.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 241
Capricornio
El signo de Capricornio se
encuentra en la posición más alta del zodíaco. Representa el punto máximo del
desarrollo del ser humano y las metas espirituales más elevadas que éste puede
alcanzar. También simboliza el estadio final de un proceso de desarrollo y el
principio de un nuevo período. Desde el punto de vista astrológico, marca el
comienzo de un nuevo cuadrante y, bajo la perspectiva espiritual, indica el
inicio de un nuevo estado de conciencia. En este sentido, debe recordarse que
el cambio de año se produce en Capricornio.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 251
Desde el punto de vista
espiritual, el signo de Capricornio es un símbolo de iniciación. Una iniciación
en la que, mediante la energía de la voluntad, el ser humano obtiene poder y
autoridad espiritual, y se libera de las influencias ajenas y las presiones
externas. Sin embargo, esto sólo es posible con un nivel de autoconciencia
evolucionado. Este nivel de conciencia presupone la existencia de capacidad de
pensamiento independiente y la formulación de una concepción del mundo y una
ética propias,
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 252
La fuerza saturnina de Capricornio
atrae, concentra, centraliza, reúne y conserva lo que ha devenido. Moldea
estructuras firmes, duras y resistentes, y forma esencias. Después esas
energías de voluntad concentradas le permiten conseguir unos efectos profundos
y decisivos.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 253
La concentración de las fuerzas
del yo hace que, a menudo, Capricornio sea egoísta. Es ambicioso, quiere
aventajar a los demás y no tolera a nadie a su lado. Quiere ser el único en
ostentar el poder para triunfar sobre los demás y para disfrutar de los
placeres de lo conseguido.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 253
Saturno, el planeta de la
cristalización y de la forma, es el regente exotérico y esotérico de
Capricornio. En el plano físico, Saturno se manifiesta como el delimitador y
como el gran educador. En el proceso de crecimiento espiritual actúa como el
Morador del Umbral, que nos preserva de dar pasos de los que sólo podríamos
salir ilesos con una firme conciencia de la realidad. En Capricornio tienen
lugar tres experiencias: la del valle, la del llano y la de la cumbre o
transfiguración. En Capricornio, el ser humano tiene los pies en el suelo pero,
al mismo tiempo, puede moverse libremente y escalar hasta las alturas de la ambición
mundana o de la aspiración espiritual. Una vez en la cumbre, cuando ya ha
alcanzado sus deseos y la expansión ha llegado a su punto más alto, entonces
Saturno actúa, formándose la piel para conservar lo que ha devenido. Se origina
una forma pulida y dura que es la fase final del proceso de desarrollo. Éste es
el símbolo de una personalidad completa y de una individualidad plenamente
consciente, a través de la cual actúa el alma, y que se debe ofrecer a la luz
interior, al Plan o al servicio a la humanidad. Esta transformación se llama
«la transfiguración de la montaña». Saturno se convierte en el Gran Iniciador,
conduciendo al ser humano a una nueva conciencia de sí mismo y de su propósito
en la vida como parte del Plan. Sin embargo, si la dureza de la cristalización
es excesiva, con facilidad puede convertirse en negativa y entonces se
exterioriza en forma de egoísmo y de actitudes materialistas. En el plano
espiritual, esto se pone de manifiesto en la soledad de una unidad individual
completa. Pero precisamente en esta forma rígida es donde Capricornio debe
probar su poder de penetrar en la esencia de todas las cosas. Si quiere
penetrar en lo esencial, es decir, si quiere llegar al verdadero yo, debe
conseguir que la forma que ha construido sea transparente y debe ser capaz de
romper el caparazón. Saturno representa el delimitador, la corteza o la piel y,
desde el punto de vista esotérico, es el Morador del Umbral a quien Capricornio
encuentra y debe superar tanto a nivel físico como en el plano de la
conciencia. A la vez, Saturno es también el Gran Iniciador que, una vez
aprendidas las lecciones, superadas las pruebas y pagadas las deudas, nos abre
la puerta hacia una conciencia superior. Capricornio también simboliza la
finalización de un proceso. En ocasiones se utiliza la cima de la montaña como
símbolo de Capricornio. Esotéricamente recibe el nombre de signo de «la
detención periódica» porque no se puede ascender más allá. Para realizar un
nuevo intento, el ser humano debe descender de nuevo al «valle de la vida».
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 260
Acuario
Si el proceso de desapego va
demasiado lejos, Acuario se pierde en utopías e ideas para mejorar el mundo que
no pueden realizarse por ser demasiado futuristas o bien no se toma nada en
serio o se cree superior a los demás y se convierte en un excéntrico o un
chiflado arrogante que no hace nada productivo. Se vuelve desconfiado y
exageradamente difícil de contentar. Entonces, por ejemplo, sólo se relaciona
con gente que considera en su mismo nivel de evolución y desarrolla un erróneo
espíritu elitista que rechaza bruscamente cualquier tipo de contacto con
personas «inferiores». Sus semejantes dejan de tener valor. Su ego se hincha y
su frío esnobismo acaba aislándolo en una «torre de marfil». Si Acuario llega a
tales extremos, se cree tan puro y santo que es incapaz de participar de una
forma activa en la vida. Sólo se interesa por sus ideas y su bienestar. Todo lo
demás le pasa desapercibido o lo rechaza con orgullo. Se aleja de cualquier
tipo de experiencia, se distancia de la vida y queda absorto en un mundo
imaginario. Si, por creerse superior al resto de los mortales, Acuario acaba
aislado de los demás (cosa que ocurre muy a menudo), finalmente se ve inmerso
en una crisis anímico-espiritual. Entonces se da cuenta de que no hace nada
productivo, de que solo no es capaz de nada y de que está separado de la
corriente de la vida. En la crisis saborea su impotencia hasta que su orgullo y
su arbitrariedad desaparecen. Sólo así emprenderá el camino de buscar a los
demás para encontrar con ellos soluciones útiles a los problemas existentes.
Debe aprender a unirse y a cooperar con los demás. El amor y la verdadera
necesidad devuelven a Acuario a su propio centro.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 283
Para evolucionar, Acuario debe
encontrar un grupo.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 285
Acuario no es un escalador de
cumbres como Capricornio. Está por encima de las cosas desde el principio.
Urano y Saturno, como regentes exotéricos, hacen que Acuario siempre esté en la
frontera entre lo real y lo posible. Pero quiere cruzar esa frontera para
penetrar en nuevas dimensiones. Una vez atravesada, empieza el efecto de
Júpiter y, bajo su influencia, es capaz de ver la correcta proporción de las
cosas. Su autoconciencia egocéntrica se expande hacia una conciencia universal
o de grupo, a través de la cual llegará a la síntesis final con la conciencia
cósmica en el signo de Piscis.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco:
Reflexiones y Meditaciones, página 287
Acuario aspira a establecer
lazos de amistad manteniendo su singularidad personal.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 288
Desde la perspectiva esotérica,
la conciencia de grupo florece en Acuario y se traduce en un comportamiento
humanitario hacia los más débiles. La conciencia de grupo también puede
definirse como conciencia social. Esta es la tónica de la nueva era y debe
servirnos como hilo conductor para el trabajo en grupo. La persona imbuida del
espíritu de Acuario renuncia a sus intereses personales en beneficio de la
totalidad pero mantiene y preserva su propia identidad.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 289
Piscis
El individuo Piscis es de tipo
emocional. Es capaz de captar los más tenues matices de los sentimientos y las
más sutiles emociones internas. Es muy sensitivo y muy sensible. Piscis es el
signo de la devoción y la entrega y, como consecuencia de esto, las personas
Piscis tienden a identificarse con lo que aman. Esta identificación puede ser
tan grande que incluso llegan a perderse en medio de ese amor devoto y,
entonces, con una autoentrega que roza la sumisión, hacen lo que sea por la
persona amada.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 304
En el signo de Piscis anhelamos
llegar a un final, ansiamos sentirnos en paz y tranquilos, aspiramos a encontrarnos
en un país en el que «se hable nuestro idioma», nuestro país natal divino. Por
eso, de vez en cuando surge aquí el deseo de muerte. Pero, al mismo tiempo,
también están ocultas las fuerzas de una nueva vida y de un nuevo comienzo.
Piscis es el signo del retorno al hogar del Padre de donde un día nos fuimos:
el lugar donde empezó nuestro viaje a través de la vida. Es el signo donde la
vida y la muerte, el comienzo y el fin, están secretamente en contacto, donde
lo viejo se une con lo nuevo. Cuando lo viejo ha pasado o ha desaparecido,
anhelamos algo nuevo que vuelva a animarnos y que nos permita progresar hacia
delante. ¡La idea de progresar tiene relación con los pies, que están regidos
por Piscis!
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 306
En Piscis anhelamos una
conciencia libre de necesidades terrenas.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 309
La inclinación mística de
Piscis hace que busque lo más elevado en todas las cosas. Quisiera borrar la
realidad objetiva y darle otro significado. Por una parte busca cosas fuera de
lo común, lo cual, a menudo lo convierte en un gran idealista y místico y, por
otra parte, tiende a interpretar la vida dándole otro sentido a la realidad. Si
esto se exagera, su actitud puede convertirse en una mentira vital y entonces
su vida no concuerda con sus ideas. Piscis está inmerso en la gran oposición
entre espíritu y materia, y le resulta difícil encontrar la forma de unir ambos
polos. Ésta es la experiencia de dualidad que ocasiona problemas psicológicos y
crisis espirituales, tanto a Piscis como al resto de signos mutables.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 312
La inclinación mística de
Piscis hace que busque lo más elevado en todas las cosas. Quisiera borrar la
realidad objetiva y darle otro significado. Por una parte busca cosas fuera de
lo común, lo cual, a menudo lo convierte en un gran idealista y místico y, por
otra parte, tiende a interpretar la vida dándole otro sentido a la realidad. Si
esto se exagera, su actitud puede convertirse en una mentira vital y entonces
su vida no concuerda con sus ideas. Piscis está inmerso en la gran oposición
entre espíritu y materia, y le resulta difícil encontrar la forma de unir ambos
polos. Ésta es la experiencia de dualidad que ocasiona problemas psicológicos y
crisis espirituales, tanto a Piscis como al resto de signos mutables. Esta
dualidad queda ilustrada en el símbolo de los dos peces y se manifiesta en la
confrontación entre el alma y la personalidad. También son las «dos almas que
viven dentro de mí» (como se expresa en los versos que Goethe puso en boca de
Fausto, haciendo referencia a dos partes del ser). Una parte de Piscis quiere
entregarse y quedar absorbida en el todo, porque ese todo representa para él el
Todo. Es el anhelo del místico de alcanzar la conciencia cósmica. No teme
perderse porque interiormente sabe que en el Todo se encontrará otra vez a sí
mismo. En cambio, la otra parte quiere continuar siendo él mismo. Quiere
experimentar la individualidad en su forma más elevada pero teme el aislamiento
y la soledad que toda conciencia individual debe aprender a soportar.
Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y
Meditaciones, página 313