Aries


En Aries aparece la voluntad de vivir y, de esta forma, se da el primer paso hacia la encarnación. Según un antiguo enunciado, Aries «despierta la voluntad de llegar a lo más bajo para, una vez allí, controlar, conocerlo todo y enfrentar todas las experiencias».

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 43



En su libro Astrología esotérica, Alice A. Bailey observa que, para Aries, hay cuatro notas clave que imparten la misma idea:
1. Expresa la voluntad de ser y hacer.
2. Desarrolla el poder de manifestar.
3. Entra a luchar por el Señor.
4. Llega a la unidad por medio del esfuerzo.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 43


En el zodíaco, con Aries comienza el gran ciclo de lucha hacia la expresión. Empieza el proceso de llegar a ser uno mismo. La fuerza del yo se expresa de forma impetuosa pero, con frecuencia, de una manera todavía poco pulida. Aries es impulsivo, emprendedor y entusiasta. Irradia fuerza y energía, y muestra coraje e intrepidez incluso en situaciones desesperadas. Los nacidos bajo Aries van siempre hacia delante y tienen la capacidad de entusiasmar a los demás. Son pioneros que colaboran activamente en el progreso del mundo pero que se preocupan muy poco por las consecuencias de sus acciones. Aries actúa primero y piensa después. Quiere obtener el éxito inmediato y de un sólo golpe, y tiene muy poca paciencia para tareas a largo plazo. Necesita el elemento vivificante de la acción fresca y única y, por lo general, consigue las cosas al primer intento.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 44


Uno de los aspectos que Aries debe cultivar es la capacidad de moderar y dosificar sus fuerzas, y ésta es una tarea en la que trabaja a lo largo de toda la vida.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 45



La tarea espiritual de Aries consiste en derribar los límites endurecidos y superar los muros y las barreras levantadas por el miedo para que la vida pueda progresar y desarrollarse.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 45


La formación del yo En Aries comienza el desarrollo del yo. Pero para avanzar en el proceso de desarrollo se necesita un centro fuerte: se requiere seguridad interior. Si nuestro yo no está aun suficientemente desarrollado, ahora podemos cerrar trabajar en su construcción, por ejemplo, liberándonos de las dependencias excesivas de nuestro entorno y aceptándonos tal como somos en realidad. Si queremos tener éxito en la vida, necesitamos una forma adecuada para funcionar en el mundo, es decir, un yo fuerte y resistente. Si no lo tenemos, las influencias externas nos afectan excesivamente y nos convertimos en juguetes del entorno. Pero si el yo es demasiado fuerte existe el peligro de que cristalice y, en ese caso, la forma está tan cerrada que nada puede entrar ni tampoco salir. Una persona así es cautiva de la forma de su yo. Es como si estuviera en una prisión: no está abierta a sus semejantes ni es permeable a la irradiación de su ser interior. En el mes de Aries podemos emplear la fuerza impulsiva ariana para derribar los muros que, en errónea autodefensa, hemos erigido a nuestro alrededor. Por lo general, el individuo Aries tiene una clara conciencia de sí mismo. Aries es el primer signo de la cruz cardinal y es completamente natural que una persona con énfasis en este tipo de energía se sienta impulsada a la actividad por fuerzas internas y externas, con el propósito de crear un mundo nuevo y mejor. Pero siempre existe el peligro de que, debido a una ambición derivada de un exceso de énfasis en el yo, intente sobrepasar a los demás en algún ámbito, bien sea en conocimientos, en cultura, en su propia profesión o en cualquier otro aspecto. Entonces, con mucha facilidad, se cae en una sobrevaloración de la propia importancia personal, surge un espíritu de competitividad insano y se producen luchas de poder. Con frecuencia, la fuerte tendencia a la extroversión de Aries lo lleva a intentar resolver los problemas y los conflictos mediante enfrentamientos con el mundo exterior, en lugar de hacerlo en su interior. Generalmente, atribuye el éxito que obtiene en el mundo a sus propias fuerzas y sobre esto construye su autoconciencia. Pero, en las personas espiritualmente orientadas, lo esencial es el nuevo nacimiento, es decir, el nacimiento del verdadero yo: el yo que forma parte del ser eterno. En el mes de Aries podemos abrirnos y prepararnos de forma especial para este nuevo nacimiento. En muchas situaciones, volver al punto de inicio puede ser de gran ayuda. Allí podemos efectuar correcciones, rectificar errores y empezar de nuevo. Nuestro punto de partida es el yo interno: el verdadero yo. En él podemos encontrar toda la ayuda que necesitamos: una ayuda que proviene de nuestra más profunda fuente de vida. Esta fuente de energía nos da la fuerza que nos permite experimentar el «yo-soy» y nos conduce al «yo-quiero» y al «yo-puedo». Nos damos cuenta de que somos útiles y de que nuestra aportación es valiosa. Con esta certeza interior nuestras fuerzas crecen y nos sentimos capaces de eliminar los estados no deseados y de crear un nuevo orden, tanto en nuestro interior como en nuestro entorno, para que la nueva vida que tiene su comienzo en Aries pueda prosperar.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 47



El ser o el yo recién nacido que se manifiesta por primera vez en Aries todavía no está completamente formado, es inseguro, se lo puede herir con facilidad y se siente amenazado por fuerzas desconocidas. Necesita apoyo y ayuda desde fuera y desde dentro. Si el entorno ejerce un efecto demasiado intenso en este pequeño ser, acabará construyendo un mecanismo de defensa para protegerse. Esto es perfectamente natural y comprensible en la infancia pero, si esta situación continúa en el adulto, existe el riesgo de perder la propia forma de ser. Quien está demasiado ocupado protegiéndose del mundo exterior o quien quiere satisfacer todas las demandas externas, no tiene tiempo para conocer, desarrollar y fortalecer su propia naturaleza, ni para establecer una relación con el mundo externo que esté en sintonía con su ser interior.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 50


Si no dejamos de estar condicionados y limitados por los patrones de conducta formados durante la niñez, no podremos avanzar en el crecimiento espiritual. Durante los primeros años de vida, debido a la educación y a las exigencias de adaptación al entorno, se construyen las «formas aparentes del yo» que, a menudo, tienen cerrar muy poco que ver con el yo interior. En determinado momento del proceso de desarrollo, para poder llegar a ser verdadera y honestamente uno mismo, hay que liberarse de estas formas de defensa y de todo tipo de imágenes demasiado idealistas sobre uno mismo. Los mecanismos de defensa y las formas aparentes del yo pueden haber sido de gran valor hasta determinado momento pero, como adulto, deben abandonarse para que el verdadero yo pueda surgir y realizarse. Es un proceso difícil pero necesario. Durante mucho tiempo creemos que debemos defender la imagen que nos hemos creado de nosotros mismos. Creemos que esas máscaras o roles nos protegen pero, en realidad, no son más que un autoengaño. Nos hemos distanciado tanto de nuestra esencia que, al final, nos sentimos enajenados. Entonces vivimos con el miedo a que los demás lo descubran. Nuestra inseguridad, nuestra confusión y nuestra soledad se esconden tras miles de máscaras. El simple pensamiento de que otros puedan darse cuenta de nuestros puntos débiles nos sobrecoge y nos da miedo: por eso nos cerramos. Desesperados, inventamos continuamente nuevas fachadas bajo las que podamos escondernos y en donde nos sintamos protegidos de las escudriñadoras miradas del exterior.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 50


De una forma mucho más clara que en cualquier otro signo, en Aries se hace evidente que todo está iniciado, causado u originado por uno mismo.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 53


De una forma mucho más clara que en cualquier otro signo, en Aries se hace evidente que todo está iniciado, causado u originado por uno mismo. Todo lo que Aries piensa se ve impulsado hacia la manifestación y la realización, y sólo Aries puede deshacer las formas mentales de miedo, depresión y desaliento que él mismo creó empleando la misma fuerza creativa que utilizó para erigirlas. Por eso, las personas en las que predomina la energía ariana están sujetas a un constante ir y venir, oscilan entre la construcción y la destrucción de formas y muestran fluctuaciones sentimentales maníaco-depresivas que son muy difíciles de controlar.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 53


Los textos esotéricos se refieren a Aries como «el lugar donde nacen las ideas divinas».

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Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 54

  
Tauro


Normalmente se considera que Tauro está más interesado en los valores materiales de la existencia. Veamos las cualidades del signo de Tauro más de cerca y exploremos las conexiones. El signo de Tauro pertenece a la cruz fija y es un signo de tierra, por lo tanto, los nacidos bajo el signo de Tauro tienen una voluntad constante, son perseverantes, resistentes y poseen una naturaleza de deseos intensa. Ésta última puede dirigirse tanto a asuntos materiales como espirituales. La naturaleza de deseos o naturaleza emocional de una persona es el aspecto inferior de la voluntad espiritual y tiene un efecto rotundo cuando se dirige hacia un objetivo específico. A Tauro puede costarle decidirse por algo pero una vez lo ha hecho y su ambición y su interés han despertado, difícilmente renuncia a su propósito. Con su concentrada fuerza de voluntad puede conseguir con relativa facilidad cualquier cosa que se proponga. Con la influencia de Tauro, el cuerpo de deseos tiene la capacidad especial de «incorporar».

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 67


Cuando Tauro ha percibido una idea espiritual, hará todo lo posible para hacer realidad ese ideal en la vida diaria. Ningún sacrificio ni ningún esfuerzo son demasiado grandes cuando están al servicio de propósitos espirituales. La consecución de un logro y la realización de un ideal siempre están relacionados con algún tipo de sacrificio en el que lo más pequeño se entrega por alcanzar lo más grande.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 69


La iluminación Hay dos notas clave para Tauro: la fuerza del deseo en el plano material y la iluminación en el plano espiritual. La iluminación llega en un estadio avanzado cuando la pequeña voluntad personal se ha unificado con la voluntad divina. Entonces Tauro posee el «ojo uno» iluminado que, de forma imperturbable, mantiene la mirada en la luz de la meta final. Esto es lo que se denomina contemplación o continuidad de conciencia. El Buda (nacido en el mes de Tauro) es un ejemplo de ello. El pensamiento semilla esotérico de Tauro «Veo y, cuando el ojo está abierto, todo se ilumina.» Tauro debe llegar a ver. La ceguera debe dar paso a la visión espiritual, es decir, a la correcta la orientación interior. Finalmente, esto disipará las ilusiones y los espejismos autogenerados, y la autocompasión que le atormenta cuando no puede conseguir lo que quiere. En el mes de Tauro deberíamos cultivar nuestra visión espiritual porque eso vitalizará nuestras actividades, purificará nuestros sentimientos y elevará nuestra mente. Llegamos a la comprensión de que la única posesión valiosa que podemos tener es una motivación o una meta espiritual que nos preserve de hundirnos en el materialismo. La ceguera del deseo necesita la dirección de una visión espiritual. La mente debe estar iluminada para las cuestiones espirituales. El ojo debe abrirse hacia arriba para poder ver lo que debe hacerse a continuación como parte de la realización del Plan. En cambio, hacia abajo, hacia el lado material de la vida, habría que estar ciego para que las necesidades materiales y los miedos no nos aparten de nuestro camino. Éste es el reajuste de luces que se produce tan pronto como el ser humano despierta y ve espiritualmente. Cuando Tauro ve, sabe exactamente qué debe hacer. El camino se muestra claro e iluminado (la oscuridad, la soledad y la desesperación se terminan). Se vuelve receptivo a las necesidades de los demás y también a su dirección interna, que le da correcta orientación. Ya no cerrar embiste ciegamente hacia delante sino que recorre el camino de la liberación con plena comprensión (el camino que le conduce a su propia liberación y que, al mismo tiempo, le estimula a realizar actividades que conllevan la liberación de otros). De esta forma se convierte en un valioso colaborador del Plan, trabajando en grandes proyectos para aliviar las necesidades de la humanidad y para establecer mejores condiciones para todos en esta Tierra. En antiguos textos, Tauro se describe como «el Ojo de la Iluminación», «la Madre de la Revelación», «el Intérprete de la Voz Divina» y también como «el Buda Iluminado».

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 78


 Géminis


Como Géminis es un signo mutable y de aire, sus energías lo penetran todo. Las energías fluyen por las ramificaciones de todas las áreas de la vida en una variedad de manifestaciones.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 90


En Géminis empieza el desarrollo de la dimensión del tiempo. En este signo, espacio y tiempo se encuentran. Como podemos recordar, en Tauro nos creamos un espacio. Ahora, en Géminis, podemos movernos en este espacio. Géminis no puede quedarse sentado en un sitio: va hasta el objeto más próximo y lo estudia, quiere conocerlo de cerca, saber cómo está construido y de qué está hecho. Al movernos en el espacio nos encontramos con personas y nos damos cuenta de que no estamos solos. Los vecinos, los hermanos, los parientes y los conocidos están cerca de nosotros, y cuando nos acercamos a ellos siempre experimentamos y aprendemos algo. Si nos abrimos a nuestro entorno con una conciencia despierta y una inteligencia activa podemos aprender mucho. En el mes de Géminis recogemos información y conocimientos. Pero también podemos averiguar algo sobre nosotros. Podemos preguntarnos: ¿Qué piensan los demás de mí? ¿Cómo valoran mi comportamiento? En Géminis no sólo se encuentra a los demás sino que también es posible hallarse a uno mismo.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 91


Penetrar en la verdadera y profunda esencia de Géminis es difícil porque, muy a menudo, se muestra distinto de como es en realidad. Por una parte puede mostrarse ligero, adaptable y diplomático, y por otra puede exhibir un carácter astuto e ingenioso. Sus principales problemas son la dualidad y la multiplicidad, y éstas son también sus pruebas en el camino espiritual. Puede perderse con gran facilidad en la gran variedad del mundo de las formas y dejar de percibir las diferencias de valor. Entonces considera equivalentes cosas que cualitativamente son distintas y pierde el sentido de la proporción. Esto hace que, muchas veces, no se dé cuenta del valioso significado interno de las cosas, las personas o las ideologías.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 92


Géminis no debe buscar las fuentes de la fuerza espiritual en el mundo externo ni en personalidades importantes e influyentes ni en lo que alguna autoridad o institución haya dicho ni en lo que pueda leer en un libro. Debe buscarlas en su propio interior. Esta búsqueda del significado real y del verdadero propósito caracteriza la vida del individuo Géminis espiritualmente orientado.

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Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 95


Géminis no debe buscar las fuentes de la fuerza espiritual en el mundo externo ni en personalidades importantes e influyentes ni en lo que alguna autoridad o institución haya dicho ni en lo que pueda leer en un libro. Debe buscarlas en su propio interior. Esta búsqueda del significado real y del verdadero propósito caracteriza la vida del individuo Géminis espiritualmente orientado. La dualidad le lleva a menudo por caminos erróneos. Comete errores de valoración, otorga a todo la misma importancia, pierde el sentido de la proporción, se dedica a cosas fútiles y se relaciona con personas que tienen éxito externo y no prestan ninguna atención al mundo interior (a quienes, además, sin darse cuenta, toma como modelos). Por otro lado tiene tendencia a evaluarse a sí mismo equivocadamente y a engañarse hasta que se da cuenta de que no está en el camino correcto. De esta manera, la autoexperimentación y el reconocimiento del verdadero yo quedan limitados. Aparece la inclinación a autojustificarse constantemente y a creer que se está en cerrarlo cierto.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 95



Géminis quiere estar presente en todas partes. Géminis quiere ser aceptado, reconocido y amado pero, con frecuencia, en el trato con el mundo, una parte esencial de su realidad interior queda escondida (por lo menos mientras piense que debe comportarse según lo que le dicten los demás o de acuerdo con la opinión prevaleciente). No obstante, tan pronto como se da cuenta de que hay otras posibilidades aparte de las postuladas por las normas colectivas o las determinadas por las corrientes de moda empieza a confiar en su propio pensamiento y en su propia capacidad de valoración.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 96


Debido a la inseguridad o a la inmadurez interna, Géminis se identifica con demasiada facilidad con lo que le llega de fuera, es decir, con las impresiones, las opiniones y el saber de otras personas. Cree ser todo eso y, poco a poco, se va distanciando cada vez más de sí mismo. Vive en el llamado «yo aparente», que representa a su otro ser: un ser que debería reconocer como algo que está fuera de su interior y que, a menudo, no tiene nada que ver con su verdadera esencia. Pero una vez que empieza el proceso de distanciarse y liberarse de todo esto, ese «yo aparente» se desvanece. Entonces, como dice el pensamiento semilla, su verdadero yo crece y resplandece. Por eso, para llegar a ser quien verdaderamente es, Géminis debe liberarse de las funciones de superego del colectivo y reconocerlas como algo ajeno a su naturaleza esencial.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 98


En el signo mutable de Géminis siempre hay procesos en marcha, siempre sucede algo y no hay nada que sea estático ni fijo. En Géminis debe aspirarse a alcanzar una adaptación dinámica.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 102



Géminis siempre tiene dos o más puntos de vista sobre un determinado asunto. Esto puede ser de gran ayuda, sobre todo para aquéllos que se creen el centro de su mundo y de vez en cuando se ven asaltados por trágicas dudas sobre sí mismos. Géminis sabe que toda medalla tiene su reverso y que en todas las cosas puede encontrarse algo positivo.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 105



Cancer


El signo del colectivo Cáncer es el signo de la pertenencia a un colectivo, a un grupo o a una familia. La identidad de vibración (vibración en la misma frecuencia o nivel) nos da fuerza y alcanzamos una nueva dimensión de pertenencia, de seguridad y de unidad que nos reanima. Nos damos cuenta de que todos estamos animados por el mismo ideal y por el mismo espíritu (por ejemplo, en nuestro grupo de meditación), y de esa sintonía recibimos la fuerza para continuar.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 114


Las personas nacidas bajo Cáncer son muy impresionables. Están continuamente sujetas a cambios de humor porque están influenciadas de forma especial por la Luna y sus fases. Las emociones y los sentimientos tienen un papel muy importante. Una de las principales características de Cáncer es su gran sensibilidad, que en determinados casos puede ser susceptibilidad, y que es la causa de las reacciones rápidas e intensas ante las personas de su entorno.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 116



El camino hacia la fuente Si seguimos el camino hacia dentro, encontraremos nuestra propia fuente oculta en las profundidades de nuestro interior. Ahí está el comienzo del desarrollo individual. En la fuente podemos descubrir las raíces de nuestro ser. Pero para llegar a la fuente hay que nadar a contracorriente (y eso requiere desprenderse de la dependencia del colectivo y dejar la seguridad de nuestro nido para convertirnos en individuos independientes). En la fuente se encuentra la causa de nuestra vida. La causa de nuestro bienestar y también la de nuestras preocupaciones y dificultades. Durante el mes de Cáncer podemos contactar con las raíces, con la causa o con la fuente y podemos llevar a cabo las correcciones necesarias para perfeccionar tanto como sea posible nuestro carácter y nuestra forma física y psíquica. De esta manera nos pareceremos cada vez más a la imagen interna que, como una semilla, permanece en la raíz de nuestro ser.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 120


Contradicciones e inseguridad Cáncer es un signo contradictorio. Por un lado quiere continuar siendo como un niño, quiere refugiarse en la seguridad de la vida familiar, del colectivo o de las faldas de la madre y tiene miedo del mundo y de sus posibles peligros. Y, por otro lado, siente el impulso hacia la libertad individual y la acción independiente, lo cual ocasiona la primera separación de los lazos maternales o familiares. Por eso, muy a menudo, Cáncer se siente arrastrado por unas fuerzas que lo llevan hacia delante y otras que lo llevan hacia atrás. El conflicto entre la tendencia a agarrarse a la seguridad del hogar y el impulso a salir hacia el vasto mundo lo hace veleidoso, impredecible e inseguro. En este punto se encuentra ante una auténtica encrucijada, en la que los caminos se separan y, con frecuencia, no sabe qué dirección tomar. Esta inseguridad interna hace que Cáncer sea propenso a dejarse influenciar por el entorno. Si no logra decidirse y permanece mucho tiempo en este estado, se convierte en la víctima de sus propias fuerzas instintivas y emocionales, y pierde la libertad de decidir. Entonces sigue ciegamente la corriente general, obedece las órdenes de otros y es muy influenciable. Esta inseguridad y esta carencia de forma propia se reflejan en su vida. Se deja llevar fácilmente por la opinión pública y las normas colectivas, y puede ser dominado por voluntades más fuertes. Se convierte en un individuo de la masa y sufre por su incapacidad de modelar su propio mundo. Mientras carezca de una forma para dar expresión a su verdadero ser, sufrirá por sentirse incomprendido en su ser más interno. Por lo tanto, en Cáncer debe empezar la integración de la personalidad y el desarrollo de la voluntad.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 122

  
Leo


Leo es el punto central del espacio vital que él mismo ha creado. El mundo gira a su alrededor y él funciona como una unidad de actuación y de mando que, con su irradiación personal, dirige y conduce a los demás. En esta actitud, Leo se siente solo y por eso desarrolla el poder y la fuerza interior de una unidad integrada y encerrada en sí. Su lema es: «El fuerte es más poderoso solo». Esta actitud continúa desarrollándose y lo conduce a una conciencia marcadamente egocéntrica. Llevado por la ambición, Leo exige cada vez más poder, influencia, prestigio, rango y posición hasta que llega a un punto en que, en su solitaria altura, se siente aislado y excluido de la corriente de la vida. Entonces comienza la conversión interior. A partir de ese momento, anhela con tanta intensidad el contacto, el amor y la comprensión de los demás que no le queda otra alternativa que derribar los muros que él mismo ha erigido entre él y sus semejantes. Su foco de conciencia se dirige cada vez más hacia sus semejantes y hacia el grupo hasta que, finalmente, deja de sentirse como una unidad aislada en el centro y pasa a sentirse parte del Todo. Entonces está bajo la influencia de la conciencia de grupo de Acuario, el signo opuesto. La responsabilidad, la comprensión y la sensibilidad conducen a Leo a ese estado de autoconciencia inclusiva en el que sabe que es uno con el Todo. Ésta es, de forma resumida, la meta que Leo debe alcanzar utilizando las fuerzas transformadoras de su verdadero yo.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 135


Leo se percibe como el motivo y la causa de todo lo que se mueve a su alrededor y, en ocasiones, esto lo conduce a exigir el reconocimiento y la estima de sus semejantes, sobrevalorando su propia importancia. En cambio, otras veces le ocasiona sentimientos de desaliento y autodesprecio. En Leo debemos descubrir lo que es la verdadera autoconciencia. Muchas personas están convencidas de que son autoconscientes cuando, en realidad, sólo están movidas por el deseo y creen con total convicción que tienen derecho a que sus deseos sean respetados y satisfechos.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 137


Una autoconciencia desarrollada supone la existencia de inteligencia, de percepción mental y de un cierto grado de integración. Alguien que se mueve exclusivamente por emociones y deseos egoístas se encuentra lejos de la verdadera autoconciencia. Pero, cuando Leo es alimentado y motivado por su ser interior, entonces irradia una alegría de vivir auténtica y benefactora, sobre todo en entornos que lo necesiten y en los que su fuerza y asistencia sean requeridas y apreciadas. Entonces se gana el corazón de sus semejantes mediante su interés cerrar por el destino de los demás y mediante su disposición amistosa y generosa, lo cual, por otra parte produce un efecto favorable en el entorno y en su propio crecimiento. Como un sol, Leo puede dirigir el fuego solar o las fuerzas solares que fluyen a través de él hacia los demás, alentarlos y consolarlos con palabras llenas de amor, y despertar en ellos ánimo y fe en las propias fuerzas y posibilidades. Así como el Sol mantiene a los planetas en sus órbitas, Leo puede atraer a sus semejantes, dirigirlos y guiarlos de forma magnética, regalándoles su calor, su alegría de vivir y su fuerza.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 138



Cuando Leo ha madurado, da siempre en la diana porque sólo dispara cuando tiene la certeza de alcanzar su objetivo.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 139


Cuando Leo «tiene el corazón en su sitio» (como se dice en lenguaje popular) no se encierra en sí mismo con falso orgullo sino que está dispuesto a dar y a recibir. Como sabemos, a veces Leo es demasiado orgulloso para aceptar algo o para dejarse ayudar en caso de necesidad. Cree que puede hacerlo todo por sí sólo pero con esta actitud lo único que consigue es que su yo se endurezca y que la fuerza de irradiación del corazón se extinga. En este punto, Leo sólo se ve a sí mismo y no piensa en los demás. Por eso es tan importante que Leo expanda continuamente su conciencia y sus sentimientos hacia los demás, en un constante ritmo de dar y tomar. No debe perder el contacto con los demás, quedándose sentado en su trono, solo y aislado.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 114


El corazón de Leo y la experiencia del amor Leo está dispuesto a afrontar el riesgo de la autoexperiencia y a dinamitar sus barreras restrictivas con la fuerza solar interna de su corazón. Experimenta su propio yo en el encuentro con los demás, participando en grupos o en relaciones de amor auténticas, y en ese proceso sufre profundas transformaciones interiores ocasionadas por el amor. El corazón está regido por Leo y, precisamente, el centro del corazón es lo que debe desarrollarse. Cuando Leo despierta al verdadero y auténtico amor es capaz de mantener relaciones humanas en las que no persigue la posesión ni el poder ni la utilización sexual del otro sino que pretende dar y tomar al mismo tiempo (lo mismo que hace el corazón al latir). Más allá de la vanidosa autoadmiración o del temeroso encerrarse dentro de sí mismo, Leo puede darse cuenta de cómo es en realidad a través de sus propias reacciones en las relaciones con los demás y mediante la auténtica experiencia del amor. Pero para eso debe afrontar el riesgo del amor: el amor necesario para toda transformación o auténtica autoexperiencia. Por lo tanto, la tarea más importante de Leo consiste en desarrollar la capacidad de reacción sensible de su corazón y cultivar el auténtico amor. De esta forma, desde el centro de su pequeño universo, es sensible a los impulsos del exterior y a las necesidades de los demás, a quienes dedica su corazón y abre su conciencia. El símbolo del Sol está formado por un punto focal situado en el centro de un círculo que lo encierra. De la misma forma, el yo (la autoconciencia) debe estar preparado para irradiar desde este punto focal hacia su entorno, expandiendo continuamente su radio de acción. El pensamiento semilla esotérico de Leo «Yo soy ése y ése soy yo.»

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 142



Virgo


Virgo está relacionado con las funciones reales de la vida. En Tauro, el elemento tierra se manifiesta en la conservación de lo existente y haciendo todo lo posible por evitar la pérdida, la destrucción o el desperdicio de los recursos. En cambio, lo que Virgo intenta por todos los medios es mantener el orden y cultivar la pureza en todas las cosas y, con su trabajo asiduo y aplicado, cuidar de todo lo existente. En Capricornio, el tercer signo de tierra, se establecen las leyes que deben proteger la vida y el desarrollo en el mundo de las formas.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 155


Virgo es un signo de servicio que, de forma consciente, procura hacer un correcto uso de las energías y las formas.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 157


Virgo exige que demostremos nuestra madurez interior y nuestro sentido de la responsabilidad hacia el Todo ocupándonos de las pequeñas cosas de la vida. Pero si esta gran y profunda tarea de Virgo pasa desapercibida, la propia autolimitación hace que sus cualidades se endurezcan y degeneren. Entonces la persona no percibe las grandes líneas del desarrollo ni el sentido profundo de las cosas y se queda anclada en lo formal o estancada en un estado infantil. Algunas personas nacidas bajo Virgo viven con una angustiante inquietud por su existencia, que se traduce en un exagerado afán de seguridad material. Su mundo se convierte en un microcosmos compacto y claramente delimitado. Cualquier cosa que no encaje es rechazada y quien sobrepase los límites es criticado enérgicamente.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 159


Virgo se esfuerza por preservar lo que crece en nuestro interior. Hace lo que sea necesario para garantizar la seguridad en el interior y para que nada perjudicial o peligroso pueda penetrar. Esto se ve claramente en el símbolo de Virgo, con sus tres arcos cerrados que ocultan y protegen al ser interno. Virgo no descansa hasta que tiene la certeza de que todo está en orden y de que ha hecho todo lo que debía hacer. Antes de poder esperar con tranquilidad, cosechar los frutos y disfrutar de ellos, y recibir la recompensa merecida, primero debe convencerse de que ha cumplido con sus obligaciones, de que ha acabado su trabajo y de que ha contribuido a la mejora de las condiciones del mundo. Saber esperar es una virtud de Virgo pero, cuando no sucede nada durante un largo período de tiempo y los frutos no aparecen, la capacidad de esperar puede convertirse en resignación. Entonces Virgo puede quedar profundamente decepcionado porque cree que todos sus esfuerzos, sus cuidados y su trabajo han sido en vano. Esta crisis de sentido debe atravesarse una y otra vez. Pero se supera mejor tomando conciencia de que no sólo los nacidos bajo Virgo sino todos los seres humanos y todos los procesos vitales están sometidos a períodos de flujo y reflujo.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 161


Es bien sabido que Virgo siempre encuentra algo que criticar en casi todas las cosas: algo que mejorar, algo que pulir o algo que perfeccionar todavía más.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 164


Si Virgo dirige su capacidad de detectar errores y defectos exclusivamente a su entorno inmediato, sus quejas y sus críticas lo pueden convertir en una persona muy desagradable. Entonces pone reparos a todo y nunca está contento con nada. Esta actitud puede degenerar en una postura pesimista que niegue la belleza de la vida e impida su desarrollo. Cuando la crítica se vuelve desmesurada y sólo se presta atención a lo negativo y a los defectos, se puede dañar lo más valioso y precioso de una persona. El ojo de Virgo repara con una gran facilidad en los defectos, los errores y las imperfecciones, y no cesa hasta haberlos corregido. Siente el afán de arreglar las cosas, cueste lo que cueste. Necesita recomponer y limpiar todo lo estropeado. Lo exige la ley que habita en su interior.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 164


Virgo debe expandir su espíritu. Debe liberarse de nimiedades y futilidades, debe ensanchar su esfera personal tan firmemente delimitada y debe dedicarse a la consecución de ideales más elevados. Esto le ayuda a no perderse en lo formal y en lo insignificante, cerrar y a emplear sus habilidades para el bien de los demás y para el beneficio de la totalidad.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 165


Virgo siempre muestra una gran capacidad de sacrificio y una sincera disposición a ayudar.


Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 166


Diferenciar entre lo irrelevante y lo importante, entre lo valioso y lo fútil, entre calidad y cantidad, entre lo real y lo irreal. . . nos pone en contacto con las leyes internas de la vida. Cuando Virgo es capaz de diferenciar correctamente, actúa y vive con la confianza de que existe un poder superior y un orden vital subyacente en todas las cosas. Esta profunda convicción le permite obedecer esa ley interna de servicio inherente a Virgo y superar el miedo a la vida y a la lucha existencial. Cultivar la confianza en la vida ayuda a tener una vida más plena. Esto se consigue mediante la capacidad de diferenciación, la habilidad analítica de Virgo que sabe qué es bueno y qué es perjudicial para sí mismo y para los demás.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 166



Libra


Libra reacciona a las oscilaciones que se producen en su entorno con la misma sensibilidad. Los individuos Libra perciben las más ligeras desigualdades, captan los más leves indicios de perturbación y pierden el equilibrio con gran facilidad.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 179


Libra es el signo del tú. Está situado en la parte derecha del horóscopo, en la zona del tú y, en consecuencia, tiene mucho que ver con el contacto y las relaciones humanas (para más información sobre la división del cerrar horóscopo en zonas, véase nuestro libro Las casas astrológicas). Sin un tú, o sea, sin un compañero, Libra no se siente feliz. Siempre está buscando al compañero perfecto y quiere encontrar un equilibrio verdaderamente armónico en las relaciones humanas, en el amor y en el matrimonio. Normalmente, las crisis de desarrollo y de decisión que hacen que Libra pierda el equilibrio se producen en el área de los contactos. El amor puede darle la mayor felicidad pero también puede ocasionarle el más profundo sufrimiento. De una forma o de otra, Libra siempre lucha por amor, porque lo que más anhela es encontrar una pareja que lo comprenda completamente, que lo cuide, que lo trate bien y que lo libere de todas las preocupaciones existenciales. Pero, a menudo, valora a su pareja sólo en función de la capacidad que tiene para satisfacer sus deseos y de servir a sus propósitos (los de Libra). Y eso no es ver al otro como realmente es sino contemplarlo desde el punto de vista de la utilidad y del aprovechamiento, lo cual es una visión muy estrecha. Así no se puede percibir al compañero en su verdadero ser ni en su auténtica profundidad y plenitud y, por lo tanto, el verdadero amor no puede manifestarse.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 186



… si Libra encuentra pareja antes de consolidar su propio yo, tiende a buscar el yo que todavía no ha encontrado en la pareja y corre el peligro de vivir fuera de sí. Busca estabilidad y seguridad en el otro pero sólo lo encuentra de forma transitoria. Poco a poco, los rechazos y los desengaños le enseñan que, también en los asuntos del amor, hay que ser uno mismo. Libra debe encontrar y mantener el equilibrio interno en su propio centro. Debe evitar perderse en la persona amada y agarrarse al tú creyendo que no puede vivir sin la otra persona. Precisamente por amor, debe «soltar» al tú y darle la libertad de ser él mismo. Sólo así puede florecer el verdadero amor. Cuando Libra ha llegado a estar en sintonía consigo mismo y se comporta de forma auténtica, cuando ha encontrado su propio centro y consigue mantenerse en él, entonces irradia un equilibrio, una seguridad y una calma superior que infunden confianza a sus semejantes. Es entonces cuando puede formar parte de una verdadera relación de pareja en la que ambas partes se ayudan y se complementan mutuamente.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 187



Escorpio


En Escorpio, el ser interior o la conciencia del verdadero yo empuja hacia fuera y lucha contra las formas creadas hasta ese momento. Escorpio es un signo de crisis, de conversión, de reorientación y de transformación. Y el primer paso de este proceso es la destrucción del equilibrio y de la armonía alcanzado en el signo de Libra. La ley de la vida y del desarrollo está en plena actividad y ocasiona las eternas transformaciones del mundo de la forma.

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Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 204


Una de las principales lecciones que Escorpio debe aprender es que en el proceso de desarrollo no se permite ni el apego ni el estancamiento, ni tampoco existe ningún tipo de seguridad absoluta. Por el contrario, lo que se requiere es un constante esfuerzo por avanzar y la capacidad de reaccionar de forma flexible ante las transformaciones que exija la vida. Escorpio debe aprender a sentirse seguro en la inseguridad. Esto es lo que se llama estado de conciencia continua. Pero este estado sólo se alcanza cuando la conciencia está en constante movimiento y cuando no está sujeta a nada, es decir, cuando fluye sin cesar.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 204


Para mantener la conciencia en movimiento, Escorpio pasa una y otra vez por procesos de muerte y renacimiento. Debe liberarse de las dependencias materiales y aprender a vivir con incertidumbres. Escorpio crea constantemente nuevas formas y se aferra a ellas con intensidad pero, al cabo de un tiempo, se ve forzado a destruirlas porque ya no le satisfacen e impiden su desarrollo.

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Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 204

La vida de la persona nacida bajo Escorpio es una lucha constante y está llena de inseguridades, dudas, contradicciones y crisis espirituales. El progreso espiritual interior está regido por la ley del desarrollo y, por lo tanto, el crecimiento debe ser continuo y no hay posibilidad de agarrase a lo seguro. Hay que permanecer en movimiento, no se puede estar parado. Escorpio es el «punto muerto» o el punto de reposo de todo el zodíaco. Tan pronto como nos paramos y nos aferramos ansiosamente a viejos derechos o creemos que nos podemos relajar, simbólicamente recibimos un «empujón».

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Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 207


Mantener la moderación es algo muy difícil para Escorpio pero esa es, precisamente, una de sus tareas más importantes en la vida.

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Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 209


La idea esencial de Escorpio es triunfo o renovación. También puede expresarse como «muerte y renacimiento» pero, con frecuencia, Escorpio se olvida del renacimiento y se pierde en su propia autodestrucción, autoinculpándose y clavándose su propio aguijón. En Escorpio se pone de manifiesto la polaridad entre las fuerzas de la vida y las de la muerte. Esto ocasiona un permanente conflicto entre la vida y la muerte, entre el placer y la renuncia, entre la atracción y el rechazo, entre el amor y el odio, etc.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 210


La constante renovación y la continuidad del renacimiento y de la vida deben desplazar las influencias destructivas y unilaterales. Entonces Escorpio se convierte en un «discípulo triunfante» que puede seguir el camino hacia la verdadera individualización en Sagitario.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 210



Una vez que hemos llegado a ser conscientes de nuestro ser interior, bien sea porque hemos tenido un momento de iluminación o porque, debido a algún golpe del destino, hemos experimentado la falta de sentido de las satisfacciones exclusivamente externas, entonces nos damos cuenta de que debemos adoptar una nueva actitud y aspirar a una transformación fundamental. Esto es algo que se produce de una forma especial durante el mes de Escorpio. Esta transformación se conoce como «la experiencia de Damasco», en la que «Saúl se convirtió en Pablo». Normalmente empieza con el abandono de lo alcanzado y con la renuncia a continuar con los hábitos de vida que tan fuertemente arraigados estaban. Es una exigencia nada habitual para el yo que, por lo general, tiene la tendencia a aferrarse a las posesiones y a lo establecido. La renovación depende del cumplimiento de esta exigencia. En este proceso, debemos derribar las barreras que se van formando continuamente y rasgar el velo para llegar a lo esencial. Desde nuestro centro interior, caemos de nuevo, una y otra vez, en las distintas formas de nuestro «pequeño yo» y, cada vez, la única forma de regresar a la unidad de la vida es dando una media vuelta o realizando un salto arriesgado. El salto hacia el centro interior pone en marcha el proceso de muerte y renacimiento que exige la renuncia y, en ocasiones, incluso la destrucción de las cosas que nos ligan a este mundo. Este temor al salto al vacío es un miedo constante de los nacidos bajo el signo de Escorpio, pues saben que algún día también deberán realizar el salto. Saben que algún día deberán dejarlo todo, que lo perderán todo (incluso a sí mismos) para pasar a esta nada y a este «morir». El miedo a la nada se alza como un espectro frente a esta gran experiencia que, a menudo, se supera en un momento dramático y desesperado: muchas veces sólo cuando no hay otra escapatoria. Tras esta gran experiencia, no queda nada más que el «yo soy», que no desaparece en este proceso de transmutación sino que continúa existiendo. Después de esta transformación interna, incluso se convierte en la única realidad que verdaderamente puede ser experimentada y, como el ave fénix, emerge purificado desde las cenizas hacia la vida. Es la victoria triunfante tras la lucha. Como se expresa en los antiguos textos, Escorpio se convierte en un «discípulo triunfante». Renace desde el espíritu.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 213



Sagitario


En el signo de Sagitario, la lucha entre la personalidad y el alma se traslada a una espiral superior. La luz interior penetra cada vez más en la conciencia y se expande sobre todo en la mente. Se percibe una visión superior y, en algunos casos, puede incluso hablarse de mente iluminada por la intuición. En Sagitario se desarrolla un verdadero pensamiento independiente, libre de las normas del colectivo y de objetivos egoístas. Esta elevación hacia lo suprapersonal permite penetrar en las dimensiones superiores de la mente, reconocer las verdaderas proporciones de los asuntos y percibir las interconexiones esotéricas, con lo cual se puede encontrar la correcta orientación y se pueden establecer los objetivos adecuados.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 226


Sagitario siempre persigue nuevas metas y nuevas verdades, nunca está satisfecho con lo conseguido y aspira incesantemente a un mayor conocimiento.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 228


Si Sagitario apunta correctamente, acierta en el blanco. En la vida, esto se muestra con un especial, aunque no siempre afortunado, amor por la verdad. Cuando Sagitario reconoce una verdad, le resulta muy difícil guardársela. Prefiere anunciarla al mundo entero. Y, aunque esa verdad o conocimiento afecte a otras personas, en algún momento la expresará con total serenidad, sin pensar que al hacerlo puede herir a otras personas. En realidad, incluso puede llegar a sorprenderse si alguien se toma esto a mal. Aunque lo hace sin mala intención, siempre pone el dedo en la llaga y siempre da en lo esencial de una materia o de una persona. Esto le crea continuas dificultades con el entorno hasta que, con el sabio uso de su intelecto, aprende a emplear esta capacidad de manera dosificada. Una vez conseguido, su capacidad de valoración y su fuerza mental se orientan sólo según principios de moderación y corrección, y siempre evita herir o perjudicar a los demás. La motivación de ayuda a los demás y el sentido de justicia del individuo Sagitario evolucionado no permiten que se exprese con una dureza excesiva, para disfrazar sus verdaderas intenciones. Entonces es capaz de justificar la satisfacción de sus propios deseos o sus ambiciosos planes con profundos argumentos filosóficos, contra los cuales es difícil objetar algo, es decir, se convierte en un demagogo. Como necesita mantener las apariencias frente al entorno, le resulta muy difícil admitir que se ha equivocado. Con facilidad se pierde en complicados procesos mentales, se sitúa en un alto pedestal y mira a los demás despectivamente. Estos son algunos rasgos negativos de Sagitario que también deben tenerse en cuenta para completar el cuadro.

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Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 229


El anhelo de lo lejano y lo distante, y el ansia de libertad ilimitada son características que permanecen siempre constantes en el interior de Sagitario. Por eso su vida siempre tiene algo de intranquilidad, de inestabilidad y de constante variedad. «Algo» está siempre empujándolo. Nunca tiene tranquilidad, necesita cambios y variedad para poder desarrollarse.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 235


Júpiter, el regente exotérico, otorga a Sagitario un carácter jovial, justo y leal. Es un auténtico filántropo y sabe tanto lo que es bueno para él como lo que es bueno para los demás. Es afortunado por naturaleza y, por lo general, sabe vivir bien. Ama la vida y desprende un gran optimismo aunque éste, en ocasiones, no esté demasiado justificado.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 236


Sagitario debe comprobar la validez de sus pensamientos y de su concepción del mundo contrastándolos con la dura realidad.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 237



La principal herramienta de Sagitario para ser eficiente en el mundo es su capacidad de pensamiento.

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Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 239


Sagitario es el último signo de fuego del zodíaco. Todos los signos de fuego tienen que ver con la individualización y con el proceso de llegar a ser uno mismo. Recordémoslo: el impulso hacia la manifestación parte de Aries, en donde siempre empieza el proceso de desarrollo. En Leo nos presentamos tal como nos percibimos y nos mostramos al mundo tal como somos. En Sagitario, lo esencial son los procesos de toma de conciencia.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 241

  
Capricornio


El signo de Capricornio se encuentra en la posición más alta del zodíaco. Representa el punto máximo del desarrollo del ser humano y las metas espirituales más elevadas que éste puede alcanzar. También simboliza el estadio final de un proceso de desarrollo y el principio de un nuevo período. Desde el punto de vista astrológico, marca el comienzo de un nuevo cuadrante y, bajo la perspectiva espiritual, indica el inicio de un nuevo estado de conciencia. En este sentido, debe recordarse que el cambio de año se produce en Capricornio.

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Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 251


Desde el punto de vista espiritual, el signo de Capricornio es un símbolo de iniciación. Una iniciación en la que, mediante la energía de la voluntad, el ser humano obtiene poder y autoridad espiritual, y se libera de las influencias ajenas y las presiones externas. Sin embargo, esto sólo es posible con un nivel de autoconciencia evolucionado. Este nivel de conciencia presupone la existencia de capacidad de pensamiento independiente y la formulación de una concepción del mundo y una ética propias,

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 252


La fuerza saturnina de Capricornio atrae, concentra, centraliza, reúne y conserva lo que ha devenido. Moldea estructuras firmes, duras y resistentes, y forma esencias. Después esas energías de voluntad concentradas le permiten conseguir unos efectos profundos y decisivos.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 253



La concentración de las fuerzas del yo hace que, a menudo, Capricornio sea egoísta. Es ambicioso, quiere aventajar a los demás y no tolera a nadie a su lado. Quiere ser el único en ostentar el poder para triunfar sobre los demás y para disfrutar de los placeres de lo conseguido.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 253


Saturno, el planeta de la cristalización y de la forma, es el regente exotérico y esotérico de Capricornio. En el plano físico, Saturno se manifiesta como el delimitador y como el gran educador. En el proceso de crecimiento espiritual actúa como el Morador del Umbral, que nos preserva de dar pasos de los que sólo podríamos salir ilesos con una firme conciencia de la realidad. En Capricornio tienen lugar tres experiencias: la del valle, la del llano y la de la cumbre o transfiguración. En Capricornio, el ser humano tiene los pies en el suelo pero, al mismo tiempo, puede moverse libremente y escalar hasta las alturas de la ambición mundana o de la aspiración espiritual. Una vez en la cumbre, cuando ya ha alcanzado sus deseos y la expansión ha llegado a su punto más alto, entonces Saturno actúa, formándose la piel para conservar lo que ha devenido. Se origina una forma pulida y dura que es la fase final del proceso de desarrollo. Éste es el símbolo de una personalidad completa y de una individualidad plenamente consciente, a través de la cual actúa el alma, y que se debe ofrecer a la luz interior, al Plan o al servicio a la humanidad. Esta transformación se llama «la transfiguración de la montaña». Saturno se convierte en el Gran Iniciador, conduciendo al ser humano a una nueva conciencia de sí mismo y de su propósito en la vida como parte del Plan. Sin embargo, si la dureza de la cristalización es excesiva, con facilidad puede convertirse en negativa y entonces se exterioriza en forma de egoísmo y de actitudes materialistas. En el plano espiritual, esto se pone de manifiesto en la soledad de una unidad individual completa. Pero precisamente en esta forma rígida es donde Capricornio debe probar su poder de penetrar en la esencia de todas las cosas. Si quiere penetrar en lo esencial, es decir, si quiere llegar al verdadero yo, debe conseguir que la forma que ha construido sea transparente y debe ser capaz de romper el caparazón. Saturno representa el delimitador, la corteza o la piel y, desde el punto de vista esotérico, es el Morador del Umbral a quien Capricornio encuentra y debe superar tanto a nivel físico como en el plano de la conciencia. A la vez, Saturno es también el Gran Iniciador que, una vez aprendidas las lecciones, superadas las pruebas y pagadas las deudas, nos abre la puerta hacia una conciencia superior. Capricornio también simboliza la finalización de un proceso. En ocasiones se utiliza la cima de la montaña como símbolo de Capricornio. Esotéricamente recibe el nombre de signo de «la detención periódica» porque no se puede ascender más allá. Para realizar un nuevo intento, el ser humano debe descender de nuevo al «valle de la vida».

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 260

  
Acuario


Si el proceso de desapego va demasiado lejos, Acuario se pierde en utopías e ideas para mejorar el mundo que no pueden realizarse por ser demasiado futuristas o bien no se toma nada en serio o se cree superior a los demás y se convierte en un excéntrico o un chiflado arrogante que no hace nada productivo. Se vuelve desconfiado y exageradamente difícil de contentar. Entonces, por ejemplo, sólo se relaciona con gente que considera en su mismo nivel de evolución y desarrolla un erróneo espíritu elitista que rechaza bruscamente cualquier tipo de contacto con personas «inferiores». Sus semejantes dejan de tener valor. Su ego se hincha y su frío esnobismo acaba aislándolo en una «torre de marfil». Si Acuario llega a tales extremos, se cree tan puro y santo que es incapaz de participar de una forma activa en la vida. Sólo se interesa por sus ideas y su bienestar. Todo lo demás le pasa desapercibido o lo rechaza con orgullo. Se aleja de cualquier tipo de experiencia, se distancia de la vida y queda absorto en un mundo imaginario. Si, por creerse superior al resto de los mortales, Acuario acaba aislado de los demás (cosa que ocurre muy a menudo), finalmente se ve inmerso en una crisis anímico-espiritual. Entonces se da cuenta de que no hace nada productivo, de que solo no es capaz de nada y de que está separado de la corriente de la vida. En la crisis saborea su impotencia hasta que su orgullo y su arbitrariedad desaparecen. Sólo así emprenderá el camino de buscar a los demás para encontrar con ellos soluciones útiles a los problemas existentes. Debe aprender a unirse y a cooperar con los demás. El amor y la verdadera necesidad devuelven a Acuario a su propio centro.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 283


Para evolucionar, Acuario debe encontrar un grupo.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 285


Acuario no es un escalador de cumbres como Capricornio. Está por encima de las cosas desde el principio. Urano y Saturno, como regentes exotéricos, hacen que Acuario siempre esté en la frontera entre lo real y lo posible. Pero quiere cruzar esa frontera para penetrar en nuevas dimensiones. Una vez atravesada, empieza el efecto de Júpiter y, bajo su influencia, es capaz de ver la correcta proporción de las cosas. Su autoconciencia egocéntrica se expande hacia una conciencia universal o de grupo, a través de la cual llegará a la síntesis final con la conciencia cósmica en el signo de Piscis.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 287


Acuario aspira a establecer lazos de amistad manteniendo su singularidad personal.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 288


Desde la perspectiva esotérica, la conciencia de grupo florece en Acuario y se traduce en un comportamiento humanitario hacia los más débiles. La conciencia de grupo también puede definirse como conciencia social. Esta es la tónica de la nueva era y debe servirnos como hilo conductor para el trabajo en grupo. La persona imbuida del espíritu de Acuario renuncia a sus intereses personales en beneficio de la totalidad pero mantiene y preserva su propia identidad.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 289


  
Piscis


El individuo Piscis es de tipo emocional. Es capaz de captar los más tenues matices de los sentimientos y las más sutiles emociones internas. Es muy sensitivo y muy sensible. Piscis es el signo de la devoción y la entrega y, como consecuencia de esto, las personas Piscis tienden a identificarse con lo que aman. Esta identificación puede ser tan grande que incluso llegan a perderse en medio de ese amor devoto y, entonces, con una autoentrega que roza la sumisión, hacen lo que sea por la persona amada.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 304


En el signo de Piscis anhelamos llegar a un final, ansiamos sentirnos en paz y tranquilos, aspiramos a encontrarnos en un país en el que «se hable nuestro idioma», nuestro país natal divino. Por eso, de vez en cuando surge aquí el deseo de muerte. Pero, al mismo tiempo, también están ocultas las fuerzas de una nueva vida y de un nuevo comienzo. Piscis es el signo del retorno al hogar del Padre de donde un día nos fuimos: el lugar donde empezó nuestro viaje a través de la vida. Es el signo donde la vida y la muerte, el comienzo y el fin, están secretamente en contacto, donde lo viejo se une con lo nuevo. Cuando lo viejo ha pasado o ha desaparecido, anhelamos algo nuevo que vuelva a animarnos y que nos permita progresar hacia delante. ¡La idea de progresar tiene relación con los pies, que están regidos por Piscis!

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 306


En Piscis anhelamos una conciencia libre de necesidades terrenas.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 309


La inclinación mística de Piscis hace que busque lo más elevado en todas las cosas. Quisiera borrar la realidad objetiva y darle otro significado. Por una parte busca cosas fuera de lo común, lo cual, a menudo lo convierte en un gran idealista y místico y, por otra parte, tiende a interpretar la vida dándole otro sentido a la realidad. Si esto se exagera, su actitud puede convertirse en una mentira vital y entonces su vida no concuerda con sus ideas. Piscis está inmerso en la gran oposición entre espíritu y materia, y le resulta difícil encontrar la forma de unir ambos polos. Ésta es la experiencia de dualidad que ocasiona problemas psicológicos y crisis espirituales, tanto a Piscis como al resto de signos mutables.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 312


La inclinación mística de Piscis hace que busque lo más elevado en todas las cosas. Quisiera borrar la realidad objetiva y darle otro significado. Por una parte busca cosas fuera de lo común, lo cual, a menudo lo convierte en un gran idealista y místico y, por otra parte, tiende a interpretar la vida dándole otro sentido a la realidad. Si esto se exagera, su actitud puede convertirse en una mentira vital y entonces su vida no concuerda con sus ideas. Piscis está inmerso en la gran oposición entre espíritu y materia, y le resulta difícil encontrar la forma de unir ambos polos. Ésta es la experiencia de dualidad que ocasiona problemas psicológicos y crisis espirituales, tanto a Piscis como al resto de signos mutables. Esta dualidad queda ilustrada en el símbolo de los dos peces y se manifiesta en la confrontación entre el alma y la personalidad. También son las «dos almas que viven dentro de mí» (como se expresa en los versos que Goethe puso en boca de Fausto, haciendo referencia a dos partes del ser). Una parte de Piscis quiere entregarse y quedar absorbida en el todo, porque ese todo representa para él el Todo. Es el anhelo del místico de alcanzar la conciencia cósmica. No teme perderse porque interiormente sabe que en el Todo se encontrará otra vez a sí mismo. En cambio, la otra parte quiere continuar siendo él mismo. Quiere experimentar la individualidad en su forma más elevada pero teme el aislamiento y la soledad que toda conciencia individual debe aprender a soportar.

Louise Huber
Los Signos del Zodiaco: Reflexiones y Meditaciones, página 313