"Puede que la sexualidad no sea el sendero supremo -tal vez ni siquiera sea importante-, pero es un sendero que no solo une la mente, sino también el cuerpo y el corazón mediante el amor de otro ser humano con el Absoluto, es decir, con Dios."

Jenny Wade, psicóloga
Tomada de la revista Año Cero, número XXVII, página 13