"Ni bien había comenzado a recrudecer la peste, se difundió entre el vulgo una cierta convicción: que aquellos que ejercitaban el difícil arte de untar las paredes, mezclaban los ungüentos con acuerdos pactados con los demonios… el veneno propio de la peste."

Federico Borromeo
Tomado del libro de Jesús Callejo, Breve historia de la brujería, página 109