"Del relato de Ezequiel puede deducirse el aspecto general de la nave por él descrita. Luego, en calidad de ingeniero y con total independencia de la narración, podemos planear y reconstruir un aparato volante de características similares. Una vez convencidos de que el resultado no sólo es técnicamente posible, sino que incluso se trata de algo sumamente práctico y perfectamente concebido en todos sus aspectos, y después de comparar nuestros datos con los detalles y fenómenos descritos por Ezequiel, comprobando que éstos coinciden con aquéllos sin que exista la menor contradicción, entonces no es posible hablar ya únicamente de indicios. He llegado, por ejemplo, a la conclusión de que las dimensiones de la nave espacial de Ezequiel son absolutamente verosímiles."

Josef Franz Blumrich


"En realidad,  pretendía demostrar la "inviabilidad" de mis afirmaciones, pero  nunca un fracaso resultó tan fecundo, tan fascinante ni tan halagüeño.

Josef F. Blumrich
Prólogo del libro Y los cielos se abrieron



"Los datos obtenidos nos muestran un vehículo espacial no sólo absolutamente posible desde el punto de vista técnico, sino también inteligentemente adaptado a sus funciones y misión. Nos sorprende descubrir un nivel de conocimientos técnicos que no es en modo alguno fantástico; más bien, apurando las cosas al máximo, podríamos decir que casi se equipara a nuestras posibilidades actuales o, expresado de otra manera, que sólo es un poco superior a nuestra técnica de hoy. Los mismos datos nos dan a conocer además una nave vinculada a otra que le sirve de nodriza y que permanece en órbita alrededor de la Tierra mientras la primera desciende a nuestro planeta. ¡Lo único fantástico en todo esto es que semejante nave fuese ya una realidad palpable hace más de 2.500 años!"

Josef F. Blumrich


"… Oso Blanco me ha contado los recuerdos ancestrales de su pueblo… Y me dijo: «Si de una calabaza cortas la parte inferior, obtendrás una corteza; lo mismo debe hacerse con la parte superior. Si luego se superponen ambas partes se obtiene un cuerpo en forma de lenteja. Éste es el aspecto de un escudo volador»… De acuerdo con la tradición hopi, la historia de la humanidad está dividida en periodos que ellos denominan «mundos»… Estos «mundos» están separados entre sí por terribles catástrofes naturales… El primer «mundo» —dicen los hopi— sucumbió por el fuego… El segundo por el hielo y el tercero por el agua… Hoy vivimos en el cuarto «mundo»… En total, la humanidad deberá vivir siete «mundos»… La memoria de los hopi se remonta al tercer «mundo»… Su nombre era Kasskara … Se trataba de un gran continente situado en el actual océano Pacífico… Pero Kasskara no era la única tierra habitada… Existía también el «país del Este»… Los hombres del Este eran belicosos… Y trataron de conquistar la tierra de los hopi… Entonces surgieron los katchinas («venerables sabios»)… Y protegieron a los hopi… Los katchinas eran hombres (no dioses) de gran inteligencia y antigüedad… Eran capaces de volar por el aire en «escudos» de fuego… Y lo hacían a grandes velocidades… Y los hopi fueron trasladados a otra tierra… Algunos, los exploradores, fueron llevados por el aire en los escudos voladores… Otros lo hicieron por mar hasta la actual América del Sur… La nueva tierra fue llamada Tautoma («tocada por el rayo»)… Y levantaron una ciudad con la ayuda de los katchinas … Esa ciudad fue Tiahuanaco, junto al lago Titicaca, en la frontera de Perú con Bolivia… Pero un gran terremoto destruyó la ciudad y los hopi, siempre con el auxilio de los katchinas , emigraron en diferentes direcciones… Algunos terminaron en Oreibi, su actual emplazamiento… Y allí honran a los katchinas con toda suerte de danzas y rituales… Según los hopi, los seres del espacio abandonaron la Tierra hace siglos."

Josef F. Blumrich
Tomada del libro Mis «primos» de J. J. Benítez