"A menudo se olvida que un buen profesor es ante todo un infatigable estudiante."

Nuccio Ordine


"Después de haber mostrado los efectos nefastos de la "fe" y de la teología sobre los planos estrechamente relacionados de la cosmología y de la filosofía de la naturaleza, con el cuarto movimiento de su "nueva filosofía" el Nolano busca retomar los nexos, destruidos por siglos de barbarie, entre religión y sociedad civil. La Expulsión de la bestia triunfante (1854), de hecho, se presenta como una alegoría de la reforma ética en la que Bruno expone "numeradas y ordenadas las semillas de su filosofía moral". Se trata de un hito importantísimo en el proyecto de las obras italianas. Liberar a la Tierra de las cadenas del geocentrismo y al universo de los confines que lo limitaban, significaba acercar los infinitos mundos a nuestro planeta, la "divinidad" a la naturaleza, y la materia "celeste" a la "terrestre". Liberar la religión de la locura destructora de los pedantes teólogos significa ligar al hombre con el hombre, mediante la concepción de un culto que favorezca la cohesión social e incite a asumir comportamientos "heroicos" en la vida civil.
El diálogo, dividido en tres partes, se compone de tres interlocutores: Sofía (mediadora entre los dioses y los hombres), Saulino (alter ego de Bruno) y Mercurio (mensajero divino). La "reforma" moral parte del "arrepentimiento" de Júpiter que convoca una asamblea celeste para purificar el cielo de los vicios que lo azotan y restablecer la virtud. Constelación por constelación, utilizando probablemente una estratagema mnemotécnica ya experimentada por Tommaso Radini Tedeschi, Bruno nos presenta al padre de los dioses decidido a proponer la expulsión (el spaccio) de los símbolos negativos para otorgar una dignidad nueva a símbolos positivos. La fábula relatada en la Expulsión pone en escena una cosmología tradicional que no se corresponde con la nueva visión del cosmos infinito. En la Epístola explicatoria se afirma claramente que el autor se valió instrumentalmente de un "mundo tomado según como se lo imaginan necios matemáticos y como lo admiten físicos no más sabios entre los cuales los peripatéticos son los más vanos.
[...]
No se trata de elogios circunstanciales, sino de un vínculo más profundo, basado primordialmente en el reconocimiento del auténtico interés que el embajador siente por los que aman la "verdadera sabiduría" y "el afán de la verdadera contemplación" (Del infinito). En la residencia de Castelnau, Bruno afirma haberse sentido como en su propia patria:

Ellas [Las Musas], para quienes todo suelo es la patria a fin de que en ningún lugar sean consideradas extranjeras y se sientan extrañas, encontraron hospedaje francés y de carácter real en la lejana Britania por medio de un alumno italiano. Adiós, pues, y sabe que aquél para quien convertiste Inglaterra en Italia, Londres en Nola y una casa separada de todo el orbe en el propio hogar, está enteramente ligado a ti."

Nuccio Ordine
El umbral de la sombra


"El proceso de deshumanización se fundamenta sobre el hecho de que hoy la lógica del beneficio ha invadido aspectos de la vida a donde no tendría que haber llegado. Ha acabado por corromper incluso los afectos, llevando a que muchas relaciones humanas se basen a menudo en el propio interés o en la competitividad. En la ambición personal de poder, el compañero de trabajo ya no sería entonces un colega sino un enemigo. En nombre del interés personal estoy dispuesto a pisar a quien esté a mi alrededor… ¿deshumanización? Si la política del beneficio invadiese instituciones (donde no tendría que llegar) como las escuelas y universidades, entonces el estudiante se convertiría en cliente y el colegio en empresa. Y lo mismo pasaría con la sanidad: los médicos serían burócratas empresarios y los pacientes meros clientes."

Nuccio Ordine


"En una extraordinaria colección de trescientas máximas publicada en 1647—que obtuvo un éxito excepcional en España y en Europa—, el gran jesuita Baltasar Gracián condensa aforísticamente una serie de reflexiones en su mayor parte esparcidas por otras obras suyas (El criticón, El discreto, El héroe). En el Oráculo, entre otras cosas, afronta en varios momentos el tema de la formación del hombre culto, capaz de medirse con las dificultades de los tiempos y, sobre todo, capaz de dominar sus pasiones. La educación y la cultura no conciernen sólo a los jóvenes; requieren, por el contrario, un compromiso y una constancia que han de acompañar a los seres humanos a lo largo de toda su vida. En la máxima titulada Cultura y aliño (87), Gracián escribe que el hombre «nace bárbaro» y puede redimirse «de bestia cultivándose». La grandeza de los hombres y de los pueblos, en efecto, se mide por la cultura que poseen («Hace personas la cultura»): cuanta más adquiramos, tanto más grandes seremos («y más cuanto mayor»). La civilización de los griegos basada en la paideia, por ejemplo, es todavía hoy un modelo elocuente de entrelazamiento pedagógico entre búsqueda filosófica y vida civil. Quien se enamora del saber puede cultivar mejor su ingenio («No hay cosa que más cultive que el saber»). No disponemos de otros caminos para afrontar la grosería de la ignorancia («Es muy tosca la ignorancia»). Y, por desgracia, también a la ignorancia se debe la violencia de los fanatismos religiosos, la difusión del odio contra la diversidad, la preocupante vuelta del antisemitismo y del racismo."

Nuccio Ordine
Clásicos para la vida



"La cultura es peligrosa para la clase política."

Nuccio Ordine



"La dictadura del provecho ha alcanzado un poder ilimitado."

Nuccio Ordine


"Los clásicos nos humanizan, nos libran de la barbarie."



Nuccio Ordine


"Si dejamos morir lo gratuito, si renunciamos a la fuerza generadora de lo inútil, si escuchamos únicamente el mortífero canto de sirenas que nos impele a perseguir el beneficio, sólo seremos capaces de producir una colectividad enferma y sin memoria que, extraviada, acabará por perder el sentido de sí misma y de la vida. Y en ese momento, cuando la desertificación del espíritu nos haya ya agostado, será en verdad difícil imaginar que el ignorante homo sapiens pueda desempeñar todavía un papel en la tarea de hacer más humana la humanidad.
(...)
En el universo del utilitarismo, en efecto, un martillo vale más que una sinfonía, un cuchillo más que una poesía, una llave inglesa más que un cuadro: porque es fácil hacerse cargo de la eficacia de un utensilio mientras que resulta cada vez más difícil entender para qué pueden servir la música, la literatura o el arte.
Las páginas que siguen no tienen ninguna pretensión de formar un texto orgánico. Reflejan la fragmentariedad que las ha inspirado. Por ello también el subtítulo —Manifiesto— podría parecer desproporcionado y ambicioso si no se justificara por el espíritu militante que ha animado constantemente este trabajo. Tan sólo he querido recoger, dentro de un contenedor abierto, citas y pensamientos coleccionados durante muchos años de enseñanza e investigación. Y lo he hecho con la más plena libertad, sin ninguna atadura y con la conciencia de haberme limitado a esbozar un retrato incompleto y parcial. Y como a menudo ocurre en los florilegios y las antologías, las ausencias acaban siendo más significativas que las presencias. Sabedor de estos límites, he subdividido mi ensayo en tres partes: la primera, dedicada al tema de la útil inutilidad de la literatura; la segunda, consagrada a los efectos desastrosos producidos por la lógica del beneficio en el campo de la enseñanza, la investigación y las actividades culturales en general; en la tercera parte, valiéndome de algún brillante ejemplo, he releído algunos clásicos que, en el curso de los siglos, han mostrado la carga ilusoria de la posesión y sus efectos devastadores sobre la dignitas hominis, el amor y la verdad.
He pensado en unir a mis breves reflexiones también un excelente (y por desgracia poco conocido) ensayo de Abraham Flexner de 1937, publicado de nuevo en 1939 con algunos añadidos. Entre los más acreditados fundadores del Institute for Advanced Study de Princeton —nacido con el objetivo expreso de proponer una quête libre de cualquier atadura utilitarista e inspirada exclusivamente por la curiositas de sus ilustres miembros, entre los cuales querría al menos recordar a Albert Einstein y Julius Robert Oppenheimer—, este célebre científico-pedagogo estadounidense nos presenta un fascinante relato de la historia de algunos grandes descubrimientos, para mostrar cómo precisamente aquellas investigaciones científicas teóricas consideradas más inútiles, por estar privadas de cualquier intención práctica, han favorecido de forma inesperada aplicaciones, desde las telecomunicaciones hasta la electricidad, que después se han revelado fundamentales para el género humano."

Nuccio Ordine
La utilidad de lo inútil



"Todo choque frontal acaba en masacre."

Nuccio Ordine


"Transformando a los hombres en mercancías y dinero, este perverso mecanismo económico ha dado vida a un monstruo, sin patria y sin piedad, que acabará negando también a las futuras generaciones toda forma de esperanza."



Nuccio Ordine
La utilidad de lo inútil, página 4