“Ya es una costumbre que cuando el judaísmo político encuentra resistencia a sus planes, clama mundialmente que es víctima de persecuciones “antisemitas”. Del conflicto político no habla jamás, y se concreta a presentarse como una víctima de fanatismos raciales o religiosos, con lo cual encubre su propia naturaleza y desprestigia la defensa de sus víctimas.”

Salvador Borrego Escalante