"Durante el día nadie se mostraba (Santo Domingo de Guzmán) más sociable que él… Viceversa, de noche, nadie era más asiduo que él en velar en oración. El día lo dedicaba al prójimo, pero la noche la entregaba a Dios."

Beato Jordán de Sajonia
P. Filippini, Santo Domingo visto por sus contemporáneos, Bolonia 1982, página 133