"Hay estudios sobre gente que le pone nombre a sus Roombas porque les cogen cariño. Lo mismo con los robots militares. Cuando revienta un robot en el campo de batalla, los marines llegan al «hospital de robots» diciendo ¿puede arreglarlo? No quieren otro, quieren el mismo. Han pasado tiempo con él y le han puesto un nombre… No es una antropomorfización, es más bien convertirlos en seres sintientes, una especie de sintientemorfización. También hay gente que los entierra, los condecora, les asigna personalidades («este es un tipo duro, este otro es un gruñón»). Hay quien ha llegado a decirme que su Roomba movió una maceta en el mapa virtual para poderse escapar. Y te aseguro que eso no lo pueden hacer."
Helen Greiner