Pero pensándolo bien, ¿qué otra explicación existía en aquella época? A una mente curiosa, sin conocimiento alguno de los procesos de que se sirven la herencia y el medio ambiente para formar el carácter humano, la astrología, de una forma o de otra, era el medio más evidente de relacionar al individuo con el conjunto universal, haciéndole reflejar la constelación omnipresente del mundo y estableciendo una simpatía y una correspondencia íntima entre el microcosmos y el macrocosmos.

Arthur Koestler
Tomada del libro de Miche Gauquelin, Los relojes cósmicos, páginas 122-123
 
 
 
 Sus creencias astrológicas (se refiere a Kepler al final de su vida) habíase vuelto demasiado refinadas; pensaba todavía que las constelaciones influían sobre la formación del carácter y que tenían también un efecto de catalisis sobre los acontecimientos. Y, pero la causalidad directa en su forma tosca, no era, para él más que una superstición.

 Arthur Koestler
 Tomada del libro de Elizabeth Teissier No quemen a la bruja