"Del río vi un cocodrilo, cerca de la orilla, que era como una barquichuela. Cierto día bajé al Nilo para cumplir una necesidad y he aquí que un negro vino y se plantó entre el cauce y yo. Quedé espantado de su mala educación y desvergüenza y referí el asunto a algunas personas que me dijeron: 'Hizo eso porque temía por ti, para protegerte del cocodrilo se situó entre tú y él'."

 Ibn Battuta



"Esta ciudad es una perla resplandeciente y luminosa, una doncella fulgurante con sus aderezos…"

Shams ad-Din Abu Abd Allah Muhammad ibn Muhammad ibn Ibrahim al-Luwati at-Tanyi, más conocido como Ibn Battuta
Sobre la ciudad de Alejandría


"Ganamos un gran canal que sale del Nilo y que no se puede franquear sino en barca (…) Una vez llegados al canal contemplé cerca de la ribera dieciséis bestias, de naturaleza enorme, que me dejaron asombrado y pensé que se trataría de elefantes, los cuales abundan por allá, pero luego vi cómo entraban en el río y dije a Abū Bakr b. Ya‘qūb: «¿Qué animales son éstos?». Él me respondió: «Se trata de caballos de mar que salieron a pacer a tierra». Son más gruesos que los caballos, tienen crines y cola y las cabezas semejantes a las de los equinos, pero las patas se parecen a las del elefante."

 Ibn Battuta


"Nos metimos, pues, en el dicho desierto y llegamos a Kawristan, que es un poblado pequeño y muy caluroso, con ríos y huertos. Marchamos luego tres días por un desierto parecido al anterior y llegamos a la ciudad de Lār, que es grande y con muchas fuentes que manan incesantemente; tiene huertos y hermosos zocos. Nos alojamos en la zagüía del devoto jeque Ab Dulaf M., el mismo personaje que queríamos visitar en Jon Bal. En esta zagüía de Lr está su hijo Ab Zayd Abd ar-Ramn con un grupo de faquires. Tienen la costumbre de reunirse todos los días en la zagüía, después del rezo de la tarde, para recorrer las casas de la ciudad, donde les dan una o dos hogazas de pan que ellos dedican al sustento de los viajeros y caminantes; los vecinos están habituados a esto y lo tienen en cuenta en el gasto de su despensa, de modo que lo tienen dispuesto siempre para socorrerles en el reparto de alimentos. Los pobres y la gente piadosa de la ciudad se reúnen en esta zagüía todos los jueves por la noche, trayendo cada uno los dirimas que ha podido procurarse; los juntan todos y se los gastan esa misma noche, que pasan rezando, invocando a Dios con jaculatorias y recitando el Corán, retirándose después del rezo de la madrugada."

Ibn Battuta
A través del Islam


“Viajar te deja sin palabras y después te convierte en un narrador de historias.”

 Ibn Battuta











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