"Sé muy bien que soy ciertamente merecedora de que mi cuello esté dolorido por tal enfermedad porque en mi juventud yo adorné mi cuello con muchos collares, y ahora creo que la justicia de Dios puede limpiar mi culpa puesto que ahora tengo este tumor que brilla en lugar del oro, y este abrasador ardor en lugar de las resplandecientes gemas."
Santa Etheldreda de Ely
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