"Cinismo viene de perro. Quien tiene vida de perro piensa como un perro. Quien vive con dignidad, piensa de sí mismo y de los demás con un átomo de dignidad. Ciertas doctrinas morales en boga son una coartada de la vulgaridad. Otra cosa es el movimiento filosófico del cinismo, respetable y profundo."

Javier Gomá Lanzón



"Desde el Sócrates platónico hasta la segunda Crítica de Kant, el tratado sobre la inmortalidad del alma ha formado parte de pleno derecho de la gran tradición filosófica occidental. Después, durante el siglo XIX, desaparece súbitamente como tema filosófico y se entrega in toto a la teología y a la piedad religiosa. ¿Qué tienen que decir sobre el tema nombres como Hegel, Schopenhauer, Nietzsche, Wittgenstein, Heidegger, Ortega y Gasset o Sartre? Nada. Y la segunda mitad del siglo XX no hace más que confirmar aún más esta tendencia omisiva. Con pocas excepciones (Unamuno es una de ellas), la filosofía ha abdicado de pensar sobre materia tan trascendental para el individuo, asumiendo —la mayoría de las veces de forma sólo implícita, sin discusión, como asunto ya resuelto y decidido— el axioma positivista que concede a la experiencia del mundo el monopolio de la realidad.
Si toda realidad posible se resume en aquel mundo del que tienen experiencia directa los sentidos, es obvio que huelga cualquier cavilación filosófica acerca de una existencia humana individual después de la muerte. Pero esa asunción, la de que la experiencia ostenta el monopolio exclusivo de la realidad, es ella misma una creencia y, como tal, de una naturaleza no muy distinta de la esperanza misma. Lo que interesa, a la postre, es establecer cuándo y bajo qué condiciones parece sensato sostener una creencia determinada. Una vez sentado esto, bien pudiera suceder que fuera aplicable a la esperanza en una supervivencia trasmundana aquello que el abate Vécard espetó al señor Thibault sobre Dios en el curso de una conversación confidencial: «Un poco de ciencia aleja de Dios; mucha lleva a él».
Una reivindicación para la filosofía del tratado de la inmortalidad del alma como la que propone este libro ha de empezar por reconocer que los fundamentos espirituales que vieron nacer ese antiguo tratado ya no son los nuestros. En sus primeras formulaciones, la inmortalidad se concebía como una liberación de las ataduras del cuerpo y la elevación del alma a las regiones superiores del cosmos, la bóveda celeste donde se hallan las estrellas y moran los dioses. Para el yo moderno la imagen de un cosmos perfecto, regular y completo, que integra todos los seres, incluido el hombre y su supervivencia post mortem, ha dejado hace mucho de ser una interpretación veraz de su experiencia del mundo."

Javier Gomá
Necesario pero imposible


"¿Es superior Tolstói a Goethe, éste a Shakespeare, éste a su vez a Dante, Virgilio y Homero? La obra de uno de ellos no anula la validez de la anterior ni la reemplaza. El espíritu artístico no progresa -como lo hace el relevo que se traspasan de mano en mano los atletas- sino que deviene, y sus obras maestras, aun las más antiguas, disfrutan de una actualidad simultánea."

Javier Gomá Lanzón
Babelia, 21-1-2012



"Hay asignaturas que sirven para aprender una profesión. Hay otras que sirvan para ser consciente de nuestra dignidad. Las primeras nos enseñan algo nuevo, las segundas nos enseñan de nuevo lo de siempre, la condición humana. La filosofía pertenece a las segundas. El peligro de dar prioridad a las primeras es, claro, un mundo con profesionales sin dignidad."

Javier Gomá Lanzón



"Le diré una cosa: cada día siento más intensamente que el abuso de la palabra "populismo" tiene algo de populista. En todo caso, el populismo no va contra la ética. Al contrario, si tiene un problema es su excesivo moralismo. Ya sabe, quien no tiene nada que decir se vuelve moralista."

Javier Gomá Lanzón


"No conozco una sociedad que no esté desnortada. La edad de oro de Pericles terminó con treinta años de guerra de Peloponeso y la derrota de Atenas. "

Javier Gomá Lanzón

















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